150 videojuegos a los que tienes que jugar al menos una vez en la vida

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102. Shenmue

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102

Shenmue

Fecha de creación: 1999

Desarrollador: Sega

Distribuidor: Sega

Género: Obra maestra de Yu Suzuki

Plataforma: Dreamcast

Durante un viaje a China destinado a la búsqueda de material e información para la creación de una nueva entrega de la saga Virtua Fighter, Yu Suzuki comenzó a escribir el argumento de un nuevo videojuego para Mega Drive. Las escasas capacidades técnicas de la plataforma de 16 bits hicieron que el proyecto Berkley, como era conocido por aquel entonces el juego, empezase a ser diseñado para la videoconsola Saturn, pero el corto tiempo de vida de esta propició que fuera finalmente Dreamcast la máquina que vio nacer, bajo el nombre de Shenmue, una obra maestra surgida gracias al genio creativo de Yu Suzuki, que se encargó de la dirección, producción y elaboración del guión.

En un principio Shenmue iba a formar parte de la saga Virtua Fighter —de hecho, uno de los primeros nombres del juego fue Virtua Fighter RPG—, pero finalmente se convertiría en una aventura independiente que conserva algunas similitudes en los combates y el diseño de los personajes. La historia comienza en 1986, cuando nuestro protagonista, Ryo Hazuki, de regreso al dojo que regenta su familia, se encuentra a su padre combatiendo contra un extraño vestido con ropas chinas. Este, tras asesinar al padre de nuestro protagonista, se marcha con un objeto llamado «Espejo del Dragón»…, pero antes menciona un nombre: Sun Ming Zhao. A partir de aquí comienza una aventura en la que Ryo viajará por todo Japón intentando unir las pocas pistas disponibles para vengar la muerte de su padre.

Este argumento, bastante convencional, ha servido para crear uno de los videojuegos más impresionantes aparecidos al final de la década de los noventa. Porque impresionante es su apartado gráfico, con escenarios repletos de detalles que crean una sensación de realidad y profundidad pocas veces conseguida hasta entonces. Impresionante es también el sonido, con más de sesenta melodías de diferentes estilos entre las que se pueden encontrar —si Ryo compra el casete en una tienda— las bandas sonoras de grandes clásicos de Sega como Out Run o Hang On.

Pero no menos impresionante es su jugabilidad, fruto de la amplia experiencia de Yu Suzuki en la creación de videojuegos. Por un lado, en Shenmue tenemos un juego de rol con amplia libertad de movimientos en el que debemos buscar pistas para averiguar el pasado de nuestro padre. Además, mientras andamos tranquilamente por las calles de la ciudad, pueden suceder determinados eventos en los que deberemos pulsar los botones en el momento adecuado, lo que afectará de un modo u otro al transcurso de la trama en función de nuestra habilidad para ejecutar la serie. Pero también hay luchas en Shenmue, peleas cuerpo a cuerpo con gran variedad de movimientos que harán que la acción inunde nuestro monitor durante unos instantes.

Todos estos modos de juego hacen de Shenmue una obra muy especial no apta para todos los públicos debido a su variedad, profundidad y su alto grado de «realidad», algo que jugó en su contra desde el momento de su lanzamiento y que hizo que sus ventas no alcanzaran el nivel esperado, sobre todo si tenemos en cuenta que los costes durante su realización ascendieron aproximadamente a setenta millones de dólares…

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