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Voyeur » Capítulo Quince

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Capítulo Quince

—ENTONCES quiero que lo tomes —la voz de Braden cayó más bajo. —Quiero verlo follarte, cariño, tan, tan profundo.

Con eso, él le tomó la mano y la guió, cambiando su posición en el sofá para que ella se enfrentara a Braden su culo volviéndose hacia Tommy. Ella no se levantó sobre sus rodillas, estaba demasiado cansada, sino que las puso debajo de ella en una pose más relajada.

Detrás de ella, oyó el rasgar del papel y sabía que Tommy estaba poniéndose un condón. Luego sus manos se cerraron con gusto sobre sus caderas, masajeándola, susurrando cuan caliente ella era, cuán sexy, cuán bondadosa, y lo bien que lo había chupado. Ella miró hacia Braden todo el tiempo, quien estaba tendido a través del extremo del sofá, desnudo, y viéndose lo suficientemente bueno como para comérselo. Lo cuál era exactamente lo que ella pretendía hacer. Su boca estaba cansada, pero no tan cansada.

Posándose entre las piernas abiertas de Braden, ella envolvió su mano alrededor de su erección cuando Tommy empezó a introducirse en ella desde la parte trasera. Ella bombeó a Braden ligeramente mientras los tres gimieron al unísono, luego hundió su boca en él. Sabía salado, dulce con sus jugos y eso de alguna manera hizo la intimidad más profunda.

Ella presionó hacia atrás contra Tommy y sabía que lo estaba llevando al máximo cuando su culo se apretó contra su pelvis. Una vez más, estaba completa con dos ejes gloriosamente duros. Ahuecó las bolas de Braden en su mano mientras movía su boca arriba y abajo por su longitud, y sintió los choques de Tommy contra su monte cuando él empezó a entregar movimientos cortos y firmes.

Liberando a Braden de sus labios, le pasó la lengua de abajo hacia arriba, entonces arremolinó su lengua alrededor de la cabeza mientras Tommy la tomaba por la espalda. Al mismo tiempo, saboreó la posibilidad de deleitarlos a ambos de una vez con las diferentes partes de su cuerpo.

Mantuvo su mirada fija en Braden mientras utilizaba su lengua sobre él, sin dejar de acariciar debajo con su mano y chupando el pre-semen de la punta cuando se reunía allí. Hasta que finalmente detuvo por completo su lamida, situado su cálida polla entre sus pechos. Todavía estaban regordetas e impertinentes con la ayuda del sujetador ahuecando su parte inferior, y él se estremeció cuando ella empezó a joderlo de esta forma, dejando deslizar su polla aún húmeda profundamente por el medio.

—Dios, sí —murmuró él por encima de ella. —Tan bueno, nena.

Detrás de ella, la fuerza de los golpes de Tommy aumentó hasta que él latía en su interior, duro y más duro. Esto hizo que sus tetas se sacudieran contra la polla de Braden. Ella apenas entendía el salvaje placer que causaba cerrar sus pechos tan suavemente alrededor de su rigidez, pero la hacía suspirar de caliente alegría, satisfaciéndola casi tanto como la erección de Tommy.

Tommy la golpeaba ahora, haciéndola chillar con cada poderoso empuje, hasta que se encontró envolviendo sus brazos alrededor del torso de Braden, abrazándolo mientras se reunía con cada firme embestida en su espalda.

—¿Está bueno, nena?—Braden le preguntó, pasando sus manos sobre sus hombros.

—Mmm —logró decir, aun tomando cada caliente envite que Tommy entregaba.

—Ah, folla su dulce coño para mí —murmuró Braden, y ella sabía que estaba viendo a Tommy dar contra ella, viéndola tomarlo, sintiendo el placer vibrar a través de su cuerpo mientras él la abrazaba.

—Oh Dios —dijo Tommy de repente. —Voy a correrme. No puedo detenerlo, me voy a correr duro —y con sus manos todavía sobre sus caderas, ella escuchó el largo y pesado gemido que soltó mientras él le entregaba profundas estocadas imposibles que resonaban en su corazón.

Luego se quedó inmóvil en su interior, finalmente liberando un largo y exhausto suspiro.

—Jesús —susurró, y ella sonrió para sí misma con el orgullo femenino de haberlo complacido.

Cuando él se retiró, ella se apoyó en Braden por un momento, su pene todavía se extendía acunado largo y rígido entre sus pechos, pero su coño se sentía vacío, y ahora ella quería hacer venirse a Braden, también. Ella levantó su cabeza desde el estómago hacia él.

—Te necesito de vuelta en mi coño.

Sus ojos permanecían vidriosos, su boca entreabierta, y su profundo gemido le dijo lo mucho que sus palabras le habían afectado.

—Bésame —él dijo.

Una complacencia de la cual ella nunca se cansaba. Ella se levantó, rozando su cuerpo por encima de él hasta que pudo presionar su cálida lengua en su boca. Él gimió mientras ellos intercambiaban besos, sus brazos rodeando su cuello, las manos de él cayendo para amasar su culo.

—Fóllame —ella finalmente le susurró. —Por favor, fóllame.

Él los sentó a ambos en el sofá, Laura sobre su regazo.

—De esta manera —él dijo, entonces la posicionó para que ambos se sentaran frente a la ventana, su sólida longitud extendiéndose por el pliegue de su culo. Ella comprendió lo que él quería y, bajando sus pies al suelo, se puso de pie, luego se sentó lentamente hacia abajo, el movimiento envolviéndolo a él.

Los dos gimieron y él se sentía increíblemente grande, pero el ajuste a la posición fue más fácil ahora que cuando por primera vez habían tenido relaciones sexuales.

Con mucho cuidado, comenzó a moverse sobre él, gratamente consciente de su desnudez cuando Tommy miraba, consciente de que esta era la primera vez que su cuerpo se había sentido tan claramente en pantalla desde que ellos se había trasladado al sofá. Le gustaba su mirada en ella casi tanto como le gustaba la de Braden, le gustaba saber que él la veía deslizarse hacia arriba y hacia abajo sobre el eje de Braden, le gustaba la sensación de sus pechos balanceándose ligeramente sobre el ajustado sostén con cada movimiento que ella hacía.

Las manos de Braden se curvaron sobre sus muslos, apretando, acariciando, luego separando.

—Extiéndete, querida— le susurró profundamente en su oído. Luego él miró hacia a su derecha, a Tommy. —Por qué no lames su dulce coño dulce para mí, mientras ella monta mi polla.

La voz de Tommy sonó tensa.

—Felizmente —luego se dejó caer de rodillas, situándose entre sus piernas. Tanto ella como Braden tuvieron que abrirse ampliamente para complacerlo, y ella miró hacia abajo a su suave piel desnuda, abierta y de color rosa y esperando la boca de Tommy.

Su primer lamida a su centro húmedo fue tentativa, probando...pero Oh tan bien recibida, y ella suspiró cuando un nuevo calor onduló hacia el exterior.

—Oh, más —se oyó suplicar sin querer.

—Mucho más, mi amor —prometió Tommy. Pasó su mirada de su coño a su cara, entonces la dejó caer de regreso justo antes de hundir profundamente su lengua, arrastrando con entusiasmo sobre su clítoris, otra vez, y otra vez.

—Oh Dios —ella gimió.

Las manos de Braden llegaron para masajear sus pechos mientras la boca de Tommy trabajaba abajo, sus manos acariciando el interior de sus muslos. Una vez más, la multitud de sensaciones y el conocimiento de más de un hombre casi la abrumaba. La experta lengua de Tommy rastrillaba hacia arriba, cada vez terminando en su clítoris, y pronto ella ya no se movió arriba y abajo sobre Braden, sino que simplemente giraba en círculos rítmicos sobre su polla lo cual le ayudaba a cumplir con la boca de Tommy con sólo la justa presión.

Tommy se centró exclusivamente en la congestionada protuberancia entonces, lamiendo, lamiendo, cada golpe enviando un nuevo estallido de calor a través del coño de Laura.

—Sí —susurró ella, —Sí—. Arriba, Braden ajustó sus sensibles pezones entre sus dedos pulgar e índice, añadiéndose a su creciente excitación. Ella comprendió intuitivamente que ella los había complacido, y ahora ellos estaban complaciéndola, todas sus acciones diseñadas para empujarla más cerca de alcanzar al orgasmo.

—Sí, lámeme —dijo en un excitado suspiro mientras miraba a Tommy acariciar su lengua a través de sus pliegues femeninos. —Oh, oh... ahora chúpame. Chupa mi clítoris —ella rogó, apenas consciente de que de repente empezó a decirle a él lo que necesitaba.

Él complació, succionando el hinchado botón de carne rosada profundamente entre sus labios, hasta que ella gritó:

—Sí, así, ¡así!

—Mmm, quiero que te corras, nena —ronroneó Braden cerca de su oído. —Quiero que te corras tan jodidamente duro.

—Yo... quiero que... te corras, también —logró decir entre respiraciones cada vez mayores. —Profundamente dentro de mí... lléname con ella, nene... lléname.

Liberando sus senos con el fin de sostener sus propias manos en sus caderas, Braden comenzó a bombear más fuerte para arriba dentro de ella mientras Tommy la chupaba al ritmo de su jodida. Mientras ella se encontraba con las embestidas de Braden, su clítoris se levantó con fuerza contra la boca de Tommy, logrando una perfecta fricción. Ella sintió su propia escalada, aumentando, trabajando su camino rápidamente hacia la cima del placer, hasta que Braden demandó:

—Córrete para mí, nena, ¡ahora! —y ella lo hizo.

Cayó de cabeza en el más profundo éxtasis de su vida, las olas de la liberación golpeando por todo su cuerpo, extendiéndose por más tiempo que cualquier orgasmo que pudiera recordar. Ella lo cabalgó... montó la polla de Braden y se reunió con la caliente boca de Tommy una y otra vez, hasta que finalmente las brillantes vibraciones comenzaron a disminuir.

Sin embargo, cuando Braden gritó:

—¡Ah Dios, aquí voy, también! —y la presionó firmemente hacia abajo sobre su polla mientras conducía profundamente en su interior cuatro duras estocadas, las ahora débiles sensaciones aumentaron, extendiéndose de nuevo a través de su cuerpo, alargando el orgasmo aún más.

Segundos más tarde, Laura se encontró relajándose contra él, sus brazos envolviéndola. Girando su cabeza de donde se posaba sobre su hombro, ella se inclinó para darle un pequeño beso en su cuello.

Sus miradas se cruzaron.

—¿Estás bien? —él susurró, sonando tan desgastado como ella se sentía.

—Más que bien —ella le aseguró.

Él esbozó una sexy y satisfecha sonrisa.

Braden se relajó en el sofá con Laura y Tommy, el desaliñado sujetador de Laura el único trozo de ropa entre ellos. Por primera vez, se le ocurrió que tal vez él debería sentirse un poco raro por estar así de íntimo con Tommy... ellos eran chicos, después de todo, pero no lo hacía. Habían sido amigos durante mucho tiempo, siempre habían cliqueado y sido cómodos y francos cuando se trata de sexo, y aunque parecía un poco extraño estar desnudo y tendido en el mismo sofá que su compañero, no dejó que esto le molestara.

No podía creer lo increíble que Laura había estado. Al igual que con cada otro experimento sexual finalmente se había entregado, rápidamente había abandonado sus inhibiciones y se dejó ir... maravillosamente. Incluso cuando él llegó a la casa y la encontró usando la ropa interior que había comprado para ella, no podía imaginar lo caliente que estaría para él esta noche, cuán sexy y dispuesta con Tommy. Su placer se cuadruplicó al saber lo lejos que ella había llegado en tan poco tiempo, que un par de semanas atrás, ni siquiera se hubiera masturbado delante de un chico, pero ahora estaba complaciendo a dos de ellos.

—¿Alguien tiene hambre? —Tommy preguntó, al parecer, sacudiéndose libre del letargo que los había asaltado a todos ellos. Sin esperar a que contestaran, él se dirigió a la cocina y volvió con el resto de los brownies y la botella de vino que Braden había logrado abrir, pero no había logrado servir antes de que el encuentro hubiera comenzado a calentarse. Se pasaron el vino, cada uno bebiendo de la botella, y todo el mundo tomó un brownie.

Por supuesto, ya que los deliciosos pezones de Laura continuaron sobresaliendo al acecho por encima de su sujetador, Braden no pudo resistirse a usar su dedo para frotar suavemente un poco de pegajoso brownie sobre un puntiagudo pico, y luego se doblarse para lamerlo.

—Mmm —suspiró ella, lanzando una sonrisa increíblemente mala en su dirección.

Tommy hizo lo mismo, rápidamente chupando más oscuro glaseado del otro endurecido pico, y por la expresión que él causó en el dulce rostro de Laura, ella estaba contenta de dejarlos chupar tanto chocolate de sus pechos como quisieran. Se veía como un sexy gatito estirándose, ronroneando, mientras se deleitaba con el placer.

Braden continuó aplicando chocolate y lamiéndolo, pero al poco tiempo sintió el puño de Laura, alrededor de su pene. Gimiendo, él miró para ver que ella se había estirado sobre el otro lado para agarrar a Tommy, también. Maldita sea, la chica era caliente... todo lo que estaba haciendo esta noche lo llevaba fuera de su mente.

Instintivamente, él succionó más duro su tirante pezón, tirando profundamente, hasta que ella gimió. Junto a él, Tommy siguió bañando el pezón opuesto con el mismo entusiasmo. Ella tiró de sus rígidas pollas, acariciando, y acariciando hasta que él finalmente se dio cuenta de que ella le estaba tirando por la polla, levantándolo sobre sus rodillas. Él se dejó guiar y notó que ella estaba resituando a Tommy a través de su pene, también.

Ella no dudó en atraer sus duros ejes hasta sus tetas, rastrillando las cabezas a través de sus puntas, donde ambos recién habían frotado más chocolate. Ella arrastró sus pollas jugando de ida y vuelta a través de los puntiagudos pezones, usándolas para limpiar el chocolate.

—Jesucristo —Tommy murmuró, y Braden gimió por la delicada sensación de su perlado pezón contra su erección.

La siguiente cosa que él supo, fue que ella se inclinó, levantando su polla hacia su boca, y comenzó a chupar el chocolate que acababa de reunir. Su estómago se anudó viendo su apasionado ministerio, lento y pausado, mientras ella lo miraba. Le pasó una mano por el pelo y con voz áspera dijo —Nena, eres tan caliente —las únicas palabras que pudo soltar en ese momento.

Luego ella dio un giro hacia Tommy, bajando su hermosa boca sobre él y succionándolo para limpiar el glaseado de su bulto también. Él apretó sus dientes, gimiendo.

De ida y vuelta ella se movió entre los dos rígidos ejes, y el que no estuviese chupando lo frotaba a través de su pezón de nuevo. Braden no estaba seguro de haber experimentado alguna vez algo tan erótico como sus lentas y decididas acciones, ejecutadas con pura confianza por una mujer a cargo de sus hombres.

Los brownies estaban casi olvidados mientras ella generosamente se turnaba para complacerlos, hasta que Braden finalmente dijo:

—Cristo, nena, detente... no puedo soportarlo más —sabía que podía solo correrse, pero él no quería, no todavía. Y él podía haber sido un buen experto en contenerse, pero a veces Laura lo excitaba más allá de sus límites.

—Entonces, ¿qué te gustaría hacer ahora? —ella le preguntó en voz baja, mirando hacia arriba, ojos ampliados, labios hermosamente dilatados.

Se suponía que esto iba a ser todo sobre ella, pero si ella preguntaba...

Él soltó un fortificante suspiro.

—Me gustaría ver a Tommy jodiéndote de nuevo. Pero yo quiero verlo mejor esta vez, quiero ver su polla deslizarse en tu coño —antes, había querido ver su reacción, ver el calor y el placer danzar a través de sus rasgos, pero ahora sus deseos se habían convertido en algo más salvaje y animal.

En respuesta, ella lo atrajo para darle un largo y apasionado beso de lengua que, dadas las circunstancias, casi lo sepulta.

Él había imaginado a él y a Tommy brindándose a ella toda la noche, asegurándose de que estuviera relajada y complacida... ni una sola vez se había imaginado a ella brindándose tanto a ellos. Y cuando ella entusiasmadamente se levantó del sofá y se acercó a la chimenea, la luz brillando sobre su pálida piel, y se dejó caer sobre sus manos y rodillas para arquear su hermoso culo redondo hacia ellos, él se sintió abrumado por su excitante generosidad.

Él y Tommy se unieron a ella, Tommy se posicionó a si mismo detrás de ella, también de rodillas, mientras Braden se dejó caer junto a él. Braden rozó su mano por su espalda de porcelana, por las suaves curvas de su cuerpo, y dejó a su toque sumergirse hasta rozar debajo de su pecho. Y mientras Tommy se puso otro condón, Braden se encontró a sí mismo empujando dos dedos en su cálida humedad para prepararla para su amigo.

Ella dejó escapar un suave suspiro cuando él empezó a follarla con los dedos. Ella se movió en contra de ellos, y él cayó mucho más en la lujuria con su hermoso entusiasmo.

—Tan increíble, nena... eres tan, tan buena —Él se inclinó cerca de su oído para susurrarle. —Y estoy muy listo para ver ese dulce y caliente coño tomar la polla de Tommy.

—Mmm, te quiero viendo —respondió ella entrecortadamente, y sus palabras apretaron su ingle. Él había sabido desde el principio que su predilección por la observación la excitaba tanto como a él, pero en realidad nunca lo había dicho hasta ahora.

Braden utilizó sus manos para separarla para la entrada de Tommy. Él observó con atención mientras su amigo se deslizaba profundo en su interior.

—¡Oh Dios! —ella gritó, y observó los primitivos movimientos cuando los dos se unieron, vio el duro eje de Tommy desaparear sin problemas dentro de su apertura, y luego deslizarse hacia atrás, otra vez, y otra vez.

La visión casi paralizaba a Braden. O tal vez era la dura realidad. Ella le estaba dando tanto. Todo de ella. Estaba haciendo todo lo que él pedía, siguiendo todos sus caprichos. Quería complacerlo tanto como él quería complacerla a ella, incluso cuando esto significara tomar a otro hombre en su cuerpo para que Braden pudiera experimentar la intimidad de verlo, de ver su coño aceptar una polla que no sea la suya. Oyó su propio suspiro y necesitaba más de ella.

Él había querido ver, sí, pero ahora tenía que ser parte del enlace, también. No eran celos, era simplemente excitación, salvaje deseo, y desenfrenada necesidad que crecía desde sus entrañas.

—Acuéstala —le dijo a Tommy en voz baja. —Permanece dentro de ella, pero acuéstala sobre su costado.

Tommy ancló un brazo alrededor de su cintura, y luego los maniobró hacia la alfombra sobre sus costados como Braden les había indicado.

Oh Dios, ella se veía hermosa, ese claro encaje esbozado sus magníficos pechos, el resto de ella curvado y desnudo, su coño descubierto, pero a la luz mostraba pelo por encima. Ella se veía hermosa moviéndose en contra de Tommy, encontrado sus lentos envites, su rostro grabado con pasión. Se veía hermosa reuniéndose con la mirada de Braden a través de esto... ya no más timidez de su dulce copo de nieve, nada más que puro calor y valentía, y ella estaba poniendo todo ahí, para él.

Él se acostó, también, extendiéndose a lo largo de la parte delantera de su cuerpo, levantando sus manos a su cara.

—Quiero besarte, nena, mientras que Tommy te hace el amor.

Ella suspiró y se estiró, su mano acariciando su pecho mientras él se movía más cerca. Enhebrando sus dedos a través de su cabello, él inclinó su boca a través de la de ella, presionando su lengua suavemente en su interior.

—Mírame a mí, Laura —murmuró cuando el beso terminó. —Mírame a mí, mientras él se mueve en ti. Mírame a los ojos.

Ella obedeció la orden, reuniéndose con su mirada mientras recibía los golpes de Tommy por detrás. Él la vio absorber cada uno de ellos, escuchó sus suspiros y gemidos. La besó de nuevo, pasando sus manos sobre sus pechos, bajando por la curva de su delegada cintura, subiendo por sus brazos y regresando a su cara para más dulces y calientes besos.

Ella se estiró hacia él también, su mano cerrándose firmemente sobre su desnuda cadera. Lo atrajo cerca, tan cerca como Tommy estaba en su espalda. Su polla ubicada en su coño, y ella levantó su pierna sobre el muslo, tirando de él contra ella con más fuerza.

—Unh... —él gimió ante el dulce y astuto contacto.

Ella se movió contra él y encontró su ritmo, dejando que su erección se deslizara a través de la parte frontal de su coño y su clítoris. Él sabía que cada movimiento de ella le traía placer ahora, se arqueaba hacia el frente y se encontraba con su polla, se arqueaba hacia atrás y se tomaba a Tommy más profundo. Nunca la había visto tan entregada al placer. Sus gritos sonaban como si se hicieran eco de algún profundo lugar en su interior. Ella molió contra él, más duro, más duro, cada giro parecía lanzarla más en éxtasis.

—Tan caliente, nena, tan dulce y caliente para mí —murmuró, y susurró hacia ella, pero podía decir que ella no tenía fuerzas para responder, demasiado inmersa en la alegría que él y Tommy le entregaban.

Hasta que finalmente ella estalló, gritando:

—Dios, ¡ahora!—mientras empujó duro contra él, moviéndose más rápido, frotándose contra él en calientes y salvajes ondulaciones que estaban empujándolo más y más cerca del borde.

—Tan preciosa cuando te corres, cariño —él respiró sobre ella, besándola, tocando su cara, luego acariciando sus pulgares a través de sus pezones.

—Cristo —gimió Tommy, y Braden sabía que su amigo estaba alcanzando el clímax, también, vaciándose en ella con duras sumergidas que hacían eco todo el camino a través de Laura, y sobre él.

Las sacudidas sensaciones fueron la última cosa que Braden sintió antes de estallar, explotando en tres potentes golpes sobre el vientre de ella mientras él gritaba.

Todos ellos se quedaron inmóviles por un momento, un poco conmocionados, un poco recuperándose hasta que Braden y Tommy ambos se quitaron y Laura estuvo sobre su espalda delante del fuego. Él blanco semen de Braden la había dejado húmeda y resplandeciente desde el ombligo hasta el coño, y la erótica visión lo bloqueó durante un largo rato, hasta que siguió el impulso de bajar y frotarlo sobre la lisa y descubierta piel de su coño. Tommy ayudó, también, ambos masajeando, sensualmente trabajando el fluido sobre su suave piel. Ella se levantó sobre sus codos para mirar, separando sus piernas para dejarlos hundirse más profundo.

Los tres estuvieron a la deriva unos minutos, adormecidos aún más por el calor de la chimenea, pero Braden no creía que hubieran pasado mucho tiempo en silencio cuando Tommy se levantó para vestirse. Él regresó un momento más tarde, arrodillándose para bajar un beso en la mejilla de Laura. Su mano posándose sobre su liso vientre.

Ella abrió sus ojos para encontrarlo flotando por encima suyo.

—Esto ha sido increíble, querida— dijo él.

—Gracias por dejarme conocerte de esta manera.

Ella se mordió el labio, todavía con la nueva expresión coqueta que Braden sólo había notado esta noche.

—Los dos me convirtieron en una chica muy mala esta noche.

Tommy sonrió.

—Tú haces de mala muy bien —dijo, y luego miró a Braden sólo para agregar —Hasta más tarde, amigo.

—Hasta más tarde— dijo Braden, luego vio a Tommy dirigirse hacia la puerta, ponerse su abrigo, y salir a la fría noche. Él no podía dejar de pensar en que su amigo se había ido luciendo más como su antiguo despreocupado ser, su suave-con-las-mujeres ser, y aunque él no había inventado esta idea, siquiera de forma remota por amor a Tommy, él esperaba que tal vez este fuera ese cambio de ritmo que Tommy había necesitado para volver al juego.

Poniéndose sobre un codo, él desvió su mirada hacia la mujer a su lado. Ella había lucido tan genial esta noche, sorprendente también, pero ahora que estaban solos, él tenía que preguntar. — ¿Aún estás bien, cariño?

La expresión no parecía más que de ensueño cuando ella asintió.

—Esto fue... increíble. Yo nunca... me sentí tan completa.

Él no pudo ocultar su conocedora sonrisa.

—Sabía que te gustaría jugar con dos pollas.

—Y al final —ella dijo, —cuando yo te miraba, juro que tus ojos me follaban tan profundamente como la polla de Tommy. Cuando yo estaba entre los dos, en el suelo, fue... perfecto como ser follada por delante y por detrás, esas dos hermosas pollas rozándose en mí, sobre mí, exactamente donde yo las necesitaba.

Él no pudo evitar reírse en su interior, él nunca había visto a Laura tan animada o sin cuidado a la hora de hablar de sexo tan extremo. Tenía la sensación de que todavía estaba un poco borracha, si por el vino o por él y Tommy, él no lo sabía pero disfrutaba de su exuberancia.

—Tú, mi niña traviesa estuviste asombrosa —Él se inclinó para darle un beso corto y dulce.

—Sólo una especie de... dejarme llevar, supongo —reconoció con alegría.

Mirando hacia abajo a ella en la luz del fuego, él no pudo dejar de pensar en el pasado... no sólo en esta noche, sino en todos los días y noches anteriores a esta. Normalmente, él mantendría esto adentro, pero sabía que estaba un poco borracho, también, por el vino y por la mujer e infiernos si Laura podía ser tan abierta, entonces él podía.

—¿Quieres saber un secreto, copo de nieve?—le susurró.

Ella asintió, sonriéndole con ojos soñadores.

—Me excitas más que cualquier otra mujer lo ha hecho. Y probablemente más que cualquier mujer pueda llegar a hacerlo —lo que él le había querido dar a ella, ella se lo había dado a él.

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