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ABSOLUCIÓN

AGENTE JUDICIAL

Se ruega a los participantes en el juicio que vuelvan a la sala.

 

El abogado defensor, la fiscal y la secretaria ocupan sus puestos. El agente judicial acompaña al acusado, que toma asiento junto al abogado defensor. El juez entra en la sala. Todos se levantan y permanecen en pie.

 

JUEZ

El jurado ha llegado al siguiente veredicto: el acusado Lars Koch queda absuelto y los costes serán asumidos por el Estado.

Por favor, tomen asiento. A la vista del veredicto, debo comunicar la siguiente resolución:

La orden de arresto del juzgado de primera instancia se suspende, el acusado queda absuelto y será puesto en libertad inmediatamente.

 

El juez firma la resolución y se la entrega a la secretaria.

 

JUEZ

Como justificación del veredicto declaro lo que sigue: ha habido miembros del jurado que se han inclinado por condenar al acusado y otros que han sido partidarios de absolverlo.

En resumen:

El acusado creció en el seno de una familia acomodada, fue escolarizado conforme a la edad y tras el bachillerato cursó los estudios de piloto de caza. Por último, asumió el cargo de comandante de la Fuerza Aérea. Su vida ha transcurrido de forma intachable. Está casado y tiene un hijo fruto de su matrimonio.

El 26 de mayo de 2013, a las 20.21 horas, el acusado abatió con un misil aire-aire un avión de pasajeros de la compañía alemana Lufthansa y mató de esta manera a las ciento sesenta y cuatro personas que se encontraban en el aparato. Me ahorraré los detalles del hecho, ya que todos lo tenemos presente con total claridad. Tal como apuntó con acierto el abogado defensor, el Tribunal Constitucional Federal no determina la culpabilidad en este caso. Como argumentación legal, debe exponerse lo que sigue:

Nuestra ley absuelve al autor de un hecho que evita un peligro para sí, su familia o sus allegados. Así pues, no se castiga a un padre que esquiva con el coche a su hija y por esa razón atropella a un ciclista. Pero no existía este tipo de relación entre Lars Koch y los espectadores del estadio. Así que sólo se le podría absolver mediante una causa no prevista en la ley. En este caso entra en consideración la llamada «emergencia supralegal». De hecho, el anterior ministro de Defensa Jung se refirió a ella.

Esta emergencia supralegal no se ajusta ni a la Ley Fundamental ni al Código Penal o a otras leyes. El tribunal reconoce en ello un conflicto de valores que no va a aceptar: si el autor de un delito actúa de forma egoísta, es decir, pretende salvarse sólo a sí mismo o a sus parientes próximos, la ley lo indulta; pero, por el contrario, si actúa de forma desinteresada, contraviene la ley. Preferir a un egoísta en lugar de a alguien que ha actuado de modo altruista no es sensato ni responde a los objetivos de nuestra convivencia.

No tenemos la menor duda de que el acusado puso todo su empeño en tomar la decisión correcta. Lars Koch no disparó por razones personales, sino para salvar a las personas que se encontraban en el estadio. Optó de manera objetiva por el mal menor. Por eso no se le aplicará ningún castigo penal.

El argumento de la fiscal, según el cual los pasajeros podrían haber entrado en la cabina del piloto o éste podría haber remontado el avión, es interesante, pero al final no se impone. Por una parte, no se puede probar. Por la otra, tal vez existan milagros, pero nosotros no contamos con milagros, sino con hechos. De otro modo sería imposible administrar justicia. No cabe duda de que también resulta acertada la opinión de la fiscal acerca de que la vida que se da por perdida no se puede recortar todavía más. Pero aquí no se trata de un asunto como, por ejemplo, el del trasplante de órganos de personas que están a punto de morir. Este caso no muestra ningún paralelismo con nuestra vida real, por lo que el argumento de la fiscal de atacar los males desde su inicio, por lo demás correcto, pierde consistencia.

Para abreviar, señalaremos que, incluso si es difícil de soportar, debemos aceptar que nuestra justicia no está, por lo visto, en situación de resolver todo problema moral sin caer con ello en contradicciones. Lars Koch asumió el papel de un juez que decide sobre la vida y la muerte ajenas. No tenemos ningún criterio legal para examinar de manera definitiva su decisión moral. La ley, la Constitución y los tribunales lo abandonaron a su suerte. Por eso estamos firmemente convencidos de que sería erróneo condenarlo ahora por lo que ha hecho.

Con ello se declara al acusado inocente.

El juicio ha concluido, damos las gracias a todos los miembros del jurado y quedan liberados de sus servicios desde este momento.

 

El juez se pone en pie, y todos los demás, salvo el acusado, se levantan al mismo tiempo. El juez sale del escenario por la puerta que hay detrás del estrado. Telón.

 

Fin

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