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5. La campaña » Hillary en el Air Force One antes de tiempo

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HILLARY EN EL AIR FORCE ONE ANTES DE TIEMPO

Hay pocas casualidades en política. Es más difícil que las haya en la alta política. Y casi se puede descartar que un presidente de los Estados Unidos que estaba de retirada y quería preservar su legado histórico, como Obama en el verano de 2016, se vaya a autolesionar cometiendo un error de principiante. Pero cualquier cosa puede pasar.

Todo se suele hacer de forma ordenada. Primero el FBI borra la sombra de delito que amenazaba a Hillary Clinton y apenas dos horas después Barack Obama sube a su exsecretaria de Estado al Air Force One en la base de Andrews para llevársela a un mitin en Charlotte, Carolina del Norte. No es nuevo para Hillary volar en el Air Force One. Lo hizo durante sus años de primera dama. Pero hacerlo como candidata a la presidencia era un poco extraño y, sin duda, prematuro. Sí suponía un gesto político que establecía las distancias entre quien, como ella, es desde hace décadas un elemento destacado del engranaje político norteamericano, y quien no lo es aunque aspirara a serlo, como Donald Trump.

Llegado aquel caluroso martes 5 de julio de 2016, Hillary Clinton llevaba ya meses viendo de reojo un palmo por encima de su patricia cabeza la espada que Damocles había abandonado allí tiempo atrás, cuando se desveló un hecho que, objetivamente, es gravísimo: que la secretaria de Estado había puesto en riesgo la seguridad del país más poderoso del mundo utilizando una dirección de correo electrónico particular para sus comunicaciones oficiales. En estos tiempos, incluso asaltar el servidor de correo de la Secretaría de Estado está al alcance de, como poco, un puñado de hackers autónomos y, más aún, aquellos que están al servicio de Rusia o de China. Si no es imposible traspasar esos muros cibernéticos tan protegidos, más sencillo aún parece que un experto atraviese las «paredes» de un servidor de correo personal ubicado en la propia casa de Hillary Clinton. ¿Puede ser presidenta quien ha puesto en riesgo a su país desde la Secretaría de Estado? Esta pregunta erosionó durante meses las opciones presidenciales de Hillary Clinton, y la campaña se le hizo mucho más dura de transitar debido a las serias dudas sobre su buen juicio y sus verdaderas intenciones. Ni siquiera sus partidarios han llegado a entender por qué hizo tal cosa. O peor… Sí lo entienden. Bob Kerrey incluso da por hecho que conoce el motivo.

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