Terror

Terror


Capitulo 6

Página 8 de 31

6

Hacer un agujero a través de la roca no es, en principio, un asunto complicado. Todo lo que se necesita es alguna herramienta afilada, más dura que la roca, para penetrar en la roca centímetro a centímetro mediante fuerza bruta y persistencia. En tierra firme, lo que se hace es construir un derrick y meter tuberías en él para que empiecen a morder el terreno; conectar motores que alcen y hagan girar las tuberías y las vayan introduciendo a medida que se perfora, metro a metro, mientras se va profundizando el agujero. En aguas poco profundas, se construye una torre sobre patas que descansan en el fondo, y el proceso es el mismo.

En aguas profundas, el proceso es más difícil. La torre debe permanecer siempre allá donde corresponde, encima del agujero en el fondo del mar. El buque perforador Sandusky resolvía ese problema a través del posicionamiento dinámico, con pequeños giroscopios, controlados por ordenador, que lo desviaban hacia este y ese otro lado en respuesta a cada soplo de viento, corriente y ola. Sus motores funcionaban constantemente, veinticuatro horas al día, pero nunca se movía de su posición.

Mantener ese tipo de perforadora girando y perforando constantemente requería una numerosa tripulación. Había tres turnos completos de perforación de once hombres cada uno, trabajando las veinticuatro horas del día. Luego había un ingeniero naval y su ayudante; nueve técnicos aparejadores; cuatro soldadores; un buceador de la marina; tres maquinistas de grúa; el destacamento de seguridad de seis hombres del Sandusky; cuatro electricistas; un equipo de máquinas de seis maquinistas más dos supervisores; y diez hombres más para los trabajos pesados. Aquéllos eran sólo los hombres que atendían a la perforación. El Sandusky tenía luego su propia tripulación de cuarenta hombres más, capitán, oficiales, cocineros y camareros, artilleros, radiotelegrafistas, ingenieros y engrasadores…, sólo cuarenta en sus turnos de guardia, porque al fin y al cabo el Sandusky no iba a ninguna parte.

Luego estaban los barcos satélite que apoyaban al Sandusky, con sus tripulaciones; más los científicos y oficiales de la marina y especialistas que lo dirigían todo; más los pilotos de helicóptero y sus mecánicos, y las tripulaciones de las barcas que hacían el recorrido entre Vulcano y el puerto hawaiano, y los especialistas en criptografía y los técnicos de ordenadores y el personal de señales…, y, por supuesto, las fuerzas de seguridad que estaban infiltradas en cada fase de cada operación…

En conjunto, formaban una comunidad bastante numerosa. Más de 250 personas vivían y trabajaban en pleno océano, todos ellos sin más finalidad que dirigir aquella avispa que picaba incesantemente la corteza rocosa de Liohi y penetraba en ella…

Y ellos sólo formaban el equipo preparatorio. Había otras veinte personas de camino, trayendo consigo un complejo objeto del tamaño de una cocina doméstica para meterlo en el agujero que el Sandusky había abierto para él. La picadura de la avispa había roto la superficie del bebé volcán sumergido. Ahora había llegado el momento de plantar el huevo.

Ir a la siguiente página

Report Page