Secret

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Capítulo 3

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Capítulo 3

Siete horas después llegamos a Londres. Denisse y Des lograron ser muy buenas amigas Des es como una niña chiquita así por eso hicieron gran contacto. Den nos presentó a su peluche preferido que era un oso de felpa, ella dice que es su mejor amigo porque nunca le va a contar sus secretos a nadie, ¿por qué será?

Nos subimos al taxi y ya íbamos de camino al campamento.

─ ¿Cómo es el campamento? ─ pregunto Den ilusionada.

Abrí los labios para contestar y alucinarla con lo maravilloso que era este campamento. Contarle todas las aventuras que Des y yo pasamos ahí. Lo hermoso y limpio que es. Contarle lo acogedoras que son las cabañas, pero también quería hablarle sobre la simpática directora quien nos espera. Pero, mis esperanzas se cortan cuando Des dice.

─ Es un pedazo de tierra con plantas ─ dijo Des.

Abro los labios ligeramente y quiero golpearla por su actitud de amargura.

─ ¡Destiny Johnson! ─ la regañe.

Ella se gira a mí golpeándome con su cabello rubio.

─ Es la verdad ¿qué quieres que le diga? ─ me reclamó.

Ruedo los ojos dándole un leve golpe en la rodilla.

─ Algo más bonito.

Eso nos conllevo a una pelea, no una verdadera pelea de golpes e insultos, bueno si insultos pero no verdaderos. Me refiero a que simplemente nos decíamos una que otra tontería pero una pequeña carcajada nos interrumpió.

─ ¿De qué te ríes? ─ preguntamos Des y yo al mismo tiempo.

─ Parecen niñas de mi edad en lugar de parecer de veinte y dieciocho ─ rió ella.

Sonrío al ver una ancha sonrisa en sus labios. Me alegra bastante haberla hecho reír ya que no quiero que por el resto del campamento o por el resto de su vida se quede con la idea de que su madre la abandono.

¿Qué habíamos hecho? Sin darnos cuenta Destiny y yo ya teníamos una enrome responsabilidad encima. Cuidaríamos a una niña a quien conocimos hace un par de horas atrás. ¿Qué hemos hecho?...

─ Tiene razón Den somos unas inmaduras ─ dijo Des ─. ¡Qué triste! ─ fingió llorar en mi hombro.

─ Lo se lo sé ─ hice lo mismo ─. Pero, prefiero ser inmadura porque lo maduro se pudre.

─ ¡Oye! ─ gritó Des mirándome con los ojos pizpiretas.

─ ¡Oigo! ─ le respondí.

─ Ni que fuéramos frutas ─ rió.

─ De hecho si nos pudrimos, ya que cuando nos morimos, nuestros órganos se empiezan a descomponer al igual que nuestra piel, eso implica que si nos pudrimos.

Ella me empezó a arremedar con gestos.

─ En serio cada vez que dices algo así me da ganas de golpearte.

Rueda sus ojos guiándolos hacia otro punto donde ver que no fuera yo y mi lógicas formas de ver la vida.

─ Que tierna ─ dije sarcástica.

Una risita aguda inunda el taxi.

─ ¿Seguras que no tiene ocho? ─ preguntó Den dudosa.

Esta vez quien ríe es Destiny quien se gira hacia la pequeña rubia.

─ Ouch, eso dolió ─ dijo Des.

─ Eso te pasa por enseñarle ese tipo de cosas a Den ─ rodé los ojos.

─ Campamento Diamonds llegamos ─ dijo el taxista mientras estacionaba el taxi.

Den literalmente se pega a la ventana como si fuera un imán. Me recuerda cuando tenía su edad y solía hacer ese tipo de cosas cada vez que el taxi nos traía.

─ ¡Wow! ─ dijo Den emocionada.

─ Ay no yo no quiero cambiar pañales ─ dijo Des recargándose en el respaldo del sillón.

─ ¡No es posible Destiny! ─ dije.

Des me mira confundida.

─ ¿Qué hice? ─ dijo confusa.

─ ¡No tienen un año! ─ grite ─. ¡El campamento es para mayores de seis años!

─ ¿Ah, si? ─ preguntó confundida.

─ Si.

Cuando el taxi frena el fuerte aire de Inglaterra cala mis huesos cuando la puerta de este se abre.

─ Oigan, es mejor que ya salgamos ─ dice Den saliendo la puerta del taxi.

Asentí mirando como su pequeño cuerpecito baja por el taxi.

─ No voy a bajar ─ Des se cruzó de brazos.

Miro hacia el techo del taxi frustrada.

─ No empieces ─ rodé los ojos.

─ No voy a bajar ─ replicó.

La tomo del brazo pero se suelta rápidamente.

─ ¡Des! ─ grite.

─ ¡Dije que no! ─ la jale fuera del taxi he hice que se cayera al suelo.

─ Oops ─ me cubrí la boca con las manos.

Su cara chocó contra el piso haciendo que el resto de su cuerpo rebotara y para ser sincera eso me hizo sacar una pequeña sonrisa.

─ Ouch ─ se sobó los brazos una vez que ya estaba parada frente de mí recargada en el taxi.

─ Eso te pasa por no bajar ─ dije fastidiada. Des se paró pero se sostuvo de la puerta del taxi.

─ ¡No voy a ir a cuidar a esos niños! ─ gritó llena, completamente, rotundamente llena de fastidio y odio.

─ ¡Vas a ir quieras o no! ─ le grite.

Empecé a jalar a Des de la cintura para que se soltara del taxi.

─ ¡Ally! ─ escuche la voz de Den pero la ignore ─ ¡Des! ─ ambas la ignoramos ─ ¡DESTINY! ¡ALLY! ─ gritó Den despedrada.

─ ¿Qué? ─ gritamos ambas y Den se acercó a nosotras.

─ Están haciendo el ridículo ─ susurró.

Todos los campistas se nos quedaron viendo raro. Des se soltó del taxi acomodándose el cabello y sacudiendo su ropa antes de que yo hablara.

─ Sigan con sus actividades ─ le dije y siguieron caminando.

El taxista después de habernos esperando por fin pide el dinero con esa educación que siempre ha caracterizado a los británicos.

─ Son cinco libras ─ dijo él. Asentí y Des pago.

Cuando tomamos nuestras maletas, ella se mueve de un lado hacia otro algo incómoda por la cantidad de multitud que hay.

─ Hicimos el ridículo ─ dijo Des apenada.

─ Si te hubieras bajado no hubiera pasado nada de esto.

Seguimos caminando cuando Den me avisa que ira con los demás niños reunidos en un pequeño quiosco con sus maletas. Asiento mientras la observo correr con su maleta de ruedas moverse bruscamente en el pasto.

─ Ally, Destiny ¡Que alegría verlas aquí de nuevo! ─ una voz ronca de mujer suena a nuestras espaldas, pero no me costó reconocer  aquella voz. Martha, la directora nos sonríe con unas arrugas marcadas en la sonrisa.

─ ¡Martha! ─ gritamos cuando ella nos abrazó.

─ No me digan así ─ nos tapó la boca a ambas y asentimos ─. Miren cuanto han cambiado ─ nos pellizco los cachetes ─. ¿Cómo han estado?

─ Bien ─ dije sonriente.

─ Neh ─ dijo Des. Le di un golpe a Des en el brazo con mi codo ─. ¿Por qué hiciste eso?

─ ¡Dios! Solo por un día contesta bien.

Martha rió.

─ Tu siempre con tu entusiasmo ─ le dijo la directora a Des.

─ Ya sabes como soy ─ rió mi rubia amiga.

Nos observa como siempre lo ha hecho desde que somos niñas. Nos mira de esa forma como una madre mira a sus hijas cuando ganan algún premio en la escuela.

─ ¿Habrán más consejeros? ─ pregunte.

Ella me sonríe colocando su mano arrugada sobre mi hombro.

─ Obvio si, no podrían con todos estos niños.

Miramos a nuestro alrededor y notamos que para ser tan solo dos consejeras obviamente iba a ser mucho cargo para nosotras.

─ ¿Y quiénes son? ─ preguntó Des.

A Martha se le iluminan los ojos.

─ ¿Recuerdan a Harry y a Derek? ─ dijo la directora sonriente.

Des y yo nos vimos al parecer no recordábamos quienes eran. Por más que rebuscaba en mi mente, entre todos los nombre no recordaba a ningún Harry o Derek.

─ Mas especifico ─ dije.

─ Harry Moore y Derek Smith ─ ambas nos miramos confundidas ─. ¿Siguen sin recordar? ─ negamos ─. Supongo que la última vez que se vieron fue hace seis años, ellos dejaron de venir cuando tenías doce ─ Des y yo seguimos sin recordar.

─ Ni idea ─ contestó Des.

Ella arquea una ceja sonriendo.

─ Ahí vienen ─ señaló atrás de nosotras. Volteamos.

Uno no era muy alto, tenía el cabello café obscuro y sus ojos cafés claros, guapo pero no para mi gusto y el de alado era totalmente diferente ojos parecidos a los míos, cabello castaño con rulos, y era alto muy alto pero con demasiados tatuajes, pero él si es guapo. A lado de ellos había una chica con cabello naranja y súper blanca sin color con ojos cafés.

Me quede inacabada al mirar al chico de ojos verdes, él era intimidante, miraba de una forma que te hacía sentir menos, de una forma que te sentías… acosada.

Entonces, lo recuerdo. Aquel chico con quien solía jugar haciéndome travesuras, haciéndome la vida imposible en este campamento. Jamás nos llevamos bien aunque teníamos cierto afecto ya que de niños solíamos ser inseparables. ¿Qué ocurrió? No lo sé, mi mente está muy borrosa en estos momentos.

─ Hola ─ dijo el de los ojos cafés.

Mi amiga no despegaba la mirada de aquel chico (y no la culpaba) era atractivo y parecía amigable sí lo veías del rostro pero su cuerpo parecía de un carcelero. No obstante, mi mirada estaba plantada de en el chico castaño, tenía que admitir que era bastante atractivo.

Sus ojos me atraparon observándolo y apuesto a que mi mirada no era agradable por la forma en la que él me miraba. Simplemente sus tatuajes me horrorizaban, solo tenía el brazo derecho repleto de tatuajes curiosos, sin embargo podía imaginarme la cara de mi madre al conocerlo ella diría que es un fugitivo de la ley; siempre pensó que los tatuajes eran para los carceleros y de vagos ya que los tatuajes en mi familia no eran comunes.

El chico rodeó los ojos y se giró hacia la chica pelirroja a decirle algo en el oído. Aparte de grosero irrespetuoso, pensé.    

─ Soy Derek ─ el de ojos marrones se presentó amablemente.

─ De… ─ Derek interrumpió a mi amiga.

─ Destiny y Ally, las recuerdo perfectamente ─ nos sonrió a ambas pero nos quedamos sorprendidas.

La chica y el chico de ojos verdes solamente se dedicaban a mirarnos, tan mal educados era que ni siquiera emitían un sonido. Mi madre siempre me enseño que por más desagradable que fueran las personas siempre tenía que tener educación así que di unos cuantos pasos al  frente hasta quedar frente a ellos.

Me presentaría aunque no sé porque si ya nos conocíamos, pero tal vez él no me recordaba.

─ Soy Ally ─ me presenté educada y estire la mano para que alguno de los dos la estrechara, sin embargo nadie la tomó.

─ Ah ─ dice el chico de ojos verdes ─. No te preguntamos, es mejor que regreses con tu amiguita ─ lo fulmino con la mirada con por su respuesta pero entonces regreso mi mirada hacia la pelirroja.

─ Realmente no me importa ─ dice en tono desagradable.

Sí eran novios eran tal para cual, groseros y mal educados. Me vuelvo dándoles la espalda hacia Destiny quien mantenía una conversación bastante agradable.

La directora se puso a mi lado derecho y habló por su enorme megáfono.

─ ¡Bienvenidos al campamento Diamonds! ─ todos los niños gritaron de alegría y por el rabillo del ojos pude observar al chico de ojos verdes bufar ¿Qué demonios hace aquí él? pregunte en mi mente confundida ─. La primera actividad será buscar sus cabañas y en cada una está sus nombres escritos. Será mejor que se apresuren ─ todos los campistas gritaron ─. Ellos serán sus consejeros, así que disfrútenlos.

Derek grita el nombre del chico de ojos verdes pero no logró escucharlo.

─ ¡Victoria! Hay que ir a buscarla ─ Derek señala hacia las cabañas. La pelirroja quien su nombre parecía ser Victoria asiente junto con el chico de ojos verdes.

Espero que este campamento sea igual de divertido como antes.

 

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