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16. Los planes de Drake

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Los planes de Drake

ALASKA

10 de junio de 2016

—¿Adónde vas? —cuestiona papá dejando de leer un libro.

Esbozo una amplia sonrisa. Avisé a mamá, pero de alguna manera olvidé mencionárselo a papá, así que comienzo a pestañear hacia él queriendo jugar con la imagen de niña tierna.

—Lo siento, se lo dije a mamá y pensé que ella te lo había dicho. Voy a salir con Drake.

Asiente, para él seguro que parece una salida normal con el vecino con el que he crecido y todo ha sido amistad, pero en realidad es una cita. Eso dijo Drake.

¡Es una cita! ¡Una maldita cita! O sea, ¡oh, Jesús en chaqueta de cuero! Una cita con el chico que me ha traído loca durante tanto tiempo, porque finalmente ha aceptado lo que sucede, ha establecido que es nuestro momento. No puedo con la emoción, pensé que este día nunca llegaría.

—Bien, mantennos informados por mensajes y no llegues muy tarde.

—¿Eso es todo?

—¿Debería dar alguna otra indicación? Es Drake, lo he visto desde que perdió sus dientes de leche. —Se encoge de hombros—. Confío en él y, lo más importante, confío en mi inteligente hija.

Le doy una amplia sonrisa y me acerco a besar su mejilla. Él me sonríe antes de que Alice aparezca gritando «papi». Me guiña un ojo y luego se gira hacia ella.

—¿Sí?

—¿Irías al cine conmigo? Quiero ver una película, pero nadie puede.

—¿Pagarías tú? —pregunta papá enarcando una ceja que hace que el parecido de Jocker con él sea evidente.

—Tú tienes más dinero, papá.

—Pero se trata de responsabilidades y lógica. No te estoy invitando, tú lo haces. Por lo tanto, tú pagas.

—Está bien, pero vamos ya. Empieza dentro de una hora y media.

—Bien, dame unos minutos. —Besa de nuevo mi mejilla, se pone de pie y besa la mejilla de Alice—. Tengo dos hijas maravillosas.

Dicho eso se dirige hacia las escaleras. Alice enfoca su atención en mí y me observa atentamente. Llevo un vestido de mangas cortas bastante sencillo de color azul, debajo llevo medias por el frío y una chaqueta le da el toque al look. Uso botas planas y solo apliqué brillo labial en lo referente al maquillaje.

—Finalmente tienes una cita con Drake. ¿Emocionada?

—Mucho.

—Pásalo genial. —Me sonríe y suena el timbre—. Diviértete. Por cierto, voy por la mitad de tu historia y está que quema. Estoy ansiosa por leer el final.

Espero que mi hermana no me odie por la muerte de Cody. Le sonrío brevemente, tomo mi bolso pequeño, que cuelgo de manera diagonal desde mi hombro, y me dirijo hasta la puerta. Abro la puerta y me encuentro a Drake. Lleva una chaqueta negra, camisa gris y sus pantalones ajustados negros. Me sonríe y de inmediato le devuelvo el gesto. Cierro la puerta detrás de mí y me balanceo sobre mis pies.

Desde que nos reconciliamos siento que ando en una nube, que ahora todo será diferente de una mejor manera. Él extiende su mano y la tomo, tira de mi cuerpo contra el suyo, retira el cabello de mi rostro y deja un beso en la comisura de mi boca.

—Hermosa como siempre. —Me sonríe antes de presionar brevemente su boca contra la mía. Me toma por sorpresa—. ¿Lista?

—Sí.

Me lleva hasta el auto que comparte con Dawson y, antes de que pueda seguir caminando para abrir la puerta para mí, me adelanto y la abro para él. Por un momento parece paralizado, pero luego ríe.

—Gracias, ¡qué amable dama! —Sube al auto sin ninguna queja.

—Puedes hacerlo por mí, pero también puedo hacerlo yo por ti cuando guste. —Cierro la puerta y me doy prisa para rodear el auto y subir.

Una vez estoy dentro, me abrocho el cinturón de seguridad y me giro para verlo. No puedo dejar de sonreír, incluso aunque lo intente, al menos él parece sentirse igual que yo.

—¿Adónde vamos? —pregunto.

—Esta debería ser la parte en la que te digo que es sorpresa, pero en realidad creo que podríamos empezar haciendo algo tan normal y genial como comer helado, ser espontáneos y divertirnos. ¿Te apuntas?

—Mientras se trate de nosotros, me apunto a todo.

—Lo recordaré siempre.

Río dejando un poco de helado alrededor de su barbilla; él frunce el ceño y me encojo de hombros. Fiel a su palabra, Drake y yo lo primero que hemos hecho es venir a por helados. Estamos en una de las terrazas del centro comercial mientras hablamos. Hasta el momento todo es genial, hablamos como solemos hacerlo siempre, pero sabiendo que ya no somos solo vecinos y amigos, sino que hay algo más.

—Debes limpiarlo. —Señala el lugar de su rostro donde he dejado caer helado adrede.

—Con gusto —me atrevo a decir.

Dejo mi mano en su cuello y me acerco hacia él, poniéndome de puntillas. Presiono mi boca en su barbilla saboreándolo con mi lengua y siento la manera profunda en la que él inhala.

—Vas a ser mi perdición.

No respondo tratando de retirar tanto helado como puedo con mi boca, luego tomo la servilleta y limpio el resto. Le sonrío antes de continuar comiendo mi helado, el cual sabe delicioso en su piel. Me indica que nos sentemos en las sillas de una de las mesas. Tomamos asiento uno frente al otro.

—¿Cómo es que comenzaste a escribir, Aska?

Oh, el momento de las preguntas de lo que no sabemos el uno del otro. Me gusta. He vivido esto en varias citas antes, pero en ninguna me he emocionado tanto como en esta.

—Siempre supe que me gustaba leer, así que primero fui lectora. —Paso la lengua por el helado sobre el cono y él sigue el movimiento antes de llevar la cucharilla de su propio helado a su boca—. Pero un día en clase tuve una increíble idea en mi cabeza sobre una historia que me gustaría leer, así que llegué a casa y, tras pensarlo mucho, la escribí en una libreta. Nunca ha visto la luz esa historia. —Río—. De hecho, era horrible y con muchas faltas de ortografía, pero me ayudó a ver que podía hacer algo que me gustara mucho.

»Así que seguí practicando en libretas. Mi amiga Romina pronto descubrió que yo escribía y me apoyó mucho aunque fuera un asco. —Lamo de nuevo el helado—. Hace casi dos años descubrí JoinApp y quise intentarlo con algo totalmente nuevo. Y de esa manera he llegado hasta donde estoy justo ahora.

—¿Cuántos seguidores tienes ahora?

—Ciento setenta mil.

—Crecen con rapidez. —Parece genuinamente sorprendido—. La última vez que lo revisé tenías ciento cincuenta mil.

—¿Me revisas?

—Soy tu mayor fan. —Sonríe.

—¿Te gusta tu trabajo, Drake?

—Me encanta, soy mi propio jefe en cierta forma y requiere tener ideas y creatividad, algo en lo que parece que soy bueno. El marketing y la publicidad tienen que ver con la intuición y la agilidad. Creo que puedo mejorar mucho más, pero siento que voy por el buen camino.

—Considero que haces un trabajo asombroso. Quizá, algún día, necesite tus servicios.

—Te dije que no te cobraría, pero he cambiado de opinión. Sin duda alguna te cobraría con besos. —Mira mis labios—. Porque he pensado un montón en tus labios, me fascinan. —No puedo evitar poner mis ojos en blanco—. ¿Qué?

—En la escuela hicieron una lista sobre la que consideraban la boca perfecta para, ya sabes…, sexo oral y parece que la mayoría tienen fijación con mi boca, es incómodo saber que los chicos están pensando en eso cuando me ven.

—Qué idiotas. No fingiré que a veces, cuando las cosas se vuelven turbias en mi cabeza, no pienso en tu boca de otra forma, pero mayormente solo estoy pensando en lo mucho que quiero besarla.

—¿Sí? —Me gusta eso.

—Tu boca es algo increíble.

—A mí me parece que tus ojos lo son. Sé que piensas que es raro que Dawson y tú tengáis los ojos de ese modo, pero a mí me encantan. Es como ver una puerta diferente a tu alma en cada uno de ellos. No puedo decir cuál de ellos me gusta más, pero me encantan. De verdad, Drake.

—Gracias.

Continuamos una tranquila conversación mientras comemos helado y de vez en cuando compartimos bocados. Sin duda, es mi definición de una cita con un comienzo increíble. Cuando nuestros helados se terminan estira su mano para tomar la mía sobre la mesa y jugar con nuestros dedos.

—Quiero que estemos en la misma página, Alaska.

—De acuerdo.

—Estamos saliendo y tengo la firme intuición de que somos algo más. ¿Novios?

—¿Somos novios? —Mi tono es sumamente alto y medio chillo ante la sorpresa, él ríe.

—Eso creo. ¿Tú estás bien con la idea de estar conmigo?

Estoy más que bien. En este momento, Alaska Brooke Hans está en su cielo personal.

—Sí, estoy muy bien, pero… ¿puedes pedirlo? —Le sonrío—. ¿Por favor? Pensé que nunca sucedería y de verdad necesito este momento para luego retenerlo en mi cabeza.

Se pone de pie y se sienta a mi lado. Sus dedos juegan con un mechón de mi cabello, su rostro está muy cerca del mío y no borra su sonrisa mientras me mira con fijeza.

—Alas, mi escritora favorita, y Alaska, la chica que me encanta, ¿quieres tener un novio desastroso como yo?

Hay momentos en los que piensas que toda tu vida soñarás con un momento que crees que nunca ocurrirá. Así era este momento en mi cabeza, como una fantasía que se borraba continuamente para recrearse una vez más en nuevos escenarios, porque se veía como algo que nunca sucedería.

Siento un cosquilleo en mi estómago ante el hecho de que esto sea real. Aunque en mis fantasías él decía muchas cosas más, este modo de pedírmelo es perfecto, porque lo hace a su manera, no tengo que crear diálogos en mi cabeza e imaginar cómo sucedería, porque es real.

—Eso me gustaría, Drake.

—Te advierto que la razón por la que solo he tenido dos novias es porque soy un novio desastroso, pero quizá fuera porque no había encontrado a la novia que me motivara a intentar ser mejor.

—Te advierto que me gusta escribir y que todo lo que digas o hagas puede ser recreado, incluso aunque no me dé cuenta.

Mi advertencia le hace reír antes de pasar su mano detrás de mi cuello y acercar su boca a la mía. Sonríe antes de lamer mi labio inferior y succionarlo, dando inicio a un suave y dulce beso que me hace querer suspirar por siempre. Me besa con delicadeza y de manera tierna, sus labios son una caricia sobre los míos, se deleita con lentitud y, cuando introduce su lengua, me hace seguirla con la mía. No es un beso largo y, cuando se aleja, besa mi mejilla.

—Lo único que pido es que si escribes sobre nosotros no olvides poner lo genial que fue —pide.

Me ruborizo porque siento que habla sobre otros ámbitos que con gusto quiero explorar con él. A veces no se trata de cosechar miles de experiencias, se trata de vivir el momento que te deje sonriendo, sin arrepentimientos y con ganas de hacerlo al menos mil veces más. Sé que siento eso con Drake y sé que lo sentiré así cuando las cosas vayan más allá.

Vamos a ver una microobra que se ofrece en uno de los pequeños anfiteatros y resulta ser una obra malísima, sin embargo, reímos y lo pasamos bien. Constantemente toma mi mano y parece incapaz de dejar de tocarme de las maneras más sutiles. Cenamos en un local de hamburguesas y estoy avergonzada de admitir que no sabía cómo morderla y ensucié mi ropa, cosa de la cual él se burló. Así que ahora tengo una mancha en mi vestido, pero sigo feliz. En este momento vamos en su auto. Creía que estábamos volviendo a casa, puesto que son las nueve de la noche, pero en última instancia reconozco el camino que estamos tomando.

—¿Estamos yendo al estudio? —pregunto para confirmar que no estoy equivocada y nos dirigimos a las instalaciones donde se graba Infonews.

—Así es.

—¿Por qué?

—Ya lo verás, Aska.

Parece que está en una lista de los invitados porque, tras decir su nombre y apellido al de seguridad, rápidamente nos dejan pasar. Cuando bajamos del auto, llega hasta mi lado y comenzamos a caminar. Luego siento el roce de sus dedos en los míos y, cuando bajo la vista, los está entrelazando. Es uno de los mejores momentos del día. Cuando alzo la vista a la suya, me sonríe.

—¿Qué? Esto es lo que hacen los novios y, si no es así, es lo que hacen Alaska y Drake —asegura. La sonrisa que le doy podría dividir mi rostro.

—Alaska y Drake, ¿eh? —Río afianzando el agarre en su mano.

—Así es.

¿De verdad Drake Harris, quien me ha traído loca durante años, es mi novio? Siento que en cualquier momento despertaré babeando sobre mi almohada, pero me armo de valor porque ¡joder! ¿Por qué no? ¿Por qué siempre debemos asumir que quien nos gusta es imposible? Basta de esa negatividad, de ahora en adelante voy a ser positiva. ¿Te gusta? Pues conquístale ¿Te enloquece? Haz que enloquezca por ti también ¿Lo consideras tu amor platónico? Tú también puedes ser el suyo. No hay nada que le siente mejor a una mujer que la seguridad y el amor propio.

—¿Vas a caminar o solo nos quedamos aquí agarrados de la mano? —Parece muy divertido y retomo mi paso.

Jocker está en este mundo de la fama desde hace nueve años y en Infonews desde hace casi seis años y medio o siete años completos, no estoy segura, pero siempre me maravillo y deslumbro con los estudios de televisión y sus estrellas. Este es un canal televisivo más grande que el antiguo que se encargaba de la producción del programa, y el cambio de productor le ha venido de maravillas al programa.

Hago una sonrisa tonta cuando reconozco a un actor de una serie que me gusta. Él sube al ascensor con nosotros y asiente mientras me devuelve el gesto, llegamos a su piso y suspiro viéndolo salir. Drake suelta mi mano y se gira para verme.

—¿Qué? —cuestiono.

—Le hacías ojitos.

—Bueno, es un actor increíblemente atractivo por el que babeo en una serie. ¿Qué esperabas? —me burlo, y él sacude la cabeza.

—Bah, así que mi Alaska no es tan dulce y tímida… Aunque eso lo descubrí cuando leí tu historia y lo comprobé cuando me devorabas en mi habitación con un beso.

—¿Que te devoraba? ¡Tú fuiste quien me besó! —digo llena de indignación.

—Tú me besaste primero y cuando yo te devolví el beso no parabas de tocarme.

—¡Oye! —me quejo mientras bajamos del ascensor en el piso correspondiente—. Eso no es…

—¿No? ¿No me tocaste el muslo? ¿Toda esa pasión desenfrenada?

—Pero…

Lo escucho reír y cuando se gira para verme está sonriendo, finjo que estoy molesta con un resoplido, acercándome para golpear su brazo, lo que sin duda lo hace reír de nuevo.

—No mientas, sí me devoraste y me toqueteabas de manera apasionada, pero no me quejo porque me gustó. Y porque yo también estaba devorándote.

Me sonrojo y se inclina dejando un beso en mi mejilla; ubica su mano en la parte baja de mi espalda guiándome hacia el estudio, el cual debido a que todavía es temprano se encuentra tranquilo y sin todo el ajetreo. Algunas personas nos reconocen y saludan.

—¡Hermanito! Así que realmente tienes un par de pelotas y has decido venir. ¡Ups! Perdona mis palabras, bella Alaska. —Le devuelvo la sonrisa a Holden.

Holden, el hermano mayor de Drake, palmea la mejilla de este con fuerza antes de envolverme en un cálido abrazo y besar de manera sonora mi mejilla.

—Muéstramelo —me pide, lo observo con confusión.

—¿El qué?

—¡El anillo! —informa, y Drake comienza a toser—. ¿Dónde está el anillo, Alaska?

—¡¿Qué anillo?! —prácticamente grito.

Me encanta Drake, tengo sentimientos por él, lo quiero. Pero no voy a casarme con él, no en este momento. Soy demasiado joven y ni siquiera he descubierto aún si es buen amante o somos compatibles en el sexo, que seguro que sí, pero… ¡soy muy joven! ¿Cómo voy a rechazarlo sin que le duela? Pero antes de que pueda verbalizar todas estas preocupaciones, Holden comienza a reírse y me da otro abrazo, luego palmea la espalda de Drake, cuyas mejillas se encuentran muy sonrojadas.

—Estoy bromeando, Alaska. Debiste ver tu rostro y el de Drake. Ha sido divertido.

—No lo ha sido —decimos Drake y yo al mismo tiempo.

—Oh, si hasta hablan al mismo tiempo. Jocker está en su camerino, de buen humor, por suerte para ustedes.

—¿Hemos venido a ver a mi hermano? —cuestiono. Drake asiente perdiendo su sonrojo y comenzando a caminar. Yo le sigo.

En el camino me detengo cuando frente a nosotros, hablando con Rayan, viene Austin. Me hace recordar la conversación que tuve con Alice sobre mentirle a Georgia. Ver a Rayan me hace recordar que Drake y yo lo pillamos besuqueándose con Breana en la fiesta de compromiso de mi hermano, y ella tiene novio. Sin embargo, recuerdo que debo fingir no haber visto nada.

—Hola, Alaska. Hola, Drake —nos saluda Rayan con una sonrisa—. Toda una sorpresa tenerlos por aquí.

Me sorprende la manera en la que de verdad finge que no lo vimos, pero tiene sentido si recuerdo que dijo que se hizo el ciego cuando pilló muchas veces a mi hermano y Adelaide siendo más que amigos.

—Hola, Rayan. —Le sonrío sintiéndome afortunada cuando besa mi mejilla—. ¿Cómo está Summer?

Summer es su pequeña hija, es un amor al que es imposible no agarrarle cariño. Y, sí, Rayan es un guapo y sexi papá soltero.

—Creciendo y haciendo un montón de travesuras junto a preguntas curiosas —ríe y sacude su cabeza—, pero como siempre, siendo una niñita preciosa.

—Apuesto a que lo es. —Dirijo mi atención a Austin—. Hola.

—Hola, tú eres la hermana que no me odia. ¿Cierto?

No sé cómo responder a eso y él me sonríe antes de comenzar a jugar con el piercing en su ceja izquierda, luego se encoge de hombros. Alice no puede odiar a este espécimen de hombre, a ella tiene que gustarle. Sus ojos grises verdosos me miran con diversión ante mi silencio.

—No te preocupes, no a todos les caigo bien. Parece que respiro muy mal y eso a tu hermana le molesta.

—No, no. No creo que te deteste ni nada parecido.

—Eres linda —señala sonriendo.

—Y es mi novia.

—¿Lo es? —pregunta Holden, enarcando una de sus cejas hacia Drake.

—Si es lo que escuchaste, es lo que es, Holden.

—¿Qué escuchó Holden? —Todos nos giramos hacia la nueva voz femenina.

Se trata de Elise, otra de las presentadoras y amigas de Jocker. Sí, son varios presentadores de diferentes secciones, todos atractivos e inteligentes. Kennedy, el antiguo productor, solo quería a personas guapas.

—Que Aska es novia de Drake —repite Rayan—. O eso dijo uno de los gemelos.

—Uno de los gemelos se llama Drake —me quejo.

—Lo sé —sonríe Rayan antes de asentir y comenzar a alejarse.

—La conversación es muy interesante, pero estaba discutiendo algo importante con Rayan —se despide Austin, pero hace una breve pausa—. Dile a tu hermana que sigo respirando, por lo que puede seguir enviándome malas vibras.

—Se lo haré saber —alcanzo a decir antes de que se aleje.

—Entonces… sabía que pasaría. Se ven lindos… Solo les recomiendo usar protección, son demasiado jóvenes para tener bebés.

—Eres solo unos pocos años mayor que yo —le recuerda Drake.

—Sí y no estoy pensando en reproducirme ahora, toma mi consejo y llegarás a viejo.

—¿Alaska?

Me vuelvo para encontrar a Jocker en la puerta de su camerino mirándome con confusión, luego me sonríe y desplaza su mirada a Drake.

—No sabía que vendrían —prosigue.

—Es que esto es una sorpresa, Jocker —asegura Drake caminando hasta él—. Y tenemos pendiente una conversación muy larga.

—¿Tú y yo?

—Más bien Alaska, tú y yo —le corrige.

—¿Que yo qué? —me exalto.

Jocker nos observa a uno y a otro, suspira y se hace a un lado.

—Pasen adelante, será mejor que me siente y que alguien, por favor, me consiga un té… rojo. Porque estoy seguro de que esta conversación será interesante —declara Jocker antes de cerrar la puerta.

Bueno, no conozco este plan de Drake, así que al igual que mi hermano, lo miro. Él aclara su garganta, y comienza a hablar.

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