Zombi

Zombi


Libertad condicional » 14

Página 18 de 63

14

En la sesión de grupo del martes el doctor B_ nos instó a hablar con el corazón en la mano. Somos once. Evitamos los ojos. Bien, vamos a lanzar la pelota, ¿quién quiere empezar? Había un extraño zumbido detrás de mi cabeza. No paraba de mirar por encima del hombro y mover el culo en la silla pero no había nadie detrás de mí o nadie que pudiera ver. Recordad, nadie juzga a nadie. Esto es lo fundamental.

Luces fluorescentes y algunas de ellas parpadeantes. Pared de cemento pintada de amarillo mostaza y carteles y folletos y hojas de registro y una fotografía de Magic Johnson con algún mensaje y ninguna ventana excepto la única puerta con grueso cristal reforzado con alambre como circuitos del cerebro y me pregunto si es un cristal espejo y nos observan como ratas de laboratorio y si quizá nos graban en vídeo aunque cuando hemos cruzado esa puerta juraría que era la misma puerta que hemos cruzado cada semana.

Bien, vamos a lanzar la pelota, a hablar claro y con el corazón en la mano. ¿Quién quiere empezar?

Bim es el primero, Bim es un tío blanco de mi edad con una cara como queso quebradizo y los temblores del Haldol y una nariz que no para de moquear por lo que las ventanas tienen un brillo de mocos como lágrimas, una vez empieza a hablar y a reír y a hablar deprisa no puede parar y yo miro fijamente el suelo y estoy sordo y mudo como un idiota. Si no cooperas/te comunicas ESTÁS JODIDO. El siguiente es este otro tío blanco Perche cuarentón que siempre lleva una chaqueta a cuadros y corbata siempre sonríe y trata de estrechar la mano a todo el mundo, me vio en la calle un día y gritó ¡QUEN-TIN! Como si fuéramos compinches y yo me quedé allí mirándole sin establecer contacto visual mirándole el pecho y él me mira fijamente y se acerca un poco más con la mano tendida para estrecharme la mía y yo estoy en mi propio espacio rígido y sin respirar y por fin se aparta diciendo Disculpa, creía que eras alguien a quien conozco. Y después está este tío gordo, un chico más joven que yo con barriga cervecera alrededor de su cinturón de vaquero y que empuja hacia arriba como una rana hinchada, yo le llamo Caraderrana y él también habla demasiado deprisa y suda y resuella y aunque no escucho no puedo evitar oír, tonterías sobre que está acosado por el recuerdo de, no puedo dejar de pensar en, lamento mucho los hijos de su hermana que por accidente quemó echando gasolina alrededor de la casa e incendiándola como venganza sin saber que había alguien en casa y esto lleva mucho tiempo. Y están los tipos negros de los que dos son tíos legales a los que llamo Lengua de Terciopelo y el Bromista, estos tíos son verdaderos artistas en libertad condicional que vienen de Jackson. Q_ P_ podría aprender de ellos pero NO ESTABLEZCAS CONTACTO VISUAL. No lo hago.

Olvidé mis medicamentos de la mañana y del almuerzo y por eso al venir aquí he tomado dos tranquilizantes. Me he tomado una hamburguesa doble y patatas fritas y bebido cerveza Bud en la furgoneta, he comprado un paquete de seis cervezas en un 7-Eleven y he bebido cuatro seguidas, tenía la garganta seca de la hostia. He conducido por la autopista y por el barrio del río y por la zona de viviendas protegidas. PROHIBIDO desde la sentencia. Me arriesgo si un policía me para y estoy bebiendo pero ningún poli va a pararme, un tipo blanco con un buen corte de pelo conduciendo una furgoneta con los faros y las luces de posición encendidos, dentro del límite de velocidad y que circula por el carril derecho. Q_ P_ obtuvo su permiso de conducir a los dieciséis y siempre ha conducido con cuidado.

Así que me porto bien y escucho a los otros tipos o lo hago ver y el doctor B_ frunce el entrecejo y asiente como hacen, como si escucharan, también y lo absorbieran todo. No voy a caer en el pánico porque después del próximo tipo me tocará a mí. Y sé que la estoy jodiendo no contribuyendo a la discusión como lo llama el doctor B_. Y sé que ya me ha puesto malas notas o ??? en los informes. Nadie va a juzgaros. Hablad con el corazón en la mano. No saldrá de esta habitación, ¿de acuerdo?

Mis hombros caídos como los de un buitre y miro fijamente mis zapatos que son zapatillas de correr manchadas como de óxido. ¿Quen-tin? ¿Y tú? Y abro la boca para hablar y sale esta voz, es Q_ P_ pero también es como otro tipo, alguien de la tele quizá, o estoy imitando a Bim, a Perche, a Caraderrana, diciendo con balbuceos cuán avergonzado estaba de traicionar la amorosa confianza de mi mamá y mi papá y que era la peor parte de lo que me había sucedido, no sólo esta vez sino muchas veces desde los diecinueve años, aunque nunca me habían arrestado antes y nunca había hecho nada ilegal sino muchas cosas más pequeñas. (Por qué dije diecinueve años no lo sé, sólo es una edad que me pareció bien. En realidad tenía dieciocho años, cuando el incidente en Ypsilanti y papá y mamá se alteraron tanto.) Deseaba poder hacer girar el reloj hasta la infancia dije e iniciar el Tiempo de nuevo. Cuando era puro y bueno. Cuando estaba con Dios. Dije que creía en Dios pero no creía que Él creyera en mí porque no lo merecía. El rostro de mi madre se arruga y se hunde cuando llora porque se está haciendo vieja y mi rostro se hundió así y los tipos se sentían violentos y desviaron la mirada excepto Perche que se lo tragaba como si fuera semen y el doctor B_ fruncía el entrecejo y asentía. Uno de los negros Lengua de Terciopelo me pasó un pañuelo de papel pero sin mirarme y mi voz ahora iba rápida como un camión con remolque huyendo por una carretera de montaña. Dije cuánto lamentaba lo del chico de doce años de cuyo «abuso sexual» me acusaban (pero no di detalles de que era negro y retrasado y un zombi natural, ¡lo pensé!), dije que no sabía qué había ocurrido exactamente si me había acercado al muchacho en el callejón detrás del cubo de basura donde tenía aparcada mi furgoneta o si el chico me había seguido hasta allí y me abordó sin conocerme. Porque a veces me ocurren cosas que no puedo comprender. Demasiado rápido y confuso para que lo comprenda. Este chico aparentaba mucho más de doce años y tenía ojos penetrantes como hojas de afeitar y me pidió dinero o se chivaría, me pidió diez dólares y cuando le di diez dólares me pidió veinte y cuando le di veinte me pidió cincuenta y cuando le di cincuenta me pidió cien y entonces fue cuando perdí los estribos y le grité y le zarandeé PERO NO LE HICE DAÑO, LO JURO.

Para entonces yo balbuceaba y tenía el rostro bañado en lágrimas. No sabía que tenía lágrimas dentro de mis ojos tan a punto de brotar y una vez empiezas es fácil llorar y la mitad de los tíos no me miraban y la otra mitad sobre todo los blancos me miraban y el doctor B_ tenía el rostro enrojecido como si se hubiera corrido en los pantalones haciendo preguntas sobre el muchacho como si fuera alguien a quien yo conociera como si fuera del barrio y no un extraño absoluto y preguntas extrañas como si había sentido afecto por el muchacho y si sentía que sentir afecto era ser manipulado y que por qué perdí el control, era el control de mis emociones lo que había perdido ¿verdad? ¿y lo que temía? Y yo temblaba ahora un poco imitando a Bim, las manos temblorosas y la boca inquieta y mi rostro reluciente de lágrimas y levanté la mirada al doctor B_ por primera vez atreviéndome a establecer contacto visual porque las lágrimas me protegían y dije en voz alta y clara como si fuera una sorpresa para mí y me extrañara: Sí, doctor. Sentí afecto y por eso perdí el control.

Después de cada sesión, el doctor B_ redacta su informe para la oficina de la condicional, lo sé. No nos permiten ver estos informes que son confidenciales pero aquella noche me dijeron algo para darme esperanzas, el doctor B_ tironeándose de la barba como si fuera su polla y sonriendo bondadoso como hacen cuando te obsequian tu propia mierda. Quentin, por fin estás progresando de verdad, adelantando de verdad, poniéndote en contacto con tus emociones, ¡Quen-tin!

Ir a la siguiente página

Report Page