ANIMARSE A HACER LO QUE HAY QUE HACER

ANIMARSE A HACER LO QUE HAY QUE HACER

Prensa Confederación Socialista Argentina

Declaración del CEN de la Confederación Socialista de la Argentina

Hoy, 2 de diciembre de 2022, el comité ejecutivo nacional de la Confederación Socialista Argentina (CSA) se reúne por primera vez de modo presencial. El encuentro es histórico porque señala la emergencia del nuevo partido de las y los socialistas argentinos.

Reaparecemos a la luz pública en momentos en que parecía que el ideario socialista se asomaba a su ocaso, por la acción de los apropiadores de su sigla, que no solo renegaron de una tradición de la que eran ajenos, sino que también intentan pervertir el nombre del socialismo poniéndolo al servicio de los peores designios neoliberales.

Esa desnaturalización y la correlativa acción de los medios concentrados para consolidarla nos llevan a la reivindicación de una identidad y una trayectoria que inicia en la Declaración de Principios de 1896 y toma sus postulados pioneros como un ancla virtuosa que nos define como parte constitutiva de la historia nacional.

Para la CSA, el socialismo es un ideario vivo y un programa de acción en permanente transformación y con un horizonte claro: la superación del sistema intrínsecamente injusto que implica el capitalismo, en cualquiera de sus fases y etapas.

En ese sentido, aspira a representar los intereses de las clases trabajadoras, en toda su heterogénea conformación, en todas sus dimensiones y en la diversidad de su despliegue, que integra a obreras y obreros, desempleados y desempleadas, profesionales, cuentapropistas, estudiantes, pequeños y pequeñas empresarias y empresarios, intelectuales y docentes.

Se trata de una nueva agenda, que promueva y garantice sobre todo la prevalencia de la equidad, la justicia y la defensa de la dignidad humana. Ello implica la incorporación de los nuevos derechos que incluyen los que expresan el feminismo, las diversidades, el ambientalismo, y las nuevas realidades que emanan de las enormes transformaciones tecnológicas, la digitalización y otros desafíos contemporáneos.

Esa compleja articulación económica, social y cultural, interpela todas nuestras concepciones tradicionales, y nos obliga a un ejercicio de análisis crítico de la realidad y autocrítico con relación a nuestro propio itinerario. Este requerimiento incluye redeterminar el sentido de nuestro aporte a la conformación de coaliciones electorales aptas para confrontar con el decidido avance de la derecha, un fenómeno mundial que acecha también en la Argentina bajo distintas denominaciones.

Sin renunciar a ninguna bandera ni perder autonomía, el socialismo que hoy se expresa en la Confederación, viene participando de las distintas etapas de construcción de una alternativa nacional, popular y democrática, integrando los equipos de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner desde 2007, siguiendo una virtuosa tradición que se remonta a los años 30 del Siglo XX, que es la de propiciar frentes populares capaces de desarrollar políticas en favor de los sectores populares y combatir a las derechas.

Esta alianza entre los socialistas y las demás fuerzas que integran el campo popular al que se denomina kirchnerismo no surgió de una alquimia política ni de un cálculo electoral, sino de la constatación de que el itinerario iniciado en 2003 expresa la experiencia progresista y transformadora más importante que conoció el país tras la dictadura cívico militar.

El intento restaurador del neoliberalismo de Mauricio Macri vino a corroborar esa circunstancia, nos enfrentó con debilidades y contradicciones propias y posteriormente a la necesidad de imaginar complejas y novedosas estratagemas electorales para cortarle el paso a la reelección conservadora.

Esa necesidad extrema de instrumentar un torniquete político para evitar la definitiva anemia de la sociedad y la institucionalidad argentina, condenadas al compromiso de una deuda externa eterna e impagable, sumada la emergencia de la pandemia, construyó un escenario muy complejo de abordar pese a los esfuerzos del gobierno nacional.

En esas dificultosas condiciones objetivas se pusieron en evidencia fragilidades de variada índole, debilidades ideológicas y vacilaciones de la voluntad política, una red de circunstancias que reveló la necesidad de recuperar la iniciativa, comenzando por la de abandonar la discrecionalidad y el hegemonismo, institucionalizando y reformulando el Frente de Todos sobre la base de la transversalidad y el protagonismo de todas y cada una de las fuerzas que lo integran.

La condescendencia hacia un capitalismo estructuralmente agotado, la admisión de ciertas prácticas corporativas de los grupos de poder, la permisividad hacia ciertas prácticas políticas arcaicas, la desarticulación de las políticas locales y federales, la pulsión individualista de algunos dirigentes, la persistencia de políticas inconducentes, entre otras características de la etapa, requieren ser desterradas.

Más allá de la corrección del rumbo que deba efectuarse para construir un destino electoral posible en el 2023, la Confederación Socialista plantea que sólo un programa coherente que apunte a una profunda reforma estructural del país basada en un universo de políticas públicas resarcitorias de la dinámica económica autónoma, que implique un shock reindustrializador, modificaciones radicales en materia tributaria y aduanera, dispositivos cooperativos y solidarios, un rediseño de las políticas sociales que privilegien el trabajo y la producción, la redistribución del ingreso vía las instituciones de la democracia participativa y políticas sociales consistentes del tipo de la renta básica universal, puede alentar la esperanza de un desempeño exitoso en el próximo desafío cívico.

Y en ese contexto de articulación virtuosa de una nueva coalición más amplia y de protagonismo plural, desde el lugar de la izquierda democrática estimamos conducente la construcción de una candidatura presidencial consistente que recupere la esperanza basada en las experiencias más confiables y valederas, como las que encarna la compañera Cristina Fernández de Kirchner.

 

Buenos Aires, 2 de diciembre de 2022.





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