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5. La campaña » ¿Una presidenta «extremadamente negligente»?

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¿UNA PRESIDENTA «EXTREMADAMENTE NEGLIGENTE»?

Hillary Clinton nunca ha dejado de generar sospechas. Su comportamiento, sus palabras, su actitud y sus movimientos políticos han hecho de ella la quintaesencia del establishment político-económico de Washington. Por eso, las palabras del director del FBI, James B. Comey, no iban a resultar gratuitas, ni a pasar inadvertidas en medio de la campaña presidencial. No pediría la imputación judicial de Hillary Clinton, pero la exsecretaria de Estado había sido «extremadamente negligente» por utilizar un servidor de correo personal. ¿Se puede ser presidenta de los Estados Unidos si se ha tenido un comportamiento extremadamente negligente con información sensible para la seguridad de la nación? ¿Puede ser comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América una persona que maneja con indolencia datos clasificados o secretos?

Solo tres días antes de la decisión anunciada por Comey, Hillary Clinton había prestado declaración ante agentes del FBI durante tres horas y media. Pero ocurrió algo al menos tan interesante como eso; aquello que marca la gran distancia entre los Clinton y el resto de los políticos; el hecho diferencial que convierte a este matrimonio en un bastión poderoso y granítico en el uso superlativo de las artes (confesables e inconfesables) de la política: la escena del avión.

Hi, Loretta! How you doing! Con toda naturalidad, Bill Clinton subió las escalerillas de un avión ajeno. Era el de la fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch. Bill entró en la cabina del aparato como Pedro solía hacerlo por su casa, cuando este dicho tan español aún era pertinente. El expresidente había estacionado su propio avión de campaña a pocos metros, en el aeropuerto de Phoenix, en el estado de Arizona. Dice Lynch que fue una coincidencia, y que ella no había invitado a subir a Clinton. Pero Bill nunca ha necesitado invitación para hacer lo que le place. La versión oficial es que hablaron de nada. Que si los hijos, que si los nietos, que si el opresivo calor de Arizona en el principio del verano, que si tal, que si cual… Por supuesto, no hablaron de que el Departamento de Justicia hubiera encargado al FBI un informe sobre los emails de Hillary, ni de que ese informe estuviera a punto de hacerse público, ni de que el informe fuera a resultar exculpatorio para la aspirante presidencial. Era una casualidad. Visita de cortesía. Bill es muy simpático.

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