Viggo

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Capítulo treinta y seis

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Capítulo treinta y seis

Finalmente, el día de retomar las luchas llegó. Ziu aún no estaba recuperado y, aunque había hecho grandes esfuerzos con su pie, todavía le quedaban unos tres meses más de recuperación para estar al ciento por ciento.

Ariana afirmaba que la adrenalina que experimentaba viendo a los luchadores en el ring no la perjudicaría y, aunque había tenido que hacer su batalla con Zane, finalmente había logrado convencerlo de que la dejara ir. Claro que éste le hizo prometer que se lo tomaría todo con calma y que no se pondría a gritar como una loca.

Esa noche vieron combatir a Igor, quien consiguió un importante triunfo, al igual que Nix.

El descanso, sin lugar a dudas, había renovado las energías de los combatientes, porque todos estaban muy animados con reiniciar la actividad. La gran desilusión para todo el equipo procedía de que ese día Ezra debía debutar en la categoría en que luchaba Ziu, pero por la mañana había recibido la peor noticia, su madre había fallecido, así que Zane le dijo que no se preocupara, que había tiempo para el debut, y lo mandó a Sonora, una ciudad en el condado de Tuolumne dentro del estado de California, donde vivía su familia.

Las apuestas no eran demasiado problema cuando los luchadores eran nuevos, ya que casi nunca sumaban demasiado, salvo que el contrincante fuera muy popular, así que Zane las pagaría.

Esa noche Kaysa se quedó con los ojos abiertos como platos cuando vio que entre lucha y lucha también había peleas de mujeres. Mientras estaban esperando a que empezara la próxima, Kanu vino a por ella para llevársela.

—Viggo quiere verte antes de subir al ring.

Se puso de pie y lo siguió. Cuando estaban a punto de llegar, Zane lo llamó para que fuera a la sala que ocupaban Igor y Nix.

—Son dos puertas más allá —le indicó éste, y ella continuó avanzando.

Antes de llegar, la puerta anterior se abrió y el hombre que salió de allí le produjo escalofríos. Su aspecto sombrío la atemorizó; iba tatuado de los pies hasta el cuello; la única parte libre de tinta era su rostro.

—¿Katia?, Ekaterina, ¿eres tú?

—Disculpe, está equivocado; mi nombre es Kaysa.

—Soy Bohdan, ¿no me reconoces?

Ella lo miró con el ceño fruncido, pero estaba segura de que no había visto a ese hombre en toda su vida, jamás.

—Creo que se está confundiendo de persona.

—¿Con quién has venido? —Él seguía insistiendo.

La puerta del vestidor de Viggo se abrió y, cuando éste se percató de que el ucraniano no la dejaba pasar, se acercó y le propinó un empujón para que se apartara.

—¿Qué mierda te pasa? ¿Otra vez estás fastidiando? Deja a mi mujer en paz.

El ucraniano no reaccionó; se quedó de piedra, incluso parecía perdido.

—Te juro, cariño, que no me ha faltado al respeto. Todo está bien, cálmate. — Kaysa apoyó sus palmas en su pecho; quería empujarlo para que se metiera en su sala, pero era imposible moverlo—. Viggo, cielo, vamos..., de verdad que todo está bien. —Finalmente lo convenció y accedieron dentro.

—No te quiero ver cerca de ese tipo. Pertenece al equipo de la peor escoria humana que pueda existir sobre la tierra. No te ha tocado, ¿verdad?

—Ya te he dicho que no me ha hecho nada; tranquilízate, sólo me ha confundido con otra persona... Cuando has salido, estaba explicándole que no era yo.

Kanu apareció en ese momento para vendarle las manos. Kaysa se quedó el tiempo que tardó en hacerlo, y no se le escapó que Viggo estaba oyendo música.

A menudo lo hacía cuando entrenaba o cuando salía a correr. Esa noche sonaba una canción que a veces ponía cuando quería tomarse mucho tiempo para hacerle el amor: Breathe. Se besaron antes de que ella se fuera. Uno de los hombres de seguridad la acompañó hasta su asiento junto a Ariana.

—¿Qué quería que no podía esperar?

—Nada —dijo ruborizándose—, sólo darme un beso.

—No puedo creer cómo has domesticado a ese hombre —le indicó su amiga sin disimular su asombro.

De pronto el ambiente empezó a prepararse. El presentador anunció la pelea y de inmediato al ring subió el que iba a enfrentarse a Viggo, uno que se hacía llamar Ninja.

Las luces, después de que el contrincante subiera a la jaula, finalmente se apagaron, y en las pantallas gigantes ya se lo podía ver a él.

Back in black, de AC/DC, empezó a sonar y en segundos el lugar estalló, enloqueciendo. Sus fans no dejaban de corear su nombre.

La pelea comenzó enseguida tras las presentaciones, y el corazón de Kaysa empezó a latir desbocado cuando los luchadores comenzaron a bailotear dentro de la jaula. Viggo arrancó dando el primer golpe, y el público se puso de pie; en apariencia quería que la pelea terminara muy pronto, pero luego fue conectado con una patada en las costillas que lo hizo tambalear, y otra en las piernas que logró que su hombro rebotase contra la jaula. Ninja aprovechó entonces el desconcierto del campeón, lanzándole más golpes en las costillas, pero Viggo logró alejarse; bailó un poco y pareció recuperarse... y con la mano izquierda lo alcanzó, consiguiendo hábilmente controlar su cuello. Se apoyó rápidamente con la pierna derecha en el tatami, y lo derribó con una tijera; todo pasó muy rápido.

En el suelo lo empezó a estrangular, hasta que el luchador logró zafarse de él y se puso de pie.

Viggo lanzó un uppercut que no alcanzó a conectar del todo y la gente no hizo más que impacientarse; Kaysa también, incluso le gritó desaforada, pidiéndole que acabara de una vez.

Cuando estaba a punto de culminar el round, Viggo consiguió derribarlo nuevamente y, aplicándole una llave mata león, maniobra con la que casi lo ahorcó, aprovechó el desconcierto de su oponente poniéndose a horcajadas sobre éste; sus puños, entonces, no perdieron la oportunidad de aplicarle una seguidilla de golpes en el rostro. La sangre brotó por todas partes; lo estaba destrozando, estaba furioso con él mismo por no haber estado más atento y permitir que le diera todos esos golpes. Él venía con la idea de subir y que todo fuera un simple trámite, pero la contienda se había complicado.

Viggo continuó golpeándolo una y otra vez, hasta que el árbitro detuvo el combate y lo dio como ganador a él por sumisión.

De inmediato se armó una trifulca en la tribuna, porque se pusieron a discutir acerca de que Viggo no había peleado bien, así que Gio apareció de inmediato allí donde estaban las mujeres, lo hizo junto a Nix y a Igor, y las sacaron de allí por la puerta de atrás.

Ariana, Ziu y Kaysa se fueron protestando, aun sabiendo que ni Zane ni Viggo pondrían en riesgo la seguridad de ninguno de ellos. Finalmente empezaron a caminar, al ver que no les quedaba más remedio que aceptarlo. Dos horas después, todos los demás llegaron a la casa.

—¿Qué ha pasado, que traéis esa cara? —preguntó Ariana, pues los conocía a todos muy bien.

—La próxima lucha será con Phantom. Los organizadores lo han anunciado hoy. Él y Viggo pelearán por el título —informó su marido.

—Quiero ir a descansar, la noche de hoy ha sido demasiado rara —anunció Viggo, y se fue hacia la casa de huéspedes.

Kaysa no tardó en llegar, con una bandeja con frutas, bebidas para que se hidratara y hielo para que se colocara en los golpes.

***

Estaba seguro de que era ella, pero Katia no pareció reconocerlo.

Necesitaba hacer algo, necesitaba llegar a ella y descubrir más. Sospechaba que le estaban mintiendo para utilizarlo: Ekaterina ya no estaba con ellos, pero jamás se lo dirían.

—Pero, entonces, la chica que he visto en los vídeos, ¿quién es? —se preguntó. Bohdan sabía que tenía que buscar las respuestas personalmente.

Fue muy fácil reducir a sus guardias. Ellos lo habían convertido en una máquina de luchar y en ocasiones también de matar, así que se trató de un simple juego de niños. Les rompió el cuello y dejó abandonado el SUV; estaba convencido de que todos sus automóviles tenían un tipo de rastreador.

No sabía aún como haría para conseguir la dirección de Viggo, pero necesitaba imperiosamente hacerlo.

Cogió un taxi con el dinero que les había robado a los guardias y regresó al underground, ya que se le ocurrió que quizá allí, de alguna forma, conseguiría saber dónde estaba su domicilio.

Por suerte engatusar a Savannah fue muy fácil, así que averiguarlo todo le resultó muy sencillo. No sabía qué haría para que lo escucharan, pero, aunque fuera a la fuerza, Viggo tendría que hacerlo.

Cuando llamó a la puerta, Zane fue quien lo atendió y, para su asombro, se mostró muy interesado.

—Si no me dices para qué lo quieres ver, no lo harás.

—Quiero hablar de su chica.

Zane casi desestimó ir a llamarlo, porque le resultó muy presuntuosa la forma de presentarse del ucraniano, pero entonces le propuso que primero lo escucharía él y luego, si lo consideraba oportuno, se lo relataría grosso modo a Viggo. Tras sus explicaciones, lo hizo entrar.

—Espérame aquí.

No quería que nadie viera a Phantom en la casa, así que lo dejó en el gimnasio y fue a buscar a Viggo, pues consideró que debía oír todo aquello sin intermediarios.

—¿Tiene que ser ahora, Zane?

—Viggo, si no creyera que es importante, no estaría aquí.

Entraron en el gimnasio y, apenas vio al ucraniano, se sintió descolocado.

—Tienes que escucharlo.

—No vengo en busca de problemas —le aseguró éste.

Viggo empezó a escucharlo a regañadientes, pero entonces las piezas del puzle que resultaba ser Kaysa empezaron a encajar.

—¿Cómo dices que se llama?

—Ekaterina Zelenko. Mi nombre es Bohdan Zelenko, y ellos nos trajeron a la fuerza desde Ucrania hace algo más de cuatro años. Trafican con personas todo el tiempo, y de una u otra forma se cobran las deudas. Nosotros fuimos el pago que ellos consideraron suficiente por el dinero que mi padre les debía.

—¿Dices que fuiste forzado a luchar para la bratva? —lo interrogó Zane.

—Ellos me convirtieron en lo que soy; nos robaron la vida, lo hacen con todos los que reclutan. Necesitaba sobrevivir para hallar la manera de liberar a mi hermana; se lo prometí cuando nos separaron.

—¿Tienes dinero? —le preguntó Viggo cuando terminaron de hablar.

—No. Además, me van a estar buscando por todas partes, así que me será muy difícil ocultarme; lo mejor será que me aleje lo máximo posible. Pávlov va a enloquecer. Tiene contacto directo con muchos funcionarios corruptos. Una organización como la que él lidera no es fácil de manejar si no es con la vista gorda de quienes le liberan la zona. A él no sólo le interesan las apuestas del underground, sino poner en funcionamiento el resto de sus actividades ilegales en esta ciudad.

—Vete de aquí, Zane; quiero hablar con él a solas. —Éste lo miró dudando—.

Vete, ¿no me has oído?

—Estaré fuera —dijo el entrenador, no muy convencido de dejarlos a solas.

—Necesito que me confirmes de alguna manera que ella es tu hermana y que no te estás inventando toda esta historia.

—¿Qué ganaría con eso, si ya he conseguido la pelea contigo? Sólo para darte el gusto, te diré que mi hermana tiene una cicatriz en la pierna izquierda, casi llegando al muslo; es de una mordida de perro, de cuando tenía ocho años, y tiene la forma de una fresa. —Se quedó pensando un instante antes de continuar —. La mordió por mi culpa; era el perro de nuestro vecino, y me gustaba asustarla provocando al animal. —Sacudió la cabeza con tristeza.

—Sé de qué cicatriz hablas.

Conversaron durante un largo rato más y Phantom le dio detalles de las crueldades que esa gente era capaz de llevar a cabo. Viggo estaba intentando calmarse, pero su interior era como una olla a presión a punto de explotar.

Finalmente Phantom se marchó...

—¿Le crees?

—Zane, sólo estoy pensando en la manera en la que mataré a Pávlov con mis propias manos. Le ha hecho cosas aberrantes a Kaysa, ¿eso contesta tu pregunta?

—Tú no harás nada. Escúchame bien, esa gente es muy peligrosa.

—Me importa un carajo.

—Viggo, ¿te has vuelto loco? Es la mafia rusa, no son unos simples matones... ¿Quieres que terminemos muertos tú, ella y todos nosotros? Porque no dejarán a nadie con vida. Esto no se arregla peleando en una jaula.

—Kaysa es mi mujer, Zane, así que no me quedaré de brazos cruzados.

¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando para saber el nombre del hijo de puta que hizo de su vida un infierno? Sé que te haces una idea de lo que hablo; aunque no te lo diga, estoy seguro de que tu mente puede imaginar las perversiones que ese tipo fue capaz de hacerle a ella. Esta vez conseguiré justicia por mi mujer; con London y mi hija no pude hacerlo, porque quien las mató no me lo permitió, pero, ahora, nada me detendrá.

Viggo entró en la casa de huéspedes y de inmediato vio a Kaysa tendida sobre la cama; se había quedado dormida. La dejaría descansar, no tenía sentido despertarla en ese momento, aunque lo único que ansiaba era desentrañar todos los misterios en torno a ella.

Decidió no tomar nada fuerte para aliviar el dolor de los golpes, pues necesitaba permanecer con todos sus sentidos en alerta.

Se puso bastante hielo para desinflamar las contusiones y se ocupó de hidratarse bien. Luego se metió en la cama.

A mitad de la noche, Kaysa despertó llorando, seguramente presa de los terrores nocturnos que aún se hacían dueños de sus sueños.

—Estás a salvo, nena. ¿Qué sucede? Cálmate, estás bien, sólo ha sido una pesadilla.

Kaysa no dejaba de llorar.

—Habla conmigo. ¿Quieres darte una ducha?

Viggo había encendido la luz de la mesilla de noche.

—No.

—¿Es el mismo sueño de siempre?

Ella parecía más aterrada que de costumbre y no le contestó. Las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos.

—Kaysa, ¿qué has soñado?

La muchacha se mordió el puño, aguantando las ganas de hablar; no podía decirle que el sueño acababa de cobrar sentido en su mente, de que por fin todo lo había visto nítido y que por alguna razón sabía que no era una pesadilla, sino el reflejo de su realidad.

—No te cierres. Si no me hablas, no te puedo ayudar.

—¿Cómo podrías? Nadie puede, él es demasiado poderoso.

—Te refieres a Pávlov.

—¿Cómo te has enterado? ¿Hace cuánto que lo sabes? —le preguntó horrorizada.

—¡Joder!

«Ese hijo de puta pagará todo lo que te ha hecho», se prometió, pero guardó esos pensamientos para sí; no quería angustiarla más.

Él la abrazó y la acunó contra su pecho, y fue paciente.

Kaysa lo veía todo borroso porque no podía controlar el mar de lágrimas en el que estaba inmersa. Viggo ya sabía de Alexandr, así que, ¿qué sentido tenía continuar callando?

—Creo que él es mi hermano —consiguió decir finalmente y sintió un alivio enorme—; ese hombre que hoy me ha interceptado en el pasillo del underground, es mi hermano. Él finalmente ha venido a rescatarme. Estoy un poco confundida, porque todo ha aparecido en mi sueño, pero he podido ver a mis padres muriendo. La sangre que me salpica es... —gritó desesperada al comprenderlo—... la de mi mamá, y Mijaíl fue quien la mató —continuó relatando su sueño, el que por fin sabía que era realidad y no producto de su imaginación—. Las indicaciones que dio fueron: éstos van para América; ella va al campo de reclusión del pakhan Semyon, es demasiado joven para las calles, y él es fuerte, irá al gulag. El guardia de Pávlov decidió nuestro destino; antes era el cobrador en Ucrania y ahora es el custodio personal de Pávlov. Me tuvieron prisionera durante cuatro años. —Tocó su vientre—. Traficaron con mi bebé..., lo deben de haber vendido quién sabe a quién. —Se arrancó a llorar nuevamente hasta que rato después se calmó—. Viggo, prométeme que no te vas a acercar a él; por favor, dime que no harás nada y que sólo intentaremos continuar como hasta ahora. No podría soportar que algo te pasara. Yo te amo.

—Y yo a ti, cariño.

—Creo que mi verdadero nombre es Ekaterina.

—Tu hermano ha estado hace un rato aquí.

—Me van a encontrar, me volverán a llevar al gulag. —Se desesperó; estaba aterrada y no podía controlarse.

—Tranquilízate... no, él sólo ha venido a advertirnos. Ni yo ni él permitiremos que eso pase.

***

Despertó agotada de tanto llorar. Viggo no se había movido de su lado; todavía la tenía abrazada contra su pecho, él era su roca.

—Hola, nena.

—Hola.

—¿Cómo te sientes?

—Confundida. Hay cosas de las que no tengo recuerdos, todo es una gran nebulosa en mi memoria. Los únicos recuerdos fuertes que tengo son los que se remontan a cuatro años hacia atrás, y luego lo que pude deducir en el sueño. — Se tocó la cabeza.

—Creo que lo que tienes es una amnesia disociativa; es la que surge ante un acontecimiento traumático que produce mucho estrés; en ese caso la mente se queda imposibilitada de recordar cierta información importante. Hay terapias conductivas para revertirla, e incluso la hipnosis a veces puede ser muy útil para recuperar los recuerdos. Eso lo resolveremos; aunque ahora te angustie mucho, le encontraremos una solución.

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