Satisfaction

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III. Más allá del 69 » Roger Hodgson. Supertramp

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© Richard Beland

 

 

Roger Hodgson

Supertramp

(Portsmouth, Hampshire, Inglaterra, 1950)

Give a little bit

Give a little bit of your love to me

I’ll give a little bit

I’ll give a little bit of my love to you

There’s so much that we need to share

So send a smile, and show you care.

“Give a Little Bit” (Supertramp, 1977)

 

Cuando Supertramp inició su carrera, en 1970, el rock había evolucionado a pasos agigantados. Desde 1967 aparecieron nuevos estilos que llenaron de vida y color a un género que dejó de ser el mismo en 1965. La psicodelia, el jazz rock, el art rock, el rock progresivo, el rock sinfónico y el hard rock son algunos ejemplos. En el Reino Unido, al principio de la década de los setenta, el ambiente era muy competitivo. Daba la sensación de que no había espacio para tantas opciones. Por eso la historia de Roger Hodgson y Supertramp tiene connotaciones épicas. No eran una banda pop ni tampoco una banda de rock sinfónico, pero su estilo musical transitó entre ambas corrientes.

Un aviso en el periódico

Melody Maker cambió el futuro del joven Roger Hodgson. Guitarrista y bajista, su talento deslumbró al teclista Rick Davies, quien por ese entonces estaba reclutando músicos para una banda financiada por un multimillonario holandés. En 1970, The Joint se convirtió en Supertramp, firmaron un contrato con la disquera A&M y lanzaron su álbum debut (

Supertramp, 1970), en el que se mezclaba rock sinfónico con sonidos cercanos a la música de Los Beatles. La melodía fue uno de los componentes principales de Supertramp desde su disco debut, aunque el trabajo fue un fracaso comercial. Lamentablemente, los resultados para

Indelibly Stamped (1971) segundo álbum, no fueron alentadores y eso selló el destino de la primera formación de Supertramp.

De todos los miembros de esa primera etapa, Roger Hodgson fue quien más se destacó. Mostró ciertas habilidades como compositor que Davies quiso aprovechar mejor. Con la soga al cuello por cuenta de las presiones normales de la disquera, Davies se la jugó y cambió por completo la alineación de la banda. Decidió que Roger Hodgson se dedicaría a la guitarra y la armónica. Por recomendación de conocidos invitaron a Dougie Thompson para ser bajista, a Bob C. Benberg en la batería y al saxofonista John Anthony Helliwell, los tres reconocidos músicos de sesión. La química entre los nuevos miembros fue inmediata. Se encerraron a grabar el tercer disco, que debía ser la vencida, ya que la disquera estaba presionando por resultados. Y así, como por arte de magia, en septiembre de 1974 Supertramp presentó su primera de varias obras maestras. El álbum

Crime of the Century fue el trabajo con el que la banda encontró su propia marca y con la cual, durante seis años seguidos, conquistó ambos lados del Atlántico. Los temas “School”, “Bloody Well Right” y “Dreamer”, interpretada magistralmente por Hodgson, llegaron al

top 10 de listas en Estados Unidos. Una nueva dupla de genios de la composición había nacido. Hodgson/Davies serían, a partir de ese momento, los nuevos Lennon/McCartney del rock.

Uno de los elementos más interesantes de

Crime of the Century fue el trabajo en equipo, equilibrado, de dos genios. Hodgson deslumbró con una voz aguda, muy similar a la de Jon Anderson, líder de Yes. Rick Davies, un teclista extraordinario, también con mucho poder en su voz y puesta en escena, era el polo a tierra y la cabeza financiera del grupo. Sin ser una banda con demasiada parafernalia, Supertramp se convirtió en un acto masivo mundial. Durante los siguientes nueve años, el fenómeno Supertramp fue creciendo a escala mundial. Tal vez el punto más alto lo alcanzaron con el álbum

Breakfast in America (1979). “Take the Longway Home” y “The Logical Song” llegaron al número 1 en la radio del Reino Unido y Estados Unidos.

El rock sinfónico dio la batalla en nombre de buenas canciones. En 1980 la banda se presentó dos noches en París. El resultado fue un álbum doble en vivo que se convirtió en uno de los más importantes de la historia del rock.

Paris es tan importante para la crítica musical como

Made in Japan de Deep Purple y

Live at Leeds, de The Who. El disco se editó en vinilo doble y fue la muestra de toda la magia y poder en vivo de la banda británica. Pero algo estaba a punto de romperse, que afectaría el equilibrio de poderes en el grupo. Paulatinamente, la banda conseguía más y más reconocimiento, y Davies sentía que Roger Hodgson estaba ganando demasiado protagonismo mediático. Tras la publicación del álbum …

Famous Last Words (1982) y la consiguiente gira mundial, Hodgson decidió marcharse de Supertramp. La relación con Davies se había vuelvo insostenible y era el momento de capitalizar su fama con una carrera en solitario que se proyectaba exitosa.

Sin embargo, las cosas no salieron como Hodgson esperaba y al igual que le pasó a Mick Jagger, el peso de la marca Supertramp pudo más que la de su nombre. Intentó dar la batalla con dos álbumes muy bien logrados, que no tuvieron las ventas necesarias para sostener su carrera en solitario. De ambos, el más destacado fue

In the Eye of the Storm (1984), disco que vendió dos millones de copias y dejó temas memorables como “Lovers in the Wind”. A finales de los noventa, Hodgson sufrió un serio accidente que lo tuvo un tiempo largo alejado de los escenarios, pero la fe y el empeño lograron una recuperación que le permitió volver a los escenarios en 1997 para un proyecto en conjunto con su hijo Andrew y del cual quedó el disco en vivo

Rites of Passage. A principios del 2000 lanzó

Open the Door, tercer disco en solitario. En 2006, Hodgson decidió salir de gira nuevamente, esta vez para revivir grandes clásicos de Supertramp. El resultado fue el DVD

Live in Montreal, el último testamento de Hodgson, quien se mantiene activo y vigente como una de las voces más sobresalientes del rock.

Un soñador llamado Roger Hodgson

Entrevista hecha en 2006

Los primeros dos discos de Supertramp son totalmente diferentes de los siguientes. ¿Qué pasó con esos músicos y por qué decidieron cambiar la dirección musical con el discoCrime of the Century(1974)?

Tras los intentos de hacer algo bueno con los dos primeros discos, la banda cambió. Kevin Currie y Frank Farrell se fueron algo molestos con el resultado del segundo álbum, por lo cual Rick Davies y yo viajamos a Estados Unidos en busca de apoyo y talentos para lanzar un tercer disco, mucho más elaborado. Tuvimos que arrancar de cero para las grabaciones de

Crime of the Century (1974). La banda pasó por una serie de combinaciones en este punto y solo poco antes del lanzamiento del disco encontramos a Bob Siebenberg (batería) y John Helliwell (saxofón), quienes acompañaron a Dougie Thomson (bajo). Rick Davies y yo fuimos mejorando en creación y composición por separado y las canciones fueron mucho más fuertes que en el pasado.

¿Cómo fue el proceso con el sello A&M para su tercer disco?

En 1973 presentamos unos demos a los ejecutivos de la disquera y les gustaron. Dijeron “Vamos a grabar, no importa el tiempo que lleve el proceso para que hagan un disco óptimo”. La libertad que ellos nos dieron en tiempo y composición fue fundamental para el producto final, así como la nueva alineación musical. Creo que en

Indelibly Stamped (1971) no sabíamos hacia dónde queríamos ir, era un disco lleno de retazos musicales, nada más. Pero en

Crime of the Century encontramos la dirección deseada.

Una situación muy afortunada, si se tiene en cuenta cómo funcionan las disqueras...

Sí. Nuestra casa disquera siempre nos apoyaba, confiaba y creía en nosotros. De hecho, no nos presionaban y sabían lo que nosotros queríamos musicalmente. Cuando recibían material, era ciento por ciento garantizado. A pesar de las diferencias, hoy en día creo que fuimos afortunados en tener una disquera que siempre nos apoyó.

Entre 1974 y 1979 la banda grabó grandes obras. ¿Qué recuerdos tiene de ellas?

Bueno, hablar de un disco preferido es muy complicado, todos me gustan. Cada uno por separado tiene muchos recuerdos. Sin embargo,

Crime of the Century requirió mucha magia y concentración, debido a los tiempos y el momento en que lo grabamos. Fue la primera vez que tuvimos grandes ingenieros y productores junto a nosotros, como Ken Scott. Ellos fueron pacientes y colaboradores para lograr la perfección del producto. Luego

Crisis? What Crisis? (1975), fue un disco más complicado. Debido al éxito de

Crime of the Century, pensábamos que teníamos que lanzar un disco similar o mejor, y por esa razón nos presionamos mucho. No tuvimos tanto tiempo para planear el disco, solo un mes de ensayo y escritura antes de entrar a grabar. Después vino

Even in the Quietest Moments (1977), un disco genial que además es una selección de canciones que amo, y

Breakfast in America (1979), que tuvo un gran éxito.

¿Y de aquellos años hay alguna canción que aún hoy lo emocione o que sea su preferida?

Me parece complicado decir si hay una canción que sea mi preferida. Es muy emocionante e interesante tocar temas que escribí hace 30 años, época de gloria con Supertramp. “Take the Long Way Home” es una de ellas, siempre abro mis

shows tocándola, nunca me canso de hacerlo. Pero si debo hablar de una preferida, creo que “Give a Little Bit” cumple con muchos requisitos para serlo. Me gusta por su simpleza y su mensaje profundo y verdadero. Con el paso de los años, el mundo se vuelve más complicado y la canción se vuelve más verdadera y poderosa. Por eso me gusta.

En “Fool’s Overture”, del discoEven in the Quitest Moments, ustedes usan algunos apartes de un discurso de Winston Churchill. ¿Qué propósito tiene esto?

“Fool’s Overture” es una combinación de muchas ideas, es como un popurrí. Churchill, y lo que dice en su discurso, representa mucho de las viejas creencias de la cultura donde crecí y de la cual tengo muchos recuerdos. Cuando buscamos ideas diferentes para complementar la canción, resultó apropiado poner ese fragmento del discurso, ya que es muy

British y define la personalidad inglesa de esos años.

Tras la grabación de… Famous Last Words(1982) y la gira de ese disco en 1983, usted decidió dejar la banda. ¿Por qué sucedió eso?

Fue una decisión muy difícil de tomar. La banda no estaba haciendo bien las cosas y las grabaciones de …

Famous Last Words fueron muy complicadas. Había muchos motivos, pero el principal fue mi familia: me dediqué a ella. Ya tenía dos hijos y me di cuenta de que tras catorce años de dejar toda mi energía en la banda, y especialmente lo que pasaba en torno a ella, debía velar más por mi familia. Supertramp había llegado tan lejos como podía, ya no había más hacia dónde crecer y por eso dejé la música en un segundo plano. Me mudé al norte de California, lejos del epicentro musical de la banda, que era Los Ángeles, para poder dedicar todo mi tiempo a mis seres amados.

¿Cómo fue su relación con Rick Davies por aquellos años?

Siempre ha sido difícil porque somos polos opuestos. Fue a través de la música como mejor nos comunicamos. En ese momento, no fue fácil que él se casara y yo también; una esposa requiere mucha atención. Ahí aparecieron más diferencias. En esos años, cuando la banda estaba tan arriba, ambos mirábamos qué queríamos hacer por separado, más que como banda. Cuando decidí irme Rick no se opuso, por obvias razones.

De esa época con Supertramp quedan recuerdos memorables, como la gira deBreakfast in America¿Qué posibilidades hay de que lancen el concierto de París en DVD?

Sí, es verdad. Fue una gira emocionante de la cual quedó el disco

París, en el que se recopilan los mejores momentos de este viaje. La banda estaba en forma y sin duda nos fue muy bien. Ahora, no estoy seguro de que se haya grabado. Sé que hubo alguna filmación, pero de haber sido así seguramente se debió lanzar hace tiempo. Tal vez en un futuro se haga.

En 1983 comenzó su carrera en solitario. ¿Era lo que usted esperaba y anhelaba cuando estaba finalizando su etapa en Supertramp?

La vida nunca es lo que uno espera que sea. Mi carrera en solitario ha sido más difícil de lo que imaginé, pero también sucedieron muchas cosas igual de importantes que interfirieron en ella. Pasar más tiempo con la familia es uno de esos aspectos. El otro son los músicos. A decir verdad, nos tomó cinco años encontrar los verdaderos músicos para Supertramp, y trabajando en solitario no fue diferente. Esa es una de las razones por las cuales terminé tocando todos los instrumentos en mi primer álbum,

In the Eye of the Storm (1984).

Hablemos un poco de ese álbum

Puse mucha energía en ese disco. Cuando lo oigo, me enorgullezco mucho y lo disfruto; aún lo escucho con mis hijos. Fue un trabajo en el que tenía que correr riesgos, y eso me dio la fuerza y la pasión necesarias para lograrlo. Fue muy exitoso y tiene una magia especial por el momento en el que se hizo.

Ha habido momentos muy duros en su carrera en solitario, sobre todo problemas de salud. ¿Pensó en dejar la música tras esa penosa enfermedad que sufrió después de un viaje a Ecuador? ¿Cómo está hoy en día?

La enfermedad se me desarrolló mucho después del viaje por Suramérica. En esa época estaba muy estresado. En 1996, mi hermana tenía un cáncer avanzado y tuve que cuidarla. Además, estaba en los primeros días de grabaciones de

Rites of Passage (1997), junto a mi señora y mi hijo. Creo que el estrés fue lo que me afectó, más que el mosquito que me picó en Ecuador. Nunca pensé en dejar la música, ni siquiera en 1987, tras un fuerte accidente en el que me fracturé todas las costillas y me dijeron que probablemente no podría volver a tocar. Haber sentido eso me dio la fuerza para seguir adelante. La música es una profesión que amo y espero poder seguir entregando alegrías al mundo que las disfruta. No me veo renunciando.

En el álbumOpen the Door(2002), recibió aportes de músicos como Trevor Rabin (exguitarrista de Yes). Cuéntenos un poco sobre este trabajo y su cercanía a sonidos característicos de Supertramp.

Trevor Rabin es el primer músico con el cual siento una fuerte conexión musical desde que dejé Supertramp. De hecho, trabajamos juntos en el disco

Talk (1994), de Yes. Posteriormente seguimos en contacto, y con cierta frecuencia nos reuníamos a tocar. La última vez el escenario se llenó de magia, y una de las canciones, fruto de esas improvisaciones, aparece en el disco con el nombre de “The More I Look”.

Open the Door apareció tras un receso largo. Siempre acumulé muchas canciones que había que grabar, pero para el disco solo seleccionamos diez. Para ello fuimos a Francia, porque había mucho interés por parte de una compañía en grabarnos, y finalmente allí se produjo el disco.

La industria musical ha evolucionado mucho. ¿Qué opinión tiene de ella en nuestros días?

Actualmente mi relación con la industria musical es muy distinta de la que tuve de manera exitosa en el pasado. Si tuviera que arrancar de ceros, creo que sería muy complicado encontrar el apoyo necesario para difundir mi música. Extraño la pasión del pasado en la industria y los artistas. Había más estímulos, compromiso y pasión por la música. Vivimos en una era muy cambiante y las casas disqueras tratan de sobrevivir a las nuevas tecnologías que han afectado su entorno. La era digital y las descargas en internet han cambiado el rumbo de esta labor. Doy gracias a Dios por lo vivido con Supertramp y por mis inicios como solista, donde me apoyaron. En ese tiempo se tomaban riesgos y logramos hacer un gran nombre en el mundo de la música.

Usted estuvo muy involucrado con el mundo del rock progresivo, sobre todo a principios de los setenta. ¿Qué opinión tiene del género hoy en día? ¿Conoce algún grupo nuevo de este género?

No estoy muy familiarizado con las novedades del género y de la música como tal. Si conozco algo es por recomendación. Rara vez oigo bandas nuevas, como Coldplay, que me parece un buen grupo. El rock progresivo siempre tuvo una marca extraña. Si un artista decide hacer un tipo de música no convencional se le tacha de experimental o progresivo, ya que ese fue el sello durante gran parte de los años setenta.

La pregunta obligada: ¿es posible ver a Supertramp juntos de nuevo?

Todo es posible. Nunca digo nunca, hay que ver qué nos traerá el futuro, eso es todo lo que puedo decir. Mi puerta está abierta, pero si regresamos tiene que ser por razones ajenas al dinero. Depende de si esas razones concuerdan y si nos sentimos bien. También hay que ver si queremos hacer nueva música.

Rick Davies rompió un acuerdo con usted de no utilizar sus canciones en vivo. ¿Cómo es toda esta historia?

Cuando dejé la banda, nuestro acuerdo era que Rick se quedaba con el nombre pero no podía tocar mis canciones. Me sentiría bien si respetábamos el acuerdo, ya que tengo mi voz, mis canciones, mi estilo, y eso sería bueno para mi carrera en solitario. Si él quería seguir con Supertramp, perfecto, pero siempre y cuando esta fuese un vehículo para hacer su música. El acuerdo se rompió en 1988, cuando Rick tocó mis canciones en vivo. Ahí me puse muy bravo y me alejé de ellos.

Ya que menciona eso, sabemos que usted, en compañía de su hijo, asistió a unshowde Supertramp en 2002. ¿Qué sintió al ver que otro cantante interpretaba “Take the Long Way Home”?

Fue muy triste. A decir verdad, le mandé muchos mensajes a Rick en los que le pedía que por favor no tocara mis canciones. En esa presentación yo estaba como parte del público, por lo que ellos no sabían que yo me encontraba ahí; aparte de eso, fue muy lindo oír su nueva música, que me parece buena. De hecho, ese día les mandé una nota al

backstage en la que les decía que estaba en la audiencia y que si querían subía a cantar algo con ellos. Antes de que la nota llegara, sonó “Take the Long Way Home” y fue muy duro tanto para mí como para mi hijo Andrew, quien empezó a llorar al oír la interpretación que hicieron de mi canción. Toda la alegría por verlos tocando de nuevo se desvaneció con ese hecho. Fue como si me apuñalaran en el corazón.

¿Le gusta salir de gira por Suramérica?

En el 2000 fue la última vez que estuve allí y lo disfruté mucho. Si seguimos de gira en un año, espero pasar por Colombia, que es uno de los pocos países que aún no he visitado. El público latinoamericano es muy cálido. Me gusta visitarlos.

Discografía selecta

Supertramp

Crime of the Century (1974)

Supertramp

Crisis? What Crisis? (1975)

Supertramp

Even in the Quietest Moments (1977)

Supertramp

Breakfast in America (1979)

Supertramp

Paris (1980)

Supertramp

Famous Last Words (1982)

Roger Hodgson

In the Eye of the Storm (1984)

Roger Hodgson

Hai Hai (1987)

Roger Hodgson

Rites of Passage (1997)

Roger Hodgson

Open the Door (2000)

Banda sonora

“Dreamer”

“School”

“Take the Long Way Home”

“In Jeopardy” (Roger Hodgson)

“Lovers in the Wind” (Roger Hodgson)

“Crazy”

“Give a Little Bit”

“The Logical Song”

“Sister Moonshine”

“Babaji”

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