Taj
Agradecimientos
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AGRADECIMIENTOS
En la literatura, al igual que en cualquier otra faceta de la vida, hemos de seguir el camino que nos dicta el corazón. Yo amaba el Taj Mahal, el cual había visitado dos veces; amaba la historia que había detrás; y la novela fluyó sola. Pero, al igual que ocurrió con mis libros anteriores, no habría podido escribirla sin el apoyo y cariño constante que recibo de mi familia y de mis amigos. Gracias en especial a mi madre por el trabajo de corrección del texto que, a medida que voy avanzando, llevas a cabo. Una profesional, lo bordas.
Gracias a Montse Yáñez, mi agente, por tus consejos siempre acertados. Gracias también a la gran familia Espasa (Grupo Planeta) y a los miembros del jurado del Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio por haber escogido este puñado de páginas entre tantas novelas presentadas, dándome la oportunidad de compartir catálogo con autores ganadores de ediciones anteriores a los que admiro.
Fuera ya del círculo más cercano, he de dar las gracias a Rudyard Kipling por la frase «El Taj Mahal parece la encarnación de todas las cosas puras, de todas las cosas santas y de todas las cosas infelices» que pongo en boca de Balu. Y a Rabindranath Tagore por el verso «Una lágrima en la mejilla del tiempo», que menciona Dara. También quiero recordar a Lord Curzon, virrey de la India, por su pensamiento acerca de esa «mezcla de encanto y de tristeza que es la esencia de la más alta belleza». La frase «No es arquitectura, es amor en piedra viva» está inspirada en un poema de Edwin Arnold. En cuanto a los antiguos expedicionarios, he hecho un guiño a la descripción del serrallo de Delhi que François Bernier incluyó en sus Viajes por el imperio mogol; y también le he robado al francés algún detalle de su vida para modelar el personaje del médico de la corte. ¿Qué tenían que sentir estos aventureros al embarcarse hacia la otra punta del mundo y darse de bruces con maravillas semejantes?
Gracias como siempre a tantos lectores de diferentes países que seguís mis pasos desde la primera línea que escribí y a todos los que, a lo largo de los años, os vais sumando a este sueño compartido.