Secret

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Capítulo 85

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Capítulo 85

 

Recorrí el pecho desnudo de Harry con las yemas de mis dedos admitiendo sus moretones y cortadas de la pelea pasada.

Bajo su rostro posando su barbilla contra mi cabeza. La noche pasaba volvimos a tener sexo, lo cual me hacía sentir realmente bien; aunque me sentía extrañamente mal por no decirle a mi madre la recaían que tenía con Harry y que estaba a punto de venir a vivir conmigo.

─ ¿Estás bien? ─ recogió un par de mechas mes que caían por mi frente ─. Te veo muy pensativa.

─ No ─ subí mis ojos hacia a él.

Su pequeña papada se asomaba por su barbilla, lo cual me hacía reír. Tenía veinte años y sin un solo rastro de barba pero con papada parecía niño de siete años.

─ Es mi barba otra vez, ¿no? ─ me hecho ojos de toro loco.

─ Hum…no ─ mentí pero se me escapó una carcajada.

─ Muy graciosa, Allyson ─ se burló de mí nombre mientras lo fulminaba con la mirada.

Me recordó cuando nos volvimos a ver por primera vez, cuando me fastidiaba más que ahora, cuando solo se embriagaba.

─ Hoy iré a mi entrevista de trabajo ─ anuncie sonriente.

─ ¿A sí? ─ arqueo una ceja mientras yo sentía orgullosa ─. Apuesto mil dólares a que te aceptan por ser una chica master.

Eche mi cabeza hacia atrás con una gran carcajada; a los segundos se me borro. El de inmediato noto mi cambio de humor.

─ Estoy nerviosa ─ me moví hacia a él recargando mi cabeza en su pecho.

─ Hey ─ tomó mi barbilla girándola hacia a él. Sus ojos destellaron un buen pequeño brillo cuando me miró ─ no te pongas nerviosa, por supuesto que te aceptaran, tan solo mírate ─ me sonrió ─. Eres una chica imponente y sobresaliente. Eres impresionante, All.

El sonreí complacido. Me separe de él con un suspiro ─. Haré el desayuno.

─ Apuesto a que no cocinas mejor que yo ─ me retó. Arquee una ceja.

─ No lo creo ─ bufé poniendo los ojos en blanco.

─ Y se puede decir ¿qué harás?

Sonreí orgullosa y muy a la defensiva.

─ Será el mejor desayuno que comerás en la vida. Es un platillo delicioso de los Stalls ─ me incliné hacia a él.

El carcajeo, me di la vuelta y me pare de la cama aún desnuda, aún me seguía incomodando un poco que Harry me mirara sin ropa, por lo tamo tome su camisa que estaba en el silo y me la puse en el cuerpo. Inconsciente me giré hacia a él, cuando subo la mirada hacia sus incandescentes ojos, note que él me contemplaba de arriba hacia abajo con el labio inferior dentro de sus dientes.

Sentía que me ponía roja como tomate, sin embargo le sonreí mostrando mi lado salvaje. Salí de la habitación hará bajar las escaleras. Baje al primer piso y lo primero que hice fue sacar el pan, mantequilla, huevos y canela. Empecé a mezclar los ingredientes hasta hacer una especie de jugo.

Me puse a pensar cuando vivíamos en Los Ángeles y mi madre nos servía pan francés la mayoría de los días. Recuerdo ver su espero con una larga sonrisa al vernos a John y a mí sentados juntos mientras reíamos.

Agite mi cabeza regresando al mundo real, olvidándome de recuerdos malos. Me acerqué al pan con canela y este desprendía un olor exquisito, el olor era dulce; tenía ganara hambre que de tan solo el olor mis tripas se empezaron a alterar. Sentí unas manos que me rodearon por la cintura, en ese instante sentí una fuente de calor muy intensa. Harry recargo su barbilla en mi hombro; giré mi cuerpo hacia a él cuando quedamos frente a frente.

─ Esta es la razón por la que digo que deberíamos de vivir juntos ─ sonrío mostrando sus hermosos hoyuelos ─. Esto es lo que jodidamente siempre me hace feliz y me haría más feliz si te vas conmigo. Despertar con ese hermoso olor a pan y tú a lado mío.

Me sonroje.

─ Deberíamos de empezarlo a llevar más acabo.

 

 

 

Fui a varias pruebas de trabajo y en ninguna me aceptaban a causa de mi edad. Pero había una cuya me había llamado la atención, y era el trabajo perfecto ya que se relacionaba con mi carrera.

Llegue a uno de los más lujos edificios de San Francisco, estaré estaba pintado de blanco con ventanales enormes quienes bollaban cuando él solo pegaba en ellos. Tome mi bolso nerviosa y entre al edifico.

Por dentro era totalmente dorado, habían personas perfectamente arregladas, la mujeres iban de tacones altos y vestidos mientras que los hombres llevaban trajes deslumbrantes. Baje la mirada hacia mi vestuario (lo cual no era nada atractivo) y me arrepentía por no haber venido lo suficientemente arreglada.

Terminé ignorando la vestimenta. Corrí hacia el elevador que estaba a punto de cerrarse y apreté el número ocho. Había un muladar de personas dentro del elevador que juraba que casi no podía respirar, los tacones que llevaba me rodaban con los zapatos de otras personas. Después de parar por varios pisos, por fin, llegue al número ocho, salí rápidamente como si alguien me hubiera dado un empujón, pero me dio igual, por fin podía respirar.

Observe las oficinas cuyas tenían un espacio realmente amplio, no eran como oficinas cual quieras, sino esto estaban modernas y bastantes grandes. Pestañee para comprobar que esto no era una ilusión, y no lo era. Era tan hermoso el lugar, todo estaba blanco con un toque de diferentes colores, todos iban arreglados y buen uniformados.

Inhale y camine hacia la sala de espera donde había una secretaria quien me miro de arriba hacia abajo. Ella hizo una media sonrisa y dirigiéndose a mí.

─ ¿Allyson Stalls? ─ asentí ─. Sígame.

Ella abrió una enorme puerta de cristal donde había más oficinas. Pasamos por un estrecho pasillo cuando observe que una chica un poco mayor que yo iba saliendo de la oficina de la diseñadora con los ojos empañados y las lágrimas rodeando por sus mejillas. Nos miramos con atención y dijo algo con los labios que no entendí.

No me di cuenta cuando la secretaria freno que casi chico con ella. No me dio tempo de discúlpame ya que ella abrió una puerta blanca bastante grande dejando dos pequeños escritorios a los extremos de unas paredes, y en uno de ellos una pelirroja alta y flaca me observó. La secretaria me pidió que la siguiera y eso hice.

La chica me sigue con la mirada cuando entramos a un pequeño cubículo que era parecido a una enorme oficina. Detrás del enorme escritorio había un gran ventanal que dejaba ver el Golden Gate y los enormes edificios de San Francisco.

─ Señora Rogers, ha llegado Allyson Stalls ─ la secretaria anunció.

La silla blanca giro mostrando a una hermosa señora de piel clara, quien ya era mayor de edad. Ella llevaba el cabello negro recogido en un chongo, unos carnosos labios pintados de rosa claro y unos ojos colores verdes, inclusive más verdes que los ojos de Harry o los míos. Ella bajó sus lentes, me examinó y después le pido a la secretaria que se retirara, ella obedeció y a los segundos se fue.

─ Toma asiento, Allyson ─ me mostró con la mirada una silla que se encontraba frente al escritorio.

─ Ally ─ la corregí rápidamente. Ella reaccionó confundida y dio varios parpadeos ─. Dígame Ally, nunca me ha gustado que me llamen Allyson.

Asintió de una forma conmovedora.

─ He leído tu currículum ─ saco de un cajón unos papeles y los leyó ─: Academia de Artes, ¿huh? He escuchado que es muy difícil entrar ahí. Debes tener talento.

─ Así es ─ me siento orgullosa.

Al aparecer no le agradó bastante ya que no mostró ningún afecto carismático hacia a mí.

─ Beca de 89%, una de las mejores ─ asentí pero esta vez sin expresar tanto orgullo ─. ¿Tienes novio?

En vez de parecer una entrevista de trabajo, parecía una charla entre amigas. Ella me miraba con la ceja arqueada esperando mi respuesta. Trague saliva. Quería decir que si, pero sí lo llega a conocer tendrá una mala impresión de mí, no quiero decir que me dé pena decir que mantenía una relación con Harry, sino simplemente la apariencia de chico rudo de Harry no lo ayudaba mucho.

─ Si ─ dije por fin. Ella me sonrió y asintió a la vez.

─ ¿Con quién vives?

Decir que vivía con una niña de siete años quien lo era mi hermana, mientras mantenían una relación no sonaba nada bien. Pero no podía mentir.

─ En la Academia les dan casas a los mejores diez estudiantes, y puedes meter a las personas que quieras ahí ─ ella me miraba con atenuación ─. Vivo con mi amiga Destiny y…Denny, una niña de siete años.

Ella abrió los ojos como platos sorprendida.

─ ¿Acaso es tu hermana? ─ negué con la cabeza ─. ¿Hermana de tu amiga? ─ volví a negar ─. Entonces ¿quién es?

Me tarde varios minutos en contarle aquella larga historia sobre mi relación con Denny.

─ A sí que entraste a trabajar aquí para poder ganar dinero para pagar la escuela de Denny, ¿no es así?

─ Si.

Ella cerró un portafolio fuertemente que hasta provocó que diera un leve salto. Sus ojos color verde intenso me volvieron a mirar (aquella miraba hacia que mi vellos se pusieran de punta)

─ Esto fue todo ─ dijo con frialdad. Abrí ligeramente los labios, quería protestar y pedir que me diera una oportunidad más para mostrarle que era capaz de hacer cualquier cosa cuando ella dijo ─: Tengo más entrevistaras que hacer…pero, ─ cruce los dedos de todo mi cuerpo esperando una afirmación ─ tu historia me ha conmovido, así que ─ me observó ─. La próxima semana a las tres y media ¿entendido?

Sonreí de oreja a oreja.

─Entendido ─ me levante de la silla sin antes darle un apretón de manos amistoso y agradecido ─. Muchas gracias.

Salí de la oficia a dando ligeros brincos (no literal) Me arrumbaba la emoción que tenía ganas de gritar, subirme a la mesa y anunciar que sería la nieve secretaria de Miranda Rogers, una de las mejores diseñadoras del mundo de la moda.

 

 

 

Eran ya como las diez de la noche cuando alguien tocó el timbre varias veces. Cerré mi libro, y confundida baje las escaleras, esperaba a que no fuera Harry o ninguno de ellos ya que no lleve a sostén puesto.

Abrí la puerta y Ad entró con los ojos lloros rojos, de tanto haber llorado. Cerré la piedra exaltada. Nunca había visto llorar a Ad así, simularé llevaba un rostro burlón y pesado, pero esta vez parecía Magdalena. Ella gritó como si estuviera a punto de parir, me tape las orejas.

─ ¿Te encuentras bien? ─ la tome por los hombros. Ella alzó la vista hacia a mí.

─ ¡Por supuesto estoy genial! ─ exclamó irónica.

Se recargó con mi hombro y seguía llorando. Fruncí el ceño. Le di unos leves golpecitos en la espalda con mucha condición.

Mi amiga bajo con Denny las escaleras, pero se quedaron inmóviles al verme con Ad. Mi amiga me pregunto qué pasaba o quién era aquella chica con gestos.

─ Ally…─ Ad se giró y se topó con el rostro de mi amiga ─. ¿Des?

─ ¿Ad? ─ ambas parecían muy confundidas ─. Ve arriba ─ Des le dio golpecitos en la espalda a Denny, y ella obedeció.

─ ¿Qué demonios haces aquí? ─ la giré y ella suspiro.

─ Necesitaba a una amiga ─ se limpió un par de lágrimas.

Vi a Des detrás del hombro de Ad y me encogí de hombros confundida. Ad no le había tanto aprecio y Danielle era una de las mejores amigas de ella, no sé porque recurría a mí.

─ Pensé que me odiabas.

─ No te odio ─ parecía convencida en que no lo hacía.

─ ¿Qué hay de Danielle? ─ ella se fue hacia el sillón y se aventó en este. Des y yo la seguimos y cada quien se puso a su extremo.

─ Esa maldita perra ─ masculló ─. Esa estúpida ─ volvió a gruñir ─, Louis me engaña con ella.

 

 

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