Zombi

Zombi


Libertad condicional » 19

Página 23 de 63

19

En la época de GUANTESDECONEJO, OJOSDEPASA, GRANDULLÓN yo no tenía acceso a mis habitaciones de cuidador por supuesto ni al sótano del 118 de la calle Church. Sólo mi furgoneta y mis dos habitaciones en la calle Doce. La bañera en el cuarto de baño.

Mis procedimientos eran toscos y continuamente se me desbarataban mis experimentos. Tenía que poner una radio a todo volumen, ruido de heavy metal y a veces ponían jodidos anuncios, la intrusión de la voz de algún extraño en un momento delicado. Y si me temblaban las manos o no había tomado el tranquilizante y no podía realizar lo que yo ordenaba a mis manos que hicieran como en un sueño cuando te mueves como entre pegamento. Y si me EXCITABA DEMASIADO Y DEMASIADO RÁPIDO. Oh, mierda.

GUANTESDECONEJO, por quien tenía tantas esperanzas, porque era el primero, se revolvía como un loco cuando empujé el picahielo en el ángulo del diagrama a través de la «órbita ósea» por encima del globo ocular (o lo que fuera, astillando el hueso) y gritaba a través de la esponja que le había embutido y atado en la boca rompió el alambre con que le había atado los tobillos pero no recuperó el conocimiento y murió en doce minutos mientras le pasaba agua fría por la cara para limpiarle la sangre y reanimarle. Mi primer zombi, un grado de jodido F.

OJOSDEPASA vivió siete horas en la bañera a veces casi consciente y roncando o con estertores y yo pensaba ¡FUNCIONA! ¡FUNCIONA! ¡MI ZOMBI! Pero tuve que levantarle el párpado del ojo que le quedaba (sólo «hice» uno) y pegarle cinta adhesiva, no se quedaba abierto por sí mismo. Le movía los brazos y las piernas para la circulación. Y le manipulaba y estrujaba la polla (que la tenía fláccida y fría como las tripas de un pollo) pero NO OCURRÍA NADA. Y después terminó y MIERDA QUÉ FRACASO.

GRANDULLÓN era el que más prometía porque para entonces creía que había aprendido a emplear el picahielo hábilmente, es una habilidad que se aprende con la práctica, utilizando un martillo como decía el doctor Freeman en lugar de, lo que había estado haciendo antes, simplemente golpear con la mano izquierda plana para hacer entrar el picahielo en el «lóbulo frontal». Además, GRANDULLÓN para ser un jugador de baloncesto-yanqui-camello indio en parte hurón en parte negro expulsado de la universidad de Lansing era extraño, era muy sano, quiero decir que parecía estar sano, el pelo espeso y negro reluciente y los huesos largos y duros, los músculos, el estómago plano y vello en el pecho y el pene largo como una butifarra, la piel de un rico color negro ciruela seca que me volvía loco por lamer con la lengua y mordisquear con los dientes. Incluso los dedos de los pies, ¡los dedos gordos de los pies! ESTABA LOCO POR ÉL. Sin embargo GRANDULLÓN me decepcionó como los otros porque no recobró lo que llaman el conocimiento después de la operación y como OJOSDEPASA respiraba en profundos jadeos convulsos y resonantes después de sacarle la esponja pensando que se ahogaba con ella. ¿Eh? ¡Eh, vamos! ¡Abre los ojos! Pero el ojo izquierdo en el que había trabajado con el picahielo estaba hecho polvo y el otro no estaba mucho mejor, en blanco como si ni siquiera fuera un ojo sino otra cosa. GRANDULLÓN vivió quizá quince horas y murió creo mientras le estaba dando por el culo (no en la bañera, en mi cama) para disciplinarle como ZOMBI y sólo comprendí que estaba muerto cuando durante la noche desperté porque necesitaba mear y noté lo frío que estaba, los brazos y las piernas que había echado sobre mí y su cabeza en mi hombro para estar abrazados pero GRANDULLÓN se estaba poniendo rígido con el rigor mortis y me entró pánico al pensar que me quedaría atrapado en su abrazo.

Mis tres primeros ZOMBIS, todos F.

Sin embargo, Q_ P_ no perdió las esperanzas. Aún no las he perdido hoy.

Ir a la siguiente página

Report Page