150 videojuegos a los que tienes que jugar al menos una vez en la vida

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150. World of Goo

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World of Goo

Fecha de creación: 2008

Desarrollador: 2D Boy

Distribuidor: 2D Boy

Género: Emulador de física

Plataforma: PC

El año 2008 fue un año repleto de sorpresas y novedades gracias al esfuerzo de las compañías independientes: a la aparición de Little Big Planet para PlayStation 3 y de Braid para Xbox 360 y PC hay que sumar la llegada de World of Goo para PC y para la Wii. Kyle Gabler y Ron Carmel, dos ex empleados de Electronic Arts, decidieron crear su propia compañía con el nombre de 2D Boy para poder realizar un proyecto que ambos habían ideado tiempo atrás y al que bautizaron con el nombre inicial de Tower of Goo. Así, tras un gasto estimado de 10 000 dólares en el desarrollo, aparecería World of Goo, uno de los grandes títulos del año.

Los goos son unos pequeños y graciosos seres esféricos que se pueden unir entre sí formando estructuras con las cuales deben alcanzar una tubería para poder acceder hasta el siguiente nivel. Un planteamiento que aunque en un principio puede parecer simple, no solo es entretenido, divertido y original, sino que esconde una profundidad y un talento creativo que por desgracia pocas veces se puede ver en títulos de mayor renombre.

La programación corrió a cargo de Ron Carmel, que, junto a Allan Blomquist, consiguió aplicar al juego un sistema de física absolutamente brillante. Es justamente esto lo que hace de World of Goo un juego único, porque no hay nada como exprimir nuestros sesos para crear una enorme torre formada por cientos de goos mientras intentas mantener el equilibrio luchando contra la gravedad, contra el viento, o contra cualquiera de los muchos elementos que encontraremos durante las más de cuarenta fases que componen esta aventura.

Kyle Gabler se ocupó del desarrollo artístico del juego, de su diseño, de la música, de su aspecto visual y del argumento. World of Goo posee un diseño artístico que no tiene nada que envidiar a ninguna gran producción: la visión de Gabler ha conseguido recrear un mundo muy particular, lleno de colores, con un aire siniestro y decadente que consigue sorprendernos continuamente, todo ello mezclado con un diseño de escenarios portentoso que se renueva de manera continua. El aspecto sonoro no puede dar más de sí, las músicas son pegadizas, épicas, nostálgicas, estresantes y divertidas, al igual que los efectos: estarás deseando mover un goo únicamente para que repita uno de esos ruidos tan graciosos que hacen. La jugabilidad de World of Goo es tan sencilla como mover el ratón y hacer clic con su botón izquierdo: muy simple, y funciona a la perfección… y además el juego posee una historia que es narrada a través de carteles y pequeñas escenas de vídeo, una historia repleta de grandes dosis de ironía y humor que nos habla de la red de redes, de la sociedad de consumo y de la esperanza.

Pero World of Goo no es un videojuego del que pueda disfrutar todo el mundo: producirá urticaria a todo aquel que goza con los gráficos hiperrealistas y a los que prefieren las complicadas combinaciones de botones a usar su cerebro… Es, en definitiva, una de esas aventuras que hace recobrar las esperanzas a aquellos que creen que el mundo de los videojuegos se ha convertido en un negocio de masas carente de creatividad.

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