Satisfaction

Satisfaction


Prólogo, por Sylvie Simmons

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Prólogo

Satisfaction: busque esta palabra en un diccionario inglés y encontrará un buen número de significados para definirla. Por ejemplo: es una forma de manifestar que uno se siente complacido o gratificado. Es la manera de demostrar la libertad ante los errores alguna vez cometidos. Es la sensación que se experimenta tras haber pagado las deudas. Es una forma de revelar que estás contento. Incluso, es una forma de manifestar la dicha. En el mismo nivel, se dice que es una temprana canción de Los Rolling Stones y una de las piedras angulares de la música rock

. Una canción de letras iracundas y tres notas con efecto de distorsión en la guitarra, un

riff que determina la diferencia entre el pop y el rock. O el sonido que determina lo que hoy por hoy llamamos rock clásico.

En 1965, cuando “(I Can’t Get No) Satisfaction” hizo explotar las emisoras de radio y las listas de éxitos –la misma radio a la que se fustigaba en la canción por sus comerciales–, el rock era un negocio de gente joven. Lo que significaba sexo y arrogancia, fuego y frustración, intensidad y, sobre todo, pasión. Si Jaco hubiera sido tan apasionado del rock de Estados Unidos como de las bandas inglesas, habría podido llamar también su libro

Talk About the Passion (

Hablar sobre la pasión), así como se llama una de las primeras canciones de R.E.M. Porque ese es el verdadero asunto que trata lo que usted, lector, tiene entre manos: es el testimonio de una pasión solitaria. Una pasión solitaria compartida por millones a lo largo y ancho del mundo. Y cuando se tiene esa clase de pasión, uno quiere saberlo todo sobre la persona o el tema que a uno lo afecta tan profundamente. Uno necesita intentar y descubrir el misterio que hay detrás de lo que nos hace bailar. O llorar.

Si alguna vez usted puede compartir una cerveza con Jacobo Celnik, está garantizado que, tarde o temprano, la conversación se desviará hacia el rock clásico. En una de las charlas que tuvimos durante mi primera visita a Colombia (en la que hablé sobre mi vida como escritora del rock y canté algunos temas en el marco del Hay Festival de Cartagena de Indias), no dejé de sorprenderme al encontrarme a alguien a casi dos mil kilómetros de distancia de mi ciudad de Londres, y más de tres décadas después de Mick y Keef, con semejante poder de dedicación. Y no solo por los Stones, sino por las bandas con las que compartieron las listas de éxitos o los que siguieron en el mismo despertar: The Who, Small Faces, Yardbirds, Procol Harum, Pink Floyd, Cream, Led Zeppelin, King Crimson, Black Sabbath, Yes, Genesis, Roxy Music, Queen o, al otro lado del Atlántico, The Doors.

Pero la música existe fuera del espacio y del tiempo. Puede tratarse de una banda con la que creciste, la cual maduró de la misma manera en que tú maduraste, cambió como tú cambiaste y siguió tus cambios contigo, o quizás se trataba de los cambios de la generación de tus padres o incluso de tus abuelos, o de un país o de una cultura completamente distinta de la tuya. ¿Qué es lo que hace a una banda tan significativa, hasta el punto de ganarse un lugar en el panteón? Bueno, destreza, por supuesto. Y creatividad. Y capacidad expansiva. Esa cualidad de ser más que la suma de las partes. Pero, de verdad, es muy rara la habilidad de entrar en la sangre de otros, en la intimidad o en los brillos de una habitación, en el clamor impersonal de un concierto masivo… y convertir esto, más allá de las restricciones, en tu propio mundo, interior o exterior.

Es posible que quien lea esta introducción tenga al menos uno o, de repente, una gran cantidad de aquellos discos que muchos de nosotros guarda –en el armario o debajo de la cama– para luego buscarlos cuando los necesite o donde los necesite. Y es muy seguro que varios de sus intérpretes estén en la lista de personajes que Jaco entrevistó para publicar sus opiniones en el aniversario número 50 de la más que eterna “Satisfaction”.

 

Sylvie Simmons, octubre de 2015

Traducción: Sandro Romero Rey

 

 

Todo empezó en 1965

 

When I’m drivin’ in my car

And that man comes on the radio

And he’s tellin’ me more and more

About some useless information

Supposed to fire my imagination

I can’t get no, oh no no no

Hey hey hey, that’s what I say.

 

“(I Can’t Get No) Satisfaction”
(Jagger/Richards, 1965)

People try to put us d-down (Talkin’ ‘bout my generation)

Just because we get around (Talkin’ ‘bout my generation)

Things they do look awful c-c-cold (Talkin’ ‘bout my generation)

I hope I die before I get old (Talkin’ ‘bout my generation).

“My Generation” (Pete Townshend, 1965)

You used to laugh about

Everybody that was hanging out

Now you don’t talk so loud

Now you don’t seem so proud

About having to be scrounging your next meal

How does it feel, how does it feel?

To be on your own

Like a complete unknown, like a rolling stone.

 

“Like a Rolling Stone” (Bob Dylan, 1965)

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