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3. Ruta hacia la Casa Blanca » De Trump a Le Pen

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DE TRUMP A LE PEN

¿Cuál es la base electoral del Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia? La clase trabajadora de origen francés, que antes votaba a los socialistas o a los comunistas y que ha perdido parte de sus ya escasos ingresos por la caída de los salarios, que no puede disfrutar de los servicios públicos porque están colapsados y que no cree tener un horizonte mejor a la vista. ¿Quién votó por el Brexit en el Reino Unido? ¿Quién, a los ultranacionalistas del UKIP? ¿Quién vota a la ultraderecha holandesa, austriaca o danesa? No son los ricos potentados. Es la clase trabajadora nacional.

Los nuevos republicanos que quieren ver crecer al partido, pero no quieren ser liderados por Trump, coinciden sin embargo con Trump en que Estados Unidos debe hacer lo que ya hacen otras naciones menos acusadas de frenar los flujos migratorios y que, sin embargo, los tienen más controlados, como Australia o Canadá: atraer más inmigrantes con altas capacidades profesionales y menos con baja formación. ¿Por qué los trabajadores blancos de clase baja temen a los inmigrantes poco cualificados? Según los sondeos, porque ocupan los servicios sociales (que disponen de recursos limitados) y compiten por los puestos de trabajo de menor nivel, a los que antes accedían los nacionales. Como consecuencia, se pierden empleos y bajan los sueldos. No es, dicen, un problema de racismo, sino de temor por la propia supervivencia, al tener que compartir bienes escasos.

La inmigración de bajo nivel no crea problemas a las clases acomodadas. Quien dispone de ingresos suficientes no compite por una plaza en guarderías públicas, sino que paga una guardería privada. No tiene que rivalizar por la sanidad pública, porque dispone de seguros privados. No necesita dar la batalla por un asiento en la universidad pública, porque tiene medios para invertir en el futuro de sus hijos pagándoles una universidad privada. En todo esto hay una mezcla de situaciones reales y de impresiones tan extendidas como equivocadas. Pero en política, lo que parece es, aunque no se compadezca plenamente con la realidad.

Y, sin embargo, la impresión general era que el Partido Republicano no podría recuperar la Casa Blanca si no era capaz de seducir a quienes ha insultado de forma reiterada durante años. El GOP necesita, decían los autores, ofrecer una especie de nacionalismo unificador que abandone el llamamiento tan explícito de Trump a la identidad de los blancos y expandir una visión del partido que incluya a hispanos y negros, haciéndoles ver que también se preocupa por ellos. Pero ¿cómo Trump podía atraer el voto hispano si estaba proponiendo construir un muro en la frontera con México, y la deportación de once millones de inmigrantes?

Curioso, porque el muro ya existía desde antes, y lo construyeron administraciones republicanas y demócratas. Trump solo proponía completarlo y que lo pagara México, amenazando con impedir el envío de remesas si el gobierno mexicano se negaba a poner el importe sobre la mesa. Más odio, menos votos. Menos odio, más votos. ¿Cambiaría Trump su discurso? Cuando se acercaba la hora de la verdad hizo algún amago.

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