54

54


Coda » V Londres, 20 de septiembre

Página 124 de 133

V
Londres, 20 de septiembre

Estimado profesor Fanti:

No soy tan buena como usted escribiendo, siempre he escrito demasiado poco en mi vida y sobre todo he comenzado demasiado tarde. Pero voy a intentarlo.

Quisiera decirle que no sé cómo darle las gracias por todas las molestias que se ha tomado. Me escribe que lo ha hecho por la amistad que le une a Pierre, y yo le creo, pero esto no es suficiente para justificar todo. Es usted una buena persona, de esas que se encuentran pocas veces en la vida.

El alojamiento que me ha encontrado entre la familia de su pobre mujer es de lo mejor. Tengo muchas dificultades con el idioma, pero he conseguido ya procurarme el libro de traducciones que me aconsejó y me estoy aplicando día y noche. Por el momento me limito a ocuparme de la casa, pero la señora Jean me ha dicho que quiere encontrarme un trabajo (o por lo menos eso creo haber entendido). El dinero que me ha mandado de parte de Pierre, aparte del que he necesitado para los primeros gastos, lo he ingresado en el banco, a la espera de decidir qué hacer con él.

Parece increíble que mi dolor se esté atenuando. Tal vez solo he conseguido refrenarlo, encerrarlo en el fondo del corazón, donde puedo conservarlo junto con los recuerdos de Ferruccio. Pero quizá es natural que así sea. La vida continúa, y lo que usted me ha escrito sobre la pérdida de las personas queridas lo dice una persona que ha pasado por el mismo calvario. Gracias también por esto. Eran palabras muy hermosas.

Me dice que ha recibido una carta de Pierre desde México y que está bien. Me alegro. Por ahora le ruego que le dé noticias mías, dígale que no me falta nada y que estoy bien. Que guardo su dirección y que cuando me sienta con ánimos le escribiré sin duda. México. ¿Qué lejos está México? Al otro lado del océano.

Sabe, es extraño, pero no siento ninguna nostalgia de Italia, los malos recuerdos son aún demasiado recientes. Aparte de la desorientación, estoy contenta de estar aquí, donde no conozco a nadie y tengo que empezar todo de cero. Yo soy un tipo de persona que sabe adaptarse. ¡Piense que me he acostumbrado incluso a desayunar huevos con beicon!

No sé si mi decisión ha sido la acertada. No sé nada, a decir verdad. Quizá solo he actuado instintivamente, empujada por el dolor y por el sentimiento de traición. Pero ahora ya no importa. Estoy aquí y tengo que pensar en esta nueva vida.

Aún no sé encontrar las palabras para darle las gracias por todo, profesor.

Escríbame de nuevo y deme noticias suyas.

Afectuosamente,

ANGELA

Ir a la siguiente página

Report Page