Zombi

Zombi


Cómo ocurrieron las cosas » 53

Página 58 de 63

53

Un verdadero ZOMBI sería mío para siempre. Obedecería todas mis órdenes y caprichos. Diría «Sí, mi Amo» y «No, mi Amo». Se arrodillaría ante mí alzando sus ojos a mí y diría: «Te quiero, mi Amo. No hay nadie más que tú, mi Amo».

Y así pasaría y así sería. Porque un verdadero zombi no podría decir una palabra que no fuera, sólo una cosa que fuera. Sus ojos estarían abiertos y serían claros pero no habría nada dentro viendo. Y nada detrás de ellos pensando. Nada emitiendo juicios.

Tampoco habría terror en los ojos de mi ZOMBI. Ni memoria. Porque sin memoria no hay terror.

Un ZOMBI no emitiría juicios por supuesto. Un ZOMBI diría: «Que Dios te bendiga, mi Amo». Diría: «Eres bueno, mi Amo. Eres bondadoso y misericordioso». Diría: «Dame por el culo, mi Amo, hasta que sangre tripas azules». Me suplicaría que le diera comida y me suplicaría que le diera oxígeno para respirar. Sería respetuoso en todo momento. Lamería con su lengua como se le ordenara. Chuparía con su boca como se le ordenara. Separaría las mejillas de su culo como se le ordenara. Se abrazaría como un osito como se le ordenara. Apoyaría su cabeza en mi hombro como un niño pequeño. O yo apoyaría mi cabeza en su hombro como un niño pequeño. Yaceríamos bajo las sábanas en mi cama en la habitación del CUIDADOR escuchando el viento de noviembre y las campanas del campanario del Music College Y CONTARÍAMOS LAS CAMPANADAS HASTA QUE NOS QUEDÁRAMOS DORMIDOS EXACTAMENTE EN EL MISMO INSTANTE.

Ir a la siguiente página

Report Page