Ave

Imagina ser un ave volando sin un destino aparente.

El cielo por encima de ti, está lleno de pesadas y grandes nubes grises que hacen que la luz que logra penetrar a través de ellas tenga un tono sumamente melancólico.

Y de pronto una y otra gota comienzan a caer sin parar desde lo alto del cielo.

Y a pesar de ello, no desistes. Te elevas aún más alto intentando tener una vista aún mejor de la ciudad que está debajo de ti mientras vuelas.

Y los ves, a cada uno de los seres humanos que parecen asustados, caminando y corriendo todos en una dirección específica en la ciudad que se erige justo debajo de ti.

Cada uno de ellos tiene un lugar a donde ir, un lugar para refugiarse y muchas cosas en su mente que ronda por lugares que son completamente inescrutables a tu entendimiento.

Ninguno de ellos te mira, pero tú los miras a todos ellos desde lo alto; mirando todo y a la vez nada.

Y sin embargo tu estás allí, en movimiento y maravillándote con el cielo, con la lluvia y con el ajetreo que hay debajo de ti.

¿Por qué huirían todos ellos de la lluvia que nos da vida?

¿Qué tan lejos podrías ir?

¿A dónde irías?

No lo sabes, pero sabes que entre más alto vayas, la vista se vuelve más hermosa.

Fue una pena que no consideraras que se hacía cada vez más dificil volar conforme ganabas altitud. Una gota de lluvia o de granizo te pegó en la frente, prediste el equilibrio y caíste.

Grandes nubarrones grises eran lo que podías observar al bajar.
No había forma de escapar.

Hasta el final