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3. Ruta hacia la Casa Blanca » La verdadera noticia del 21 de julio de 2016

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LA VERDADERA NOTICIA DEL 21 DE JULIO DE 2016

Era el día de Donald. Su entronización. El ascenso a la escueta lista de quienes fueron elegidos para intentarlo, lo consiguieran o no. El momento había llegado. Ciento y pico mil absurdos globos de colores cayendo de lo alto del pabellón de los Cleveland Cavaliers; miles de simpatizantes del Partido Republicano, con sus ridículos sombreros de cartón y chapas de colores en chalecos con aún más colores, e igual de ridículos… Así se hace política en América. Cada país tiene su propio estilo grotesco. Nada que reprochar, que no podamos reprocharnos los demás.

Donald Trump dio un paso al frente para salir del backstage y plantarse en el stage. Ya estaba allí, en la tribuna de la Convención Nacional Republicana que, solo diez meses atrás, era solo una fantasiosa quimera. Un outsider, alguien sin pedigrí ni actividad política, había atrapado y engullido al gran partido de Estados Unidos. Things happen.

En el escenario le esperaban un atril, el teleprompter para leer su discurso (decir que fue incendiario resultaría innecesariamente reiterativo), y treinta y seis banderas de los Estados Unidos. Treinta y seis. Una junto a la otra. Profusión de barras y estrellas. Rojo, blanco y azul. Patriotismo de fábrica. Atrezo televisivo.

Friends, delegates and fellow Americans: I humbly and gratefully accept your nomination for the presidency of the United States (Amigos, delegados y compatriotas americanos: con humildad y agradecimiento acepto vuestra nominación para la presidencia de los Estados Unidos). Humildad y agradecimiento eran neologismos en el diccionario Trump-inglés, inglés-Trump. Dicho en prime time para las cadenas de televisión de noticias veinticuatro horas. Pero, muy especialmente, para los espectadores de una de esas cadenas, cuyo máximo responsable acababa de restarle protagonismo al mismísimo Donald Trump: el muy poderoso e influyente Roger Ailes, presidente de Fox News, dejaba el cargo. Ailes era, en ese momento, casi más noticia que Trump. De hecho, en los periódicos del día siguiente, la destitución de Roger Ailes era la segunda historia del día, por detrás del discurso final de la convención. Ailes, el hombre que tanto había facilitado el triunfo de Trump con las coberturas de sus programas, caía el día en el que Trump ascendía. Things happen, again.

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