Zombi

Zombi


Cómo ocurrieron las cosas » 38

Página 43 de 63

38

Q _ P_ en ERECCIÓN PERPETUA.

¡Me llovió sobre la cabeza tanta extrañeza aquel verano! ¡Como si las veintiuna «perlas brillantes» del cometa EXPLOTARAN una a una dentro de mi cabeza! Y la promesa de más, ¡y MÁS!

Estaba viendo con NUEVOS OJOS, y no necesitaba más que unas horas de sueño atiborrado de planes, ¡y tanta energía muscular y celo y esperanzas de capturar a la presa y MI ZOMBI aguardando en la vieja cisterna del abuelo!

Incluso el doctor E_ que solía bostezar durante nuestros cincuenta minutos y se quitaba las gafas para frotarse los ojos de color pipí tomó nota. Habló de un tono saludable de mi piel y preguntó cómo iban las cosas en mi vida y yo dije que las cosas iban muy bien doctor, sonriendo tímidamente pero como si hablara en serio, sin tonterías y estoy orgulloso y el doctor E_ entonces preguntó si me tomaba la medicación regularmente, con las comidas tres veces al día. Y dije sí doctor y después preguntó si aún no soñaba, ¿recordaba algún sueño? Y dije sí doctor y entonces me miró parpadeando como si yo fuera un perro que de pronto se hubiera puesto sobre dos patas y hablara inglés.

—¿, Quentin? ¿ has tenido un sueño?

—Sí, doctor.

—¿Sobre qué era?

—Pollitos.

—¿Cómo dices?

—Politos. Pollos pequeños.

Hubo una pausa, y el doctor E_ se empujó las gafas en el puente de la nariz y siguió mirándome. Aquellos ojos de color pipí alerta y preguntándose, la primera vez en dieciséis meses.

—Bueno, ¿qué soñaste sobre pollitos, Quentin?

—No lo sé —dije, y era cierto, entonces—, sólo estaban allí.

Después me sentía tan bien que casi —¡casi!— le dije al doctor E_ que ya no le necesitaba y que podía meterse en el culo su receta de mierda.

Y más tarde aquel día que era martes, y ARDILLA no estaría trabajando en Humpty Dumpty y era un día bochornoso-lloviznoso o sea que no estaría en la piscina de su amigo en la casa de al lado de la de la abuela, yo caminaba deprisa por el campus de la universidad dando un rodeo como siempre rodeando Erasmus Hall y vestía mis pantalones cortos caqui y una camiseta ancha MOUNT VERNON U. y mis gafas de aviador y capté algunos ojos burlones creo y otros reflejando aprobación. La escuela de verano estaba en marcha y los chicos llevaban ropa como la mía. Salvo claro está los pelmazos de los profesores que siempre encuentras en el campus y te miran como si fueras un monstruo o un nazi. O peor. Pero yo me sentía animado después del sueño del POLLITO de la noche anterior y me desconcertaba lo que podía significar y seguro que obtendría la respuesta, y pronto.

Y en el Darwin Hall donde hacía años y años que no había estado subí al tercer piso como si supiera adónde iba. Asomé la cabeza en una gran sala de conferencias y no era allí. Asomé la cabeza en el departamento de biología y no era allí. Asomé la cabeza en un laboratorio que olía tan fuerte que me escocieron los ojos y era allí. Donde años atrás había apilado jaulas de gatos, conejos, monos con electrodos en el cráneo. Algunos de ellos inmóviles en sus jaulas y algunos volviéndose y retorciéndose. Algunos sin vista aunque sus ojos brillaban. Y todos ellos sin hacer ruido aunque abrían la boca y emitían gritos silenciosos que hacían vibrar el aire aunque no se oían. ¿Debía de ser papá quien me llevó? O me había alejado de papá en otro sitio y había entrado en el laboratorio con el cartel SÓLO PERSONAL AUTORIZADO: DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA atraído por el olor. Sin embargo aquel día no era más que un laboratorio, una habitación larga con fregaderos y mostradores e instrumentos, etcétera. Y el muro de jaulas había desaparecido. Y una joven estudiante de posgrado de aspecto asiático que está sola en la habitación me mira parpadeando como si me tuviera un poco de miedo, lo que está bien para Q_ P_, es el único tipo de hembra en que puedes confiar. Así que le pregunto dónde están los animales y digo que antes había gatos, conejos, monos en este laboratorio y se experimentaba con ellos y ella pregunta cuándo era esto y yo digo que hace unos años y ella dice que sólo hace dos años que está aquí y no sabe nada de esto y las cosas han cambiado en el departamento. Y ella hizo ademán de retroceder y vi que chocaría contra una gran pantalla de ordenador que había sobre una mesa y lo hizo y no pudo retroceder más y pensé NO: NO ALARMES A ESTA ZORRA y no la presioné más y cambié de tono como sé hacer, soy experto en eso y cada día lo hago mejor. Es estudiante de biología pregunto y ella dice que es biogenetista que investiga para su doctorado. Y yo digo que soy estudiante de posgrado de física que investigo para mi doctorado, y ayudante del profesor R_ P_.Y ella me mira con su cara plana y sus ojos oscuros y rasgados ¡y veo que no sabe quién coño es R_ P_! Es divertido. Muy divertido. Y el Erasmus Hall sólo está al otro lado del patio. Me quedo un poco sin aliento y me paso las manos por el pelo que está grasiento y como púas pero no presiono más. Y decimos:

—¿Dónde están exactamente las cuerdas vocales?

—¿Cómo dice?

—Las cuerdas vocales. ¿Dónde están exactamente las cuerdas vocales?

—¿Las cuerdas vocales? ¿Cómo… las de tu garganta?

—Las cuerdas vocales humanas, pero estoy hablando de animales —digo. Hablo con calma, de modo razonable. Por mi comportamiento se diría que soy un compañero científico—. Las cuerdas vocales de los animales de laboratorio se cortan, ¿no? ¿Cómo se hace?

Y ella me mira un poco asustada de nuevo e insegura. Dice:

—No hago esa clase de investigación.

Yo digo:

—Yo tampoco, soy de física —digo—. Pero ¿cómo se hace? ¿Es fácil o complicado?

Y Caraplana menea la cabeza como diciendo que no lo sabe. Y yo me estoy cabreando un poco pero no lo demuestro. Digo:

—Bueno, ¿dónde están exactamente tus cuerdas vocales?

Y Caraplana se lleva los dedos a la garganta como comprobando si tiene alguna.

—Se pueden notar —dice—. Vibran cuando las tocas, cuando hablas.

Ir a la siguiente página

Report Page