Secret

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Capítulo 98

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Capítulo 98

 

Lunes, jamás me había sentido tan nerviosa en mi vida. Mis manos no pararon de sudar durante todo el resto del día era inevitable no poder hacerlo, me sudaban partes del cuerpo que no sabía que sudaban. Llevaba un pañuelo de papel arrugado en mi mano y cuando lo aparte estaba empapado de sudor que de inmediato lo tire en el contenedor fuera de la Academia.

Hoy no fue un día bastante emocionante ya que todo el día he estado ansiosa por la prueba de ADN, también porque Scott consiguió mi número de teléfono (ya que lo había cambiado) y trató de pedirme perdón por lo de la última vez, sin excepción de haberlo soportando siguiéndome por los pasillos. Niall me mandó mensajes pidiéndome salir con el pero lo negué y él no se cansó de rogar lo cual fue bastante irritante hasta que termine aceptando.

Lo que más me irritó del día fue que hoy los profesores se pusieron de acuerdo para hacerme el día peor. La maestra de diseño no hizo hacer un diseño en menos de quince minutos y no encontré inspiración hasta que…recordé a Harry quien me hizo ponerme peor y termine haciendo una tontería. El maestro de fotografía nos hizo un examen donde teníamos que fotografiar a modelos pero yo, inteligente, me puse nerviosa (ya que la fotografía no se me da) termine fotografiando lo peores ángulos de ella. Y la maestra de costura no hizo hacer el mismo vestido que hicimos en la clase de diseño, que cual no acabe.

Maddie quiso llevarme a casa pero no acepte ya que número uno: tenía que ir a sacra la prueba y número dos: llegue en el auto que Harry dejó que ahora se convirtió en el mío.

Suspire tratando de mentalizarme cuando subí al auto. Me quede unos segundos mirando hacia el frente con la mente en blanco, no sabía que pensar entre tantas cosas en que tenía que. Agité mi cabeza hacia los lados para regresar a la realidad; cuando me dispuse colocar mis manos en el volante y encender el motor una silueta de una persona paso por detrás del auto justo cuando me eche de reversa. Por el retrovisor solo vi como aquella persona de desplomo al suelo.

─ Maldición ─ dije bastante espantada.

Baje del auto corriendo con el corazón latiendo a velocidad mil mientras que en mi mente rezaba porque aquella persona estuviera sana y salva. Cuando me acerque lo suficiente pude ver que a quien había golpeado había sido una chica. Las cosas de su bolso estaban desplomadas a casi un metro de distancia de ella mientras aquella chica trataba de ponerse de pie.

Rápidamente me aventé de rodillas al suelo para tomarla de los brazos y ayudarla a levantar.

─ Lo lamento tanto. No te vi, estaba… ─ ella me interrumpe dándome un golpe en el codo. La solté tan rápido como pude y la observe con los ojos muy abiertos ─. Pero… ¿por qué lo has hecho?

La chica misteriosa alza su cara y por fin logó ver quien es aquella chica. Wendie Hamont.

─ ¿Wendie? ─ pregunto un poco confundida ─. De verdad lo siento…

─ Ya te he oído ─ ella se levanta tambaleando ─. Me has golpeado la cadera ─ se levanta su blusa y muestra un gran moretón en esta. Pongo mis manos en la boca.

─ ¡Oh por Dios! ─ exclamo ─. ¡Como lo lamento! ─ me acerco a ella pero retrocede ─. Te llevare al paramédico ─ le anuncio pero ella se queda parada sin decir nada. Sigo su mirada y esta indica sus cosas ─. ¡Oh! Te ayudare a levantarlas.

Me acercó a sus cosas para levantarlas cuando escuchó un grito de horror detrás de mí. Me apartó tan rápido que no pude notar cuando Wendie ya está ahí hincada recogiendo sus cosas.

─ Ni se te ocurra tocarlas ─ ella me amenaza con un gran gruñido.

─ Lo lamento, yo lo quería…─ vuelve a interrumpirme.

─ ¡Cierra la boca y entra al auto! ─ grita con fuerza una vez que ya está de pie.

─ ¿Qué demonios te ocurre? ─ exclamo ─. ¡Deja de gritarme! ─ pero la que grita ya no es ella si no yo.

Wendie me mira con los ojos abiertos de par en par sorprendida, aunque yo estoy más sorprendida que ella. Al parecer haber convivido tanto con Harry me hizo cambiar; sí hubiera sido la misma de antes me hubiera quedado callada y haberle hecho caso, pero ahora fue diferente.

─ L-l-lo lamento ─ agita su cabeza ─. No he tenido un buen día.

Bienvenida al club, pensé.

─ Claro, no hay problema ─ nos quedamos paradas en silencio durante varios minutos cuando logro decir ─. ¿Quieres que te lleve a casa? ─ le ofrezco.

Ella me mira con un gesto no muy agradable pero lo ignoro. Sé que me odia y me tiene "celos" por yo haber sido una de las privilegiadas, pero también he escuchado que no es muy amable con los demás.

─ Si ─ se va hacia al asiento del copiloto.

Entro al mismo tiempo que ella y por fin logro arrancar sin ningún percance. Vamos calladas y realmente dudo que lleguemos a hablar pero odio la tensión y tengo que seguir los pasos que Harry me enseñó para enfrentar este tipo de incomodidades.

─ ¿Y… lograste aprenderte tu guion? ─ recuerdo la última vez estaba histérica porque no podía aprenderse su guion de teatro.

─ Así es ─ afirma con la cabeza gacha ─. Fue para una audición.

La vi de reojo y noté que ella tenía como unos veinticuatro o tal vez veinticinco años. Y cuando fruncía el entre ceño se le podían ver unas cuantas marcas.

─ ¿Y conseguiste el papel? ─ digo en tono emocionado.

─ Hoy dieron los papeles ─ ella menciona y no parece estar emocionada pero aun así pregunto:

─ ¿Y…? ─ espero su respuesta y ella me mira con los labios fruncidos.

─ Lo hice ─ dice tono duro y estoy a punto de felicitarla cuando ella dice ─: Me costó trabajo convencer al maestro que me diera al papel.

─ ¿Convencer? ─ pregunto un poco confundida.

─ Si, porque la persona quien quería como protagonista de ese papel no estudia esta carrera ─ ella dice tan frustrada y enojada que mis brazos empiezan a temblar.

─ ¿Qué? No se supone que… ─ me interrumpe.

─ Si, así es ─ responde mi pregunta ─. Y esa persona eras ¡tú! ─ me grita. Freno de repente antes de que cruce con la siguiente calle y mi cabeza se va hacia el frente.

─ ¿Qué? ¿Yo? ─ pregunto un poco desconcertada. Yo ni siquiera conozco el maestro de teatro y en toda mi vida solo he estado en una obra y fue Anita la Huerfanita cuando yo ni siquiera ocupé un rol muy importante ─. ¿Por qué yo? Nunca me han visto actuar.

Ella gruñe y me observa con desagrado.

─ Es que no entiendes, ¿verdad? ─ niego confundida. Vuelve a gruñir ─. Cuando mandaste tu currículo y tu carta de aceptación todos los maestros se quedaron petrificados ante tu promedio y físico. Todos pensaron que tu serías perfecta para todas las carreras ─ se tensa y fulmina todo su alrededor con la mirada ─. Tú, Allyson Stalls, les robaste la mirada a todos pero cuando enviaste todos los diseños que había hecho amaron tu gran creatividad. Todos los profesores de todas las diferentes carreras de la Academia quisieron acerté pruebas de talento (lo cual a muy pocas personas se lo hacen) ¿Te llegó la carta, no es así?

Me quede pensando unos segundos y creí haber leído algo así ─. No lo sé, no lo recuerdo.

─ No, no lo hiciste ─ la miro sorprendida ─. Si, te vigile durante el verano hasta que te largaste a Inglaterra. ─ se me pusieron los vellos de punta ─. Volviendo a la carta, solo la miraste y la tiraste a la basura, tú le dijiste a tu madre que era una tontería pero yo, sin embargo me encargue de quemarla y sepultarla bajo un gran hoyo ─ suspiro ─. Pero ellos no se cansaron y mientras tú estabas en Londres ellos enviaban cartas, pero yo queme todas hasta que tuve que hacer una llamada imitando tu voz para así poder negar todas las solicitudes.

─ Estás loca ─ es lo único que logro decir pero mi oreja de alza cuando la escucho decir.

─ Conocí un chico que al parecer también te espiaba como yo, era alto, ojos verdes, cabello castaño, tenía tatuajes en un brazo. Era bastante sexy. No recuerdo su nombre, creo que empezaba con H…

Mis ojos se abren como dos granes platos.

─ ¿Harry?

─ ¡Si, si! ¡Harry! ─ dice emocionada ─. ¿Era tu novio, no es así? Porque escuché que terminaron ─ abro los labios para protestar cuando ella dice ─. Por cierto, besaba muy bien y tengo que admitir que, bueno… ¡vaya! Tiene muy buenas técnicas de sexo…

Doy un frenazo tan fuerte que ella casi choca contra el parabrisas. La miro con las orejas sacando humo y la cara roja de rabia, no me importa si él llega ser mi hermano aún ese tipo de comentarios hacen que la sangre me hierva.

─ ¡Sal del auto! ─ ordeno con un grito.

─ ¿No sabes que es educación? ─ ella dice irónica con las cejas en forma de arco.

Señalo la puerta con la mandíbula apretada.

─ Sal ¡ya! ─ agito mi brazo con el que señalo. Me veo por el espejo y veo que mi cabello esta todo alborotado y hacia delante mientras mi cara desprende fuego.

Wendie sale del auto por fin y cuando me aseguro de que no haya ni una parte dentro de este. Arranco aun con la puerta entreabierta, en el marcador de velocidades a un lado me marcaba que una de las puertas iba abierta, pero la ignore y seguí manejando. Llego al laboratorio y veo lo pequeño pero lujoso que es; en el aparcamiento solo hay unos diez autos más el mío hasta que empiezo a avanzar veo una motocicleta negra y de inmediato me percato de quien. Empuño los ojos con fuerza para no recordar aquel momento cuando Harry me trajo de la universidad en ese pequeño monstro, pero ya es demasiado tarde. La escena ya está en mi cabeza. Agitó la cabeza tan rápido que siento que el mundo se mueve bastante rápido.

Volteo mi mirada hacia la puerta del laboratorio y corro hacia ella. Cuando estoy dentro de este buscó a Harry y mi padre por el lugar y no fue tan difícil encontrarlos, ellos estaban esperando en unas sillas frente a la recepción. Harry tenía la mirada baja y un enorme mechón de cabello le caía por el rostro. Harry estaba sentado un par de sillas separado de mi padre, tal vez su padre.

─ Ally, hija mía ─ John recarga su mano en mi hombro pero lo aparto de inmediato.

Harry alza la mirada y la baja antes de que nuestras miradas se crucen.

─ ¿Qué hay que hacer? ─ retrocedo un paso para alejarme de John.

─ Muy sencillo ─ dice el con naturalidad ─, solo tienes que cortarte un mechón de cabello y ponerlo en esta bolsa ─ me estiro una pequeña liga de plástico y un bolsa ─. Pon aquí tu cabello.

Agarre un mechón de pelo de la parte de atrás de mi cabello y lo amarre con la pequeña liga. John me estiro las tijeras y antes cortarlo mire de reojo a Harry quien parecía estar bastante nervioso; por fin de varios minutos corte el mechón para después meterlo a la pequeña bolsa. Mi padre me sonrió y tomó lo bolsa.

Me quede parada solo mirando cómo le entregaba a la chica de laboratorio la muestra de cabello mía y la de Harry.

─ El viernes vendrán por la prueba ─ mi padre dice con naturalidad.

Harry y se para y sin nada más que decir se retira. Para, por favor, para, añoraba en mi mente.

Estaba sentada en la sala de espera donde Harry y mi padre llegarían para recibir la prueba. Por muy extraño que suene hoy parecía un concierto de Michael Jackson, había muchísima gente era como si todos hoy se hubieran puesto de acuerdo para hacerse todos pruebas de ADN.

Subí la mierda cuando sentí la presencia de una persona enfrente de mí, estaba nerviosa esperando a que la persona quien estuviera fuera Harry ya que llevaba las mismas botas que él ocupa pero estas desaparecen cuando veo los ojos malvados azules de mi padre.

─ Harry espera en la sala. Ha llegado la prueba ─ menciona. Mi corazón acelero de forma anormal.

Caminaba detrás de el con la cabeza gacha, caminaba y cambiaba de pasillos más de lo que pensé; por un momento pensé que quería perderme pero cuando llegamos a una habitación me tense aún más. Él se detuvo y dijo algo que no puse atención y su enorme estatura hacia que no viera dentro de la habitación.

Cuando entra veo que es un consultorio vacío, no había ningún doctor, hasta que giro mi cabeza unos cuentos ángulos a la izquierda y me topo Harry quien tiene un sobre en las manos. La prueba, pensé.

Me siento en una silla a lado de Harry mientras que John se sienta detrás del escritorio de madera en la silla giratoria.

─ Bien, hijos ─ Harry se mueve incómodo cuando escucha la palabra y yo no puedo evitar sentir nauseas ─, ábranla.

Bajo la mirada hacia el sobre cuando noto en los nudillos de Harry están ensangrentados de ambas manos. Quiero preguntarle que le ha pasado pero no logro emitir ni un sonido de mi boca; al parecer él lo nota ya que con rapidez saca el contenido del sobre y abre la carta.

El empieza a recorrer el texto de una forma increíblemente anormal, cuando quiero acercarme y leer, Harry arruga la carta y la tira al suelo con brusquedad. No, no por favor, que sea negativo…

Harry separa de la silla poniendo sus manos en su largo cabello castaño mientras empieza a dar vueltas por todo el consultorio.

─ No, no, no ─ mestiza ─. ¡No es verdad! ─ su grito hace que brinque de susto. Se gira hacia mí con los ojos vidriosos e inyectados de sangre; camina a mi dirección con las manos hechas puños y cuando parpadeo su aliento ya estaba invadiendo mis fosas nasales. Me preparo para el golpe, sin embargo…nunca llega y cuando abro los ojos lo miro; entonces el abre los labios y dice ─: Te recuperare, Allyson. Lo hare. Porque sé que no es verdad.

Se separa de mí empujando casi la silla en donde yo me encontraba sentada y él se retira. Siento las lágrimas resbalarse por mis mejillas y efectivamente estoy llorando, berrando. Me levanto de la silla y me agacho por la carta cuando mis brazos están temblando como si hubiera un terremoto dentro de ellos.

Abro la carta con los ojos llenos de lágrimas pero salen más cuando leo las cuatro palabras, prueba de ADN: Positivo.

Llevo una mano a mi boca y dejo caer la carta al suelo, esta se desploma como si fuera cayendo por unas escaleras hasta por fin tocar el suelo. Me giro hacia John a quien apenas y puedo distinguir y el me mira con una ceja en forma de arco y las manos en su regazo.

─ Te lo dije ─ susurra.

Siento que el aire me falta en los pulmones y solo logro sollozar. Me tambaleo pero recupero el equilibrio poniendo mis talones firmes.

Harry es mi hermano, Harry es mi hermano, Harry es mi hermano…no dejo de repetir esa oración en mi mente una y otra vez. Siento un nudo en la garganta y el dolor penetran mis pulmones. Mi pecho suele y arde y siento que ya no puedo más, siento que moriré aquí con la persona que más odio en la tierra.

Tomo de todas mis fuerzas y salgo corriendo hacia mi auto; abro la puerta y cuando entro suelto la carta y la dejó en el asiento del copiloto.

Cuando por fin cierro la puerta suelto un grito desgarrador y doloroso que viene desde mi pecho. Mi mano tiembla cuando la separo de mi boca y no puedo evitar contener todo el dolor que siento en mí, me duele, duele tanto que cunado jadeo el aire sigue sin llenar mi pulmones.

Esta será…esta será la última vez que mirare a Harry Moore, o más bien dicho, Harry Stalls. Mi hermano.

 

 

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