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Un poco de sal
El litio es un metal alcalino que forma parte de la tabla periódica de los elementos y que administrado en forma de sal reveló desde los años setenta una eficacia sorprendente en el tratamiento de los trastornos del ánimo. Yo ahora lo tomo todos los días y al tomarlo pienso en una reflexión melancólica del poeta norteamericano Robert Lowell, que padecía psicosis maníaco-depresiva en su versión más aguda hasta que le recetaron litio: «De todas formas perturba pensar que he soportado y causado tantos sufrimientos porque faltaba un poco de sal en mi cerebro, y que si se hubiesen conocido antes los efectos de esa sal, si me la hubieran administrado antes, podría haber tenido una vida feliz o en todo caso una vida normal en vez de esta larga pesadilla». Yo no diría algo tan radical, pues aunque lo pienso a veces mi vida no ha sido una larga pesadilla, pero también formo parte de los enfermos bipolares que responden bien al litio. Hace que mis subidones sean menos altos y mis bajones menos bajos, y tengo tanto miedo de encontrarme delante de la pequeña marina de Dufy que estoy dispuesto a tomarlo dócilmente hasta el fin de mis días.