Secret

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Capítulo 1

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Capítulo 1

 

Había preparado absolutamente todo desde hace ya varios meses atrás, había hecho mis planes para la universidad. Ahora que estoy en verano aprovechare para estudiar porque este año, tiene que ser perfecto y nada podrá arruinarlo.

─ Ally, Ally ─ sentí unas largas y finas manos en mis hombros.

─ ¿Qué ocurre? ─ abrí los ojos despacio tratando de aclarar mi vista. Mi madre me miraba fijamente con una sonrisa en los labios ─. ¿Está todo bien?

Acostumbraba a despertar temprano durante días de clases pero en las vacaciones realmente me despertaba lo suficientemente tarde.

─ Hoy es el campamento ─ dijo sonriente.

Fruncí el ceño ligeramente.

─ ¿Campamento? ¿Qué campamento? ─ me senté en la cama mientras acomodaba mi cabello hacia atrás.

─ El campamento Diamonds.

Campamento Diamonds vaya hace años que no escuchaba hablar de ese lugar, había vivido tantas cosas ahí. En ese lugar era en donde había estado toda mi infancia y una cuarta parte de mi adolescencia.

─ Mamá, ese campamento es para menores de trece años. Ya no puedo ir, tengo dieciocho ─ me encogí de hombros y con una mueca.

─ No iras como campista.

Pestañe confundida. La idea de repente vuela en mi cabeza como avión de papel; ¿a qué se refería mi madre?

─ Un minuto ¿qué?

Mi madre me da una media sonrisa y sus ojos verdes como los míos se vuelven tan brillosos que pienso que podrían iluminar la habitación entera.                                              

─ Necesitas relajarte tienes mucho estrés en tu cabecita ─ me dio un empujón ─ necesitas más diversión, tienes que salir. El verano es para descansar no para estudiar.

Maldición, una vez más deje mi calendario expuesto y mi madre no perdió el tiempo en chequear mi calendario y ver mi planes.

─ ¿Cómo sabias que iba a estudiar en el verano? ─ pregunte exclamando aunque sabía la razón.

─ Lo vi en tu calendario ─ señaló hacia atrás.

Eso ocurre cuando tienes que ser muy ordenada.

─ Pero ya tenía planes ¡iba a ir a Florida con Destiny!

Lo cual era verdad. Hace más de dos meses que Destiny y yo tenemos planeado ir a Florida por dos simples razones. Número uno, siempre me han gustado las matemáticas y encontré un muy buen curso en Florida sobre calculo, entonces, ¿por qué no asistir? Número dos, el mes pasado Destiny cumplió veinte años. Ella desde que tenía catorce años rogó a sus padres un viaje a Florida cuando ella tuviera veinte años, solo un viaje para ella y yo. Sus padres accedieron condicionando que para su primer año en la universidad mantuviera su beca lo cual logró exitosamente.

La idea de ir a Florida me fascinó pero había un solo problema… yo soy una chica ocupada. Vaya que lo soy. Siempre, en toda y cada una de las vacaciones de verano voy a cursos sobre matemáticas ya que es mi materia favorita, o voy a trabajos, como por ejemplo, el año pasado dedique mi verano ayudando en una heladería aunque Destiny es completamente diferente a mí. Su vida se basa en fiestas y rodeada de amigos, no puede pasar un solo día donde no quiera ir a conocer a un nuevo chico o hacer una nueva amiga. Al igual que, no puede estar alejada de sus perfumes, su maquillaje y ropa, son como su enorme tesoro. Si, somos muy diferentes pero a pesar de eso somos amigas inseparables. Si ella muere, yo muero con ella y viceversa. Regresando al tema de Florida tuve que buscar algún curso para mantenerme entretenida mientras ella iba a alguna fiesta en la playa o algo parecido.

Mi madre pasa su ligera mano sobre mi hombro.  

─ Lo se hija, pero te conozco lo suficientemente bien y se perfectamente que no iba a ir a surfear o nadar, ibas a ir a leer e ir a un curso de cálculo.

─ ¿Cómo… ─ ni siquiera termine mi pregunta.

─ Más vale que te apures, el vuelo sale en dos horas ─ se paró de la cama y salió.

Tomé mi celular y marque a Destiny, aunque dudo que me fuera a contestar. Espere a que contestara y hasta la tercera llamada contestó.

─ Espero que sea algo importante ─ dijo Destiny Johnson media dormida ─. Son las seis de la mañana.

─ No iré a Florida ─ no contestó ─. ¿Des?

Solo escuchaba su respiración agitada. Cuando algo salía de sus planes no tardaba de salirse todo de control en su interior.

─ ¿Qué? ¿Por qué? ─ gritó con tanta fuerza que mi celular salió disparado a unos centímetros alejado de mí. Al volverlo a poner en mi oreja empuñe los ojos para que no volviera a gritar.

─ Iré como consejera de un campamento ─ menciono empuñando los ojos y separando el celular de mí para que su grito no me dejara sorda unos segundos más.

Su grito, como había mencionado, lleno mi habitación como si la misma Destiny estuviera justo enfrente de mí.

─ ¿Cuándo y dónde? ─ gruñe o tal vez grite. Cuando está furiosa es bastante difícil distinguir sus tonos de voz.

─ Mi vuelo sale en dos horas. Me iré a Diamonds.

─ ¡Te iras a Inglaterra! ─ se escuchaba realmente enojada.

─ Londres ─ la corrijo ─. Lo lamento, me acabo de entrar hace cinco minutos.

Escucho su respiración más que agitada y me siento en tan nerviosa por la cara que pondrá cuando yo regrese del campamento.

─ ¡Maldición! ¿Y qué hare en el verano? ─ preguntó rendida.

─ Hum… no lo sé, eres Des la chica fiestera que hace muchos amigos y muy social.

Suspiró y pude imaginarme a la perfección su cabello rubio hecho un completo desastre, su mano flaca y larga sosteniendo su cabeza y sus ojos azules cansados sentada sobre su cama con el edredón café en sus pies. Solé una carcajada al imaginármela.

─ Oye, a pesar de lo muy nerd que seas eres mi mejor amiga y el verano será muy aburrido sino estas tú.

Lo bueno de Destiny era que ella es la chica más comprensible que he conocido quien tenga una actitud tan presumido como ella la tiene. La forma en la que jamás deja que uno de sus seres queridos o amigos sean lastimados internamente conocerán a la verdadera Destiny Johnson.

─ En serio lo lamento.

─ ¡Daté prisa! ─ gritó mi madre desde el primer piso.

─ Me tengo que ir ─ le dije.

─ Trata de cambiar su opinión ─ me rogó.

Tengo que admitir que una vez que mi madre tiene una decisión jamás, en serio, jamás en su vida cambiará de opinión aunque le paguen con medio millón de dólares.

─ Sera imposible ─ dije mientras me paraba de la cama.

─ Ugh ─ resopla.

Miro el reloj y notó que si no me apresuro no empacaré lo necesario para estos dos meses y medio en el campamento. Si, dos meses y medio. Por lo menos cuando era niña era el tiempo de duración de ese campamento.

─ Me tengo que ir, se hace tarde ─ menciono ansiosa.

─ Seguro que si. Adiós ─ colgó.

Deje mi celular en el buró y camine hacia el baño. Empecé a quitarme toda la ropa hasta que quede completamente desnuda; encendí el grifo de agua caliente y entro.

Treinta minutos más tarde, abrí mi armario y tome primero que vi los pantalones vaqueros, una blusa blanca y converse blancos. Empecé a hacer mis maletas, metí fundamentos principales. Cinco o más jeans, unas cuantas blusas, chaquetas y así sucesivamente. Cuando cerré la última maleta baje a desayunar.

─ ¿Ya hiciste las maletas? ─ mamá preguntó mientras me servía un plato de fruta.

─ Sí ─ le dije con irritación.

Tal vez si me comportaba así cambiara de opinión y dejara ir a Florida.

─ Escucha, Ally ─ se recargó en la mesa mientras me metía un pedazo de boca mango ─, sé que estás molesta por no poder ir a Florida con Destiny pero mira el lado bueno.

─ Y ¿cuál es? ─ arqueé las cejas.

─ Bueno, puedes regresar a donde pasaste la mayoría de tus veranos ─ fingí una cara emoción.

─ Mamá. Desde hace seis años yo no voy allí, no quiero volver y aparte iba con Des. Sin ella no será el mismo ─ continué comiendo.

─ Bueno ─ mamá se dio la vuelta y subió las escaleras. Sigo comiendo hasta que termino. Subí las escaleras y me lavo los dientes cuando escuché mi celular sonar, escupí la pasta de dientes y luego respondí.

─ ¿Des? ─ oí un grito.

─ ¡Ally! ¡Ally! ─ ella gritó.

Mi cabeza zumbo al escuchar un grito tan agudo atreves del celular.

─ ¿Qué? ─ pregunte alarmada ─. ¿Estás bien?

─ ¡No! ¡No lo estoy! ─ ella gritó.

Imagines terribles empezaron a pasar por mi cabeza. Su madre muriendo. Unos horribles ladrones apuntándoles a la cabeza a sus padres o a su hermano.

─ ¿Qué? ¿Qué? ─ dije asustada. Y ella gritó una vez más.

Estaba a punto de marcar al novecientos once cuando ella grita con claridad:

─ ¡No voy a ir a Florida! ─ gritó.

Mis imágenes terribles de lo que podría haber estado pasando en la casa de los Johnson se borran de inmediato.

Suspire con alivio pero quería matarla por el susto que me dio.

─ Eres una estúpida, ¡pensé que algo había sucedido! ─ le dije con rabia.

─ Si hay algo que me pasó a mí ¡No voy a ir a Florida! Y además ¡voy a ir contigo para ser consejera del campamento! ─ gritó una vez más.

─ Sí, pero eso no es razón para estar gritando as… ─ hice una pausa ─, espera ¿qué has dicho?

─ ¿Qué? ¿Ya no iré a Florida? ─ ella me preguntó.

─ No la otra ─ le digo obvia.

─ Oh, yo sé ─ se aclara la garganta ─. ¡Voy a estar en el mismo campamento que tú! ─ ella gritó de nuevo.

─ ¿Qué? ─ pregunte y ella se quejó.

─ Que voy a… ─ la interrumpí.

─ He escuchado ─ le dije con irritación.

Suspiro volviendo a sentarme en la cama recargando mi cabeza en la cabecera. Por un momento maldigo a nuestras madres por haber cambiado nuestros boletos a Florida por unos que van hacia Inglaterra pero a la vez estoy muy agradecida con Joe Johnson – madre de Destiny – por haberla obligado a ir porque por lo menos estaré con alguien a quien conozco.

─ ¿Entonces por qué lo preguntas? ─ me dice irritada pero yo solo gruño rodeando los ojos ligeramente.

─ Vamos a ir juntas ¿no? ─ pregunte.

Hubo unos momentos de silencio cuando ella dice:

─ Creo que nuestras madres acordaron en eso ─ escuche en el fondo como ella cerraba la maleta.

Puedo apostar mi vida que llevaría toda la colección de primavera – verano y otoño – invierno a Inglaterra. Para ser Destiny llevaría todo su armario.

─ Ally, ¡ya está haciendo tarde! ¡Vamos! ─ mi madre grita desde las escaleras.

─ Nos vemos en quince minutos ─ colgó.

Tomé mis maletas, salí de mi habitación sin antes darle una última mirada. Baje las cosas por las escaleras y después las metí en la cajuela del taxi.

─ Adiós, hija ─ besó mi frente.

Aspire su perfume antes de irme. Dejar a mi madre era difícil, siempre lo ha sido así. Todos los veranos cuando era niña recordaban evitar llorar cuando la veía despedirse fuera del avión.

─ Adiós, mamá ─ le di un abrazo mientras ella me sonreía con sus hoyuelos ligeramente marcados.

Por un momento me quedo paralizada al ver el gran parecido que tengo a ella. El cabello castaño y ondulado, los pómulos alzados ligeramente rozados, los ojos, inclusive los labios. Literalmente mi rostro es ella. Cuando mi madre muera solo bastara con mirarme al espejo con tal de recordarla. Aunque a excepción de la cara podría decirse que el resto de mi soy la genética de mi padre. Sus manos regordetas algo largas, misma nariz y podría decirse que en las fotos por las que he visto de mi abuela paterna, en la forma del cuerpo somos completamente iguales. Busto medio, cadera tamaño promedio, flacas y con altura baja. No se podría dudar de que yo era hija de ellos.

Cuando el claxon del taxi suena detrás de mi subí a este.

─ Al aeropuerto ─ le dije al chofer. Mire a mi mamá que tenía una bata rosa enredada, se la sostenía de la parte superior. Me despedí agitando la mano y ella hizo mismo.

El taxi arrancó dejando a mi madre atrás. Revise el calendario de mi teléfono para ver si podía tener algún espacio libre para estudiar o por lo menos leer.

Hace un año hice mi examen para la universidad más grande de todo San Francisco llamada Academia de Artes, desde que era una niña había soñado con ir a esa universidad. Esta universidad solo se centraba en carreras artísticas como: danza, teatro, conducción, diseño de modas etcétera. Muy pocas personas lograban pasar ya que de ahí salen muchas personas importantes que fueron muy exitosas en el mundo del arte, incluyendo la moda.

Saque de mi bolso algo de efectivo para pagarle al taxista cuando vi la foto de un bebe. La tomé entre mis manos y la mire, era un bebe con unos hermosos ojos verde esmeralda, con el cabello algo anaranjado. Fruncí el ceño, desvíe la mirada de la foto y me plante en otra foto donde estaba mi padre, mi madre, yo y él bebe de la foto anterior. Nunca había visto es foto, eso era extraño. Lo ignore por completo y las volví a meter al bolso.

El nombre de mi padre es John Stalls, se divorció de mi madre porque ella se enteró de que mi John estaba engañándola con otra mujer. Cuando eso sucedió fue cuando yo tenía unos tres o cuatro años. Crecí en el sur de San Francisco, California, donde fui criada por mi madre en una pequeña casa en la que unos pocos metros después donde Destiny vive con sus padres y su hermano menor, Jeremy.

─ Hemos llegado ─ anunció el taxista ─. Son tres dólares.

Asentí. Ni siquiera mire el dinero pero creo que era más de lo me había dicho.

─ Quédese con el cambio ─ se lo entregue.

─ Gracias ─ lo tomó.

Tome mi bolso y salí de taxi. Unos chicos del aeropuerto bajaron las maletas del taxi para después entregármelas. Entre al aeropuerto, busque a Des con la mirada hasta que la vi que me hacía señas a lo lejos agitando sus manos. Me dirigí hacia a ella.

─ Tengo un plan ─ sacó de su bolsillo trasero algunos papeles ─. ¿Recuerdas a mi amigo Freddy?

─ ¿El que quiso falsificar un boleto para el concierto de Fall Out Boy pero escribió boleto con "V"?

─ Si, es el.

─ ¿Qué pasa con él?

─ Le pedí que me falsificara dos boletos para ir a Florida y no a Inglaterra ─ me entregó un boleto y ella se quedó con otro ─ así que tomaremos el primer vuelo a Florida y le diremos a nuestras madres que estamos en el campamento pero en realidad no, amenazaremos a la directora y seremos felices en Florida. Tu tendrás tus curso de matemáticas intensiva y yo iré a divertirme ¿te parece? ─ me contó lo más emocionada que pudo.

─ Es curso de cálculo ─ la corregí ─, y ¿con qué sobornaremos a la directora?

Sonrío y saco un fajo de dinero.

─ Con dinero todo se pude ─ lo agitó en mi cara.

─ Okay… ─ la mire seria y ella me miraba con ojos de esperanza ─, no lo haré.

─ ¿Qué? ─ se le cayó la boca al suelo.

─ No lo haré y tú lo sabes a la perfección ─ tome mis maletas y me dirigí hacia la puerta donde teníamos que ir.

─ Pero…

─ No lo haré Des, no.

Si hubiera un premio para la mujer quien más veces ha desobedecido a sus padres o inclusive fugándose podría decirse que Destiny tendría el primer lugar.

─ Por favor ─ se puso enfrente de mí y me rogó.

─ No ─ digo jalando la maleta hacia a mí.

La miro con el ceño fruncido por un momento mientras ella continua con sus plegarias.

─ Te lo ruego ─ estaba casi incoándose. Odio cuando hace eso.

─ No y punto final ─ la rodé y seguí mi camino. Ella se quedó atrás.

─ ¡Bien! ¡Sin tu no vas entonces iré yo sola! ─ gritó. Me gire.

─ Te deseo suerte ─ volví a caminar.

Pese por varias tiendas hasta que escuche una voz detrás de mí.

─ Solo vendré contigo porque sé que no vivirías sin mí ─ Des dijo irritada.

─ Genial ─ sonreí.

 

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