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8 Monopolio

El 11 de diciembre de 2014, cuando se cumplieron 25 años de que Carlos Slim adquirió Telmex, el expresidente Carlos Salinas de Gortari, a petición del periódico El Financiero, respondió algunas preguntas habituales sobre esta compraventa con un artículo publicado en dos partes con el título «Telmex, una privatización exitosa que terminó cuestionada». La razón por la cual el aún poderoso expresidente decidió ahondar en este punto, según alegó en la introducción del texto, es que coincidía con «la perspectiva renovadora de la gran reforma de telecomunicaciones de 2014».

En el artículo, Salinas defiende la privatización que hizo su gobierno y reseña opiniones favorables del Banco Mundial. Lo interesante es que luego cuestione la falta de regulación de Telmex por parte de los gobiernos que siguieron a su administración y que refiera encuestas recientes —que no identifica— en las que «la mayoría de los usuarios se quejaron desesperadamente por cortes de llamadas, cobros indebidos, mala señal, pérdida de la conexión y desconexión del servicio sin ningún motivo». El político, que en algún momento para muchos mexicanos era quien estaba detrás de Slim, concluye su texto diciendo que, «para muchos, Telmex se ha convertido en la “bestia negra” de las empresas privadas mexicanas».

En el resto del texto, el exmandatario descarta que la privatización de Telmex se haya hecho por motivos ideológicos y que haya producido una mayor concentración de la riqueza en México. También defiende que no se llevó a cabo de manera apresurada ni buscando beneficiar a socios ocultos, y que los recursos obtenidos nunca desaparecieron del erario. Esta postura es la que Salinas ha ventilado en otros de sus textos y en intervenciones públicas. Sin embargo, los tres últimos puntos del texto del expresidente son señalamientos directos contra Slim, al afirmar que es cierto que Telmex es hoy un monopolio privado, citando a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): «Telmex controla en México 80 % del mercado de telefonía fija y 70 % de telefonía móvil. Es una empresa con poder dominante en todos los segmentos del mercado (redes fijas, móvil, banda ancha) y en todas las regiones del país». La OCDE concluye que Telmex, operador dominante, «goza de un poder de mercado duradero que la competencia no está minando y que tampoco está limitado por la regulación de ninguna manera eficaz».

El expresidente también afirma que Telmex «es hoy una empresa ineficiente y abusiva» y vuelve a citar el documento de la OCDE:

Sus precios son demasiado altos: los usuarios mexicanos pagan más que los de la mayoría de los demás países miembros de la OCDE. El caso de la banda ancha, la más importante tecnológicamente, es el peor: los precios se cuentan entre los más altos y la tasa de penetración es la menor con velocidades muy lentas. Telmex tiene márgenes de utilidad que duplican a los de la OCDE, y a cambio ocupa los últimos lugares en penetración y el último en inversión per cápita. Altos costos, precios elevados, mala calidad, pocas opciones actúan contra el bienestar de todos los mexicanos.

Finalmente, Salinas asegura que no fue la privatización de Telmex —hecha durante su gobierno— la que catapultó a Slim como el hombre más rico del mundo:

Slim no heredó su fortuna de Telmex, sino que aprovechó la falta de regulación neoliberal para consolidarse en el surgimiento de un nuevo sector, la telefonía móvil, y entró como dominante en ese sector también en América Latina (Argentina, Colombia, Ecuador y Guatemala, entre otros). La fortuna está en América Móvil, la cual nunca fue empresa pública. En 2012 esa empresa valía más de 100 000 millones de dólares. Telmex, por su parte, 15 años después de su venta, tenía el mismo valor en términos reales, al incluirse el monto de la inversión realizada durante su expansión.

Durante una de mis entrevistas con Slim le pregunto al respecto. El magnate me dice que sabe del artículo, pero que no lo ha leído, así que para tener su opinión le leo algunos fragmentos. Mientras lo hago, ataja de inmediato:

—Es una mentira. Nomás cubre su parte y todos los demás hicieron las cosas mal. Dice que Telmex es ineficiente. ¿Qué es ser ineficiente si ha venido a competir Telefónica, ha venido a competir AT&T, ha venido a competir Verizon, ha venido Vodafone? ¿Tú crees que sea muy ineficiente si todas esas empresas no han podido? —luego toma un papel de su mesa. Es un estudio de la OCDE. Lo hojea hasta dar con una tabla—: Éste es el ingreso por minuto por país. México vende a dos centavos y sólo estos países venden a uno: Telefónica vende a nueve centavos en España. ¿Somos muy abusivos vendiendo nosotros a dos centavos?

—Bueno, Salinas también cita documentos de la OCDE para cuestionar a Telmex…

—Pues le dieron 90 000 euros a José Ángel Gurría —exsecretario de la OCDE— para realizar un estudio en el que hizo mierda a América Móvil y dijo que éramos los peores y no sé qué, pero ya lo están corrigiendo.

—Entonces, ¿qué motivación tendría el expresidente Salinas para sacar este artículo?

—En decir que es un chingón, que él lo hizo todo limpio y que los demás son unos pendejos y sucios, y que Telmex es una mierda.

—¿Eso quiere decir que no hay una relación entre usted y Salinas?

—No, sí lo veo… Lo vi el otro día y le dije que decía una bola de mentiras.

—¿Y qué le contestó él?

Slim responde ofuscado y después me dice que no publique lo que me acaba de decir. Entonces retoma la respuesta:

—A lo mejor leo completo lo que escribió y se las enseño —las mentiras— una por una. Lo escribió en El Financiero para quedar bien con Televisa, con las televisoras. Volvió a ser un instrumento… En fin, si me pongo a discutir, para como está el país, es meterle más tensión a la situación actual.

—Más allá de lo que diga el expresidente Salinas, existe una amplia percepción de que el gobierno le regaló a usted un monopolio…

—Es la mentira repetida una y otra vez. Mira, aquí mi competidor fue el beneficiario. En las bases él venía beneficiado, porque ahí decía que podías dar en pago o temporalmente acciones, y nosotros no teníamos ninguna y él tenía 10.6 % de la empresa… Había una casa de bolsa que tenía 10.6 % antes, porque el chiste era que el valor que nosotros ofrecimos por la empresa era muy superior a lo que valía un año antes. ¿Eso sí lo has visto? ¿Cuánto valía?

El principal competidor de Slim para la adquisición de Telmex fue el banquero Roberto Hernández, en ese entonces dueño de Banamex. Antes de la privatización de la empresa paraestatal, la Casa de Bolsa Accival, de la cual Hernández es socio, fue adquiriendo acciones de Telmex hasta tener 10 %.

En aquellos años Hernández era el empresario favorito para ganar la licitación de la telefónica mexicana. Sin embargo, no perdió del todo: en diciembre de 1984 Telmex tenía un valor en el mercado de 316.8 millones de dólares, mientras que en junio de 1994, después de la privatización, ya valía 29 445 millones de dólares. Hernández y los demás socios de la Casa de Bolsa Accival, de quienes no se conocen todos los nombres, al haber acumulado una buena cantidad de acciones de Telmex antes de la privatización, vieron cómo el valor de su inversión crecía de manera estratosférica.

—Cuando se privatizó Telmex, fue 20.4 % —enfatiza Slim, para luego explicarme, mientras hace números en una hoja—, del cual 10.2 % fue del extranjero, y del restante nosotros teníamos como 5.2 % en Carso y en Inbursa, del que yo tenía como 60 %. Entonces yo tenía realmente 3.7 %. Decían que era mía, pero yo sólo tenía 3.7 o 3.8 % de Telmex.

También le pregunté a Rogozinski sobre el artículo escrito por el expresidente para cuyo gobierno trabajó:

—Bueno, y ¿qué quieres que diga yo?

—Pues tu opinión del artículo.

—Independientemente de lo que diga ahí, yo quiero decir que Telmex sí fue una privatización exitosa. Mira, podrás criticar todo lo que quieras, pero lo que no puedes criticar es que hoy, si necesitas un teléfono, te lo ponen en días, si no es que en horas.

—Bueno, el expresidente reconoce todo ese proceso de la privatización, pero dice que después se volvió ineficiente, monopólica y demás, porque no hubo regulación…

—A ver, a ver, mi punto de vista sobre ese tema es el siguiente: ¿hay un problema de regulación? Sí, pero no de regulación, porque no se hizo, sino porque no se aplicó. Eso es distinto, aunque al final de cuentas es lo mismo. A la gente ahí, en la calle, le vale. Yo te puedo aceptar que hay partes de lo que se critica a Telmex que se deben a la no aplicación de la regulación; te puedo aceptar eso. Lo que no te puedo aceptar es que me digan que Slim no invierte. Te voy a poner un ejemplo y con eso vamos a acabar esto: tengo un amigo que odia a Slim; no a él en lo personal, sobre todo al servicio de su empresa Telcel. Un día tengo este diálogo con él:

«—Oye, no me contestas las llamadas —le digo.

»—Pinche Telcel, no sirve para un carajo. Antes yo lo ponía en mi casa, en mi departamento, y sonaba. Y ahora ya no.

»—Pues cámbiate. Ahí están otras. Vete a Iusacell o a Movistar o a Nextel.

»—Eso voy a hacer.

»Luego pasan seis meses, me lo encuentro y éste es el nuevo diálogo:

»—¿Qué pasó?

»—No, pues ya me regresé a Telcel porque las otras están peor.

»Entonces me pregunta por qué pasaba esto y ya empiezo a explicarle la parte tecnológica. Que faltan torres, y si tú vas en una torre y yo estoy en otra torre y ando en un coche, cuando voy aquí se pasa mi llamada a esta otra, pero si cuando paso a ésta ya está llena, pues se bota mi llamada. Entonces eso lo tienes que solucionar con más torres, ¿sí?

»Bueno, entonces, en este ejemplo que estoy poniendo, mi amigo me pregunta:

»—¿Y por qué Slim no invierte más?

»Yo le digo:

»—A ver, no entiendo un carajo. Explícame para qué quieres que invierta más. Si invierte más, su servicio va a mejorar, y si su servicio mejora, más gente nos vamos a pasar a Telcel, y si más gente nos vamos a pasar a Telcel, va a ganar más, lo cual no está mal, pero ¿no siempre andas mentando madres de que Slim es monopolista, que Slim es dominante? Si él hace lo que tú dices, ¿se va a volver más o menos dominante?

»Y se queda pensando y me dice:

»—No, pues se va a volver más dominante».

—Pero ¿es o no un monopolio, como lo afirma el expresidente Salinas?

—Ése es otro de los cuentos chinos. A ver, ¿Telmex tiene 100 % en la ciudad de México? No, ¿tendrá 80 %? Tampoco. ¿Tendrá 60 %? Pues sí, tiene 60 %. Entre 60 y 100 % hay una gran distancia. Ahora, en el pueblito Quinchunchu tiene 100 %. Ahí a lo mejor sí. ¿Por qué? ¡Porque nadie más le invierte ahí! Telmex será dominante en algunos lugares y en otros será monopólico, pero no porque quiera, sino porque por obligación Telmex tiene que ir ahí. Y nadie quiere ir ahí y nadie irá. Entonces tienes un problema sobre cómo vas a sacar del monopolio a esa ciudad si nadie quiere ir ahí porque no es negocio. El problema es 100 % político.

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