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Voyeur » Capítulo Catorce

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Capítulo Catorce

TOMMY se inclinó para besarla en la mejilla, su mano se curvó caliente en su cintura, y el simple contacto envió un suave escalofrío de excitación haciendo eco a través de ella.

—El placer es mío —dijo, y Laura se obligó a encontrarse con sus azules ojos, sólo para ver lo que encontró allí. Nada zalamero o presuntuoso, sino un toque sensual de conciencia que ella no podía negar. Cuando ella se giró hacia la cocina, sus pezones se frotaron contra su sostén.

¿Entonces esto era cierto? ¿Ella había decidido que realmente iba a disfrutar de esta salvaje fantasía? Como de costumbre, la pregunta misma enviaba una pesada respiración silbando por ella, así que decidió tomarse un descanso y no obligarse a responder. En su lugar, sacó una botella de vino de la nevera, ya que una copa de Chardonnay sonaba bienvenida en este momento.

—¿Lista para poner los filetes en la parrilla?— Braden preguntó —y desde ahí, las cosas resultaron sorprendentemente fáciles. Ya que, después de todo, ellos eran solo tres personas normales teniendo una cena. Más o menos.

Braden y Tommy encendieron el grill, poniendo los filetes y las patatas, mientras que Laura hizo la ensalada, luego puso la mesa. Encendió la música, algo bajo y suave de fondo.

Cuando se sentaron a comer sus ensaladas, Laura eligió la silla en la cabecera de la mesa. Sólo cuando Tommy se sentó a un lado de ella y Braden al otro ella se dio cuenta de que quizás había sido un esfuerzo subconsciente para ponerse entre los dos hombres, para empezar a acostumbrarme a ello, ver cómo se sentía, aunque sea en una pequeña escala.

Y aunque la conversación fue fácil, los chicos hablándole sobre los nuevos juegos de ordenador que habían probado hoy... todo dentro de Laura comenzaba a calentarse, llenándose de una conciencia sexual ineludible y potente. No estaba segura de si esto era sólo su cuerpo, culminando los pensamientos eróticos del día, o si era más palpable que eso, algo que todos podían sentir pasando entre ellos, flotando en el aire, pero un elemento completamente nuevo de sensualidad invadía su ser. Todo lo que tocaba, se sentía más. Todo lo que comía entregaba más sabor que nunca.

Ella se encontró a si misma pinchando con el tenedor un tomate cherry entero metiéndolo en su boca dejando que su lengua corriera sobre la suave piel mientras ella se deleitaba con su redondez, hasta que finalmente lo mordió y dejó que la explosión de sabor quemara a través de sus papilas gustativas, húmeda y fresca. Ella lo tragó con un sorbo de vino, dándole la bienvenida al sabor a fruta cuando este pasó a través de su garganta, luego apoyó la copa de vuelta en la mesa, donde sus dedos se deslizaron lentamente hacia abajo por el tallo.

Cuando Braden fue a buscar a los filetes, Laura vació su copa y vio como Tommy se estiró para llenarla.

—Braden me dijo que tuviste una ruptura no hace mucho tiempo —no estaba segura de que fuera el tema correcto, pero este solo había aparecido, con un poco de ayuda del vino. A ella le gustaba saber que era un hombre con sentimientos, un hombre que podía tener una relación seria... tal vez más en serio que Braden, por todo lo que ella sabía.

Él asintió con la cabeza, tomó un sorbo de su copa.

—Síp. Pero fue mi culpa— él admitió con un cariñoso brillo diabólico en sus ojos. — ¿Te dijo eso?

Ella sacudió su cabeza.

—La engañé— él dijo, entonces levantó sus manos como en defensa. —No dejes que eso te haga pensar que soy un tipo horrible, porque créeme, me arrepiento. Fue una estupidez, y aprendí mi lección.

Ella inclinó su cabeza, intrigada.

—¿Por qué un hombre hace eso? ¿Engañar a una chica que le importa?

Él sonrió. — ¿Sexo fácil?

Ella se rió en voz baja a pesar de sí misma. — En serio, la tentación estaba ahí y yo la tomé, pero realmente no sé por qué. Ahora creo que tal vez yo no estaba cómodo sabiendo que estaba yendo en serio con Marianne. Tal vez yo quería sabotearlo, o por lo menos probarme a mí mismo que ella no me importaba tanto como yo temía que lo hacía.

—¿Y?

Una sonrisa de admisión.

—Ella me importaba tanto como yo temía. Y ahora me gustaría no haber tenido miedo.

Ella trató de conciliar a este tío con el que tenía tríos con las conejitas de esquí, y se dio cuenta de que no era tan fácil vincular a una persona, englobarla en una categoría. Había aprendido a su propia manera recientemente que ella misma poseía una gran cantidad de diferentes lados, variadas y, a veces conflictivas partes de su personalidad. Suponía que todos los tenían, independientemente de que decidieran dejar que se viera.

Ella se encontró a si misma alcanzando su mano sobre la mesa.

—Lamento que resultara de esa manera —calor voló por su brazo y su coño se inundó ante el simple gesto. Sin embargo, no era sólo su atracción general hacia Tommy provocándolo, era saber lo que ellos podrían hacer juntos más tarde, con Braden, y era saber que Tommy también lo sabía.

Sus miradas se cruzaron, y sus pezones se estremecieron.

—Creo que estoy empezando a superarlo —él dijo, su voz entregando un toque lúdico de seducción.

Ella sonrió, pero retiró su mano cuando una puerta francesa se abrió, admitiendo a Braden con un plato de filetes aún chisporroteantes y patatas forradas con papel aluminio.

—Aunque tengo que admitir que aún la extraño a veces.

—¿A quién?— Braden preguntó, bajando el plato a la mesa.

—Marianne.

—Ah. El famoso amor perdido.

Laura no pudo evitar pensar que Braden sonaba menos que simpático, a pesar de que él había sonado más agradable la primera vez que le había mencionado la ruptura a ella. Una cosa de hombres, ella suponía.

Cuando todos alcanzaron los filetes ella le dijo a Tommy —Una ruptura puede ser tan difícil —a pesar de que ella estaba en realidad pensando en el futuro en cómo ella se sentiría cuando dejara a Braden, más que pensando en cualquier dolor del pasado en particular. —Solo extrañas tantas pequeñas cosas acerca de la persona. Y cosas grandes, también.

—Hecho de menos el sexo— dijo Tommy, y su inesperada franqueza la hizo reír.

Braden chocó la mano con su amigo sobre la mesa, pero después Tommy le dijo a Laura —Sin embargo, no sólo porque soy un cazador de sexo. Este era muy especial con ella— Él tragó una patata cocida al horno, luego tomó un sorbo de vino. —Ella tenía ese pequeño lugar sobre su cuello —él dijo, señalando el suyo. —Y cuando yo la besaba allí, sólo se volvía loca.

—Los besos en el cuello son fabulosos —coincidió Laura. Como ella había notado ayer por la noche, hablar de sexo con él parecía más fácil que con la mayoría de los chicos que recién conocía. Entonces ella miró a Braden, quien hacía girar el vino en su copa mientras lanzaba una sonrisa sexy. —Cuando Braden besa mi cuello, esto va todo a través de mí.

—Te gusta incluso mucho más cuando te beso más abajo— señaló Braden, su voz más profunda que antes.

El calor de costumbre subió a sus mejillas, pero ella todavía le dio una sonrisa y dejó que el vino lavara sus inhibiciones, como lo había hecho tantas veces.

—Tienes una boca cualificada.

—Tú, también, cariño.

Ella se encontró lamiendo su labio superior, en respuesta, simplemente necesitando sentir algo ahí, alguna sensación en su boca. Ella cortó su filete y como antes este sabía más rico, más jugoso igual que su patata con más mantequilla. Apenas podía darle sentido a esto, pero todo lo que ella ponía en su boca se sentía como un pequeño afrodisíaco. Incluso el tenedor y el cuchillo en sus manos se sentían más pesados, y era sensual solo sostenerlos, envolviendo sus dedos alrededor de ellos.

En algún momento se dio cuenta de que sus rodillas tocaban las rodillas de ambos chicos debajo de la mesa a cada lado de ella, y que ella no las estaba tirando hacia atrás, y tampoco ellos. Tommy le preguntó a Braden cómo estaba su familia, y Braden volvió el tema hacia la carrera de Laura, sin embargo, debajo de la mesa algo totalmente diferente se llevaba a cabo. Su coño ondulada con excitación, nerviosa anticipación... pero ella se encontraba cada vez menos nerviosa y más ansiosa con cada minuto que pasaba.

Para el postre, Braden reveló un plato de pecaminosos brownies.

—¿De dónde salieron esos?— Laura preguntó. Ella sin duda se habría apuntado sobre ellos si estos hubieran estado aquí por mucho tiempo.

—Los hice esta mañana mientras estabas trabajando.

Ella lo había oído en la cocina por un tiempo, pero debería haber estado completamente absorta en su historia para no haberlos olido. Ella parpadeó en broma.

—Por qué, señor Stone, yo no sabía que horneabas.

Él le guiñó un ojo. —Sólo para ti, nena.

El colocó los brownies en el mismo lugar que los platos, los cuales él recién había quitado... un completo anfitrión, ella no pudo evitar pensar. Y cuando Laura tomó uno de ellos, este era tan chocolatoso, pegajoso y delicioso que ella en realidad gimió... y su coño tuvo un ligero espasmo.

—Suena como si debería llevar estos a la cama con nosotros— dijo Braden, con una sonrisa maliciosa, tomándole el pelo.

—Sería complicado— ella dijo.

—Te preocupas demasiado.

Ella mantuvo sus ojos fijos en él.

—Tienes razón, lo hago —sus rodillas aun tocando la suya y la de Tommy. —Y voy a dejar de hacerlo. Ahora mismo —ella lo decía en serio. Iba a dejar de pensar tanto. Al menos por esta noche. —Todas las preocupaciones de cualquier tipo están oficialmente... idas.

Como para demostrarlo, ella se permitió otro gran bocado del pegajoso brownie, dejando escapar otro suave gemido cuando el delicioso sabor se mezcló con su nueva conciencia sensual para llegar, una vez más, todo el camino hacia sus bragas.

—Tienes...— Tommy se inclinó hacia ella, aprovechando su atención en él— Restos en tu boca— Alcanzándola, él suavemente los robó lejos con un dedo —luego lo extendió hacia ella.

Envolviendo su mano alrededor de la de él, ella tiró su dedo cerca y lamió el chocolate lejos. Nueva excitación ardió a través de ella, haciendo un nudo en su estómago mientras ella rompía una sexy mirada con Tommy para ver a Braden.

La expresión de su amante caía con tal oscuro deseo que ella la sintió juntarse dentro de ella, comenzando a llenarla.

—Aún tienes un poco más —dijo Braden, su voz profunda y apenas audible cuando se inclinó a lamer el poco que quedaba en la comisura de su boca.

—Oh...— se oyó suspirar cuando placer se agitó hacia abajo. Y ella comenzó a entender, totalmente ahora y sin un verdadero temor, que esto iba a suceder. Y que ella lo iba a permitir.

—¿Más vino?— Tommy preguntó, al ver que su copa estaba casi vacía de nuevo.

Parecía una buena idea.

—Sí.

—Voy a abrir otra botella— anunció Braden y se levantó, en parte limpiando la mesa a su paso. Tommy y Laura se levantaron también.

Cuando Laura empezó a ayudar de forma automática, apilando los platos juntos Braden tocó su brazo.

—Déjalo, cariño. Tú y Tommy vayan a la sala de estar, charlen un poco más.

Ella no respondió, sólo dejó los platos y agarró su copa de vino para unirse al amigo de Braden ahora donde él estaba mirando hacia la vasta oscuridad a través del abovedado ventanal del piso al techo. Levantarse sorpresivamente la había hecho sentir el alcohol un poco más, pero a ella no le importaba.

—Vives ahí arriba, ¿verdad? —ella miró a la derecha, a la montaña, levantando un dedo en esa dirección.

Él señaló.

—Puedes ver mi luz de seguridad desde aquí. ¿La ves?

Ella miró, pero los árboles parecían estar bloqueando la luz desde su punto de vista.

—No. ¿Dónde?

Tommy puso su copa sobre la mesa, luego se colocó detrás de ella, poniendo sus fuertes manos en su cintura y girando su cuerpo ligeramente.

—Es difícil de detectar; tienes que atrapar el ángulo correcto a través de los pinos —su respiración era caliente en su cuello mientras él hablaba, y el calor se propagaba hacia abajo.

Sin embargo, una extraña sensación se le ocurrió en ese momento: a ella le gustaba Tommy un montón, pero si estuviera aquí a solas con él ahora, sólo ellos dos, ella no estaría tan ansiosa por perder el tiempo. Tommy era caliente, pero era la presencia de Braden, el deseo de Braden por esto, lo que la hacía desearlo también, y eso hacía la cercanía de Tommy tan excitante, su toque tan tentador.

—No nos has visto jodiendo en la ventana, ¿verdad?— ella preguntó. Otra ola de calor pasó a través de ella ante su propia desfachatez impresionante.

Sus manos se mantuvieron firmes en su cintura, su cuerpo presionando el de ella por detrás.

—¿Ustedes follaron en la ventana?

Ella asintió con la cabeza, todavía mirando hacia la negrura de afuera, consciente de que él estaba poniéndose duro contra su culo. Ella suponía que si algo la haría alejarse sobre este punto, era esto, pero ella no se movió.

—Ahí mismo— dijo en voz baja, señalando. —Al lado del telescopio.

—No, yo no los vi —su voz se había agravado y su olor almizclado la envolvía. —Pero me habría gustado.

Ella se atrevió a mirar por encima de su hombro, para encontrar sus ojos, tan cerca.

—Braden me preguntó si me excitaba saber que alguien en algún lugar podría estar mirando.

—¿Qué dijiste?

Su propia voz salió sorprendentemente ronca.

—Le dije que sí.

Ella no se inmutó cuando Tommy bajó un suave beso en su hombro, su bigote haciendo cosquillas en su piel. Él le susurró suavemente al oído.

—¿Está bien? ¿Qué yo te toque?

Creo que sí.

Pero no, sin dudas, sólo certeza.

—Sí.

Esto se sentía nada menos que surrealista cuando él dio otro pequeño beso en el mismo lugar, pero esta vez ella inclinó su cabeza hacia un lado, arqueando su cuello para él, pensando, Esto está realmente sucediendo, realmente está sucediendo. Y si cualquier vestigio de miedo quedaba dentro de ella, este desapareció cuando ella miró hacia la cocina y encontró a Braden mirando. Como siempre, sus ojos la encendían.

Él dejó caer la toalla de su mano sobre la mesa del comedor y entró en la sala de estar. Él movió sus labios para decir— No tengas miedo, yo quiero esto.

Lo que hizo que ella lo deseara, también, incluso más que antes, más que cuando sólo había sido una vaga fantasía, un deseo sin forma revoloteando alrededor de los bordes de su mente. Ahora esto era concreto, real, a su alcance, y ella lo anhelaba... anhelaba saber cómo se sentía, añoraba experimentar todo lo que había para experimentar con Braden.

Parecía arraigado en el lugar por la vista ante él, y Laura sabía que cruda pasión transformó su rostro cuando Tommy continuó lloviendo suaves y seductores besos a través de su cuello y hombros. Cada uno era como un pequeño pinchazo de placer, acentuado por los ojos de Braden, viendo a otro hombre tocarla de la misma manera en que él normalmente la tocaba.

Mientras los besos de Tommy pasaban, sus brazos poco a poco disminuyeron alrededor, sus manos deslizándose sensualmente sobre su estómago como un vicio caliente. Cuando una se levantó cuidadosamente a coger su pecho, ella dejó escapar un suspiro caliente asombrada todavía por la forma en que la mirada de Braden tomaba cada una de sus respuestas físicas por otro hombre.

Pronto las dos manos de Tommy se cerraron completamente sobre sus pechos, comenzando a masajearlos y pellizcarlos, dejando la punta de los pezones entre la suave pinza de su pulgar e índice. La cabeza de Laura se dejó caer con un gemido filiforme cuando ella se arqueó más profundo en sus manos, y detrás de ella, su erección presionaba de manera más prominente contra su culo.

—Mmm... —ella se oyó ronronear. Y rápidamente, ella se estaba perdiendo en el momento en la situación y en los dos hombres.

Cuando Braden llegó a estar delante de ella, el mismo calor de su cuerpo la hizo sentir maravillosamente situada entre ellos. Ella lo miró fijamente a los ojos mientras él levantaba las dos manos a su cara. Las caricias de Tommy se extendían sobre sus pechos y el vientre ahora, y tenerlos a ambos tocándola, a pesar de que el toque de Braden mantenía algún remanente de suave inocencia, repartía fuegos artificiales de realidad en su interior. Y la realidad era que... a ella le gustaba ser tocada por los dos al mismo tiempo. Y que ella iba a amar lo que estaba por venir. Su coño lloraba con anticipación.

La boca de Braden se mezcló acaloradamente con la suya, el beso sacándola aún más hacia fuera que lo normal. Un beso llevaba a otro, y otro, cada uno caliente y necesario, hasta que los pulgares de Braden se deslizaron bajo el hombro de su camisola, bajándolos hacia la parte superior de sus brazos. La tela cayó de su pecho, dejando al descubierto sus pechos tensos contra el tejido apretado del sujetador.

—Ah, tan jodidamente hermosos, nena —murmuró Braden, sus ojos fijos en el escote. Mientras Tommy le acariciaba la cintura y el estómago por debajo de la camisola arrugada, las manos calientes de Braden capturaron sus doloridos pechos en un firme y completo amase.

—Oh...— ella gimió, pero tan rápido como eso, Braden curvó sus dedos alrededor del borde del sujetador de encaje y tiró hacia abajo sobre las copas, solo lo suficiente para revelar los tensos picos rosados. Él lucia tan debilitado por la vista como ella actualmente se sentía.

Los toques de Tommy se volvieron más audaces cuando él llevó sus manos sobre sus pechos, sustituyendo las de Braden, para masajear la suave carne. Ella gimió y bebió la caliente mirada en el rostro de Braden, y su coño pulsó con salvaje lujuria.

La boca de Braden se redujo a un endurecido pezón, que sobresalía entre los dedos de Tommy. Chupó profunda e intencionadamente, haciéndola gritar. Ella había en algún momento, comenzado a inclinarse hacia atrás en contra de Tommy, una necesidad ahora ya que temía que sus piernas se arrugarían debajo suyo de lo contrario. Miró hacia abajo, viendo la boca de Braden cerrarse sobre ella mientras otra mano de hombre la sostenía.

Cuando Braden se trasladó al otro pecho, el cual Tommy levantó como una ofrenda, Laura supo que el sonido de su respiración era la cosa más fuerte en la habitación, aunque Tommy dejaba escapar pesados y trabajosos suspiros detrás de ella, también. Braden lamía sus perlados pezones ahora, con largas y lánguidas lamidas que lo dejaban duro y brillante con cada golpe.

Sin planearlo, Laura se encontró empujando aún más su pecho hacia el servicio de Braden. Ella levantó sus brazos sobre su cabeza y llevó sus manos al grueso pelo de Tommy. Sus besos se redujeron sobre su cuello una vez más, y sus manos bajaron a sus caderas, mientras Braden se hacía completamente cargo de sus necesitados pechos acariciando con su boca y sus manos.

Ella sintió que su auto-control comenzaba a decaer, su culo molía lentamente contra la dureza de Tommy detrás de ella mientras miraba a Braden bañando encantado sus senos con mojadas lamidas y besos. Y justo cuando creía que podía existir felizmente así para siempre, una de las manos de Tommy paso rozando hacia el interior, sobre sus jeans, hasta que estuvo acariciando entre sus muslos.

Un nuevo grito se le escapó cuando el caliente placer se disparó a través de ella. Su cuerpo cayó en una ondulación natural, en contra de la mano de Tommy y su erección detrás de ella, en contra de la hambrienta boca de Braden, sus sobadoras palmas y de sus ojos. Debido a que ella todavía sentía su mirada, sentía que él miraba cada reacción suya, y ella lo disfrutaba.

La mano de Tommy salió de su entrepierna sólo para desabrochar sus jeans, luego bajó la cremallera. Cuando él deslizó sus dedos por el interior, acariciando en su humedad, ambos gimieron.

Braden se echó hacia atrás, miró hacia abajo, luego se arrodilló ante ella. Envolviendo sus manos alrededor de la cintura de sus jeans, los bajó a sus muslos, manteniendo su mirada fija en la parte delantera de sus diminutas bragas, los dedos de Tommy dentro.

Ella no podía separar sus piernas más debido a los jeans, pero el dedo medio de Tommy rastrillaba a través de su húmeda hendidura, poniéndola aún más loca dado la cercana vista de Braden. Ella susurró su placer, entonces se mordió su labio cuando las manos de Braden alcanzaron su tanga quitándola también suavemente por sus muslos.

—Ah, Dios —él gimió al ver los dedos de Tommy frotándola, hundiéndose profundamente ahora. —Tan jodidamente hermoso, nena.

—Tan lisa —El hizo eco con Tommy.

—Dile a Tommy —dijo Braden profundamente —cómo te afeitaste este hermoso coño para mí.

Ella apenas podía hablar en medio de la lujuria desenfrenada pulsando a través de su cuerpo, especialmente la parte en que ellos estaban enfocados en estos momentos. El dedo grande de Tommy aún rastrillaba a través de su humedad.

—Yo lo afeité... en la ducha... cuando él me lo pidió... mientras él observaba. Y una vez más... hoy. Para ambos.

—Eso es tan caliente —susurró Tommy, todavía tocando, tocando, y Braden no se movió, simplemente miraba de cerca hasta que ella podría haber jurado que su coño se abría más amplio sólo para él.

Cuando Braden se inclinó lentamente hacia el interior, Tommy parecía saber que su intención era lamerla, por lo que retiró su dedo y usó las dos manos para separar sus pliegues. Se estremeció cuando la lengua de Braden barrió sobre su dilatado clítoris, y ella volvió a sufrir el anhelo de extenderse para él, y lo intentó a pesar de que sabía que los jeans la detendrían.

Arrastrando su húmeda lengua hasta su centro, una y otra vez, él empujó hacia abajo sus jeans y su tanga, todo el camino hasta sus tobillos, hasta que ella fue capaz de sacar un pie libre. Entonces, dulce cielo ella abrió sus piernas para poder sentir cada caliente lamida más profundo. Tommy todavía utilizaba sus dedos para separar su coño mientras Braden bañaba toda su hendidura de arriba hacia abajo. Detrás de ella, la excitación de Tommy presionó más duro, tan duro en el centro de su culo por lo que mientras se movía instintivamente contra la boca de Braden, se sentía deliciosamente estimulada desde la parte de atrás, también. Experimentando ese "efecto sándwich" de nuevo, se entregó a ello, dejándose sentir totalmente tomada por los dos, totalmente atrapada entre ellos, entregándose a sus deseos y caprichos.

Por último, sus piernas se debilitaron a tal punto que tuvo que romper el calor para jadear.

—No puedo soportar estar de pie por más tiempo.

Braden dejó su servicio, terminando con un beso suave justo por encima de su clítoris, y murmuró —Vamos, vamos a traerte aquí.

Le tomó sus manos y la llevó rápidamente pero con cuidado al sofá. Sus piernas apenas se movían... ella se sentía aturdida, intoxicada ahora más por los hombres que por el vino, por lo que él la guió.

Sin embargo, estar de nuevo cara a cara con él trajo un grupo completamente nuevo de deseos que tenían que ser atendidos en consecuencia. Sus ropas necesitaban ser sacadas. Y ella tenía que llegar a su polla. No era una elección, sino una necesidad primaria.

Arrastró sus rodillas debajo de ella en el sofá, empujó la camisa abierta de sus hombros, luego arrugó la oscura camiseta de abajo, tratando de alcanzar su ancho pecho y ese paquete de seis de su estómago. Él ayudó, arrancándolas, y llegó a su cinturón.

Entonces se acordó de Tommy, quien se había sentado detrás de ella en el sofá, y él había sido tan dulce y generoso hasta el momento que ella no quería dejarlo de lado. Girando, alcanzó con denuedo por los botones de su camisa y él se echó hacia atrás, observándola desabrocharlos. Sabía que seguramente Braden observaba, también, y como siempre, sus ojos inyectaban en ella una completamente nueva desenfrenada pasión.

Ella siguió sus instintos, dejándose ir más en este momento que nunca antes. Braden quería verla con otro hombre... entonces la vería.

Cuando la camisa de Tommy se abrió para revelar el mismo estómago muscular que había revelado en su primera cena, ella comenzó a besar su ancho pecho, comenzó a besar su camino hacia abajo. Ella no fue lento, los ojos de Braden la empujaban, haciéndola hambrienta, sucia, sacando el lado más oscuro de su sexualidad.

Ella deshizo del cinturón de Tommy trabajando los botones de sus jeans. Ella los desabrochó sobre el gran bulto allí y besó su camino más abajo. Cuando su polla estalló libre sobresaliendo de los calzoncillos blancos, ella no dudó en envolver su puño alrededor de ella liberándola completamente de su ropa interior, y sumergió su boca sobre la cabeza.

—Jesús —jadeó Tommy.

Y detrás de ella Braden dijo con voz áspera:—Ah, Dios, nena. Chúpalo para mí. Quiero que se la chupes —y cuando ella tomó la erección de Tommy más profundo en su boca, moviéndose arriba y abajo, humedeciéndolo, dejando que sus labios se extendieran para acomodarlo, comprendió que Braden sabía que esto era para él. Él sabía que era para sus ojos, su placer, tanto como el de ella. No había celos de que ella había bajado sobre Tommy antes que él, nada más que respeto en la voz de Braden, nada más que su deseo de empujarla cada vez más en su pasión. Su placer añadido al de él, y el de él añadido al suyo, por lo que se multiplicaba una y otra vez, no importa a qué acto sexual se entregaran, e incluso ahora, con otro hombre, Braden sabía, como ella lo hacía, que era todo sobre él... nadie más.

La polla de Tommy no era tan grande como la de Braden, pero aun así le llenó la boca profundamente y le encantaba trabajar sobre él mientras Braden observaba.

—Sí, nena, eso es tan bueno —dijo Tommy.

Las manos de Braden frotaban su espalda y moldeaban sus desnudas caderas, mientras él se inclinaba sobre ella, observando.

—Eso es, cariño. Te ves tan hermosa chupándolo. Tan preciosa para mí.

Pero muy pronto, la voz de Braden cesó, y comenzaron los besos. En su espalda, luego en su sensible culo... y se encontró a si misma arqueándose hacia él. Ella buscaba cada sensación que pudiera conseguir, su cuerpo hambriento y deseándola.

Antes de que se diera cuenta, él estaba frotando su coño con movimientos circulares de sus dedos, y ella se apretó hacia atrás contra ellos, con ganas de más, gimiendo febrilmente alrededor de la polla de Tommy. Cuando los dedos de Braden se deslizaron dentro de ella, tuvo que liberar a Tommy para dejar escapar un suave gemido.

—Oh...

—Estás tan húmeda, nena —dijo Braden.

Ella respondió empujando contra su tacto, dándole la bienvenida más profunda. Podía oír su propia humedad mientras sus dedos entraban y salían.

Ella acarició el rígido eje de Tommy, estudiando la gruesa columna de carne, venosa y lisa, antes de bajar su boca de nuevo sobre él y escuchar su caliente suspiro de placer por encima.

Y mientras ella tomaba a Tommy por un extremo, y a los dedos de Braden por el otro, sabía que quería aún más. Ella quería exactamente lo que Braden había sabido que ella quería. Dos pollas en su interior al mismo tiempo. Ella empujó violentamente su parte inferior contra los dedos de Braden, necesitando más espesor allí, necesitando la gloriosa erección que ella sabía estaba entre sus piernas. Ella empujó y empujó, por último gimiendo su frustración y sintiendo que él sabía lo que necesitaba y estaba burlándose de ella, sacándola, sólo para hacerla ansiar más.

—¿Qué quieres, nena? —finalmente ronroneó. Él estaba inclinado sobre ella ahora, el calor de su pecho presionando en su espalda, su voz cerca de su oído. — ¿Quieres mi polla? ¿Es por eso que estás moviendo tanto ese sexy culo?

Ella lo miró con la boca todavía alrededor del eje de Tommy, y sus ojos se encontraron.

—Jesús, cariño— él suspiró.

Ella lanzó a Tommy, con los labios dilatados y aún con hambre.

—Por favor—, fue todo lo que pudo decir.

Braden la besó, un beso rápido y tibio en sus bien estirados labios, y sus ojos le prometían que le daría lo que ella anhelaba.

Un segundo más tarde su majestuosa erección se deslizó a través del valle de su culo, separándola allí, frotándose contra la fisura pequeña, volviéndola loca de deseo. Ella se arqueó más contra él, por lo que presionó sus pechos alrededor del húmedo eje de Tommy, y juntos, todos ellos gimieron.

La dulce estimulación era grandiosa... pero ella aún necesitaba más.

—Fóllame, Braden. Por favor fóllame... ahora.

—Ay, cariño —él soltó fuera a través de los dientes apretados, entonces la punta de su largo eje apretó contra su apertura impaciente, haciendo una pausa por un segundo antes de sumergirse en el interior.

Ella gritó, sorprendida, como siempre, por el impresionante, impactante placer de la entrada, el sentido mismo de la plenitud de lo proporcionado. Y ella no dudó en levantar la cabeza, alcanzando la erección de Tommy, luego bajando de nuevo sus labios sobre ésta.

Ambos chicos gimieron, y ella se hundió en una profunda y total felicidad por haber llegado a este momento insondable, de contar con dos largas, duras y hermosas pollas dentro de su cuerpo a la vez. Ambas se movían en ella, jodiendo tanto su coño como su boca al mismo tiempo, movimientos rítmicos que se apoderaron de sus sentidos, haciéndole dejar de pensar, no haciendo otra cosa más que sentir, absorber, beber de ellos, empapándose de su maravilloso controlado poder. Nunca se había sentido tan tomada antes, tan físicamente poseída. Se deleitaba en el sentido de la absoluta perversidad que se apoderaba de ella mientras entregaba completamente su cuerpo, empujando su coño hacia Braden mientras vigorosamente mamaba a Tommy.

Se movieron juntos de esa manera hasta que ella estuvo emborrachada, hasta que se sintió sin sentido, una personificación del puro sexo, puro placer... nada más importaba sino la plenitud física.

Fue entonces cuando los dedos de Braden serpentearon alrededor de su cadera, metiéndose para acariciar su clítoris. Fuego salvaje parecía encenderse en su mismo corazón, extendiéndose rápidamente hacia afuera hasta consumir todo su cuerpo. Se movió con más fuerza contra la polla de Braden, tomándola más profundo, invitando a más golpes de castigo. Fóllame, fóllame, fóllame. Ella lo habría gritado si su boca no hubiera estado llena con el grueso eje de Tommy, pero no estaba dispuesta a renunciar a eso, simplemente suspiró con vehemencia a su alrededor en su lugar.

Cuando Braden soltó su otra mano de su cadera para acariciar su pulgar en su ano, fue toda la estimulación que necesitó para explotar en el orgasmo, gritando alrededor de la polla de Tommy cuando cegador placer explotó a través de sus regiones inferiores en paralizantes pulsos de luz y calor. ¡Oh, oh, oh! Cerró los ojos, dejando que el clímax la tragara, se extendiera a través de ella, mientras sus dos amantes continuaban llenándola.

Cuando terminó, el agotamiento la cautivó, ella soltó a Tommy hundiéndose en el sofá, su cabeza sobre el muslo de él vestido de mezclilla. El movimiento obligó a la polla de Braden a abandonarla, también, y ella se volvió sobre su lado para mirarlo. Sus ojos, como es lógico, ya brillaban sobre los suyos, llenos de asombro. Su cálida mano le apretó su desnuda cadera.

—¿Estás bien, cariño?

Ella intentó sonreír, pero sus labios estaban demasiados desgastados en este momento.

—Sí. Bien —suspiró ella.

Él se acercó más.

—Eres increíble. Lo sabes, ¿no?

Esta vez, ella se las arregló para arrancar su boca en una suave sonrisa.

—Tú eres increíble. Las cosas que me haces sentir, me haces experimentar —cayó en la cuenta entonces de que su cabeza estaba todavía sobre el firme muslo de Tommy, por lo que cambió su mirada hacia arriba. —Tú también.

Él dejó escapar una suave risa.

—En realidad no he hecho nada.

Ella se mordió los labios y miró hacia su todavía erecto eje, no lejos de donde descansaba su cabeza.

—Pero tienes una hermosa polla —incluso se estiró para acariciarlo, lo cual lo hizo suspirar mientras Braden rió entre dientes.

—Maldita sea —susurró Tommy. —Quiero joderte tan mal ahora mismo que lo puedo saborear.

—¿Puedes soportar eso? —Braden le preguntó. — ¿Puedes tomar a Tommy en tu pequeño coño apretado?

El coño de Laura quemó con deseo cuando ella ronroneó.

—Mmm, sí, creo que puedo.

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