¿Anhela conocer a Dios?

Felipe le dijo: «Señor, muéstranos el Padre. Con eso nos basta.» Jesús le dijo: «Hace ya tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y tú, Felipe, no me has conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo entonces dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre, que vive en mí, es quien hace las obras. Créanme que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí; de otra manera, créanme por las obras mismas.

Juan 14: 8-11 | RVC

En la antigua Grecia el filósofo Diógenes de Sinope se hizo famoso por que aparecía por las plazas de Atenas, a plena luz del día, portando una lámpara de aceite de oliva.

Repetía que estaba buscando un hombre honesto e insistía en que era difícil encontrarlo.

La imagen que viene a nuestra memoria resulta curiosa. Ahora, traiga esa escena a la infinidad de hombres y mujeres en todo el mundo que andan tras la búsqueda de Dios.

Recorren muchos caminos, filosofías y denominaciones que profesan ser cristianas. Leen libros, escuchan sermones, leen múltiples artículos. Pero confiesan, no resulta fácil.

¿Cuál es el motivo? Están buscando en el lugar equivocado. Dios anda en nuestra búsqueda. Y es, cuando nos rendimos a Él y dejamos de luchar en nuestras fuerzas, que emprendemos realmente el proceso de conocimiento del Padre.

¿Cómo hacerlo? Lo ideal es que nos acerquemos a Jesucristo. Como anota Juan 14:8-11, conocerlo a Él, desarrollar intimidad con nuestro salvador, es la ruta apropiada.

Jesús dijo claramente que es el camino, la verdad y la vida y que nadie va al Padre sino por Él (Juan 14: 6)

A través de nuestro amado Salvador descubrimos los atributos de nuestro Creador:

·       Dios es amor (1 Juan 4:8)

·       Dios es lento para airarse (Jonás 4: 2)

·       Dios perdona nuestros pecados (1 Juan 1:9)

·       Dios se deleita en la misericordia (Miqueas 7: 18)

·       Dios nos extiende su clemencia de manera ilimitada.

Dios el Padre y Jesús son uno solo (Juan 10:30) Tener un acercamiento al Hijo es caminar hacia el Padre. Es un proceso de intimidad que se va construyendo cada día.

Ahora, hay algo sobre lo que poco nos enseñan: la gracia de Dios. Es una de las manifestaciones de Su amor ilimitado por todos nosotros.

El Señor Jesucristo ya pagó en la cruz por nuestros pecados. Toda nuestra maldad fue limpiada por su sangre vertida en el madero. Eso es gracia.

Usted puede emprender una nueva vida, por la oportunidad que le ofrece la gracia divina. Inicie ese nuevo caminar. Ábrale el camino de su corazón a Jesucristo y permítale al Maestro que tome todo el control.

(c) Fernando Alexis Jiménez

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