Bhagavad Gita

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Bhagavad Gita » 3

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ARJUNA

1. Si estimas que la visión[44] es más grande que la acción[45], ¿por qué me impones la terrible acción de la guerra?

2. Mi mente se encuentra confusa porque en tus palabras hallo contradicciones. Dime, pues, con toda certeza, cuál es la vía por la cual accederé al Supremo.

KRISNA

3. Oh príncipe sin pecado, en este mundo, dos son las sendas de la perfección, como te he indicado con anterioridad: jñana yoga, la vía de la sabiduría de los sankhyas, y karma yoga, la vía de la acción de los yoguis.

4. No es absteniéndose de actuar como un hombre logra liberarse de la acción, ni mediante el renunciamiento[46] que consigue la suprema perfección.

5. Pues ni por un instante puede el hombre estar sin acción. Todo hombre se ve impelido sin remedio a la acción por las fuerzas nacidas de la naturaleza.

6. Aquel que se aparta de las acciones, pero en su corazón sigue representándose los placeres de estas, se halla bajo un engaño y es un falso seguidor de la Vía.

7. Superior se muestra el hombre que, libre de apegos y dotado de una mente que gobierna sus poderes de forma armoniosa, actúa en la vía del karma yoga, la vía de la acción consagrada.

8. La acción es superior a la inacción: cumple pues con tu tarea en la vida. Ni siquiera la vida del cuerpo podría existir si no hubiera acción.

9. El mundo se halla atado a la acción, salvo cuando la acción es consagración. Sean, pues, tus acciones puras, libres de las ataduras del deseo.

10. Así habló el Señor de la Creación[47] cuando hizo al hombre y al sacrificio: «Mediante el sacrificio multiplicarás y obtendrás todos tus deseos.

11. »Mediante el sacrificio honrarás a los dioses, y serás entonces amado por ellos. Y así, en armonía con los dioses, alcanzarás el bien supremo.

12. »Pues, complacidos con tu sacrificio, ellos te otorgarán el goce de todos tus deseos. Tan solo un ladrón disfrutaría de sus dones sin ofrecerlos en sacrificio».

13. Los hombres santos que toman como alimento lo sobrante del sacrificio, se liberan de todos sus pecados; mas los impíos que guardan para sí los festines ingieren en verdad comida de pecado.

14. El alimento es la vida de todos los seres, y todo alimento procede de la lluvia que cae de lo alto. Los sacrificios traen la lluvia del cielo, pues el sacrificio es acción sagrada.

15. La acción sagrada aparece descrita en los Vedas, y estos proceden de lo eterno, por lo cual lo eterno se halla siempre presente en un sacrificio.

16. Fue así cómo la Rueda de la Ley se puso en movimiento, y todo hombre que, mediante una vida de placer y pecado, no la ayude a girar, vive en verdad en vano.

17. Mas el hombre que encuentra la dicha del espíritu[48] y en el espíritu halla su gozo, el hombre que ha encontrado la paz en el espíritu, ese está por encima de la ley de la acción.

18. Él se halla por encima de lo que se hace y por encima de lo que no se hace, y en todas sus obras se encuentra más allá de la ayuda de los seres mortales.

19. Libre de las ataduras del apego, lleva tú pues a cabo la obra que se ha de realizar, ya que el hombre cuya obra es pura alcanza en verdad lo Supremo.

20. El rey Janaka y otros guerreros alcanzaron la perfección por la vía de la acción: sea también tu principal objetivo el bien de todos, cumpliendo así con tu deber en la vida.

21. En las acciones de los hombres excelentes hallan otros su modelo de acción. La senda que sigue un gran hombre se convierte en guía para el mundo.

22. No existe para mí obra alguna a realizar en los tres mundos, pues ellos me pertenecen. Nada tengo que obtener, porque todo lo tengo. Y aun así, obro.

23. Si no me hallara comprometido de manera perpetua e infatigable con la acción, los hombres que ahora siguen muchas vías adoptarían la misma vía de inacción que yo.

24. Si alguna vez mi obra tuviera un final, estos mundos acabarían en medio de la destrucción, y la confusión se apoderaría de todo. Sería la muerte de todos los seres.

25. Aunque los ignorantes obren de modo egoísta atándose en acciones egoístas, obren los sabios de manera desinteresada por el bien del mundo.

26. Mas no turbe el sabio la mente del ignorante en su labor egoísta. Que su obra devota muestre a los otros el gozo de la acción correcta.

27. Todas las formas de acción son llevadas a cabo en el tiempo por la interacción de las fuerzas de la naturaleza[49], mas el hombre perdido en ilusiones egoístas piensa que es él quien actúa.

28. En cambio, el hombre que conoce la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones, ve cómo aquellas operan sobre otras fuerzas de la naturaleza, y no se convierte en su esclavo.

29. Aquellos que se hallan bajo el engaño de las fuerzas de la naturaleza se atan a sí mismos a la acción de estas fuerzas. Que el sabio que ve el todo no turbe al ignorante que no ve el todo.

30. Ofréceme todas tus acciones y asienta tu mente en el Supremo. Líbrate de las esperanzas vanas y los pensamientos egoístas, y lleva a cabo tu lucha desde la paz interior.

31. Quienes siguen mi doctrina y quienes tienen fe, y poseen buena voluntad, esos encuentran su libertad a través de la acción pura.

32. Mas aquellos que no siguen mi doctrina y muestran mala voluntad, son hombres ciegos a toda sabiduría, confusos de mente: se hallan perdidos.

33. «Hasta el hombre sabio actúa bajo los impulsos de la naturaleza: todos los seres siguen a la naturaleza. ¿De qué sirve querer reprimirla?».

34. El odio y la ambición por las cosas procedentes de la naturaleza tienen sus raíces en la naturaleza más baja del hombre. Evite el sabio, pues, caer bajo su poder; ellos son los dos enemigos que encuentra el hombre en su camino.

35. Cumple con tu deber, por humilde que sea, en lugar de realizar el de otro, por grande que sea. Morir cumpliendo el propio deber es la vida; vivir cumpliendo el de otro es la muerte.

ARJUNA

36. ¿Qué fuerza es, oh Varsneya[50], la que empuja al hombre a actuar de modo pecaminoso, aun contra su voluntad, como si se hallara impotente ante ella?

KRISNA

37. El deseo ávido y la ira, nacidas de la pasión, el mayor de los males, suma de la destrucción; tal es el enemigo del alma.

38. Todo se ve nublado por el deseo; como el fuego por el humo, como un espejo por el polvo, como un feto por su envoltorio.

39. La sabiduría se halla nublada por el deseo, enemigo siempre presente del sabio; deseo en sus innúmeras formas, el cual como un fuego no halla nunca satisfacción.

40. El deseo ha encontrado un lugar en los sentidos, la mente y la razón del hombre. A través de estos ciega el alma, una vez nublada la sabiduría.

41. Armoniza, pues, tus sentidos, y mata el deseo pecaminoso que destruye la visión y la sabiduría[51].

42. Dicen que grande es el poder de los sentidos; pero más grande que los sentidos es la mente[52]. Más grande que la mente es buddhi, la razón; y más grande que la razón es Él, el espíritu que se halla en el hombre y en todo.

43. Conoce, pues, a aquel que se halla más allá de la razón, y deja que su paz te traiga la paz. Sé un guerrero y mata el deseo, poderoso enemigo del alma.

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