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LA «VIDA PRIVADA» DE LOS PRESIDENTES

«Ahora, este es un asunto mío, de las dos personas a las que más quiero, mi esposa y mi hija, y de nuestro Dios. Tengo que resolverlo y estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para resolverlo. Nada hay más importante para mí. Pero es un asunto privado, de mi familia y de nadie más. Incluso los presidentes tienen vida privada». Vida privada… Ya entonces era difícil concebir que el cargo más público del mundo pudiera reservarse un espacio privado. Es duro, pero es así. «Esto ha ido demasiado lejos, ha costado mucho y ha hecho daño a muchas personas inocentes». En aquel momento, el operador de la cámara que grababa el mensaje ya había pulsado con suavidad el mando del zoom para cerrar el plano sobre el rostro compungido de Bill Clinton.

Días después, el 9 de septiembre de 1998, el registro de la Cámara de Representantes recibió un informe de 445 páginas enviado por la Oficina del Fiscal Independiente Kenneth Starr. Elaborar aquel trabajo lleno de descripciones sexuales explícitas había costado unos 50 millones de dólares. Dinero público. Se iniciaba el procedimiento para la destitución parlamentaria del presidente de los Estados Unidos: el impeachment.

Newt Gingrich salivaba. Los jugos gástricos se removían en su interior. Había llegado el momento para el que se había preparado durante meses: quería dar el asalto a la Casa Blanca. Y el plan se había sofisticado con el paso del tiempo. Ya no consistía solo en derribar a Clinton. También a Al Gore. Cuando triunfara el impeachment, el vicepresidente sucedería al presidente y Gingrich suponía que Gore haría lo que ya hizo en su día Gerald Ford cuando sustituyó a Richard Nixon: utilizar sus competencias constitucionales para conceder el llamado «perdón presidencial», lo que viene a ser un indulto político con consecuencias judiciales. Y si Gore concedía el perdón a Clinton, Gingrich trataría de que la Cámara también destituyera a Gore. ¿Qué ocurriría entonces? Que Newton Gingrich se convertiría en el presidente de los Estados Unidos, porque el speaker de la Cámara de Representantes es la tercera autoridad del país y, por tanto, el segundo en la línea de sucesión a la presidencia. Era un plan descabellado, porque de la mente descabalgada de alguien como Gingrich solo podían surgir ideas descabelladas.

Un mes después, el 8 de octubre, la Cámara de Representantes autorizó una amplia investigación para un juicio político al presidente. El 11 de diciembre, el Comité Judicial de la Cámara aprobó tres artículos de la acusación. El 19 de diciembre, Bill Clinton se convirtió en el segundo presidente de la historia de los Estados Unidos que se sometía a un impeachment, desde Andrew Johnson.

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