Secret

Secret


Capítulo 8

Página 12 de 104

Capítulo 8

Abrí los ojos despacio, al admirar a cuatro siluetas de personas alrededor mío, escuchaba susurros y voces distorsionadas  al mí alrededor. Parpadee al contemplar a Des, Den, Derek y Martha mirándome fijamente, sacudí mi cabeza en almohada, así reaccioné y pude observar que estaba dentro de la cabaña.

─ Ay, niña Ally ─ Martha acarició  mi cabeza como si fuera niña pequeña ─, creo que fue un error haberte traído aquí.

Gire mi cabeza observando a todos y cada uno, no veía a Harry por ningún lado así que me digne a preguntar.

─ ¿Dónde está Harry? ─ todos me miraron sorprendidos, Des soltó una risita así que discretamente le di una patada en la cadera.

─ ¿Por qué quieres saber? ─ preguntó el amigo de Harry.

Sabía lo que habían pensado y al momento me había arrepentido de haber preguntado.

─ Lo último que recuerdo es haber estado con el ─ mencione enderezándome en la cama. Mi amiga arqueo una ceja burlona.

─ Supongo que está afuera ─ Den se encogió de hombros ─. Me dijo que cuidaría a los demás niños.

Mordí mis labios fuertemente tragándome mis propias lágrimas. Lo que me estaba ocurriendo no podía estar pasando, hui durante tres años y después de todo me había encontrado.

Volví a ponerle atención a lo que me estaba diciendo la directora pero junto cuando asentí vi el ceño fruncido de Des.

─ Quiero descansar ¿sí? ─ ellos asintieron. Salieron de la cabaña dejándome completamente sola.

Recorrí con la mirada la cabaña asegurándome que no hubiera nadie, cuando me asegure tome mi almohada y la puse en mi rostro. La apreté con fuerza y me puse a llorar, la apreté tanto que mis uñas dejaron cinco huecos a esta.

Seguí llorando al escuchar la puerta del baño abrirse. Me limpié las lágrimas con la manga de mi chamarra, entonces vi salir a Harry del baño sigilosamente. Me miro fríamente como si no hubiera mis ojos rojos y mis mejillas mojadas; camino hacia a mí con pasos fuertes y seguros, para a continuación sentarse a lado mío rozando la tela de mi chamarra.

Mis vellos se pusieron de gallina al sentir su piel, me aleje un poco. Aclare mi garganta.

─ ¿Qué estás haciendo aquí? ─  pregunte con dureza.

No me respondió hasta después de unos instantes.

─ Sería yo el que debería preguntar primero ─ giró su vista hacia a mí ─. ¿Tú qué estabas haciendo en esa cabaña?

Gire mi cabeza hacia el lado contrario al que él estaba y me mordí los labios tratando de no llorar.

─ No te incumbe ─ mencioné. Regrese mi cabeza hacia el lado de Harry.

El me veía con una ceja arqueada, y una vez más me había arrepentido de hablar.

─ ¿Qué? ─ lanzó una pequeña carcajada al parecer burlándose de mí respuesta.

─ No es necesario repetírtelo ─ puse mis manos en medio de mis piernas ocultando mi vergüenza.

Posee mi vista en el piso y sentí su mirada ante mí. No me digne a mirarlo pero de reojo observe sus ligeros rasgos de preocupación.

─ Deja de mirarme ─ sise. Escuche una carcajada.

Odiaba que se estuviera burlando de mí, era algo que me molestaba demasiado.

─ Allyson, te exijo a que me digas ─ me ordenó. ¿Por qué era así Harry?  Era como mi padre, alguien quien no quiero recordar

Cuando tenía quince años siempre me llevaba a cenar con algunos de sus amigos pero jamás pensé que me los presentaba para ponerme un precio. Una vez me llevó a un restaurante bastante elegante con un amigo suyo, Marco, y ahí fue la primera vez que trató de venderme. Marco me dijo que había costado un millón de dólares solo para que Marco tuviera relaciones conmigo, si así es, mi propio padre, mi propia sangre vendió a su hija solo para obtener un millón. No fui violada gracias a mi gritos lo descubrieron, y desde ahí temo a mi padre. Mi madre y yo huimos de él y tememos a que nos encuentre. Pero al parecer ya está cerca.

No me había dado cuanta que Harry seguía ahí esperando mi respuesta pero por obvias razones no se lo iba a contar.

Su mirada posesiva me mantuvo quieta, hasta que logré decir.

─ No te lo diré, Harry. Vete, ya.

─ No eres nadie para mandarme ─ masculló ─. Dime ¡ya!

¿Por qué le interesaba saberlo? A Harry no le importo, ¿por qué quiere saberlo?

─ Por favor, vete ─ las lágrimas estaban casi al resbalarse por mis mejillas pero no quería que Harry me viera llorar. Cualquier persona menos él.

─ No me moveré de aquí hasta que me digas ─ parecía furioso pero eso era lo que menos me importaba.

─ Bien ─ me paré de la cama rápidamente ─. En ese caso yo me iré ─ sabía que Harry no me lo iba a permitir y entonces corrí hasta la puerta. La abrí tan rápido que ni me di cuenta cuando ya estaba fuera con la cabeza recargada en la pared.

Por fin Harry me dejó en paz y pude estar con Destiny al menos por un rato. Ella sabía que había algo mal en mí y me lo preguntaría pero ella sabía que este no era el momento indicado así que solo platicamos sobre sus relaciones.

─ ¿Segura que no quieres jugo? ─ me ofreció jugo de naranja por séptima vez Destiny.

─ Si, muy segura ─ aparté el jugo alejado de mí.

─ Está muy bueno, deberías… ─ una niña empujó a Des ligeramente para después el jugo derramarse en toda mi blusa. Di un par de pasos hacia atrás y mi amiga se cubrió la sonrisa ─. Oops, es que una…

─ Lo sé ─ pasé mi mano por todo el jugo de naranja pegajoso ─. Iré a cambiarme.

Me di media vuelta de camino hacia la cabaña. Este día va de mal en peor, rugí en mi mente. Al llegar a la cabaña cerré la puerta con una fuerte patada, en este momento tenía muchas emociones combinadas.

No dude ni un segundo para quitarme la blusa llena de jugo de naranja pegajoso; deje la blusa en mi mano mientras que en los cajones buscaba más blusas limpias. Cuando encontré una adecuada, la saque maldiciendo cada segundo que pasaba. Mire la blusa mientras caminaba hacia la cama en donde yo dormía cuando por el rabillo del ojo vi la silueta de un hombre, rápidamente me gire y me topé con la mirada burlona de Harry.

─ ¡Harry! ─ grité su nombre. Sin ver me sobrepuse la blusa para cubrir mi sostén y mi toros ya que siempre me ha incomodado la idea de que me vean así, inclusive en bikini. Jamás me había sentido tan humillada en mi vida, el chico más grosero y burlón de este campamento me había visto en mi sostén más gracioso y viejo de todos, se trataba de un sostén que era de un color rosado fosforescente y puntos amarillos con verde. No sonaba patético pero realmente lo era.

─ Tranquilízate, no tienes nada que cubrir ─ dijo burlón. Me sentí bastante ofendida para ser sincera, era una indirecta para decirme que tenía cuerpo de niña en pleno desarrollo.

─ ¿Q─qué haces aquí? ─ tartamudee ─. ¿Por qué no te vas de aquí?

─ También es cabaña de Victoria ─ se encogió de hombros y camino hacia la cama en donde ella duerme.

─ Genial ─ mascullé. Rapidísimo me metí al baño para terminarme de poder cambiar tranquilamente, cuando salí del baño Harry se encontraba enviando mensajes de texto sin parar.

─ ¿No tienes algún otro lado dónde mirar? ─ contestó de mala gana ─. No te obsesiones, no tienes oportunidad.

Que desagradable era estar con aquel muchacho, ¿cómo sus padres lo podían soportar?

─ ¿Pero qué demonios te ocurre… ─ me callé de inmediato cuando la puerta se abrió.

Victoria entró con una enorme sonrisa en los labios.

─ Harry, pensé que… ─ ella cerró la boca de golpe cuando de volteó a verme ─. Amm… ¿tú qué haces aquí? ─ me observó de arriba a abajo.

─ También es mi cabaña ─ le recordé. Ella asintió ─. Por cierto tu amigo es igual de grosero que tu ─ no quería decirlo pero cuando me di cuenta las palabras habían salido de mis labios.

Ellos se voltearon a ver y explotaron de risas.

─ ¡Ay, nena! Gracias por el cumplido ─ la forma que lo dice Victoria hacen que me den ganas de vomitar ─. ¿Qué le dijiste, Harry?

─ Simplemente le dije que no tenía ningún cuerpo que mostrar ─ se encogió de hombros con aún la sonrisa burlona en la cara.

─ En eso tiene razón ─ dice la pelirroja ─. No tienes el cuerpo de Adriana Lima, no te preocupes.

Solté un enorme bufido y salí de la cabaña. Jamás había conocido a chicos tan grotescos como ellos.

 

Ir a la siguiente página

Report Page