AKA

AKA


AKA » CAPÍTULO 11011

Página 39 de 46

—Una… Dos… —alargó un poco más esta última pausa, tragó saliva, también la tragué yo y supongo que Porfirio, aunque esto último no puedo asegurarlo puesto que mis ojos estaban pendientes exclusivamente de los labios de Miclantecuhtli, y, por fin, gritó—. ¡Y tres!

Y como disparados por un resorte, el propio Mic, Porfirio y yo saltamos desde nuestras posiciones y nos abalanzamos sobre nuestras respectivas puertas, ante la mirada atónita no sólo de la señorita Nodd y su agente, sino también de nuestros propios compañeros, que contemplaban sorprendidos cómo los tres girábamos los pomos con sincronismo de acróbata, cómo desaparecíamos por los umbrales con rapidez de prestidigitador, y cómo, al menos en mi caso, caíamos al suelo con torpeza de payaso.

Lo que me sucedió fue que, tras haber cruzado a la habitación vecina y haber cerrado la puerta tras de mí para evitar que alguien pudiera intentar detenerme, aunque pensándolo bien no sé a quién se le podría haber ocurrido semejante estupidez, pues digo que cuando ya había cerrado la puerta y me disponía a enfrentarme con lo que quisiera que me estuviera esperando en aquella nueva estancia, me giré con tan mala suerte que el lazo del cordón de mi zapato izquierdo fue a engancharse en un maletín, abriéndolo de par en par y, debido al empuje de mi pierna, esparciendo todo su contenido por la habitación, mientras yo me trastabillaba primero, hacía equilibrios después, e iba finalmente a parar, tras hacer catapulta en el respaldo de un sofá, sobre el cactus calandria que adornaba el rincón más cercano a mi posición.

Estos sucesos, me permito reseñar, ocurrieron, como siempre ocurren este tipo de casualidades, sin que mediara intención alguna por parte del protagonista, puesto que de no ser así, esto es, de poder producirse a voluntad del interesado, en este caso yo, habría podido explotarlos como habilidad circense y entregar mi vida al ejercicio de tan noble profesión, lo cual, dicho sea de paso, me habría evitado de seguro el haber llegado en ningún momento de mi existencia a tan lamentable situación como aquella en la que me encontraba mientras reflexionaba sobre todo esto.

Ir a la siguiente página

Report Page