Putin

Vladimir

A los efectos de un análisis objetivo, sobre la evolución de la URSS y la actual RUSIA y sus dirigentes, en particular el actual líder Vladimir Putin, tendríamos que afrontar una tarea meticulosa, como obviamente ocurre casi siempre en política, pero quizás en este caso, resulta imprescindible una exigencia absoluta, para una mayor precisión.

El rigor científico, es casi una cuestión de vida o muerte, en el actual período destructivo del imperialismo, en la etapa superior del capitalismo, que como sistema dominante sigue imponiendo las condiciones.

Hoy Rusia ha perdido la unidad con las otras repúblicas socialistas soviéticas, y se encuentra en un proceso de reconversión capitalista, con ritmos desiguales y poco combinados, que sufre y disfruta los mismos "privilegios" de la timba financiera armamentista.

Siendo una de las grandes potencias armamentistas, es partícipe obligada de todo acto destructivo mundial y eso marca a sus dirigentes.

Sería incorrecto considerar que han desaparecido las contradicciones propias de la revolución bolchevique, porque eso es imposible, incluso a nivel mundial, aún hoy se mantienen, aunque con distintas formas, organizaciones políticas y dirigentes que expresan esas contradicciones.

Sin olvidar el carácter decadente y destructivo del mismo sistema capitalista y sin olvidar que Vladimir Putin fue elegido presiente en las elecciones presidenciales de 2018, con casi el 77% de los votos, ni que su carrera política se sustenta sobre su profesión de abogado y su carrera en la agencia de inteligencia soviética, el KGB (Comité para la Seguridad del Estado) y como director de su sucesor el SFS (Servicio Federal de Seguridad).

Capital Ficticio

Fue la punta de lanza, justamente, que empleó el imperialismo contra la revolución bolchevique, incluso antes de octubre del 17, durante la Primera Guerra Mundial.

Si hay que destacar una "cualidad" del capital ficticio, es su capacidad y versatilidad para ocultarse y hacerse invisible ante cualquier mirada, incluso atenta.

Capaz de usufructuar obras de caridad, como las Carmelitas Descalzas, para blanquear su enriquecimiento ilícito y criminal.

Evidentemente un dirigente que consigue mantenerse en la cúpula política internacional durante años, luego de realizar una carrera por distintos servicios de inteligencia, tiene que ser un especialista en la materia.

Conscientes de que nunca podremos llegar a la última de las muñecas, sino hasta después del triunfo de la Revolución Obrera Mundial, de todos modos, comprendemos la necesidad de la tarea.