La empatía de Máximo Kirchner

El diputado nacional Máximo Kirchner encabezó el cierre de la novena edición del Encuentro Nacional de Salud en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú (fuente).

Que este votante de la inconstitucional e innecesaria Ley 27573 que tanto daño ha ocasionado (y ocasiona) a la Salud del Pueblo forme parte de un encuentro vinculado a la Salud es por un lado un insulto al sentido común y por otro lado un acto de coherencia en el marco de la devastación que le vienen provocando (y provocan) estos infames traidores a la Patria.

El bloque político que este hombre presidía en octubre de 2020 fue largamente el mayor proveedor de los votos necesarios para la infame Ley 27573, que ayudó a entregar al Pueblo Argentino a una experimentación nunca vista en la historia. Este hecho le suma un plus a su responsabilidad, que la sensatez de la Justicia de un futuro ojalá no muy lejano debería considerar a la hora de condenarlo por su acto contrario a la Constitución, a la Patria, al Pueblo y a la Vida.

La realidad indica que estas bestias están cebadas y no sólo no expresan arrepentimiento por sus actos, no renuncian a sus bancas (de las cuales ya son usurpadores) ni se comprometen a no ejercer cargos públicos de por vida sino que, encaramados en púlpitos “oficiales” abren la boca y sueltan palabras.

Amparados en la lentitud e ineficacia de la Justicia, los parásitos internos prosperan y avanzan sobre el cuerpo de la Nación, en un proceso firme y sostenido que no deja de sorprender, ya que a este ritmo de envenenamiento y a la gran cantidad de parásitos cuesta entender cómo el ecosistema Argentina sigue vivo a pesar del daño que se le está haciendo desde el seno mismo de la administración.

Desde lo económico, la acción de los parásitos internos ha contribuido fuertemente en una transferencia de recursos del Pueblo hacia los bolsillos de fabricantes de inóculos. Como ejemplo mencionamos las ventas de la vacuna Sputnik V al Ministerio de Salud de la Nación, que le significaron un ingreso de $ 6090 millones (en el último trimestre 2021) a Laboratorios Richmond, que cerró su balance anual con ingresos superiores a los $ 16.000 millones (fuente).

Máximo Kirchner habla de empatía y es coherente, ya que su voto junto a los 126 diputados que lo acompañaron expresan una total empatía con los fabricantes de inóculos, no así con el Pueblo Argentino. Con su voto pusieron millones en los bolsillos de los fabricantes y Muerte y Daño en el Pueblo Argentino (que evidentemente no les interesa). No hay lobby del Pueblo que valga; estos diputados tienen las orejas tapadas cuando habla el Pueblo, en cambio sus oídos funcionan muy bien ante el lobby de las empresas farmacéuticas. ¿Para quién trabajan? Para el Pueblo seguro que no.

Con su voto, Máximo Kirchner hizo más ricos a los ricos, además de lastimar la Salud de la Familia Argentina con Muerte y Daño. Hablan los números y habla la Realidad.

¿Quién asesoró a estos diputados? Gente de bien seguro que no. Es imposible no pensar que el lobby de quienes producen los inóculos fue decisivo en la decisión que tomaron los legisladores que votaron dicha Ley. Entregar al Pueblo para que otros experimenten con sustancias inseguras es de una gravedad tal que no sólo los transforma inmediatamente en infames traidores a la Patria sino en personas peligrosas para la Vida de los habitantes de la Nación. Ir en contra de la Salud y la Vida de las personas favoreciendo la experimentación humana sin respetar niños ni ancianos los coloca en un lugar criminal, rayano en la psicopatía, los coloca en el grupo de los Enemigos del Pueblo Argentino. No estamos meramente frente a discursos o relatos de odio sino ante ACTOS DE ODIO contra el ser humano.

Somos Pueblo. Si nosotros, argentinos comunes, que no somos médicos ni especialistas, fuimos capaces de advertir la peligrosidad de los inóculos, investigando por cuenta propia… ¿cómo puede ser que los legisladores que votaron la Ley 27573 no lo advirtieran? Teniendo la posibilidad de escuchar el consejo de asesores de todo tipo… ¿no hubo un solo asesor que les indicara mejores soluciones a la cuestión SARS-COV-2? Es imposible de creer que no supieran de la existencia de terapias alternativas a la inoculación, como la ivermectina o el dióxido de cloro por mencionar sólo dos ejemplos de los tantos que utilizó y utiliza gran parte de la población, como mencionara el exdiputado Martín Federico Grande Durand, cuyas claras palabras prueban que dentro del Congreso SE SABÍA de la posibilidad de enfrentar el SARS-COV-2 de maneras alternativas, mucho más eficaces y económicas.

Si la sed de poder y dinero es la empatía que nutre el obrar de estos funcionarios (que deberían trabajar por el Bien del Pueblo pero en cambio han trabajado a favor de los mercaderes de la experimentación humana) NUNCA puede ser bueno para el país que permanezcan dentro de la administración.

Será imposible para el Pueblo recuperar la Salud mientras no se mantenga viva la Memoria, enfrentando la impunidad, identificando responsables, buscando sanción para los mismos y reparación para las víctimas.

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Noviembre 2022|República Argentina