Secret

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Capítulo 81

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Capítulo 81

 

A la mañana siguiente Harry no despierta conmigo, solo las cobijas están desatendidas de su lado. El no dejo ni una nota o mensaje en mi celular, tan solo aspiraba su olor a jabón de hierbas. Extendí mi mano imaginando abrazarlo, admiraba la colcha arrugada donde él estaba hace unos momentos.

Subí mi mano hacia mi hombro desnudo y lo recorrí reflexionando la visita de mi padre. Era extraño llamar así el hombre que trato de hacer mi vida imposible, pero la realidad nadie la puede ocultar.

Destiny tocó un par de veces la puerta, no conteste, no estaba de humor. Me sentía débil, triste, frustrada, desesperada, en realidad no sabía los sentimientos que tenía. No espero menos de diez segundos para abrir y entrar con una charola con comida. Subí la mirada hacia ella pero la baje de inmediato, sal cama se indio cuando ella se sintió.

─ Harry dijo que regresaría en un par de horas ─ sigo mirando hacia las cobijas arrugadas ─. Tuvo que arreglar unas cosas de la universidad.

Asentí sin abrir los labios. A pesar de que yo no la miraba, ella lo quitaban sus ojos de mí.

─ ¿Quieres que…─ sabía lo que iba a preguntar así que negué con la cabeza ─. Te deje comida por si quieres.

─ Gracias ─ fue lo único que pude decir.

Ella se fue, cuando abrió la puerta observe la pequeña carita de Denny. Me sentí culpable por haber aceptado, por haberla traído conmigo. Ella ya estaba en riesgo y la he expuesto más.

De una vez que ya estaba completamente sola me puse mi brazo izquierdo en mis ojos y llore. Lloraba por las mentiras, por los secretos, por todo lo oculto. Aun no sabía que era lo que me han estado ocultando pero sabía que estaba involucrada en eso.

 

~ ~ ~

Una vez que ya estaba dispuesta de salir de mi habitación fui hacia casa de Maddie y Katy a hacer un par de diseños. Justo cuando llegue ellas ya habían empezado a dibujar y coser, habían cinco chicas más. Parecían de último año, pero te bien había un chico alto y rubio con ojos verdes, tenía rastros de barba.

─ Ven siéntate ─ Maddie tomó de los hombros hacia la mesa donde todos estaban sentados ─Les presento a Ally.

Todos me saludaron de forma amable, se acercó el chico y sonrío.

─ Soy Scott ─ él tenía hoyuelos pero en los pómulos.

─ Tu ya sabes quién soy ─ me encogí de hombros. Soné terca o inclusive un poco modesta ─Am…lo siento por presentarme de esa manera ─ me disculpe.

El negó.

─ No te preocupes ─ arrastró una de las sillas y la señaló ─. Siéntate.

Lo obedecí.

─ Gracias.

 

Habían pasado aproximadamente cinco horas y ya había hecho más de diez diseños cumplidos pero la mayoría fallidos. No podía diseñar en este estado en vez de hacer vestidos dibujaba paisajes, personas cualquier cosa que se me ocurriera menos ropa.

Scott trataba de hacerme plática mientras yo lo ignoraba. Era realmente arrogante.

─ ¡Por dios apaguen la estúpida máquina de coser! ─ gritó una chica quien no sabía su nombre ─. ¡Trato de aprenderme un guion y no se callan!

Maddie bufó.

─ ¿Por qué no te vas a tu habitación? Ahí te puedes leer en paz.

Ella susurró algunas cosas que no logre escuchar. Se dio media vuelta pero antes de subir por las escaleras me susurro.

─Tienes suerte de tener una casa principal.

La seguí con la mirada cuando Katy me sostuvo de los hombros.

─ Wendie Hamont último año, actuación ─ dice ─. Como podrás ver odia a cada una de sus compañeras de departamento ─ suspira ─Te tiene envidia por haber ganado la casa a pesar de que eres de primer año.

─ ¿Debería preocuparme? ─ la observo. Ella niega.

─ Nada. Es arrogante pero inofensiva ─ sonríe ─. Nada de qué preocuparse.

─ Supongo que eso es bueno ─ sonó más pregunta que afirmación.

Ella me da unos cuantos golpes en la espalda y me señala la mesa con la mirada. Asiento y regreso en el puesto en el que estaba.

Mientras ellas cocían o hacían alguna modificación en mis diseños hablaban sobre el futuro que querían. Katy decía que lo único que quería ser una de las promotoras de las agencias, Maddie tener una agencia y ella ser la modelo principal y Scott ser el director de películas como Tim Burton.

─ ¿Qué hay de ti Ally? ─ me preguntó el chico.

─ Creo que…─ no sabía que decir ─ tener mi propia marca de ropa.

Era verdad pero se me había olvidado por completo, he tenido tantas cosas en mi cabeza que hasta mi sueño había olvidado.

─ Pareces indecisa ─ me dijo Scott a lado mío. No le tomo importancia a su opinión y seguí dibujando.

Estaba cansada después de dibujar y diseñar pero cuando vi el cielo negro así que ya era tiempo de irme a casa. Cogí mis libretas y libros de diseño, después me despedí de todos educadamente pero cuando estaba a punto de salir Scott me sostuvo del brazo. Me sentí extraña así que lo aparte rápidamente.

─ ¿Quieres salir? ─ se aclaró la garganta ─ o ir algún lado, donde quieras.

Arquee una ceja.

─ No lo creo ─ fingí una sonrisa.

A penas y di dos pasos cuando me volvió a sostener.

─ ¿Acaso estás saliendo con alguien? ─ me preguntó salvajemente como si fuera su amiga o novia desde hace años.

─ Si ─ conteste segura.

El me observó por unos momentos cuando mostró sus dientes perfectamente alineados en forma de sonrisa.

─ Es aquel chico que en el día de la novatada llevo a todos al club nocturno ─ carcajeó.

─ Así es ─ él sonrió con los ojos.

─ Te mereces a alguien mejor.

Abrí la boca ligeramente y me fijé que él seguía tomándome del brazo. Lo aventé lejos de mí.

─ No te incumbe lo que yo haga o con quien esté ─ escupí.

Salí corriendo hacia mi auto.

 

~ ~ ~

Manejaba hacia la casa mientras me mantenía en mis pensamientos, repasaba sucesos una y otra vez. Estaba harta y encendí el radio, cambie las estaciones un par de veces hasta que pare cuando sonó una canción tranquila y clásica. Escuchar música de ese estilo me hace sentir en paz.

Pase por un par de cuadras hasta que me tocó el semáforo. Iba por un rumbo silencioso y con poca luz, al menos lo único que podía alumbrar aquellas calles era un restaurante de comida rápida y cinco faroles. Me asomé por la ventanilla cuando vi a una bola de chicos golpeando a otro, aquellos chicos era gigantes y muy fuertes. Los contemple con más precaución hasta que al chico que golpeaban era a Harry.

Espantada hice sonar el motor del auto y me pase el alto, rápidamente lo estacione sacando mi gas de pimienta. Salí corriendo del auto hacia la bola de chicos pero me frene cuando estaba a metros de ellos. Sabía que si interrumpía su pelea iba a salir muerta.

Mi única opción era ir al restaurante de comida rápida.

Entre con el corazón dando pausadas a toda velocidad. Un hombre de unos cincuenta años me contempló con los ojos abiertos de par en par.

─ ¡Necesito ayuda! ─ grite. Solo estaba el en el restaurante.

─ ¿Estás bien? ─ él salió de la barra.

─ ¡Están golpeando a mi novio! ─ grite desesperada.

Él se dirigió a mí y me puso sus manos en los hombros, me movió uno poco y detrás de mí saco un bat de Baseball.

─ ¿Un bat? ─ dije sorprendida. Esperaba un arma o al menos un cuchillo.

─ ¿Dónde están? ─ dio golpes con él bat en sus manos.

─ Cruzando la calle ─ señale fuera del restaurante.

─ Quédate ─ me ordenó justo cuando salió.

No lo obedecí y salí corriendo detrás de él, el señor giro la cabeza al escuchar mis pasos el gruño cuando me vio.

Llegamos a la bola de los bravucones, el hombre grito varias groserías y daba golpes con su bat en las espaldas de los chicos. Corrí hacia el cuerpo tirado de Harry, él estaba acostado boca abajo y no se movía. Temía a que le hubieran hecho algo más.

─ Harry ─ mencione su nombre cuando estaba ya justo alado de él.

Quite cabellos que caían por el rostro de Harry. Él tenía los ojos cerrados pero ninguno moreteado; gire para ver aquel hombre y este ya tenía un arma en las manos, di brincos espantada. Jamás había visto un arma tan cerca de mí.

─ ¡Vamos aléjense! ─ el hombre apuntó a los bravucones.

Todos fueron corriendo cuando el hombre bajo el arma seguro de que ya no había algún bravucón. Pero uno de ellos están detrás de él bat alzado listo para golpearlo. Tome mi gas de pimienta y corrí hacia a él.

Cuando el bravucón ya estaba a centímetros de golpearlo le aventé mi gas a los ojos. Este grito de dolor.

─ ¡Maldita! ─ me gritó con las manos en los ojos.

El hombre que me ayudaba, lo golpeo por la nuca y este se desplomó en suelo.

Regresé hacia Harry con el corazón a punto de estallar. Me acerqué lo suficiente a él y lo sacudí.

Le tome el pulso pero apenas podía escucharlo.

─ Harry ¿puedes escucharme? ─ me pegue a su oreja ─. Soy yo Ally, ya estás a salvo.

El hombre del restaurante se hincó a lado de mí e hizo los mismos que yo.

─ Ally…─ mencionó mi nombre con dificultad.

Sentí alivio. Tome su mano y la apreté con fuerza ─Aquí estoy ─ el apretó su mano contra la mía.

─ Necesito llevarte al…

─ No ─ trató de levantarse pero lo impedí ─. Llévame a casa.

─ Pero…─ él se movió con dificultad.

─ Hazlo ─ mire al hombre y después a Harry.

─ Es mejor que lo lleves…─ Harry lo interrumpió porque grito con amargura y dificultad.

─ ¡No! ─ dio una respiración e hizo una mueca ─. Por favor, hazlo.

 

 

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