150 videojuegos a los que tienes que jugar al menos una vez en la vida

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8. Pac-Man

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8

Pac-Man

Fecha de creación: 1979

Desarrollador: Namco

Distribuidores: Namco/Midway

Género: Laberintos, fantasmas y pastillas

Plataforma: Arcade

La década de los setenta llegaba a su fin y el mundo de los videojuegos parecía estar condenado a disfrutar únicamente con juegos relacionados con batallas espaciales y versiones del Pong cuando Tõru Iwatani, inspirándose en una pizza a la que le faltaba una porción, desarrolló este clásico que resultó un éxito instantáneo desde su lanzamiento en Japón y del que se pueden encontrar adaptaciones en prácticamente todos los sistemas y videoconsolas del mercado.

Conocido en España también como comecocos, su título original en japonés es Puck-Man, cuya expresión puck proviene de una onomatopeya japonesa que describe el sonido que hace la boca al abrir y cerrarse. Este título se modificó para el mercado internacional sustituyendo puck por pac, cuya pronunciación en inglés prácticamente no varía, posiblemente para evitar las bromas fáciles y obscenas que se podrían producir al asociar la palabra japonesa puck con la palabra inglesa fuck.

Pac-Man nos sitúa en un laberinto donde manejamos una especie de círculo amarillo con boca —de ahora en adelante Pac-Man— y nuestra misión es comernos todos los puntos amarillos que están dispersos a lo largo y ancho del laberinto para poder acceder al siguiente nivel. Para hacer el juego más interesante, en el centro del laberinto hay un habitáculo con cuatro fantasmas que intentarán atraparnos y quitarnos una de las tres vidas disponibles. Pero, para defendernos de ellos, cerca de las cuatro esquinas del laberinto podemos encontrar unos puntos más grandes que el resto y que hacen que los cuatro fantasmas se vuelvan azules, huidizos, y se produzca un cambio en los papeles, siendo nosotros quienes podremos engullir a los fantasmas. Si conseguimos atrapar a alguno de ellos, estos volverán al rectángulo central, aunque pasados unos instantes se reincorporarán a la caza de nuestro amigo amarillo.

Hay que destacar que el comportamiento de los fantasmas no es aleatorio, sino que cada uno sigue un patrón de movimiento que está asociado a su personalidad, lo cual se puede considerar una primera aproximación a la inteligencia artificial:

Fantasma rojo: su nombre en japonés es Oikake (perseguidor). Es el más agresivo y después de que Pac-Man coma un determinado número de puntos se volverá más rápido y peligroso.

Fantasma rosa: su nombre en japonés es Machibuse (que hace emboscadas). Siempre se mueve a la misma velocidad y siempre intenta rodear a Pac-Man para atraparle.

Fantasma azul: su nombre en japonés es Kimagure (inconsistente). Es el más impredecible de todos, pues ante las mismas situaciones suele tomar decisiones distintas.

Fantasma amarillo: su nombre en japonés es Otoboke (estúpido). Es el fantasma menos agresivo, ya que suele dar vueltas por el laberinto sin acercarse a Pac-Man.

El juego está compuesto por 255 niveles, todos iguales, en los que la única variación es su creciente dificultad. Teóricamente se puede llegar hasta el nivel 256, denominado nivel de pantalla partida, en el que la mitad derecha del laberinto aparece totalmente distorsionada, pero dicho nivel es injugable y, de hecho, nadie ha podido demostrar que lo haya superado.

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