Zombi

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Cómo ocurrieron las cosas » 42

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Está estipulado, en el departamento del correccional de Michigan, que tu agente de libertad condicional vaya a «inspeccionar» tu residencia cada unas cuantas semanas, o quizá meses. El señor T_ que estaba sobrecargado de trabajo (como él se quejaba) había tenido que aplazar su visita a la residencia de Q_ P_ pero finalmente fue al 118 de la calle North Church el martes 2 de agosto. Q_ P_ que se había declarado culpable de «falta sexual cometida contra un menor» está en su segundo año de libertad condicional y su expediente de empleo, comportamiento e historial médico es «modélico». El señor T_ sólo tenía diez minutos explicó y parecía cabreado, habló por teléfono en su coche durante un rato antes de subir la escalera y ¡Bueno, hola, Quentin! Y me estrechó la mano de ese modo rápido y fuerte como si estuviera despegado de su mano y de tu contaminación. Alza los ojos detrás de sus bifocales y se nota que se queda impresionado con la casa de la familia P_. Barrio de University Heights. Él había ido a Western Michigan State en Kalamazoo.

Abrí la puerta y el señor T_ me precedió al entrar y dijo en voz alta como si hablara con un deficiente mental Asi que tú eres responsable de todo esto, ¿eh? Eso es bueno para ti, Quen-tin. Le mostré el salón delantero donde hay un sofá y sillas y una tele para uso de los inquilinos. Le mostré la cocina a la que los inquilinos tienen derecho. Yo había fregado los platos sucios e incluso había frotado el fregadero y había un fuerte olor a insecticida pero ninguna cucaracha a la vista. No abrí las puertas del armario donde las cosas estaban metidas de cualquier manera. Abrí el frigorífico como para hacer algo y el señor T_ puede que suspirara exhalando su aliento a través de los dientes. Fantástico, Quen-tin. Bueno, ¿dónde vives ? Le mostré mi habitación de la parte trasera. Q_ P_ CUIDADOR en tinta negra en una tarjeta blanca junto a la puerta. El aire acondicionado de la ventana zumbaba y la rejilla de ventilación estaba abierta y creo que la habitación no olía demasiado a cualquier cosa que pudiera oler. (Mi nariz estaba acostumbrada a lo que esto fuera, o sea que no era de fiar). Calcetines tiesos por el sudor y ropa interior que necesitaba un lavado y toallas húmedas, etcétera. El semen gris del lavabo en el cuarto de baño y el retrete y el plato de la ducha. Pero la cama estaba bien hecha y la colcha (comprada por mamá) de color azul marino con barquitos y anclas y pececitos en dirección a la almohada que estaba en posición recta. La única ventana necesitaba ser limpiada y daba al patio trasero lleno de malas hierbas que no había arrancado en semanas, trabajando tanto en casa de la abuela. Pero el señor T_ se fijó poco. Tampoco se fijó en las doce piedras de encima del aire acondicionado. Abrí mi armario y allí colgada estaba —¡por un extraño instante vi a mis ZOMBIS fracasados!— mi ropa, que no era mucha pero alguna prenda elegante y marchosa: el sombrero de piel de ala flexible de OJOSDEPASA en el estante, y una camisa a rayas de GRANDULLÓN (demasiado grande para Q_ P_), y algunas corbatas de piel, cinturones de lagarto, la chaqueta de piel de carnero y en el suelo mi trofeo las botas de piel de cabritillo cortesía de Rooster. También abrí la puerta del armario con cerradura y allí estaba mi calendario pegado en el interior de la puerta con cinta adhesiva con ciertas marcas ★ ★ ★ y mis camisetas, pantalones cortos de trabajo, zapatillas de correr, etcétera. Un fuerte y limpio olor a Lysol. En una bolsa de papel de aluminio como las que se usan para llevar a casa un pollo a l’ast para calentarlo en el horno, la botella de cuarto de formaldehído conteniendo mi recuerdo trofeo de GRANDULLÓN pero el objeto estaba bien cerrado con cinta adhesiva por supuesto y no desprendía ningún olor ni levantaba sospechas. Hacía tiempo que no lo abría para mirarlo. El señor T_ ni siquiera miró nada de esto porque para qué iba a hacerlo. Q_ P_ no tiene nada que ocultar, los cinco o seis cuchillos, el picahielo, etcétera, y la pistola están guardados bajo llave en el sótano. El señor T_ dice Magnífico, Quen-tin. Muy limpio y ordenado. Te va bien, ¿eh? Dice Un poco de responsabilidad hace que uno se sienta bien, ¿eh? Había escondido mis revistas de culturismo y material pornográfico. Y mis polaroids. Y el mapa de la ruta que sigue ARDILLA en bicicleta. En cambio, había un pulcro montón de ejemplares de Dale Tech Blaze y bolsas de papel marrón de la tienda de comestibles bien dobladas en el suelo. Igual que mi esposa, dijo el señor T. ¡Esas malditas bolsas de comestibles! En mi mesilla de noche Elementos de geofísica y el señor T_ lo cogió y miró dentro y vio el nombre. De segunda mano, ¿eh? Todos mis libros también eran de segunda mano. No podía comprarlos nuevos. Me preguntó por mis clases en el Dale Tech y le dije lo que ya le había dicho y él dijo que era una buena escuela, el hijo de su hermana se sacó un título de ingeniería eléctrica y tiene un buen primer trabajo en GE en Lansing.

En el vestíbulo delantero yo acompañaba al señor T_ a la puerta y Abdellah y Akhil estaban en los buzones y charlaban y sus ojos y dientes relucían y se quedaron callados enseguida cuando el señor T_ (que es un hombre blanco con un gran vientre y el rostro enrojecido y la cabeza calva) se acercó a ellos y murmuró ¡Disculpen! Y pasó por el estrecho espacio. Y Abdellah y Akhil subieron al piso de arriba ahora callados. Y el señor T_ no dijo nada hasta que estuvimos en el porche y entonces dijo: Debe de ser un poco extraño para un blanco, un cuidador blanco, para ellos, ¿no? Y añadió enseguida No estoy insinuando nada, tengo muchos amigos negros. Estoy hablando de la historia.

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