Teme

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Misiones y secretos

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Janie la mira perpleja.

—¿Qué materia?

—Si estás aquí es porque has aceptado trabajar para Fran Komisky, como hice yo.

—¿Sabe la comisaria que estoy soñando esto?

La señora Stubin suelta unas risitas.

—Claro que no, aunque puedes contárselo si quieres. Dale muchos recuerdos de mi parte. El caso es que yo estoy aquí para cumplir una promesa que me hice a mí misma. Estar a tu disposición, como hizo quien me instruyó a mí: quedarse conmigo hasta que estuve preparada y fui consciente de cuál era mi verdadero propósito en la vida. Estoy aquí para ayudarte lo más que pueda mientras sigas necesitándome; después, me iré.

A Janie se le desorbitan los ojos. «¡No!», piensa, pero no lo dice. Espera que pase mucho tiempo antes de que deje de necesitarla.

—Así que, ya sabes, ven a verme de cuando en cuando mientras examinas mis archivos. Si tienes alguna duda respecto a mis notas, por ejemplo. Sabrás encontrarme, ¿no?

—¿Quiere decir que si sabré volver a este sueño?

La señora Stubin asiente.

—Sí, creo que podré hacerlo, aunque he perdido práctica —reconoce Janie un poco avergonzada.

—Sé que podrás —contesta la anciana oprimiendo sus rígidos dedos sobre la mano de Janie—. ¿Te ha encargado la comisaria alguna otra misión?

—Sí. Creemos que uno de los profesores del instituto es un depredador sexual.

La señora Stubin suspira.

—Es una misión complicada. Ten cuidado, sé creativa… Te será difícil encontrar los sueños en los que debas entrar. Conserva las fuerzas y estáte preparada para no desaprovechar las ocasiones de averiguar la verdad. Los sueños se presentan en los lugares más insospechados; no bajes la guardia.

—No… no lo haré.

La anciana ladea la cabeza.

—Debo irme —se despide. Luego sonríe y se desvanece, dejándola sola en el banco.

02:27

Janie parpadea y abre los ojos. Se queda mirando fijamente el techo. Después enciende la lámpara de la mesilla para anotar el sueño en su cuaderno. «¡Guau!», piensa, «¡estupendo!».

Mientras apaga la luz y vuelve a tumbarse, su boca esboza una sonrisa soñolienta.

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