Satisfaction

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III. Más allá del 69 » Geddy Lee. Rush

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© Manuel Nauta / NurPhoto / AFP

 

 

Geddy Lee

Rush

(Toronto, Canadá, 1953)

Sprawling on the fringes of the city

In geometric order

An insulated border

In between the bright lights

And the far unlit unknown

Growing up it all seems so one-sided

Opinions all provided

The future pre-decided.

“Subdivisions” (Rush, 1982)

 

Rush es, tal vez, la banda de culto más importante del planeta, me atrevo a decir por encima de Kiss o AC/DC. No son afirmaciones exageradas de un seguidor fiel. La carrera de Rush se ha construido con la fuerza y determinación de tres músicos que decidieron jugársela por un estilo musical complejo e incomprendido, justo en el momento en que la relación con su casa disquera (Mercury) no era la mejor. Una movida que para fortuna del sello disquero salió bien, ya que Rush no tenía nada que perder. Era septiembre de 1975 y la banda acababa de lanzar su tercer álbum,

Caress of Steel. La prensa criticó fuertemente al grupo. Las ventas del disco fueron muy bajas y las presentaciones de la banda daban pérdida.

Han pasado 40 años de aquel episodio determinante para el futuro de Rush. Hoy, los mismos tres músicos que decidieron apostarle a un estilo musical disfrutan de las mieles del éxito. Son la banda de culto por excelencia, sus conciertos son multitudinarios, las entradas se agotan en un par de horas cuando se ponen a la venta.

Clockwork Angels (2012), su último trabajo en estudio, fue un álbum conceptual con el que retornaron a las raíces que inspiraron piezas claves en su discografía, como el álbum

2112 (1976). En palabras del bajista Geddy Lee, es un disco que está inspirado en el mundo en contra del mundo, en el estilo

steampunk, muy popular en los años ochenta.

El camino para convertirse en una de las bandas más importantes del planeta no fue fácil. Rush se formó en Willowdale, Ontario, suburbio de Toronto, gracias a la pasión del bajista Geddy Lee, hijo de inmigrantes judíos polacos, y Alex Lifeson, guitarrista de origen yugoslavo (serbio). Ambos compartían su gusto por la música desde la secundaria. Su vida transcurrió en función de tocar y promover sus primeras bandas, gracias al apoyo de sus padres. Led Zeppelin, The Who y Cream eran las principales influencias de ambos músicos. A Lee lo influenció especialmente el sonido de John Entwistle, bajista de The Who y pionero en llevar el bajo a ser un instrumento líder.

Por sugerencias de amigos en común incorporaron al baterista John Rutsey, quien participó en el disco debut, lanzado en 1973. Por problemas de salud, Rutsey debió dejar la banda a finales de ese año. La canción “Working Man” sonó en emisoras del norte de Estados Unidos, lo cual ayudó a que la banda consiguiera pronto un contrato con una disquera importante. “La gente pensaba que la canción era de Led Zeppelin y la pedían una y otra vez. Un

disc jockey de Cleveland fue el encargado de aclarar toda la situación y de hacer amplia referencia a Rush y nuestro país de origen. No podíamos desconocer que los ingleses fueron una gran influencia en nuestra música”.

Para el segundo álbum

Fly by Night, el primero que grabaron para el sello Mercury, Lee y Lifeson contrataron al baterista Neil Peart, un virtuoso e intelectual influenciado por bateristas de agrupaciones progresivas inglesas, como Yes, Genesis y King Crimson. Peart le dio a la banda no solo la fuerza de un músico superdotado, capaz de soportar la carga rítmica del grupo, sino la capacidad de adornar con color y dinamismo las composiciones, pues su amplio conocimiento de la literatura lo llevó a liderar la creación de letras para las canciones, incorporando temas que ni Lee ni Lifeson habrían imaginado tratar en sus canciones. Es 1975 y Rush se sumerge de lleno en el rock progresivo, dejando atrás su orientación por el hard rock.

Tras publicar álbumes excepcionales entre 1976 y 1979, como

2112, A Farewell to Kings y

Hemispheres, Rush entendió que con la llegada de la década de los ochenta su estilo musical debía evolucionar. No podían seguir componiendo trabajos conceptuales con canciones de quince minutos de duración si querían cautivar a más público. Si bien habían construido una buena reputación en Inglaterra y Estados Unidos, y tenían un grupo grande de seguidores, era de suma importancia adaptarse a los cambios en la industria y la música. El inicio del cambio llegó tras la publicación del álbum

Hemispheres, un complejo trabajo conceptual que se vendió poco. La canción “Spirit of the Radio”, incluida en el álbum

Permanent Waves (1980), es un buen ejemplo del nuevo enfoque que tomó Rush, condensando en tres minutos toda su esencia y energía. Fue el primer sencillo en entrar en listas radiales de Estados Unidos, lo cual le abrió un nuevo mundo a la banda. Le siguieron grandes obras, como

Moving Pictures,

Signals,

Grace Under Pressure y

Power Windows, trabajos sólidos que orientaron a la banda a una corriente con mayor uso de sintetizadores y experiencias melódicas.

En los noventa, Rush entendió nuevamente que debía reinventar su sonido, y esta vez se alejó de los sintetizadores para enfocar sus composiciones en sonidos más fuertes, experimentales, donde la guitarra y el sonido en vivo eran los protagonistas esenciales de esta etapa. De ese periodo quedaron trabajos excepcionales como

Roll the Bones (1991) y

Counterparts (1993), quizás el disco más ecléctico y heterogéneo de la discografía de Rush, pues apareció en un momento en el cual el rock alternativo de Nirvana y el heavy pop metal de Metallica, Aerosmith y Bon Jovi, mandaban en Norteamérica y en el medio; los canadienses, con dos temas que se colaron en listas radiales, dieron la pelea mediática, tan importante en una era en que MTV lideraba el consumo de música. Tres años más tarde, tras una gira que dejó muy buenos resultados, la banda presentó

Test for Echo, otro trabajo experimental que dio pistas del nuevo rumbo que quería tomar el grupo.

Durante la gira de

Test for Echo, la banda vivió en 1997 uno de los momentos más difíciles de su historia por cuenta de una tragedia personal del baterista Neil Peart, quien en el lapso de un año perdió a su esposa e hija en trágicas circunstancias. Un retiro forzoso y necesario llevó a Rush a estar alejado de su público durante cinco años. En 2002, con Neil Peart recuperado, retornaron a los escenarios con el clima propicio para ser la banda de culto más apetecida del planeta. Primero se presentaron en Rio de Janeiro ante más de 150.000 personas que fueron testigos del regreso del grupo durante la gira del álbum

Vapor Trails. Después actuaron en más de 60 países que cayeron rendidos a los pies de su majestad Rush. Para Geddy Lee fue uno de los momentos más especiales en toda su carrera, pues entendió que su banda finalmente obtenía el lugar en la historia que siempre ha merecido.

Snake and Arrows (2007) fue un álbum que marcó el regreso a los sonidos progresivos que han caracterizado a Rush desde mediados de los setenta. Tras el lanzamiento del álbum, la banda se mantuvo ocupada en gira tras gira, puesto que la demanda fue creciendo en Estados Unidos, razón por la cual cada nuevo álbum de Rush toma más tiempo de lo esperado. En esa misma línea conceptual y musical grabaron el álbum

Clockwork Angels (2012), otro trabajo que tardó más de lo esperado en salir por cuenta de los múltiples compromisos del grupo. Se grabó con el concepto de unidad y

no unidad, ya que si bien sus canciones corresponden a una idea central, con eje temático definido, también funcionan como piezas en solitario. “Headlong Flight”, “BU2B” y “Caravan” son algunos ejemplos de temas interpretados fuera del eje conceptual del disco.

Pocas bandas han conseguido tales propósitos en discos conceptuales. Pink Floyd con

The Wall, The Who con

Tommy, David Bowie y su genial

Ziggy Stardust son algunos ejemplos. En el álbum se percibe una mayor libertad en la manera como se interpretan los instrumentos, en gran parte porque Rush es una banda cuya esencia es tocar en vivo y se da el lujo de experimentar. Las letras reflejan la madurez de tres músicos conscientes de que el paso del tiempo también significa cambios en la forma de pensar o ver el mundo y eso debe quedar plasmado en las letras.

Rush: hombres trabajadores

Entrevista hecha en 2012

Al inicio de su carrera, la prensa siempre quiso encasillarlos en una corriente musical, pues no entendía el tipo de música que hacían…

Siempre fuimos una banda que navegó por su cuenta, sin la necesidad de recibir la legitimidad de los medios respecto del sonido o la música que hacíamos. Algunas veces nos veían como progresivos, otras como un grupo de heavy metal. Nos llegaron a confundir con Led Zeppelin. Es muy complicado ponernos en una categoría musical. O nos quieres o nos odias. Así es la relación con Rush.

¿En qué se benefició Rush con la llegada del baterista Neal Peart?

Además de un extraordinario ser humano y un virtuoso baterista, su principal aporte fue en composición. Necesitábamos trabajar en un concepto más serio, que encajara en la música que empezamos a componer a mediados del 75. Sentíamos que tocábamos por diversión, sin un norte definido. Queríamos tomar la música más seriamente y el bagaje cultural de Neil fue clave para conjugar buena música con buenas historias.

¿Antes de la llegada de Neil se sentían limitados como compositores?

Un poco. Neil nos introdujo en el mundo de la ciencia ficción o ciencia fantasía del rock. La literatura de J.R.R. Tolkien y la inspiración de bandas como Genesis fueron claves para darles vida a canciones como “The Necromancer” o “The Fountain of Lamneth”. Fue un salvavidas. Mira las letras de los primeros discos (risas).

Tras la publicación del álbumHemispheres, decidieron dejar atrás el rock progresivo y darle la bienvenida a la nueva década con un disco más cercano al pop, lleno de sintetizadores y canciones más cortas. ¿Por qué?

Hemispheres (1979) fue un disco denso. Habíamos llegado a un nivel de complejidad muy alto y creo que nos quemamos con la fórmula del álbum conceptual. La nueva década fue el momento justo para romper el molde y empezar a escribir películas más cortas. A la gente le gustó.

¿El nuevo enfoque musical que adoptaron en los ochenta les permitió ser más prolíficos en vivo?

Nos gusta estar de gira, tocar en vivo; de hecho, nuestro productor nos alienta a tocar cada vez más notas, en vez de menos, lo cual no es usual en su gremio. Nos dice todo el tiempo: “Si ustedes son músicos trabajadores, deben mantener su espíritu de tocar en vivo”. Es parte esencial de lo que somos, y de algún modo la década de los ochenta nos permitió conectarnos mejor con la audiencia. En los setenta nos veían como una banda de seres extraños en bata. Luego, en los ochenta, la imagen del grupo cambió, pero la seriedad y la buena música se mantuvieron.

A finales de los noventa el grupo vivió uno de los momentos más duros de su carrera por cuenta de una tragedia personal de Neil Peart. En 2002 Rush regresó por todo lo alto y era la banda del momento.

Volver de esa manera fue hermoso, porque nos percatamos de que nuestra música todavía tenía sentido para miles de personas y lo más importante, que había mucho por decir y aportar. Lo de Rio fue inolvidable y además revelador, pues no teníamos en cuenta a América Latina y justamente allí entendimos que nuestra música es universal.

Pasaron cinco años y lanzaron el monumental álbumSnake and Arrows, un disco que tardó más de lo esperado en salir…

El disco tardó en salir porque no esperábamos que el

tourTime Machine fuera tan exitoso. Cada vez había más presentaciones y compromisos que debíamos atender, lo cual era genial pero a la vez frustrante porque ya teníamos cinco canciones trabajadas para el nuevo disco y no sabíamos si resistirían el paso del tiempo. Cuando las revisamos en el otoño de 2011, nos dimos cuenta de que cuatro canciones funcionarían bien, pero había una que no nos convencía. La tuve que escribir tres veces hasta que encontramos el punto ideal,

El álbumClockwork Angelstiene ciertas similitudes con otros trabajos conceptuales, comoThe WalloTommy, que funcionan como unidad y por separado. ¿Lo pensaron de esa manera?

Con

Clockwork Angels teníamos claro que queríamos un disco conceptual muy diferente de

Hemispheres o

2112. Buscábamos canciones interconectadas pero no conectadas, lo suficientemente fuertes para mantenerse por sí solas. Un poco en la onda de

Tommy, es decir, un disco con una idea y un eje temático.

¿Qué inspiró las letras del álbumClockwork Angels?

En el álbum se cuenta la historia de un hombre que tiene un pie en el pasado y otro en el futuro. La historia está llena de

gadgets y maquinaria, y el concepto del disco gira en torno a la creencia de los seres humanos en que todo lo que pasa es por su bien. Pero en medio de un viaje por el tiempo, este personaje se percata de que los cambios no necesariamente nos cambian la vida.

Ustedes suelen improvisar todo el tiempo en vivo. ¿Esto influyó en la directriz musical del álbum?

La improvisación siempre ha desempeñado un papel clave en nuestros

shows, ya que recupera la libertad y el espíritu de los setenta. En la última gira, cada uno de nosotros tuvo su momento en solitario, un poco para dar un respiro al voltaje tan fuerte que implica un

show de Rush. Alex, Neil, cada uno tuvo su momento. Por lo general, se programa en la mitad del tema “Working Man”, que permite experimentar. Quise llevar al estudio esa energía en vivo, algo que no es fácil. Pero hay un par de canciones que logran captar esa idea, una de las cuales es “Carnies”.

Rush es una banda que en los últimos diez años ha pasado más tiempo de gira que en los estudios.

Nos encanta estar de gira, en parte porque eso permite entender el concepto de “músico trabajador” (

working man). Tocar en vivo es esencial en el desarrollo de la autoestima y la confianza del músico. En ese sentido, Alex se siente más cómodo que Neil, quien se ha vuelto muy hogareño, por lo que últimamente no le gusta mucho estar de gira. Pero lo que puedo decir es que tocar en vivo permite demostrar qué tan alto estás en la medida en que puedas estarlo. Por eso hay artistas que, a pesar de sus años, siguen tocando en vivo, como McCartney, Plant o The Who.

Discografía selecta

2112 (1976)

Hemispheres (1978)

Permanent Waves (1980)

Moving Pictures (1981)

Signals (1982)

A Show of Hands (1989)

Roll the Bones (1991)

Counterparts (1993)

Vapor Trails (2002)

Clockwork Angels (2012)

Banda sonora

“Working Man”

“La Villa Strangiato”

“The Spirit of the Radio”

“Tom Sawyer”

“Subdivisions”

“Red Sector A”

“Animate”

“Nobody’s Hero”

“One Little Victory”

“Caravan”

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