Satisfaction

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II. Los buenos muchachos » Jon Anderson. Yes

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© Robert Ford

 

 

Jon Anderson

Yes

(Accrington, Inglaterra, 1944)

 

High vibration go on

To the sun

Oh, let my heart dreaming

Past a mortal as me

Where can I be?

Wish the sun to stand still

Reaching out to touch our all being

Past all mortal as we

Here we can be.

“Awaken” (Yes, 1977)

 

En 1968, Jon Anderson fundó la agrupación Yes en Inglaterra, junto al bajista Chris Squire, el guitarrista Peter Banks, el baterista Bill Bruford y el teclista Tony Kaye. Su voz se hizo mundialmente famosa en 1983 gracias al tema “Owner of a Lonely Heart”. Trabajó junto a Vangelis, King Crimson y Dream Theater. Ha liderado proyectos filantrópicos y tiene catorce trabajos en solitario. Es considerado uno de los cantantes más versátiles y prolíficos del rock. A pesar de su exitosa carrera, que en 2008 cumplió 40 años, la vida le enseñó sobre el valor de la amistad y la lealtad del modo menos esperado.

Anderson tuvo que soportar un golpe de Estado –o lo más parecido a ello– en junio de 2008. Transcurrían los preparativos para la gira de los 40 años de Yes. Todo evolucionaba según lo planificado y la preventa de entradas auguraba éxito, como suele suceder cada vez que la banda anuncia presentaciones en Estados Unidos y Europa. Cada uno de los miembros de Yes se encontraba en su mejor forma. El guitarrista Steve Howe había participado en una larga gira con Asia, además de grabar junto a ese grupo tres álbumes en estudio. El baterista Alan White hizo sendos aportes como músico de sesión para varios artistas. Rick Wakeman y Chris Squire trabajaron en proyectos solistas y bandas sonoras. Jon Anderson, dueño de una voz privilegiada, participó en una serie de iniciativas independientes junto a Glass Hammer y Dream Theater.

De repente, todo cambió. Anderson sufrió fuerte un ataque de asma que lo obligó a tomar un reposo de seis meses. Solo una llamada del baterista Alan White pudo sopesar el dolor de perderse la gira. Suena increíble, pero ninguno de los miembros de Yes lo llamó para ver cómo estaba. Y lo más fuerte de la historia: mientras se recuperaba en su casa, se enteró por la prensa que Yes había seleccionado un nuevo cantante para la gira. “Parece que la presión del dinero le ganó a 40 años de amistad”, recordó Anderson. Pero él tiene alma de luchador y no iba a permitir que ese

impasse opacara un presente y mucho menos su carrera. A mediados de 2009, tras recuperarse completamente de su afección pulmonar, emprendió una gira en solitario por Europa y algunas ciudades de Estados Unidos.

No era la primera vez que lo hacía y podía adaptar a su set de canciones varios de los clásicos de Yes y Vangelis, como “Straship Trooper”, “Roundabout”, “Awaken”, “Soon”, “Owner of a Lonely Heart” y “State of Independence”. En el verano de 2010 participó en el álbum

The Living Tree, junto a Rick Wakeman, con quien potenció su espíritu creativo. La química entre ambos músicos es tan fuerte que tuvieron que encontrarse en un estudio para grabar los temas. Todo se hizo en forma digital. Tras la buena repercusión del álbum junto al teclista Wakeman y la gira de 2010 en Estados Unidos, Anderson tenía más material para sorprender a su público y olvidar el trago amargo con Yes. En junio de 2011 presentó el álbum S

urvival & Other Stories, un disco que recibió elogios de la crítica especializada en rock progresivo. Entretanto, Yes no paró de dar golpes de opinión. Tras la exitosa gira de los 40 años junto al cantante Benoît David, grabaron nuevo material en estudio con el productor Trevor Horn.

Fly from Here, lanzado en julio de 2011, marcó el regreso de la agrupación tras diez años sin presentar nuevas canciones. Este fue el segundo álbum de Yes sin la voz de Jon Anderson. En el primero,

Drama (1980), casualmente la voz estuvo a cargo de Trevor Horn, conocido por el dúo The Buggles y el tema “Video Killed the Radio Star”.

Desde el disco debut de Yes en 1969, la crítica especializada consideró a Jon Anderson como uno de los cantantes más sobresalientes del rock, junto a Freddie Mercury (Queen), Robert Plant (Led Zeppelin), Ian Gillan (Deep Purple) y Steve Winwood (Traffic), artistas que posicionaron la voz como un instrumento líder en sus bandas. La década de los setenta fue el momento de consagración para Yes y Jon Anderson. Al lado de agrupaciones como Genesis, ELP, Pink Floyd y King Crimson, lideraron la movida del rock progresivo británico, que conquistó Europa y Estados Unidos. Obras maestras como

Fragile (1971),

Close to the Edge (1972) y

Going for the One (1977) se concibieron con la premisa de un trabajo coordinado en equipo, con la firme convicción de crear buena música y no tener éxitos radiales que los ayudaran a conquistar grandes masas. Sin embargo, su impacto fue por lo alto y su legado traspasó generaciones y fronteras. Un ejemplo claro se puede observar con la movida del rock progresivo italiano, que tuvo a las bandas citadas anteriormente como principal influencia.

Tras la gira del álbum

Tormato en 1979, Jon Anderson abandonó Yes para trabajar en otros proyectos, entre ellos junto al compositor griego Vangelis, con quien grabó los álbumes

Short Stories (1980) y

The Friends of Mr. Cairo (1981). Así mismo, conjugó en forma paralela su carrera en solitario gracias a algunos trabajos que se volvieron de culto, como

Song of Seven (1980) y

Animation (1983). Los años ochenta fueron especialmente complicados para los artistas del rock progresivo que iniciaron su carrera en la década de los setenta. Genesis, liderado por Phil Collins desde 1976, y Yes, con el álbum

90125 (1983), fueron de las pocas agrupaciones que decidieron replantear su sonido y acercarse más al pop. Asia, el supergrupo integrado por exmiembros de King Crimson, Yes y ELP, fue otro ejemplo de los alcances pop que tuvo el rock progresivo.

En Yes, Anderson y compañía descubrieron que el rock era un género que podía convivir con la música clásica. Por eso es posible diseccionar cada canción de Yes y encontrar elementos de Bach, Händel o Beethoven. Para Yes había una constante lucha por el arte, batalla que Anderson lideró sabiendo el precio que se podía pagar con las compañías discográficas. La voz angelical de Anderson no paraba de conquistar cada rincón del planeta. En 2012, por pedido de su hijo, interpretó en los Juegos Olímpicos de Londres el tema “Race to the End”, versión vocal –que estuvo guardada por más de 30 años– de “Chariots of Fire”, junto a Vangelis.

En los últimos años, Anderson ha estado bastante ocupado presentando, en solitario, sus canciones. Invitaciones a festivales y conciertos en diversos países son su pan de cada día. En una de sus últimas declaraciones públicas, con motivo de la muerte de su amigo Chris Squire, líder y bajista de Yes, Jon Anderson afirmó: “Chris fue parte esencial en mi vida. Éramos hermanos musicales. Fue un extraordinario bajista, poético y lleno de harmonía

”. Esta declaración acabó con los rumores sobre la pésima relación entre ambos músicos. La muerte une y separa. En este caso acabó con las especulaciones.

La voz de un ángel

Entrevista hecha en abril de 2013

¿Cómo está tras la inesperada salida de Yes?

Estoy muy saludable, superé el asma en menos tiempo de lo esperado. Decidí seguir adelante con mis planes de gira sin Yes y pasar la página, no te queda de otra. Soy muy respetuoso de las decisiones que toman mis compañeros. He viajado con mi esposa a diversas partes del mundo, donde he presentado mi

show acústico con muy buenos resultados entre la audiencia; es un formato que había ensayado en los noventa y decidí retomarlo.

¿Siente que la gente que va a sus conciertos espera encontrar algo similar a lo que hacía con Yes?

Por supuesto, todo el tiempo me piden algunas interpretaciones en la onda Yes, pero por el tipo de espectáculo que doy es muy complicado; tendría que llevar clones de Steve Howe, Rick Wakeman o Chris Squire. Lo importante es entender que la gente cambia y que a los artistas también nos pasa; parte del crecimiento es darle nuevos aires a lo que por muchos años fue una constante.

¿Qué temas de Yes selecciona para susshowsen solitario?

“Starship Trooper” y “Owner of a Lonely Heart” son temas que puedo adaptar al formato acústico sin la necesidad de tener piano o bajo acompañándome, solo mi voz y la guitarra son suficientes. Pero más que mirar al pasado, prefiero centrar las presentaciones en promover las nuevas canciones que he compuesto, además de los últimos dos trabajos que grabé en estudio.

¿Se siente motivado para componer nuevas canciones durante la gira?

Yo siempre estoy escribiendo música. Tengo un sitio en internet que me permite interactuar con músicos, compartir ideas y recibir la inspiración necesaria para crear nueva música. Por fortuna, he pasado muy buenos momentos tocando mi música, aparte de que he estado muy saludable y con la inspiración suficiente para crear.

¿Qué es lo que más extraña de tocar en vivo con Yes?

En Yes había un momento para cada músico. Cuando usted está frente a diez mil o quince mil personas y está tocando realmente bien, siente que está conectado con el guion de la música y con la audiencia. No todas las bandas permiten que sus músicos muestren sus habilidades en solitario y eso me gustaba mucho de estar con Yes. No era una competencia, era mostrarle a la gente que la suma de las partes podía ser tan buena como las individualidades. Estar en un grupo que hacía esto era realmente bueno y trabajar por más de 45 años de mi vida así fue maravilloso. Espero vivir esta experiencia de nuevo.

En marzo de 2013 murió Peter Banks, primer guitarrista que tuvo Yes. ¿Qué recuerdos tiene de él?

Bueno, tengo recuerdos muy buenos. Hablé con Peter el año pasado, después de mucho tiempo que no lo hacíamos; conversamos durante horas, recordamos anécdotas del pasado, hablamos de nuestra situación actual. Me contó que hizo un

show con The Who, lo cual me pareció bastante extraño. Fue un guitarrista excepcional y un tipo muy gracioso.

Tengo entendido que fue Peter Banks quien bautizó a Yes...

La historia del nombre de Yes es confusa y graciosa. Chris Squire quería que la banda se llamara Label Toyshop, pero era un nombre muy extraño, largo y confuso. Yo les dije que debíamos bautizarla Life y Chris respondió que mejor nos podíamos llamar No. Pero un nombre negativo no iba con nuestra tónica espiritual. De repente, Peter dijo: “Yes, llamémonos Yes”. Nos parecía una locura, pero nos gustó porque era un nombre positivo, corto e impactante.

Peter Banks solo participó en dos trabajos de Yes y luego lo remplazó Steve Howe, un músico muy completo y versátil.

Peter era un guitarrista bastante libre, independiente, obstinado y no muy cuidadoso con algunas formas y métodos de interpretación de la guitarra. Muchas veces él no sabía hacia dónde se dirigía, mientras que Steve Howe, por su formación en guitarra clásica, es mucho más estructurado, metódico, sabe exactamente qué debe tocar durante una presentación. Peter solía improvisar y eso no nos convenía mucho que digamos. La llegada de Howe a Yes nos ayudó mucho en el desarrollo musical. Nosotros necesitábamos a alguien talentoso que se acoplara a la idea que teníamos como banda.

Otro gran guitarrista con quien usted trabajó es Robert Fripp, de King Crimson, quien lo invitó a participar en el álbumLizard(1970). Háblenos de esta experiencia.

Fue agradable y complicado. Siempre hay desafíos en los cuales trabajar y siempre es interesante trabajar gente talentosa. A Robert Fripp le gusta imponer su estilo y quienes hemos trabajado con él debemos obedecer, silenciosamente, sus deseos. Yo nunca tuve problemas en seguir este estilo, pero no era el lugar donde quería estar por mucho tiempo.

Tengo entendido que a Robert Fripp no le gustó en su momento el resultado deLizard. Hace unos años el ingeniero Steven Wilson lo remasterizó y a Fripp le cambió la idea que tenía del álbum.

Es un gran disco. King Crimson hizo muy buena música. Por ejemplo, el álbum

Discipline es maravilloso. Una de las bondades de la tecnología es que permite dar otra mirada a obras que en su momento no recibieron el trato merecido.

¿Cuál cree que fue el momento más importante en la carrera de Yes?

Creo que el periodo entre 1971 y 1973, cuando lanzamos los álbumes

Fragile y

Close to the Edge. Esa fue una época muy interesante en todo sentido porque existía una camaradería única entre los miembros del grupo, el trato era cálido y amable, no había presiones por parte de la disquera y nuestro mánager respondía con todo. Teníamos tiempo para trabajar, para armonizar las ideas de cada uno y desarrollarlas en el mejor resultado posible. Pienso que fue una época maravillosa y nuestro punto más alto, sin duda.

El teclista Rick Wakeman fue un estandarte esencial en ese periodo que usted menciona, incluso podemos decir que gran parte de la grandeza deFragile,Close To The EdgeyTales from Topographic Oceansviene gracias al protagonismo que adquirieron los teclados.

Sin duda. Rick llegó a la banda con un increíble entrenamiento en música clásica. Él podía tocar a Bach y Beethoven con una facilidad asombrosa. Adicionalmente, tenía varias canciones compuestas que pudimos adaptar a algunos bocetos en los que veníamos trabajando desde 1970. Antes de

Fragile no teníamos muchas canciones para teclados y Rick se convirtió en pieza esencial desde ese momento, gracias a que además contaba con seis teclados. Era un tipo divertido y nosotros siempre tuvimos química con él.

Entre 1970 y 1975 hubo unboomde bandas y trabajos muy interesantes en el rock progresivo. Puedo citarle por ejemplo a Genesis, King Crimson, ELP, Gentle Giant, Van Der Graaf Generator, Camel. ¿Esa sana competencia fue importante para desarrollar grandes obras?

Nosotros solo estábamos interesados en crear buena música, nunca nos preocupamos por situaciones que involucraran a los otros grupos. Yo era gran admirador de King Crimson como banda, no como una industria. Nos gustaba su visión y hubo elementos de sus discos que fueron inspiradores. Fue un tiempo mágico para la música en Inglaterra. La competencia siempre es un motor de mejora, sin duda.

Del periodo más cercano al pop, ¿qué discos de Yes le parecen interesantes?

Bueno,

90125 (1983) es un disco maravilloso; creo que ese álbum demostró que podíamos crear muy buena música, manteniendo nuestras raíces progresivas pero acercándonos más al pop. Trevor Rabin fue fundamental en ese proceso. Otro álbum que mostró una faceta interesante del grupo fue

Talk.

En los ochenta, usted se aleja por un tiempo de Yes y trabaja junto al músico griego Vangelis. ¿Qué recuerdos tiene de esa etapa?

Vangelis es mi amigo, es como un hermano; él me enseñó muchísimo, aprendí nuevas técnicas y opciones para explorar más posibilidades de la voz. Es un mago de la producción, con el que me encantaría trabajar de nuevo.

En el verano de 2010, Rick Wakeman –también retirado de Yes– lo invitó a participar en el álbumThe Living Tree, un disco nostálgico que desempolvó algunas melodías que no se usaron en los setenta. ¿Cómo se produjo esta colaboración?

Resurgí y me reinventé como artista, entré en una etapa más saludable en mi vida, lleno de energía, con menos estrés y presiones, y en parte eso ayudó a que el proyecto con Rick fluyera. Siempre estoy escribiendo canciones, así que el proceso con Rick Wakeman fue muy dinámico, pese a la distancia.

The Living Tree se grabó en forma digital, pero conservando la mística con la que hacíamos álbumes como

Tales from Topographic Oceans o

Close to the Edge. Eso me dio el impulso necesario para componer más canciones y continuar este camino en solitario.

Discografía selecta

Yes

Fragile (1971)

Yes

Close to the Edge (1972)

Yes

Going for the One (1977)

Jon & Vangelis

Friends of Mr. Cairo (1980)

Jon Anderson

Animation (1983)

Yes

90125 (1983)

Anderson Bruford Wakeman Howe

An Evening of Yes Music Plus (1989)

Yes

Talk (1994)

Yes

Magnification (2001)

Jon Anderson

Survival & Other Stories (2011)

Banda sonora

“I’ve Seen All Good People”

“Roundabout”

“Owner of a Lonely Heart”

“It Can Happen”

“Surrender” (Jon Anderson)

“Soon”

“I’ll Find My Way Home” (Jon & Vangelis)

“State of Independence” (Jon & Vangelis)

“Awaken”

“Starship Trooper”

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