Carta 2

Carta 2

Juan Mt
Algún lugar alejado del cielo, año MMXX

Dama.


El día de hoy he recibido su mensaje. Usted ha solicitado un tiempo para la reflexión y yo he sentido como si hubiera subido a una locomotora, agitando un pañuelo en señal de adiós. Solitario y taciturno me he encontrado tratando de pensar lo que pude haber despertado en su sueño en vida pero no tengo las respuestas esta tarde de invierno.

He considerado que esperar es lo mejor. Con suerte usted misma descubre lo que le causa pesar y a tiempo pueda volver para que me lo comunique y con ello ilumine esta sombría pintura que se ha dibujado en mi cabeza.

Sepa que de mi parte estoy seguro que no he despertado nada en usted. Quizá toqué una puerta que hacía tiempo usted no abría. Aquella donde la sensualidad y el deseo se confunden con romance, si es que le gusta el romance. Sin embargo, me gusta pensar que esa puerta a la que he acudido no es romántica sino más lógica y por ende, discutible, argumentable, racional.

Usted y solo usted con su halo completo han transformado un conjunto de palabras en sentimientos y sensaciones. Usted simplemente ha hecho nada más que existir para coincidir en estos tiempos bravos. Hemos cruzado las existencias, las esencias y me ha gustado el roce de su toque intelectual, su voz y su radiante imagen cuando invade el espacio concedido solo a los elegidos, el bosque.

No me deje en las horas más oscuras a plena luz del día.

Con usted, mis anhelos.


Don Pascual de Cártago.


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