APROPIARNOS DE LA GRACIA DE DIOS, ¿PONE EN PELIGRO NUESTRA ESPIRITUALIDAD?

APROPIARNOS DE LA GRACIA DE DIOS, ¿PONE EN PELIGRO NUESTRA ESPIRITUALIDAD?

Fernando Alexis Jiménez | www.RevistaVidaFamiliar.com | En Redes Sociales >> @VidaFamiliarCo


Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo

Hay quienes se empecinan en asegurar que todo aquel que se apropia y vive en la gracia de Dios, corre serios peligros en su vida espiritual. El argumento favorito es que se puede caer en el libertinaje bajo la premisa de “Salvos por siempre salvos.”

¿Realmente es así? El predicador y expositor bíblico galés, David Martyn Lloyd-Jones advierte que la mala interpretación de la gracia no solamente es algo riesgoso, sino que, además, constituye un grave peligro.

Ahora bien, quienes, habiendo conocido la gracia, persisten en la pecaminosidad, es porque definitivamente nunca entendieron qué es y cuáles son sus alcances.

Es evidente que el pecador que recibe y se apropia de la gracia continuará con su inclinación a pecar. No será perfecto de la noche a la mañana, pero por la obra redentora del Señor Jesús es declarado santo y así lo ve Dios desde su perspectiva de amor.

Es el comienzo lento pero seguro del crecimiento hacia la madurez, que llamamos santificación. Progresivamente las personas aprenden lo que significa vivir una vida que honra a Cristo Jesús.

Está claro entonces que, como pecadores, la única forma de sobrevivir es mediante la gracia del Padre.

El autor y expositor bíblico Charles Rozell Swindoll, escribe al respecto:

“La gracia barata justifica el pecado, pero no al pecador. La verdadera gracia, en cambio, justifica al pecador, pero no al pecado... no tenga miedo de la verdadera gracia solo porque algunos la han subestimado como algo de poco valor. A pesar de esos riesgos, que no podemos desconocer, la gracia vale la pena.”

CUATRO IDEAS EQUIVOCADAS SOBRE LA GRACIA

Ahora bien, podemos citar cuatro grandes equívocos de quienes tienen su propia perspectiva de la gracia:

1.- Privilegiar las obras por encima de la gracia.

2.- No tener una clara diferencia entre lo permitido y lo prohibido.

3.- Abrir espacio a la relatividad en el comportamiento moral.

4.- Mantener una actitud crítica frente a quienes no piensan y actúan igual.

Cabe aquí recordar la enseñanza del Señor Jesús:

“Al hablar estas cosas, muchos creyeron en Él. Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: «Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres».” (Juan 8: 30-32 | NBLA)

El promotor de la reforma protestante, Martín Lutero, escribió:

“Nadie puede ser bueno ni hacer el bien a menos que primero la gracia de Dios lo haga bueno. Nadie puede llegar a ser bueno por las obras. A la vez que las buenas obras solo pueden ser emprendidas por alguien bueno. De la misma forma que no son los frutos los que hacen el árbol, sino el árbol el que produce los frutos. Por lo tanto, todas las obras, no importa cuán buenas y bellas sean o parezcan, son vanas si no fluyen de la gracia.”

Es por la gracia que nuestro cuerpo de pecado fue crucificado, como explica el autor de la carta a los Romanos:

“Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado. Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Porque en cuanto a que Él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto Él vive, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias; ni presenten los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la gracia. ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!” (Romanos 6: 6-15 | NBLA)

Estamos llamados a experimentar una nueva vida, por la gracia, que nos liberta del dominio del pecado, como escribe Charles Rozell Swindoll:

La gracia nos ha hecho libres del pecado, de la opresión que ejerce sobre nuestras actitudes, nuestras inclinaciones, nuestras acciones. Pero el quedar libres, viviendo por gracia, puede que nos excedamos, que perdamos el control y abusemos de nuestra libertad hasta el extremo de volver al pecado. Esa no sería libertad absoluta, sino libertinaje.”

CINCO BENEFICIOS DE VIVIR EN LA GRACIA DE DIOS

Para finalizar recuerde que bajo la gracia:

  • No seremos esclavizados por nuestros impulsos y deseos.
  • Tenemos libertad para tomar decisiones responsables.
  • Podemos pensar de manera independiente, sin preocuparnos del qué dirán.
  • Avanzaremos hacia la madurez espiritual.
  • Creceremos en la voluntad de Dios.

Su vida puede experimentar un vuelco definitivo. Hoy es el día para tomar decisiones de fondo, acogiéndose a la gracia de Dios. El primer paso es el arrepentimiento sincero de los pecados y volver la mirada a Cristo, nuestro Salvador.

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