Secret

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Capítulo 41

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Capítulo 41

─ Hey, tórtolos ─ las manos de alguien me agitaba el cuerpo.

─ ¿Des? ─ abrí un poco los ojos.

─ Se quedaron dormidos aquí, pensamos que habían desaparecido ─ Des se puso un mechón de cabello atrás de su oído.

─ ¿Qué hora es? ─ me estire.

─ Las diez de la mañana.

Mire hacia mi lado derecho. Harry estaba dormido con su cabeza recargada en su mano.

─ ¿Y los demás?

─ Siguen dormidos, ayer nos dormimos muy tarde.

─ ¿Y yo?

─ Yo que voy a saber, no soy adivina.

─ Lo siento ─ bostece ─. ¿Quién nos puso esto? ─ le mostré la sabana.

─ Harry creo que la trajo ─ se encogió de hombros ─.Vamos a la cabaña, si Martha nos ve fuera no mata.

─ ¿Y a ti desde cuando te importa?

─ Desde hoy, así que levántate y vámonos.

─ Adelántate, en unos minutos voy.

Ella me miró sospechosa.

─ Confió en ti ─ se fue corriendo.

Me acurruque en el abdomen de Harry y cerré los ojos.

─ ¿Piensas volverte a dormir? ─ dijo con una voz dulce.

─ Tengo sueño ¿si? ─ me enrede la sabana y me acurruque más en él.

─ ¿Estas cómoda?

─ Demasiado.

El empezó a acariciar mi cabello y jugar con él.

─ Tu cabello es sedoso ─ lo agito.

─ ¿Tu cabello tiene extinciones? ─ levante la vista.

Harry soltó mi cabello y me miro ofendido.

─ Esa es la cosa más ofensiva que me hayan podido decir.

─ Es broma, Harry ─ reí pero él se quedó en silencio.

─ ¿All?

─ ¿Si?

─ Vamos irnos a acampar a la cabaña que encontré.

─ ¿Qué? ─ me enderece ─. ¿No nos meteremos en problemas por hacer eso?

─ Ay, Ally por favor ─ bufó.

Fruncí el ceño.

─ Te propongo un trato ─ sonreí.

─ ¿Cuál es? ─ el arqueó una ceja.

─ Estas dos semanas que quedan tu harás lo que yo te diga ─ el abrió la boca para protestar pero se la cubrí con mi dedo ─. Y las semanas que restan me quedare contigo en Londres y seré toda tuya.

Harry se tocó su labio inferior con la mano.

─ Suena atrevido.

─ Después del campamento me quedare dos semanas más aquí ─ lamí mi labio inferior.

─ ¿Toda mía?

─ De nadie más.

─ ¿Y cuando lleguemos a San Francisco? ─ me miró dudoso.

─ Estaré contigo el tiempo que quieras.

─ ¿Qué hay de Denisse?

─ Des y Derek se la llevaran a San Francisco mientras nosotros estaremos dos semanas aquí.

─ Humm… ─ se rascó la nuca.

─ ¿Si o no?

─ Está bien ─ sonríe.

─ Me necesito ir, Des me espera en la cabaña.

─ Seguro.

Me levante de la silla con la sabana en mis hombros. Corrí hacia la cabaña y entre.

─ Pensé que te ibas a quedar con el ─ dijo mientras se hacía media coleta.

─ Pues estoy aquí ─ sonreí.

─ Báñate y cámbiate ─ ordena.

Ella jamás ha sido de mal genio y sé que cuando se pone en ese plan algo anda mal, ella no está conforme.

─ ¿Por qué? Es muy temprano, aun.

─ Porque si ─ me señalo el baño ─. Ve.

Parece como si su chip de amiga comprensiva se hubiera cambiado a una odiosa quien todos odian.

─ ¿Te sientes bien? ─ fruncí el ceño.

─ ¡Ve! ─ me gritó.

─ Ya voy ─ la mire extraño.

Me metí a la ducha aunque la mayoría del tiempo me quede dormida en una esquina. En unos cuantos minutos salí. Me puse mi ropa y salí del baño.

─ ¿Des? ─ mire toda la cabaña y no estaba.

Mire el reloj que estaba en el buró de enfrente. Marcaban 10.59 Mire exaltada el reloj y salí corriendo de la cabaña. Harry, Derek, Des y Martha estaban reunidos en frente de la oficina de Martha. Corrí hacia ellos hasta llegar.

─ ¿Por qué se tardó tanto, señorita Stalls? ─ pregunto Martha con una ceja arqueada.

─ Hubo un incidente ─ sonreí apenada.

─ Como sea ─ ella abrió la puerta de la oficina ─. Entren, le quiero dar una noticia.

Mire a Harry confundida pero el mantuvo su vista en la puerta, Des y Derek entraron primero y hasta el último Harry y yo.

─ Entra ─ me abrió la puerta y yo entre.

Los cuatro nos sentamos en unos sillones que había en la oficina de Martha.

─ ¿Qué sucede? ─ le susurre a Harry.

─ Martha nos quiere decir algo pero te estuvimos esperando ¡una hora! ─ dijo casi gritando.

Fruncí los labios.

─ En primera ─ me miró Martha ─, Stalls, si no estás aquí en todas las actividades importantes te echare del campamento, al igual que tú, Moore.

Ambos asentimos.

─ Lo siento es que…─ Harry me tapó la boca.

─ Sigue hablando ─ dice hacia Martha.

─ Bien, chicos ─ suspiró ─. Mientras estuvo ausente Ally y la extraña ida de Victoria tuve que hacer unos ajustes. Me di cuenta que ustedes cuatro muchachos son demasiado ─ se quedó pensando ─ latosos, y creo que se salió un poco de control esto. Ustedes en las excursiones se van ─ miró a Des y Derek ─. Se tardan una hora y media en el baño, no se presentan a actividades etcétera.

─ ¿Qué quieres decir? ─ dijo Derek.

─ Que habrá un nuevo consejero.

Todos nos miramos y empezamos a hablar sin coherencia.

─ ¡Hey! ¡Escuchen! ─ gritó Martha pero todos la ignoramos ─. ¡Chicos! ─ ella chifló y nos calló a todos ─. Solo serán dos semanas y ya todos regresan a sus hogares, así que quiero que lo traten con cariño y amabilidad ¿entendieron? ─ todos asentimos ─. ¿Alguna pregunta?

─ Si…─ Martha interrumpió a Harry.

─ Perfecto, ahora vayan a la puerta del campamento. Llega en cinco minutos ─ miró su reloj.

Todos nos quedamos sentados mirándola.

─ ¡Ahora! ─ gritó.

Nos levantamos y corrimos hacia la entrada del campamento.

─ No les vendría otro compañero de cabaña─ rió Des.

─ No sabes cuánto lo disfrutaremos ─ comentó Derek sarcástico.

Corrí hacia Des y la abrace por los hombros.

─ ¿Qué te pico? ─ me miro extraño.

─ ¿Ya no puedo abrazar a mi mejor amiga? ─ ella rió.

Mire a Harry que estaba recargado en un palo de madera mirando un punto fijo. Me acerque a él.

─ ¿Te encuentras bien? ─ me puse frente a él.

─ ¿Conoces qué son problemas personales? ─ dijo con firmeza.

─ Si ─ lo mire extraño.

─ Pues yo tengo y no necesito a personas que se estén interponiendo en eso ─ me miró a los ojos.

─ No me tienes que hablarme de ese modo.

─ Pues ya lo estoy haciendo ─ se acercó a mí ─. No preguntes en lo que no te incumbe.

Se dio media vuelta y empezó a caminar.

─ Pregunte porque me importas.

Él se giró hacia a mí y se puso a unos cuantos centímetros de mí.

─ No vuelvas a decir eso.

─ ¿Por qué?

─ Porque no me lo merezco.

─ Tú te lo mereces Harry, eres un gran persona ─ me acerque a él pero retrocedió.

El negó con la cabeza.

─ No sabes lo que dices.

─ Solo quiero que lo aceptes, acepta que lo eres…

─ No, Ally ─ volvió a negar con la cabeza ─. No sabes.

Él se dio media vuelta y siguió caminando.

─ ¡Harry! ─ corrí hacia él.

─ Solo deja me solo ¿si?

Me quede parada y el continuo su recorrido. El desaprecio entre varios árboles que había en la entrada.

Me dirigí con Des y Derek que esperaban al nuevo consejero. Los cinco minutos transcurrieron hasta que llego una camioneta color negra y se puso frente a la entrada del campamento. La puerta trasera de la camioneta se abrió dejando ver unas botas negras saliendo

 

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