Sarah

Sarah


Capítulo 5

Página 6 de 7

Capítulo 5

Cuando Sarah llego a su nuevo lugar de residencia estaba convencida de que todo sería distinto de que lejos de Raúl todo iba a marchar mejor y que al no verlo ya no habría sentimientos vinculados a él. Se dispuso a salir adelante con su pequeño, a trabajar para darle lo mejor, lejos de todo. Él le mandaba mensajes preguntándole por su pequeño, ella amable se los respondía siempre respetuosa, no había más que decir, sólo eso informar sobre lo que los unía su hijo.

En el trabajo a Sarah le iba muy bien, cada día sus compañeros la admiraban por ser madre soltera y seguir sola, que a pesar de tener varios pretendientes ella seguía rechazando propuesta tras propuesta, le preguntaban si no pensaba rehacer su vida y ella simplemente decía que no, pues el único hombre en su vida era su pequeño, aunque en el fondo seguía pensando en Raúl, pero esa historia ya no iba a ser, ya no había más páginas en su libro para otro capítulo con él.

Sarah sólo se dedicaba a su hijo no salía a ningún lugar, pero ella siempre había tenido un gusto por bailar y añoraba tanto eso, poder salir un día a bailar, pero no tenía con quien dejar a su pequeño, así que esas ideas pronto se le iban de la cabeza. Un día de la nada le hablo su mamá (porque sí tenía madre sólo que no eran unidas) a ella le sorprendió la llamada de su mamá y más aún cuando le dijo que iría a visitarlos, pensó tal vez ocurrió algo, pero no, la madre sólo iba a verlos pues prácticamente desde que su pequeño había nacido sólo se habían visto en dos ocasiones.

Fue a la terminal de autobuses a recoger a su mamá y su pequeño siempre con ella, la mamá de Sarah se mostraba feliz de verlos, ella también, el pequeño Héctor Raúl apenas si la conocía, se fueron al departamento donde vivían, cenaron , platicaron amenamente y ahí vino la pregunta incómoda de la madre.

—Y ¿qué ha pasado con el papá de mi nieto, ya no piensan regresar? —esa pregunta era como sí a Sarah le hubieran removido algo por dentro, no supo que decir, tan sólo lágrimas cayeron por su cara, la madre se disculpó, Sarah le dijo que no había problema sólo que le iba a decir algo que ella no sabía y era que Raúl ya vivía con alguien más, la mamá la abrazó y le dijo ahora comprendo porque cambiaste de lugar de trabajo, pero no pasa nada la vida sigue y verás que un buen hombre llegara a tu vida, ella le dijo por el momento no pienso en eso, sólo en mi pequeño, la mamá estuvo sólo una semana con ellos y de ahí se regreso a su casa.

Otra vez se habían quedado solos, ella y su hijo, solos como siempre, pero unidos ante todo. Un día en su trabajo entró a esa red famosa Facebook y vio que tenía un mensaje filtrado, se preguntó quién será, le ganó la curiosidad y abrió el mensaje era de aquel primer novio que había tenido, aquel al que ella le había roto el corazón cuando apenas tenía 15 años, se sorprendió de que le escribiera y le respondió el mensaje, a partir de ese día se escribían continuamente, ella le comentó todo lo que había vivido, él le dijo que seguía solo y que sí ella la aceptaba él podía ser un papá para ese pequeño, pero ella lo rechazó, él le dijo que la entendía y no pasaba nada que seguiría insistiendo hasta que le dijera que sí.

El tiempo pasaba el pequeño hijo crecía, Raúl le mandaba mensajes esporádicamente, ella hablaba con Carlos ese exnovio de la adolescencia, ya tenían casi un año de hablar por Facebook, ya que este se encontraba en Estados Unidos de Norteamérica, como la mayoría de aquel país, se había ido a buscar un futuro mejor, él no había tenido la oportunidad de estudiar una carrera universitaria así que tuvo que partir dejando a su familia y ya tenía en aquel país más de 13 años, pero si Sarah le daba una oportunidad sin dudarlo se regresaría para estar con ella y su hijo.

Carlos fue persistente hasta que un día Sarah le dijo que sí, que aceptaba ser su novia a distancia pues estaban en países diferentes, él fue muy feliz a partir de ese momento, le dijo que tan sólo lo dejara estar un año más para poder reunir más dinero y así a su regreso establecer algún negocio que pudiera darles solvencia económica para no tener carencias, Sarah aceptó, ella en el fondo no sabía sí había hecho lo correcto pues seguía pensando en el papá de su hijo, pero ese ya tenía su vida hecha y ya no habría más hojas escritas para él.

Llegó un momento en el que Sarah se sintió convencida de que ya no amaba más a Raúl y que empezaba a enamorarse de Carlos ya que aún en la distancia este no dejaba de ser amable, cariñoso, respetuoso y de demostrarle que había hombres buenos capaces de dar todo por ella, todo marchaba bien hasta que por cuestiones de la empresa donde laboraba tuvo que regresar a Colombia pues de todo el personal ella era la que tenía más experiencia y la Jefa de recursos humanos no dudo en trasladarla.

¿Qué iba a pasar nuevamente? estaría cerca de Raúl, pero ella se dijo que ya no más, que Raúl era pasado, pero ¿y si no?

Raúl se enteró que ya estaban de regreso ella y su hijo, así que no dudo en ir a verlos pues ya tenía tiempo que no los veía. Fue a visitarlos, Sarah lo recibió con calma, se saludaron y el pequeño corrió a brazos de su papá, ya que Sarah nunca le había hecho un mal comentario de su papá, por el contrario le mostraba fotos y el pequeño conversaba con su papá vía telefónica que claro Sarah era la interlocutora pues él no hablaba del todo bien aún, convivieron tranquilamente, él se fue y Sarah se sintió rara, sería posible que siguiera amándolo, pero no eso ya no podía ser, ella tenía su relación a distancia ya tenía planes con Carlos, así que se dijo así misma ¡basta de pensar en tonterías!.

A las pocas horas de que Raúl se había ido, recibió un mensaje de este diciéndole que se veía muy guapa, que seguía igual que como el primer día que se conocieron, le dijo que la extrañaba pues ella siempre seria alguien especial en su vida, que era una gran mujer y que se moría de celos de pensar que pudiera estar con otro. Sarah quedó anonadada, ¿de que se trataba, que buscaba Raúl? porque decirle eso, porque irrumpir en su tranquilidad. Ella no le dijo nada excepto gracias y que cada quien tenía su vida, pero él le seguía haciendo cumplidos, hasta le propuso verla al día siguiente a solas, Sarah no sabía que hacer, sabía que eso no estaba bien pero en el fondo lo seguía amando y también quería estar con él.

Se vieron en un hotel ambos de alguna manera comprometidos, él más que ella, pero eso no importó para ser nuevamente el uno del otro. Ahora ¿qué iba a pasar? ¿sería ella su amante mientras Carlos regresaba? o ¿qué pasaría está vez? Raúl sí habló y le dijo —sé que no he sido el hombre que esperabas, que te he lastimado mucho y también a mi hijo de alguna manera, pero créeme que no soy malo, tan sólo confundido, he tomado las peores decisiones desde que nos separamos hace ya más de tres años, pero si quiero estar contigo y mi hijo, sólo dame tiempo. Sarah le dijo —¿tiempo?. ¿tiempo de qué? ya lo has tenido o no te ha bastado, él le dijo no es eso, pero no puedo dejarla a ella, así de la nada, ella dejó su país para venirse conmigo ya he lastimado a muchas personas como para seguir haciendo daño, Sarah le dijo —pero me lo haces a mi al seguir con ella, quien te entiende Raúl.

Raúl sólo la abrazó y le pidió tiempo, Sarah aceptó de alguna manera era lo que siempre había buscado, pero y Carlos ¿qué le diría a Carlos? ahora sería otra vez la mala, como decirle que ya no seguirían siendo novios, otra vez a romperle el corazón, no sabía que hacer, y se preguntaba en que lío se había metido ahora, cómo solucionar este embrollo.

Ahí estaba Carlos como cada noche escribiéndole amoroso, pero Sarah ya no fue la misma, Carlos lo notó y la interrogó, ella sólo le dijo que estaba cansada por el nuevo cambio que eso era todo, pero en realidad no sabía como dejarlo, pobre Carlos y que maldita Sarah por hacerle daño otra vez. Pasaron los días, Sarah se alejaba de Carlos y de alguna manera se acercaba más a Raúl, hasta que no pudo más y termino su relación con Carlos sin una razón aparente, él no se explicaba que había pasado si hasta planes de casarse habían hecho, Carlos no se resignaba a perderla, no otra vez, le suplicó, hasta llorando le pidió que regresara con él, pero esta fue determinante no y no, se sentía mal por haberlo herido, pero no hacía más que pensar en su relación con Raúl que no era más que de amantes, de promesas sin cumplir, donde ella daba cada día más y Raúl seguía sin dar casi nada, pero era lo que Sarah se había buscado, así que ahora que podía reclamar si aceptó todo lo que él le dijo, se veían por corto tiempo, siempre para culminar en sexo, a veces satisfactorio otras no tanto por la premura con la que Raúl llegaba. Carlos insistiendo por una oportunidad y ella dándole todas al otro, hasta dónde podía llegar el amor de Sarah por Raúl, hasta dónde una persona se puede rebajar y dejar usar por otra tan sólo por limosnas de “amor” y “sexo”, sexo que no la llenaba, que a veces la dejaba sintiéndose vacía, pero ¿por qué Sarah actuaba así? ¿dónde estaba ese amor propio? ¿qué era lo que pasaba por la mente de ella?.

Carlos seguía sin quitar el dedo del renglón tan sólo esperaba a que Sarah dijera que sí nuevamente para que se decidiera a volver, pero ella seguía cegada por ese supuesto amor que sentía por ese patán de Raúl, que no hacía más que seguir postergando su llegada con ella y su hijo, pero Sarah sentía que así debía ser, que ella tenía que esperar al papá de su hijo pues quería que su pequeño creciera con su papá y no al lado de alguien con quien no compartiera lazos sanguíneos, quizá tradicional o muy tonta, pero eso era lo que ella deseaba.

Pasaba el tiempo y entre Raúl y Sarah nada cambiaba los encuentros fortuitos, las promesas de este, las lágrimas de Sarah por sentirse usada, ahhhhh pero ¿de quién era la culpa? de ella que no se decidía a dejar eso y retomar su vida, pero más de una vez, enojada lo terminaba y al otro día regresaban como si nada hubiera pasado ¿qué poder tenía Raúl sobre Sarah que esta era incapaz de dejarlo, era necesario poner un alto, que Sarah se diera cuenta que ese hombre sólo jugaba con ella, porque ni él mismo se quería como iba a ser capaz de querer a alguien más y que mal que fuera así porque era el papá de su hijo y eso significaba que ni al pequeño lo quería, que podía pensar Sarah y que hacer para dejarlo de una vez por todas, ya era justo poner un alto sin sentir remordimiento, sin que esto la afectará tanto.

Su hijo ya tenía más de tres años y jamás había necesitado del papá, cada vez que el pequeño enfermó ella se desveló junto a él cuidándolo, nadie más que ella sabía que era pasar las noches en vela viendo que su hijo mejorara, sólo ella sabía los gustos de su hijo, sabía todo sobre él y Raúl que sabía apenas lo básico, lo que ella le contaba sobre él, realmente Raúl no era un papá para su hijo simplemente era un extraño más, entonces sí estaba consciente de esto por qué le costaba tanto alejarse de él, no lo entendía, su cabeza sabía que estaba mal que debía hacer algo, pero sus sentimientos le decían otra cosa. Quien ama a un hombre así, será que ella se castigaba por algo y sentía que merecía seguir sufriendo y por eso no lo dejaba. Porque estaba consciente del dolor que le provocaba cada vez que le decía hoy no te puedo ver porque eso significaba que estaba con su esposa.

Se atormentaba noche y día pensando en tomar la mejor decisión, al final él siempre seria padre del pequeño Raúl, así que ese vínculo entre ellos existiría y dependería de él que eso permaneciera pues tarde o temprano el pequeño crecería y sabría valorar a quien siempre estuvo y dejaría quizá al que permaneció siempre ausente, entonces no había más que hacer sólo tener la fuerza para dejar esa relación que no le daba nada más que tristezas y enojos.

Ella citó a Raúl y le dijo: —Te he citado aquí en un café para no sucumbir y terminar en sexo como siempre, esta vez vengo a hablar, a decir todo lo que he callado, basta Raúl, basta de que me sigas usando de tu juguete, hice y di todo lo que más pude pero todo tiene un límite y el mío llego, ya no puedo más seguir con esta relación, quizá te ame, pero debo amarme más a mi misma, ya no quiero enojarme ni estar triste, sólo quiero tener una vida tranquila con mi pequeño y dejar de pensar en tonterías, no sé qué buscabas realmente, pero ya no quiero más de eso, tal vez nunca fui lo que esperabas, no lo sé, lo único que sé es que me alejo porque quiero ser completamente feliz y no a medias. Tú decidiste hacer tu vida al lado de alguien más y he decidido respetar eso, espere mucho tiempo ya, pero algo te impide dejarla y creo que ninguna mujer merece ser la sombra de otra, por eso hoy decido dejarte y hacer mi vida a mi manera, te pido que sí algún día me extrañas no me busques ni me lo hagas saber porque quizá sea aún débil y vuelva a caer y ya no deseo eso, enfócate en tu vida y déjame hacer la mía, no quedo en mi, esperé, pero me cansé. —Se levantó sin dejar que Raúl dijera nada pues la iba a envolver en su palabrería. Sabía que no podía romper el lazo con su hijo, pero sin con ella.

Sarah caminó sin mirar atrás, se alejó del hombre que le había hecho el regalo más hermoso que alguien le pudiera dar, le dio a su hijo, pero también una vida de sufrimiento que no merecía. Con dolor se marchó, sus pasos apresurados la llevaron a refugiarse con el único hombre que nunca le fallaría, su pequeño, el verdadero amor de su vida. Por él estaba dispuesta a hacer feliz y a no volverse a dejar humillar por Raúl.

Su vida iba a continuar con él o sin éste, lo único que deseaba era estar tranquila y ser feliz sin atormentarse pensando en cosas que simplemente ya no tenían ninguna solución.

Ir a la siguiente página

Report Page