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La periodista cubana, Linne Diéguez Solana(residente en Camaguey), compartió un escrito a través de sus redes sociales en la que ha hecho referencia a su sentir, que es el de muchos en la isla. Sus palabras nacen de la molestia de miles de cubanos a raíz del nuevo paquete de medidas anunciadas por el gobierno de Cuba que incluye la venta de alimentos, productos de aseo y ferretería en dólares. Estas son sus palabras de manera íntegra:

“Yo crecí siendo revolucionaria. Gritando consignas, saltando para no ser Yanqui, queriendo ser como el Ché y leyendo mucho a Martí. Yo crecí al frente de un colectivo de pioneros, dirigiendo en la FEEM y en la UJC. Fui militante del Partido a los 25 años... No creo que haya dejado de leer nada de lo que se publicó en Cuba del Realismo Socialista y estuve desde la primaria en la radio, en la televisión, en congresos... Yo defendí -con fervor- las conquistas de la Revolución, porque me hablaron de un país para todos, sin exclusiones, sin limitaciones por clases sociales,donde contábamos todos. Yo salí con mi pulover del Ché en marchas y caravanas hacia Tribunas Abiertas porque creía de corazón en la utopía de un mundo mejor donde mi pueblo trabajaría, forjaría y decidiría su propio futuro. Yo me hice periodista para ser látigo y flor, y decir la verdad de frente, y atacar lo mal hecho para ayudar a perfeccionar nuestra sociedad. Yo crecí en el Con todos y para el bien de todos, despreciando a gobiernos anteriores donde los pobres miraban con tristeza vitrinas que no se podían permitir. Donde los latifundistas les pagaban tan poco a los trabajadores que el salario no les alcanzaba para nada. Yo creí, soñé, confié... Y no puedo entender que hoy necesite cosas elementales que no están a mi alcance porque no tengo a nadie que me ponga en la tarjeta dinero del enemigo que quemé en las fiestas del CDR en forma de muñecón. Yo no tengo a ninguna persona de esas que no creyeron, ni soñaron y mucho menos confiaron, que me envíe dinero. "Nos engañaron", me dijo hace un par días un amigo que se fue, y yo me encogí de hombros y salí a buscar a un revendedor justo después de contestarle: "no, peor, nos traicionaron".

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