Secret

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Capítulo 4

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Capítulo 4

─ Hay que buscar nuestra cabaña ─ Des me tomó del brazo.

Pasamos por un área donde se encontraban diferentes tipos de cabañas. Había una bola de niños buscándolas y corriendo de un lado a otro. Caminamos aún más cuando topamos en una cabaña que decía "solo consejeros"

─ Es ahí ─ señale la cabaña.

Des como niña pequeña me jaló del brazo emocionada hacia la cabaña. Mire la pared donde había una hoja pegada con nuestros ambos nombres.

─ Hay que entrar ─ asentí. Ella abrió la puerta despacio. La cabaña tenía un olor a cerdo y a cabaña antigua, parecía como si nunca la hubieran ocupado pero la seguían manteniendo en buen estado. Frente a la puerta habían tres camas individuales en hilera, justo alado de la puerta había un tocador y más al fondo de la cabaña había otra puerta que daba hacia el baño ─. ¿Pensaras dormir fuera? ─ Des dijo mientras ponía sus maletas en la cama. Entre cerrando la puerta detrás de mí.

Subí la maleta a la cama y la abrí. Desempaque todo poniéndolos en los cajones del tocador.

─ Aquel chico rizado te pareció atractivo ¿no es verdad? ─ me preguntó burlona.

Abrí los ojos exageradamente.

─ No ─ mentí ─. Es muy aterrador ─ esta vez no mentí ─. Por cierto ¿cuál es su nombre? No parezco agradarle mucho.

─ Supongo que es Harry, el de ojos marrones se presentó como Derek, ¿recuerdas? ─ metió una blusa en un cajón.

Escuchaba que Des me hablaba pero la ignoraba ya que me concentraba más en tener más recuerdos de Harry, aquel chico me había dejado algo, algo en él me había atrapado. Tal vez pudo haber sido su cabello, tal vez sus ojos color verdes (aunque son muy parecidos a los míos) tal vez sus tatuajes, o inclusive su impresionante mirada.

─ ¡Ally! ─ gritó mi amiga a mis espaldas.

─ Ah ¿qué? ─ reaccione y me gire a mirarla.

─ ¡Te estaba hablando! ─ me lanzó una almohada pero la esquive.

─ Si lo sé, estuvo muy interesante ─ regrese mi mirada hacia la maleta.

─ ¡Oye! ─ me volvió a lanzar la almohada pero esta vez si me pego.

─ ¿Qué? ─ grite al mirarla.

─ Te dije que está cabaña era la que siempre tomábamos cuando veníamos acá.

Sinceramente la tenía bastante borrosa, no recordaba nada.

─ Cierto ─ dije aunque no recordara nada. Creo que Martha ya tenía todo esto preparado.

─ Tuvimos tantas aventuras aquí ─ se acostó en la cama justo alado de mi maleta.

─ Lo sé ─ aunque no recordara lo suficiente sabía que aquí había vivido varias aventuras.

Alguien tocó la puerta.

─ Tu abres ─ me dijo Des desde la cama.

─ Eso haré ─ me levante de la cama y me dirigí a la puerta, la abrí. Martha me miraba ansiosa con una canasta en las manos.

─ Tengo su primer trabajo ─ dijo dando brinquitos.

─ Okay ─ la arremede brincando igual. Paró de brincar y yo hice lo mismo.

─ Irán a recoger piñas al bosque ─ me entregó una enorme canasta café.

─ ¿Cuántas? ─ pregunte tratando de acomodar la canasta en mis manos.

─ Lo suficientemente para que alcance para todos los niños ¿entendido? ─ asentí ─. Perfecto.

Se fue dejándome con la enrome canasta en las manos. Entre a la cabaña y cerré la puerta con mi cadera.

─ Ni pienses que iré ─ ella se quedó acostada mirando hacia el techo.

─ ¿Me dejaras sola en el bosque? ─ me acerque a ella.

─ Tienes dieciocho, te sabes cuidar sola ─ se paró de la cama y me tomó el hombro ─. Lamento decirte que ya no eres una niña.

Rodé los ojos.

─ Me tienes que acompañar, no iré sola.

Suspiró con las manos en la cara.

─ Te propongo un trato ─ sonrió ─. Tu iras a buscar las piñas que quiere Martha y yo desempacaré tu ropa y la empacare ¿trato? ─ me extendió su mano.

─ Trato ─ la tomé rendida. Asintió sonriendo.

 

 

Más tarde estaba en el bosque buscando las piñas que me había pedido Martha. Maldecía a Des por haberme dejado sola, no hubiera aceptado el trato. Llevaba la canasta sosteniéndola con mi brazo izquierdo mientras que con el derecho recogía las piñas, llevaba menos de quince minutos aquí y apenas había recogido cuatro piñas. Mientras miraba hacia el pasto en busca de piñas escuchaba pasos detrás de mí. Me gire rápidamente y no vi a nadie, "probablemente sea algún animal" pensé. Regrese mi vista hacia al frente y seguí caminando. Había un montoncito de piñas a un rincón de un árbol por donde pasaba un enorme y hermoso río azul claro, corrí hacía ellas y las empecé a tomar; eran suficientes para llenar la canasta. Volví a escuchar un ruido detrás de mí. Gire mi cabeza lo más rápido que pude pero no había nadie.

─ ¿Hola? ─ me gire hacia atrás asomándome tratando de buscar a alguien pero no lograba verlo. Me volví a girar hacia las piñas.

Metía dos piñas a la vez, justo cuando quite otras dos vi a dos gusanos color rojo salir de ellas y por aun agujero salían más.

─ ¡POR DIOS! ─ grite con fuerza.

Sacudí mi cuerpo mientras deba pasos hacia atrás desesperada y trataba de quitar un gusano de mi blusa. Di un paso hacia atrás cuando me tropecé con una roca cayendo hacia el río.

Me hundí en el agua, moví mis brazos hacia arriba para tratar de llegar a la superficie ya que la corriente estaba extremadamente fuerte y el agua estaba helada, y no sé nadar. Saque me cabeza, tomé aire aunque el agua cubría mis fosas nasales y el agua entraba por mi boca. La corriente me seguía jalando, me volví a hundir pero esta vez me golpee la cabeza con una roca; salí a la superficie y volví a pomar aire. Deje de ver claro, mi vista se había puesto borrosa, ya no podía distinguir muy bien. Mis ojos se empezaban a cerrar poco a poco cuando sentí unas largas y fuertes manos que me sostuvieron de la cintura.

Por más que trataba de recuperar la vista, no lo lograba. Alguien ya me había sacado a la superficie, di un fuerte jadeo y empecé a toser agua. Mi vista se aclaró y mire a Harry quien tenía el cabello mojado y cayendo mechones de cabello en su rostro, él me tenía entre sus brazos.

─ ¿No este es el momento en donde te quitas la ropa para curarme? ─ mencione adolorida.

─ Si quieres que me quite la ropa solo dilo ─ dijo con voz ronca. Sonreí y cerré los ojos.

 

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