10 notas sobre el balotaje

10 notas sobre el balotaje

Rodrigo Nunes

01. La primera decisión que hay que tomar es cómo contabilizamos los votos del “Capitán”. Si pensamos que hay un 46% de votantes fascistas en Brasil –el 33% del total del electorado, el 24% de la población- tal vez sea mejor cambiar de nombre o empezar a pensar en irse del país. Pero también se puede elegir desagregar ese bloque del 46% en subgrupos –y esto genera un margen de acción.

No voy a arriesgar números, pero propondría la siguiente división: hay quien vota a Bolsonaro porque se siente inseguro, está harto de la política convencional, desea un cambio y realmente no cree que él represente mayores riesgos, a no ser para los corruptos y los criminales; hay quien cree que representa riesgos para la democracia y las instituciones, pero que son riesgos menores; hay quien cree que representa riesgos razonables, pero está dispuesto a correrlos; y está quien desea que él realmente haga todo lo que dice. Obviamente las fronteras entre estos grupos son difusas, pero ahí tenemos una escala ascendente de flirteo con lo que hay de potencialmente peor en el candidato. Sólo el último grupo, y en menor grado el penúltimo, podrían propiamente ser acusados de connivencia consciente con el fascismo.

Es posible que otros encuentren más precisas otras clasificaciones; eso no importa. Lo que importa es que la idea misma de hacer una clasificación implica: que hay diferentes tipos de electores de Bolsonaro, que tienen motivaciones diferentes y que, por lo tanto, es preciso tener diferentes mensajes para ellxs. Y que parte de ese lectorado no está en disputa porque sí es fascista; y que es preciso, por lo tanto, aislarlo, creando un clivaje entre ellxs y los otros grupos, inmunizando contra ellos a lxs indecisxs, a lxs electores de otrxs candidatxs, etc.

 

02. En tiempos de amenazas físicas reales, vale más que nunca, literal y figurativamente, la lección: no estar NUNCA donde ellxs te esperan. Lo que ellos quieren ahora son encapuchados antifascistas quemando autos. Lo que ellos quieren ahora es gente rasgándose las vestiduras en protesta. Ellos ya contabilizan varios elementos de nuestro repertorio dentro de su estrategia y tienen una máquina lista para explotarlos. (Para el que no lo haya visto, escribí un poco más sobre eso acá: https://bit.ly/2OO1Qp9). ¿Una pueba? El canalla que rompió la placa con el nombre de Marielle (https://bit.ly/2zYV6wi) resultó el candidato a diputado estadual de Rio más votado.

Conclusión: no los ayudes a mitificar. ¿Viste un contenido ofensivo? Guardalo, imprimilo y denuncialo inmediatamente –en la web y en el Ministerio Público Electoral (https://bit.ly/2l4bqm1). Si querés, compartilo en tus redes de forma privada, siempre con la salvedad de que se debe evitar compartir el material públicamente. No alimente los trolls.

 

03. Dos cosas de las que es necesario que hablemos mucho: el uso de fake news y la práctica de la desmentida constante. Se trata de hacer una especie de metapropaganda inoculando a las personas contra el tipo de propaganda al que están expuestas. Divulgar en las redes y tener siempre a mano ejemplos de mensajes que partieron incluso de las propias coordinaciones de campaña y fueron comprobadas como falsas. Recordar a las personas de los médicos cubanos, de la guerrilla venezolana, del hijo de Lula y una serie de otras leyendas urbanas que nunca se confirmaron. Si una persona concluye que existe un historial de fake news asociado a una fuente, tiende a recibir más críticamente lo que viene de esa fuente.

Lo mismo vale para las desmentidas, algo muy utilizado también por Trump: cada vez que se llama la atención sobre una declaración racista, misógina, homofóbica, etc. Se responde que eso no estuvo bien, que fue malinterpretado, o se lanzan afirmaciones en un sentido diverso. Es preciso dejar claro que eso es una técnica deliberada, que le permite al candidato comunicarse al mismo tiempo con el electorado asumidamente fascista u con la elite y presentarse a la vez como un hombre del pueblo, como alguien espontáneo, que a veces exagera, etc.

 

04. Vivimos en un país con mayoría de negros y mestizos. Comparada con la misoginia y la homofobia, la dimensión racista de esta candidatura fue poco explotada hasta ahora. Pero nótese que explorar eso no es compartir videos en una burbuja de clase media blanca y decir “qué racista! Qué bueno que nosotrxs somos mejores que eso”.

 

05.  El sentimiento de superioridad moral es parte del problema, no de la solución.

 

06. Por eso, cuidado con el humor. El humor es importante, porque parte de la propaganda de ellos consiste en decir que la izquierda no sabe reír, jugar, etc. Pero un humor mixturado con exhibicionismo moral alimenta la máquina. Donde el humor puede ser importante es en la creación de clivajes entre los diferentes tipos de electores de Bolsonaro y en el aislamiento del núcleo fascista. Dos cosas que pueden ser bien exploradas con humor: el hecho de que el candidato supuestamente anticorrupción es el favorito de gente como Eduardo Cunha; y el sesgo clasista y racista del electorado más rico que vota a Bolsonaro. Y si gran parte de la estrategia del candidato pasa por mostrarlo como una figura fuerte e inmaculada, todo lo que demuestre su debilidad –que es un títere de los más ricos, por ejemplo- puede ser útil.

 

07. Al conversar con la gente, no hay que atenerse a las palabras que el otro está usando, sino al sentimiento que ellas expresan. Entendiendo este sentimiento, y de qué manera éste sentimiento está asociado a las palabras y a las motivaciones que se presentan para actuar, es que se consigue entrar en un diálogo. Puede tratase de alguien que expresa un miedo absolutamente legítimo de un modo que uno encuentra repulsivo. Hay que reconocer la legitimidad de ese miedo, reconocerse a uno mismo en ese miedo y señalar las razones por las cuales uno cree que el otro está eligiendo una respuesta errada a un problema que ambos tenemos en común.

 

08. ¿Un ejemplo? Si yo fuese el director de campaña de Haddad, mi campaña para la segunda vuelta estaría muy centrada en la familia. Como no lo soy, ofrezco ésta sugerencia para todo el mundo.

“Familia” es un valor importante para el electorado de Bolsonaro –y no es por sí misma una cosa fascista, necesariamente regresiva. En una situación de crisis, de inestabilidad política, de aumento de la criminalidad, etc. las personas votan movidas por el miedo. Y hablar de familia, de comunidad, del grupo de la iglesia cuando se tiene miedo tiene todo el sentido del mundo, porque para la mayoría de las personas esa es la última defensa entre ellas mismas y el sálvese quien pueda. Es preciso hablar de cómo lo mucho o poco que Bolsonaro presentó hasta ahora de su propuesta económica va a ser peor para las familias. Contrastar eso con otras políticas públicas que, especialmente en una situación de crisis, son buenas para las familias –como, justamente, la Bolsa Familia. Mostrar familias no-convencionales que consiguieron vencer adversidades, los padres y madres tradicionales que aceptaron a sus hijos como son; y, por otro lado, mostrar las familias comunes que fueron destruidas por el racismo, por la homo y transfobia, por la misoginia, por la dictadura. En síntesis, mostrar que varios de los valores que las personas asocian a la familia (amor, protección, inculcación de valores ético, solidaridad) pueden ser realizados por diversos tipos de familias y que nadie quiere terminar con eso. Y que lo que se quiere es que nadie le niegue a las personas la protección, solidaridad y respeto simplemente por ser lo que son. Todo el mundo conoce y debe haber sentido alguna vez compasión por alguien diferente de sí; esa compasión es la que precisa ser movilizada. 

 

09. El bolsonarismo es fuerte porque es rizomático, plural y multiforme. No te quedes esperando que el comando de campaña de Haddad baje la línea, no subordines tus tácticas de comunicación a los equipos de marketing. Creá las que resulten más adecuadas a los espacios en los que circulás, remezcla el material oficial como mejor te parezca, inventá tu propia propaganda.

 

10. ¿Dá para hacer eso en la escala necesaria en el tiempo disponible? No lo sé. Pero pensémoslo como reducción de daños: aunque Bolsonaro gane, menos fascismo es mejor que más.

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