Pinochet

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Notas

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[75] El historiador Jorge Magasich ha subrayado que una evidencia de la «sumisión» de las Fuerzas Armadas chilenas a la ideología de la Guerra Fría fue la modificación del juramento que hacían sus miembros. El redactado en 1939 por el gobierno del Frente Popular proclamaba: «Orgulloso de ser chileno, prometo por mi honor de soldado, acatar la Constitución, las leyes y las autoridades de la República; juro, además, amar y defender con mi vida la Bandera de mi Patria, símbolo de esta tierra nuestra y expresión de libertad, justicia y democracia».

En cambio, el instaurado en 1952 por la Administración de González Videla suprimió el compromiso con la República y la democracia, introdujo la expresión confesional «por Dios» y minimizó la noción de sumisión a la ley para destacar la de obedecer órdenes. Este juramento, aún vigente, dice: «Yo juro por Dios y por esta Bandera servir fielmente a mi Patria ya sea en mar, en tierra o en cualquier lugar hasta rendir la vida si fuese necesario. Cumplir con mis deberes y obligaciones militares conforme a las leyes y reglamentos vigentes. Obedecer con prontitud y puntualidad las órdenes de mis superiores y poner todo mi empeño en ser un soldado valiente, honrado y amante de mi patria». Magasich, Jorge, Allende, la UP y el Golpe, Santiago de Chile, Editorial Aún creemos en los sueños, 2013, pp. 53-55.

[76] Historia del Ejército de Chile. Tomo IX. El Ejército después de la II Guerra Mundial (1940-1952), Estado Mayor General del Ejército de Chile, Santiago de Chile, 1985, pp. 85-86. Esta obra, integrada por diez volúmenes, fue elaborada tras una orden dictada por Pinochet en 1977 y empezó a publicarse en 1980.

[77] Fischer (1999), pp. 254-255.

[78] Reyes, Humberto Julio, La formación de un militar en el siglo XX, Santiago de Chile, Editorial Biblioteca Americana, 2008, p. 75.

[79] Varas, Augusto et al., Chile. Democracia. Fuerzas Armadas, Santiago de Chile, Flacso, 1980, pp. 89-90.

[80] Joxe, p. 103.

[81] Desde 1956, la Escuela de las Américas impartía solo cursos en español y por sus aulas pasaron entre 1961 y 1977 más de treinta y tres mil militares latinoamericanos. Garzón Real, Baltasar, dir., Operación Cóndor. 40 años después, Buenos Aires, Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, Categoría II Unesco, 2016, pp. 31-32.

[82] Varas et al. (1980), pp. 89-90.

[83] «La inmensa cantidad de oficiales, suboficiales y empleados civiles que viajaron a especializarse con el Ejército de Estados Unidos produjo cambios trascendentales al interior del Ejército, ya que el hecho de estar en contacto directo con personas de este país, de visitar en terreno distintas unidades o instalaciones, de presenciar directamente maniobras y ejercicios o participar personalmente en periodos de instrucción y entrenamiento, se tradujo en una modificación en la forma de pensar y ejecutar las tareas propias de la actividad militar. A lo anterior, se deben sumar los efectos que tuvo en el personal la llegada de nuevo material de guerra a Chile, ya que en cantidad y calidad superaban largamente lo que poseía la institución, lo que permitió incrementar el grado de motivación y conocimientos profesionales, al existir a partir de este hecho los medios materiales para ejercer plenamente la profesión de las armas». González Martín, Alberto, La últi- ma influencia. Efectos de la ayuda militar norteamericana en el Ejército de Chile después de la II Guerra Mundial, Biblioteca del Oficial del Ejército de Chile, Santiago de Chile, 2006, p. 153.

[84] Herrera, Luis, «Los militares como un eslabón en la cadena de dominación norteamericana en América Latina», Chile-América, n.º 28-30, Roma, febrero-abril de 1977, pp. 37-40.

[85] Cien Águilas, Santiago de Chile, 1972. Página no numerada.

[86] Gill, Lesley, Escuela de las Américas. Entrenamiento militar, violencia política e impunidad en las Américas, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005, pp. 111-112.

[87] Pinochet fue alumno de la Academia de Guerra entre 1949 y 1951 y profesor en 1952, 1954, 1955 y desde el 2 de enero de 1964 hasta el 17 de enero de 1968. En 1986, en el prólogo al libro institucional elaborado con motivo de su centenario, escribió: «Imbuidos del genio de los conductores militares, disciplinados en el método y con gran dedicación al estudio, los oficiales especialistas de Estado Mayor han aportado al Ejército todo su acervo profesional sin otro lema que el de “ser, más que parecer”, constituyéndose en el prototipo del soldado que está al servicio del más noble de los ideales. La vida centenaria del instituto de más alta excelencia académica en el Ejército, junto a su pléyade de insignes maestros, ha brindado y brinda al país la seguridad de que esta Institución pueda contar con un cuerpo de oficiales de Estado Mayor altamente capacitado e idóneo en las disciplinas del arte militar, cautelándose así la brillante tradición guerrera de un Ejército siempre vencedor y jamás vencido». Ejército de Chile, Aca- demia de Guerra. 1886-1986, Santiago de Chile, 1986, p. 1.

[88] Pinochet Ugarte (1990), p. 124.

[89] En la promoción anterior (1948-1950) los capitanes Jaime Ferrer, Mario Delgado y Francisco Gorigoitía ocuparon los tres primeros puestos. En la promoción 1960-1962, el capitán Manuel Contreras logró el primer puesto. Ejército de Chile, Historia de la Academia de Guerra. 1886-1996, Santiago de Chile, Instituto Geográfico Militar, 1996, p. 140.

[90] Alma de soldado, p. 117.

3. El ascenso hacia la cima

[1] Cien Águilas, n.º 42, Santiago de Chile, julio de 1952, pp. 19-20.

[2] Citado en: Azócar, Pablo, Pinochet. Epitafio para un tirano, Madrid, Popular, 1999, pp. 53-54.

[3] Cien Águilas, n.º 43, Santiago de Chile, diciembre de 1952, p. 3.

[4] Su nombramiento se publicó varios meses después: Boletín Oficial del Ejército, Santiago de Chile, 11 de mayo de 1953, Anexo, p. 840.

[5] Pinochet Ugarte (1979), p. 39.

[6] La Gaceta, Arica, 11 de junio de 1953, p. 3.

[7] Ejército de Chile (1986), p. 103.

[8] Lagos, Ricardo, Mi vida. De la infancia a la lucha contra la dictadura, Debate, Santiago de Chile, 2014, p. 87. En sus memorias, el expresidente Lagos no menciona aquella coincidencia. Tampoco Pinochet en su autobiografía.

[9] Pinochet Ugarte (1979), p. 39.

[10] Así nos lo informó en marzo de 2018 Ivana Peric, jefa de gabinete del decano, por correo electrónico. También nos indicó que una funcionaria de la secretaría de estudios de la facultad recuerda que hacia 1983 o 1984 Pinochet hizo un homenaje a Benjamín Cid, profesor de Derecho Romano en los años cincuenta.

[11] Boletín de la Academia Chilena de la Historia, n.º 86, Santiago de Chile, 1972, pp. 188-190.

[12] Ejército de Chile (1986), p. 106.

[13] Arancibia Clavel, Roberto, La influencia del Ejército chileno en América Latina. 1900-1950, Santiago de Chile, CESIM, 2002, pp. 250-252.

[14] Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Fondo Histórico, vol. 4329.

[15] Arancibia Clavel (2002), p. 252.

[16] Antecedentes remitidos entonces por la Dirección de Personal del Ejército, Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Fondo Histórico, vol. 4329.

[17] El Cronista, Santiago de Chile, 19 de octubre de 1975, p. 32.

[18] Farfán, Claudia y Vega, Fernando, La familia. Historia privada de los Pinochet, Santiago de Chile, Debate, 2009, p. 217.

[19] Arancibia Clavel, Roberto (2002), pp. 254-258.

[20] En numerosos currículos oficiales de Augusto Pinochet se cita como una de sus primeras obras publicadas una titulada Manual de Informa- ciones, Servicio de Informaciones o El Servicio de Información, en referencia a aquel texto que preparó en Quito. Sin embargo, no se conserva un libro de su autoría con este título —con depósito legal e inscripción de la propiedad intelectual— en ninguna biblioteca de Chile o de Ecuador, donde hicimos las consultas pertinentes a través del diplomático chileno Abraham Quezada. Tampoco en la Fundación Presidente Augusto Pinochet Ugarte, según nos informó el 26 de septiembre de 2017, por correo electrónico, su gerente, Roberto Mardones.

[21] Moraga, Javiera, «La historia no oficial», Qué Pasa, Santiago de Chile, 29 de noviembre de 1997, pp. 16-22.

[22] Farfán y Vega, p. 196.

[23] Pinochet Ugarte (1990), pp. 158-159.

[24] Moraga, Javiera, «La historia no oficial», Qué Pasa, Santiago de Chile, 29 de noviembre de 1997, pp. 16-22.

[25] Sierra, Malú, «Los Pinochet», Paula, Santiago de Chile, septiembre de 1974, pp. 52-59.

[26] Pozo Barceló et al., pp. 32-35.

[27] Farfán y Vega, pp. 206-208.

[28] Véase, por ejemplo, el reportaje «El otro hijo de Pinochet», La Na- ción, Santiago de Chile, 24 de noviembre de 2007, en Lanacion.cl, <http://lanacion.cl/2007/11/24/el-otro-hijo-de-pinochet/>.

[29] Boletín Oficial del Ejército, Santiago de Chile, 12 de julio de 1959, p. 1332.

[30] Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Fondo Histórico, vol. 5301.

[31] El Mercurio de Antofagasta, Antofagasta, 3 de febrero de 1961, p. 1.

[32] Pinochet Ugarte (1990), p. 165.

[33] Véase este trabajo: Casals Araya, Marcelo, La creación de la amenaza roja. Del surgimiento del anticomunismo en Chile a la «campaña del terror» de 1964, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2016.

[34] Estado Mayor General del Ejército de Chile, Datos biográficos del Ca- pitán General Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, p. 3. Consultado en el Archivo General del Ejército de Chile.

[35] Pinochet Ugarte (1990), pp. 168-169.

[36] Garay Vera, Cristián, «En un entorno difícil: la existencia de la Academia de Guerra entre 1947 y 1970», en Alejandro San Francisco, ed., La Academia de Guerra del Ejército de Chile 1886-2006. Ciento veinte años de historia, Santiago de Chile, Centro de Estudios Bicentenario, 2006, pp. 143-169.

[37] Pinochet Ugarte (1990), pp. 167-169.

[38] Marras (1988), pp. 42-44.

[39] Pinochet Ugarte (1990), p. 170.

[40] Piuzzi Cabrera, José Miguel, Los militares en la sociedad chilena. 1891- 1970. Relaciones civiles-militares e integración social, tesis doctoral, Universidad Pontificia de Salamanca, Madrid, 1994, p. 757. Consultada en la Sala de Criminología de la Biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.

[41] Pinochet marcó sus libros con un exlibris compuesto por su nombre y dos apellidos bajo la imagen de una mujer alada que sostiene una antorcha y se apoya en un escudo heráldico con sus iniciales (APU) y la efigie, más lejana, de un árbol.

[42] Pinochet Ugarte, Augusto, «Síntesis geográfica de Chile», Revista de Infantería, n.º 222, San Bernardo, septiembre-octubre de 1950, pp. 93-133. Pinochet Ugarte, Augusto, «Síntesis geográfica de la República del Perú», Revista de Infantería, n.º 223, San Bernardo, noviembre-diciembre de 1950, pp. 67-90.

[43] Peña (2015), pp. 71-73.

[44] La colección casi completa de esta publicación puede consultarse en línea en el Centro de Estudios e Investigaciones Militares, en Cesim. cl, <http://www.cesim.cl/Publicaciones/Memorial.aspx>.

[45] Pinochet Ugarte, Augusto, «Introducción al estudio de la Geografía Militar», Memorial del Ejército de Chile, n.º 297, Santiago de Chile, julio-agosto de 1960, pp. 57-72. En este artículo, a partir de las definiciones de varios autores y de la Academia de Guerra, construyó su propia explicación de la materia: «Geografía Militar es una rama de la Geografía General, especializada en el análisis geográfico militar de una zona, de un país o de un hecho geográfico (de ubicación en el espacio, físico, humano o económico) para deducir de él, con la debida antelación, cuáles serían las ventajas o los inconvenientes que presentan para una actividad bélica, ya sea para aprovecharlos, eludirlos o paliarlos».

[46] Pinochet Ugarte, Augusto, «Sabotaje y contrasabotaje en la guerra», Memorial del Ejército de Chile, n.º 303, Santiago de Chile, julio-agosto de 1961, pp. 24-32.

[47] Pinochet Ugarte, Augusto, «Significado militar de las relaciones espaciales», Memorial del Ejército de Chile, n.º 317, enero-febrero de 1964, pp. 31-53.

[48] Por ejemplo, en 1968 el teniente coronel Agustín Toro y el mayor Manuel Contreras publicaron un artículo acerca de la rivalidad chinosoviética y, sobre todo, del desarrollo de la guerra en Vietnam. Entre sus conclusiones sobre este último conflicto señalaron que los norteamericanos «han aprendido la lección al dejar de lado la política de tratar de ganar la buena voluntad y el corazón de la población del Vietnam». Y de manera muy significativa subrayaron: «La guerra de guerrillas se gana matando guerrilleros y conquistando a sangre y fuego sus guaridas, sometiendo a estricta vigilancia a la población que es la base de la cual la guerrilla vive y crece». Toro, Agustín y Contreras, Manuel, «Panorama político-estratégico del Asia Sur-oriental», Me- morial del Ejército de Chile, n.º 344, Santiago de Chile, julio-agosto de 1968, pp. 45-67. Durante la dictadura, Agustín Toro ascendió a general de división y fue ministro de Minería en 1975 y rector delegado de la Universidad de Chile entre 1976 y 1979.

[49] Peña (2015), p. 80.

[50] Apsi, Santiago de Chile, 29 de agosto de 1988, pp. 10-15.

[51] Cauce, Santiago de Chile, 9 de octubre de 1984, pp. 38-39.

[52] Este libro aún es «materia de consulta» en el proceso de formación de los nuevos oficiales del Ejército de Chile. Peña (2015), pp. 61-68 y 81-91.

[53] Quiroga y Maldonado, p. 150. Recomendamos también este análisis de su Geopolítica: Cavalla Rojas, Antonio, La geopolítica y el fascismo dependiente, México DF, Casa de Chile en México, 1978, pp. 76-85.

[54] En 1936, el partido nazi definió la Geopolitik así: «Es la ciencia de los fundamentos territoriales y raciales que determinan el desarrollo de los pueblos y de los estados». El general Karl Haushofer, fundador del Instituto Geopolítico de Munich, fue juzgado por el Tribunal de Nuremberg, aunque fue absuelto. Cuéllar Laureano, Rubén, «Geopolítica. Origen del concepto y su evolución», Revista de Relacio- nes Internacionales de la UNAM, n.º 113, México DF, mayo-agosto de 2012, pp. 59-80.

[55] Pinochet Ugarte, Augusto, Geopolítica, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1974, p. 61.

[56] Quiroga y Maldonado, pp. 143-152.

[57] Roitman Rosenmann, Marcos, Tiempos de oscuridad. Historia de los golpes de Estado en América Latina, Madrid, Akal, 2013, p. 139.

[58] Viera Gallo, José Antonio, «Esquema analítico de la ideología de la Junta militar chilena: Un fascismo dependiente», Chile-América, n.º 8-9, Roma, julio de 1975, pp. 33-41.

[59] Fischer (1999), p. 256.

[60] North, Liisa, «Los militares en la política chilena», Revista Mexicana de Sociología, vol. XXXVII, n.º 2, México DF, abril-junio de 1975, pp. 475-507.

[61] Cavalla Rojas, Antonio, «La estrategia militar norteamericana durante la Guerra Fría», Estudios Político Militares, n.º 5, Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad ARCIS, Santiago de Chile, primer semestre de 2003, pp. 5-36.

[62] Rojas, Jaime y Viera-Gallo, José Antonio, «La Doctrina de Seguridad Nacional y la militarización de la política en la América Latina», Chi- le-América, n.º 28-30, Roma, febrero-abril de 1977, pp. 41-54.

[63] García, Prudencio, El drama de la autonomía militar. Argentina bajo las juntas militares, Madrid, Alianza Editorial, 1995, pp. 39-40.

[64] Westad, Odd Arne, La Guerra Fría. Una historia mundial, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2018, pp. 371-372.

[65] Tapia Valdés, Jorge A., El terrorismo de Estado: la Doctrina de Segu- ridad Nacional en el Cono Sur, México DF, Editorial Nueva Imagen, 1980, pp. 125-130.

[66] Bawden, John R., «Observadores atentos: el análisis militar chileno de conflictos periféricos, 1965-1971», Revista del Centro de Estudios de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, n.º 5, Bruselas, 2010, pp. 65-74, en Johnrbawden.files.wordpress.com, <https:// johnrbawden.files.wordpress.com/2013/08/observadoresatentos. pdf>.

[67] Boletín Oficial del Ejército, Santiago de Chile, 12 de mayo de 1969.

[68] Pinochet Ugarte (1990), p. 191.

[69] El Tarapacá, Iquique, 1 de febrero de 1969, p. 3.

[70] El Tarapacá, Iquique, 2 de abril de 1969, p. 1.

[71] El Tarapacá, Iquique, 4 de abril de 1969, p. 1.

[72] El Tarapacá, Iquique, 13 de abril de 1969, p. 3.

[73] El Tarapacá, Iquique, 13 de agosto de 1969, p. 1.

[74] Valdivia (2006), pp. 157-196.

[75] Arriagada, Genaro, La política militar de Pinochet, Santiago de Chile, Imprenta Salesianos, 1985, pp. 40-41.

[76] Varas, Florencia, Conversaciones con Viaux, Santiago de Chile, Impresiones Eire, 1972, pp. 11-13.

[77] Torres Dujisin, Isabel, La crisis del sistema democrático: las elecciones presidenciales y los proyectos políticos excluyentes. Chile, 1958-1970, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2014, pp. 291-292.

[78] Arriagada (1985) pp. 38-46.

[79] North, pp. 475-507.

[80] Prats González, Carlos, Memorias. Testimonio de un soldado, Santiago de Chile, Pehuén, 2014, pp. 124-125 y 169.

[81] En sus memorias, el general Pinochet no ofreció ninguna información de lo tratado en este tipo de reuniones, todo lo contrario que Carlos Prats, cuya autobiografía —protegida tras su asesinato en 1974 y publicada de manera primorosa, con la editorial Pehuén, por sus hijas Sofía, María Angélica y Cecilia en marzo de 1985— tiene un valor incalculable para los historiadores.

[82] Prats González, pp. 130-131.

[83] El Mercurio, Santiago de Chile, 8 de mayo de 1970, p. 25.

[84] Prats González, pp. 137-138.

[85] Pinochet Ugarte (1990), p. 205.

[86] Archivo del Servicio Electoral de la República de Chile. Amorós (2013), p. 533.

[87] El Tarapacá, Iquique, 6 de septiembre de 1970, p. 1.

[88] En sus memorias escribió también sobre aquellos hechos con su mesianismo característico: «Han pasado los años y al analizar hoy la elección del señor Allende con mente fría y tranquila parece evidente, una vez más, la mano misteriosa y sabia de la Divina Providencia que guía los destinos de los Estados como invisible timonel. Este aserto lo baso en que, si Allende no hubiera sido Presidente de la República el año 1970, es posible que el país no llegara a tener la experiencia de los sufrimientos que provoca el marxismo, dura prueba que lo hizo madurar y despertar en el curso de esos tres años; pero que lamentablemente se olvida». Pinochet Ugarte (1990), p. 205.

[89] Amorós (2013), pp. 288-292.

[90] Prats González, pp. 151-152.

[91] Garcés (1996), p. 141.

[92] «Me alegré que fuera él quien sucediera al general Schneider en el mando del Ejército. Era un hombre muy capaz; lo conocía desde tiempos mozos de la Escuela Militar y siempre le había guardado bastante afecto...», aseguró en sus memorias. Pinochet Ugarte (1990), p. 209.

[93] Prats González, pp. 170-172.

[94] Prats González, pp. 173-175.

[95] Boletín Oficial del Ejército, Santiago de Chile, 11 de enero de 1971.

[96] El Tarapacá, Iquique, 29 de diciembre de 1970, p. 1.

4. Comandante en jefe del Ejército

[1] Boletín Oficial del Ejército, 1 de febrero de 1971. Anexo al Boletín Oficial del Ejército n.º 5, p. 314. El coronel Herman Brady le relevó al frente de la VI División.

[2] En 2006, Moy de Tohá describió así aquella vivienda: «Vivían en una casa precaria, muy chiquita, como todas las de los generales (...) estaba en un pasaje donde había puras casas de militares de rango coronel y general. Yo fui una vez, no recuerdo por qué. Tenía un pequeño vestíbulo con un arrimo de ónix con bronce. A mano izquierda estaba el living, decorado con terciopelo rojo. Lo recuerdo muy bien porque era un poco rojo todo. El comedor estaba separado por una cortina. En esa oportunidad la Lucía me hizo pasar al escritorio para entregarme cajitas con frasquitos. Tenía una mesa y un librero pequeño. El segundo piso no lo conocí, pero me imagino que estaba compuesto por tres dormitorios y un baño. No más que eso. Esa era su casa. Los militares tenían una vida muy sobria: sus casas eran muy de clase media chilena (...) como la de cualquier trabajador de la administración pública». The Clinic, Santiago de Chile, 14 de diciembre de 2006, pp. 14-15.

[3] Patria Nueva, n.º 2, Santiago de Chile, marzo-abril de 1971. Dos páginas no numeradas. Desde enero de 1971 hasta agosto de 1973 circuló esta revista, autodefinida como «magazine con las más amplias y mejores informaciones y los gráficos de actualidad de las Fuerzas Armadas de Chile», que hizo un notable esfuerzo por transmitir a estas instituciones el programa y la acción del gobierno de la Unidad Popular.

[4] Pinochet Ugarte (1990), p. 220.

[5] La Nación, Santiago de Chile, 5 de abril de 1971, p. 5.

[6] El Siglo, Santiago de Chile, 5 de abril de 1971, p. 4.

[7] Patria Nueva, n.º 2, Santiago de Chile, marzo-abril de 1971. Cinco páginas sin numerar.

[8] Valdivia, Verónica, «“Todos juntos seremos la historia: Venceremos”. Unidad Popular y Fuerzas Armadas», en Julio Pinto Vallejos, coord., Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005, pp. 177-206.

[9] Soto, Hernán, «El Gobierno de Allende y las Fuerzas Armadas», en Miguel Lawner et al., eds., Salvador Allende. Presencia en la ausencia, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2008, pp. 129-149.

[10] Martner, Gonzalo, comp., Salvador Allende. 1908-1973. Obras escogi- das, Santiago de Chile, Centro de Estudios Políticos Latinoamericanos Simón Bolívar y Fundación Presidente Allende (España), 1992, pp. 323-350.

[11] Así se aprecia en una fotografía que se conserva en el archivo de la Fundación Salvador Allende, incluida en el pliego de imágenes de este libro.

[12] Debray, Régis, La crítica de las armas, Madrid, siglo XXI, 1975, p. 283.

[13] El decreto llevaba la firma del presidente y de los ministros José Tohá (titular de Interior) y Alejandro Ríos Valdivia (Defensa). Patria Nue- va, n.º 4, Santiago de Chile, junio de 1971, p. 53.

[14] Toro, Carlos, Memorias. La Guardia muere, pero no se rinde... mierda, Santiago de Chile, Partido Comunista de Chile, 2007, p. 347.

[15] El Mercurio, Santiago de Chile, 15 de junio de 1971, p. 17.

[16] Urrutia, Rosa y Lanza, Carlos, Catástrofes en Chile. 1541-1992, Santiago de Chile, La Noria, 1993, pp. 349-353.

[17] Patria Nueva, n.º 5, Santiago de Chile, julio de 1972. Tres páginas sin numerar.

[18] Kornbluh, Peter, Los EE.UU. y el derrocamiento de Allende. Una histo- ria desclasificada, Santiago de Chile, Ediciones B, 2003, pp. 203-204.

[19] Bonnefoy, Pascale, «Pinochet quería “eliminar” a Allende en 1972», El Mostrador, 13 de noviembre de 2000, en Elmostrador.cl, <www. elmostrador.cl>.

[20] Memorial del Ejército de Chile, n.º 363, Santiago de Chile, septiembre-octubre de 1971, pp. 3-4.

[21] Pinochet Ugarte (1990), p. 231.

[22] Amorós, Mario, Miguel Enríquez. Un nombre en las estrellas. Biografía de un revolucionario, Santiago de Chile, Ediciones B, 2014, p. 170.

[23] Entrevista de Juan Jorge Faundes a Alejandro Ríos Valdivia. Cauce, Santiago de Chile, 22 de octubre de 1985, p. 24.

[24] Oyarzún (1999), pp. 127-128.

[25] Después de participar en la candidatura de Alessandri, el 10 de septiembre de 1970 Pablo Rodríguez fundó, junto con otros connotados personajes de ideología fascista y catolicismo integrista —entre ellos, Jaime Guzmán—, el Movimiento Cívico Nacional Patria y Libertad, cuyo primer objetivo fue impedir la elección de Allende en el Congreso Pleno. El 1 de abril de 1971, este abogado creó el Movimiento Nacionalista Patria y Libertad, heredero del anterior, que jugó un papel central en la desestabilización social y la conspiración contra el gobierno constitucional. Tras el golpe de Estado, algunos de sus miembros, como Michael Townley, se incorporaron a la DINA.

[26] Power, Margaret, La mujer de derecha. El poder femenino y la lucha contra Salvador Allende, 1964-1973, Santiago de Chile, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2008, p. 188.

[27] Clarín, Santiago de Chile, 3 de diciembre de 1971, p. 4.

[28] Molina Johnson, Carlos, Chile: Los militares y la política, Santiago de Chile, edición especial y restringida para el personal del Ejército de Chile, Estado Mayor General del Ejército, 1989, p. 165.

[29] El Siglo, Santiago de Chile, 3 de diciembre de 1971, p. 6.

[30] Puro Chile, Santiago de Chile, 5 de diciembre de 1971, pp. 1 y 24.

[31] Con la firma del presidente Allende y del ministro Ríos Valdivia, el ascenso se publicó en el Anexo al Boletín Oficial del Ejército el 24 de enero de 1972.

[32] Cavalla Rojas (1978, Organización y...), p. 36.

[33] Whelan, James R., Desde las cenizas. Vida, muerte y transfiguración de la democracia en Chile. 1833-1988, Santiago de Chile, Zig-Zag, 1995, p. 1.022.

[34] La acción del Ejército en la liberación de Chile (Historia inédita), Santiago de Chile, Empresa Editora Nacional Gabriela Mistral, 1974, p. 13.

[35] Boletín de la Academia Chilena de la Historia, n.º 86, Santiago de Chile, 1972, pp. 188-190.

[36] Puro Chile, Santiago de Chile, 13 de octubre de 1972, p. 21.

[37] El Mercurio, Santiago de Chile, 4 de febrero de 1973, p. 5.

[38] Patria Nueva, n.º 4, Santiago de Chile, junio de 1972. Cuatro páginas sin numerar.

[39] Pinochet Ugarte (1990), pp. 244-245.

[40] Bonnefoy, Pascale, «Pinochet quería “eliminar” a Allende en 1972», El Mostrador, 13 de noviembre de 2000, en Elmostrador.cl, <www. elmostrador.cl>.

[41] Matus (2013), pp. 95-97.

[42] Pinochet Ugarte (1990), pp. 245-247.

[43] En la portada del número de noviembre de 1972 de la revista Patria Nueva se lee: «3 pilares que sostienen a Chile». Y aparecen las imágenes de tres columnas de la arquitectura clásica: sobre la de la izquierda se aprecian tres imágenes de las Fuerzas Armadas; en la del centro fotografías de Allende, Pinochet —comandante en jefe subrogante del Ejército en aquel momento— y sus pares de la Armada, la FACh y Carabineros; y en la columna de la derecha una fotografía de la movilización popular.

[44] Ercilla, Santiago de Chile, 29 de noviembre de 1972, p. 12.

[45] El Mercurio, Santiago de Chile, 3 de noviembre de 1972, p. 13.

[46] Patria Nueva, n.º 21, Santiago de Chile, noviembre de 1972. Página sin numerar.

[47] El Siglo, Santiago de Chile, 7 de noviembre de 1972, p. 9.

[48] La Nación, Santiago de Chile, 7 de noviembre de 1972, p. 8.

[49] Sus palabras finales ante las Naciones Unidas fueron especialmente recordadas en octubre de 1998, cuando se conoció la detención de Pinochet en Londres: «Cientos de miles de chilenos me despidieron con fervor al salir de mi patria y me entregaron el mensaje que he traído a esta Asamblea mundial. Estoy seguro que ustedes, representantes de las naciones de la tierra, sabrán comprender mis palabras. Es nuestra confianza en nosotros lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, con la certeza de que esos valores tendrán que prevalecer. ¡No podrán ser destruidos!». Martner, pp. 626-652.

[50] Pablo Neruda. Discursos y recuerdos del Premio Nobel de Literatura de 1971, Santiago de Chile, Fundación Pablo Neruda, 2011, pp. 27-39.

[51] Testimonio de Sofía Prats, en Milos, Pedro, ed., Chile 1973. Los meses previos al Golpe de Estado, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad Alberto Hurtado, 2013, pp. 164-165.

[52] Boletín Oficial del Ejército, n.º 1, Santiago de Chile, 2 de enero de 1973, p. 1.

[53] La Nación, Santiago de Chile, 31 de diciembre de 1972, p. 6.

[54] La Tercera, Santiago de Chile, 12 de abril de 1973, p. 12. En noviembre de aquel año, Pinochet designó al general Canales como embajador en Líbano.

[55] PEC, Santiago de Chile, 11 de mayo de 1973, p. 3.

[56] Marras, Sergio, Palabra de soldado, Santiago de Chile, Las Ediciones del Ornitorrinco, 1989, pp. 11-51.

[57] Power, pp. 253-254.

[58] Prats González, pp. 333-334.

[59] Sáenz Rojas, Orlando, Testigo privilegiado, Santiago de Chile, Erasmo Ediciones, 2016, pp. 130-132.

[60] Patria Nueva, n.º 26, Santiago de Chile, abril de 1973. Página sin numerar.

[61] La Segunda, Santiago de Chile, 28 de mayo de 1973, p. 1. En sus memorias, Pinochet dedicó varias páginas a explicar este episodio. Pinochet Ugarte (1990), pp. 256-260.

[62] Vial (2002), tomo I, p. 172.

[63] En su artículo 22, el texto de la Constitución Política actualizado a 31 de mayo de aquel año señalaba: «La fuerza pública está constituida única y exclusivamente por las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros, instituciones esencialmente profesionales, jerarquizadas, disciplinadas, obedientes y no deliberantes». Varas et al. (1980), p. 85.

[64] Chile Hoy, n.º 55, Santiago de Chile, 29 de junio de 1973, pp. 32, 28 y 29.

[65] García Ferrada, Patricio, ed., El tancazo de ese 29 de junio, Santiago de Chile, Quimantú, 1973, p. 51. Algunos grupos de civiles estuvieron involucrados en aquella sublevación, como los principales dirigentes de Patria y Libertad, entre ellos el abogado Pablo Rodríguez Grez y Benjamín Matte —presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura hasta dos meses antes—, quienes optaron por refugiarse en la embajada de Ecuador. Fuentes W., Manuel, Memorias secretas de Patria y Libertad, Santiago de Chile, Grijalbo, 1999, pp. 261286. El Tanquetazo dejó veintidós personas muertas —entre ellas el camarógrafo de televisión argentino Leonardo Henrichsen— y una treintena de heridos. Mires, Fernando, La rebelión permanente. Las revoluciones sociales en América Latina, México DF, siglo XXI, 1988, p. 368.

[66] Pinochet Ugarte (1990), p. 262.

[67] Qué Pasa, Santiago de Chile, 6 de julio de 1978, pp. 12-16.

[68] Farías, Víctor, La izquierda chilena (1969-1973). Documentos para el estudio de su línea estratégica, tomo 6, Santiago de Chile, Centro de Estudios Públicos, 2000, pp. 4771-4776.

[69] El Partido Demócrata Cristiano solo condenó aquella sublevación militar cuando hubo fracasado y entonces Aylwin aseguró que repudiaban «cualquier golpe de Estado, venga de donde venga». Ni siquiera en aquellas circunstancias tan dramáticas el PDC atenuó su hostilidad hacia el gobierno, puesto que impidió en el Congreso Nacional que pudiera declarar el estado de sitio en todo el territorio nacional ante el temor de que otros regimientos intentaran quebrantar la legalidad. Por su parte, el Partido Nacional ya había declarado el 16 de junio que Allende había dejado de ser el presidente constitucional y que las Fuerzas Armadas no tenían por qué respetar a un gobierno ilegítimo. Corvalán Márquez, Luis, Los partidos políticos y el golpe del 11 de septiembre, Santiago de Chile, CESOC, 2000, pp. 323-328.

[70] Bitar, Sergio, Chile 1970-1973. Asumir la historia para construir el futuro, Santiago de Chile, Pehuén, 1996, pp. 365-366.

[71] Esta entrevista fue reproducida en: La Opinión, Buenos Aires, 12 de septiembre de 1973, p. 2.

[72] En la entrevista que concedió a la periodista Alejandra Matus, Moy de Tohá señaló que Pinochet lloró delante de ellos cuando su esposo dejó el Ministerio de Defensa. Matus (2013), pp. 98-99.

[73] Entrevista a Moy de Tohá. Archivo del autor.

[74] Análisis, Santiago de Chile, 13 de marzo de 1984, pp. 28-29.

[75] Azócar, pp. 88-89.

[76] Entrevista a Carolina Tohá. Archivo del autor.

[77] Prats González, p. 411.

[78] Silva Henríquez, Raúl, Memorias, Santiago de Chile, Ediciones Copygraph, 2009, pp. 269-275.

[79] Oyarzún (1999), pp. 129-130.

[80] Garcés, Joan E., Orlando Letelier: Testimonio y vindicación, Madrid, siglo XXI, 1995, pp. 41-42.

[81] Prats González, pp. 424-425.

[82] Oyarzún (1999), p. 131.

[83] Varas, Florencia, Gustavo Leigh. El general disidente, Santiago de Chile, Aconcagua, 1979, pp. 122-123.

[84] El Siglo, Santiago de Chile, 24 de agosto de 1973, p. 9.

[85] El Mercurio, Santiago de Chile, 25 de agosto de 1973, p. 33.

[86] El 30 de agosto de 1973, el semanario derechista Qué Pasa publicó sendas entrevistas con el general César Ruiz y Gustavo Leigh. Este último declaró que aún creía posible «reconciliar» a los dos «núcleos» de chilenos «separados por el odio».

[87] La Nación, Santiago de Chile, 27 de agosto de 1973, pp. 12-13.

[88] Vea, Santiago de Chile, 30 de agosto de 1973, pp. 14-15.

[89] Algunos fundamentos de la intervención militar en Chile. Septiembre de 1973, Santiago de Chile, Empresa Editora Nacional Gabriela Mistral, 1974, pp. 13-19.

[90] Arancibia Clavel, Patricia et al., Jarpa. Confesiones políticas, Santiago de Chile, La Tercera-Mondadori, 2002, p. 190.

[91] Farías (2000), pp. 4996-5006.

[92] Por ejemplo, el 18 de julio de 1999, en una entrevista concedida durante su detención en Londres, respondió con estas palabras a la pregunta de cuál fue el «factor decisivo» que les decidió a sublevarse contra el gobierno constitucional: «Fue precisamente ese acuerdo de la Cámara de Diputados que emplazó literalmente a las Fuerzas Armadas para que pusieran término a los atropellos del Estado de Derecho que denunciaba...». El Mercurio, Santiago de Chile, 18 de julio de 1999, Cuerpo C, p. 2.

[93] Briones, Ramón y Bosselin, Hernán, «40 años del acuerdo de la Cámara que declaró la ilegitimidad del Gobierno de Allende», El Mos- trador, Santiago de Chile, 23 de agosto de 2013, en Elmostrador.cl, <https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2013/08/23/40-anosdel-acuerdo-de-la-camara-que-declaro-la-ilegitimidad-del-gobiernode-allende/>.

[94] Crisis, n.º 4, Buenos Aires, agosto de 1973, pp. 37-44.

5. El puñal en la espalda

[1] González, Mónica, La conjura. Los mil y un días del Golpe, Santiago de Chile, Ediciones B, 2000, pp. 181-182.

[2] Prats González, p. 370.

[3] Apsi, Santiago de Chile, 9 de septiembre de 1985, p. 12.

[4] García de Leigh, Gabriela, Leigh. El general republicano, Santiago de Chile, Ediciones GGL, 2017, pp. 52-54.

[5] El Mercurio, Santiago de Chile, 7 de septiembre de 2003, Cuerpo D, pp. 2-4.

[6] Soto, Hernán y Villegas, Sergio, Archivos secretos. Documentos des- clasificados de la CIA, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1999, pp. 17-29.

[7] Harmer, Tanya, El Gobierno de Allende y la Guerra Fría interamerica- na, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad Diego Portales, 2013, p. 309.

[8] El 11 de septiembre envió varios telegramas a su gobierno celebrando la instalación del régimen militar en Chile. Burns, Mila, Dictatorship across borders: the Brazilian influence on the overthrow of Salvador Allen- de, ponencia presentada en el Congreso de LASA (Latin American Studies Asociation) celebrado en 2014 en Chicago, en Esd.anepe.cl, <http://esd.anepe.cl/wp-content/uploads/2014/11/art6.pdf>.

[9] De hecho, Pablo Rodríguez, quien después del fracaso del Tanquetazo se refugió en la embajada de Ecuador, entró clandestinamente a Chile en un helicóptero de la Fuerza Aérea por la Araucanía y el 10 de septiembre, cerca de Temuco, concedió una entrevista a Radio Cooperativa, cuyo contenido fue recogido al día siguiente por los principales diarios del país.

[10] Moniz Bandeira, Luiz Alberto, Fórmula para el caos. La caída de Salvador Allende (1970-1973), Santiago de Chile, Debate, 2008, pp. 497-499. «Derrocaremos al Gobierno de la Unidad Popular sea como sea. Si es necesario que haya miles de muertos los habrá. Necesitamos la ayuda de las Fuerzas Armadas. Ellas tienen que participar en esto. Nosotros estamos seguros de que lo harán porque de otra manera no tendremos los resultados esperados», advirtió Roberto Tieme, jefe de operaciones de Patria y Libertad, a finales de agosto de 1973. González Pino, Miguel y Fontaine Talavera, Arturo, eds., Los mil días de Allende, tomo I, Santiago de Chile, Centro de Estudios Públicos, 1997, p. 805.

[11] Díaz Nieva, José, Patria y Libertad. El nacionalismo frente a la Unidad Popular, Santiago de Chile, Centro de Estudios Bicentenario, 2015, pp. 303-304.

[12] Arancibia Clavel, Patricia, Conversando con Roberto Kelly V. Recuerdos de una vida, Santiago de Chile, Editorial Biblioteca Americana, 2005, pp. 145-147.

[13] Hobsbawm, Eric, «El asesinato de Chile», en Leslie Bethell, ed., ¡Viva la Revolución! Eric Hobsbawm sobre América Latina, Barcelona, Crítica, 2018, pp. 435-440.

[14] PEC, Santiago de Chile, 7 de septiembre de 1973, p. 3.

[15] García de Leigh, pp. 75-76.

[16] Ramos Albornoz, pp. 108-109.

[17] Ahumada, Eugenio et al., Chile. La memoria prohibida, vol. I, Santiago de Chile, Pehuén, 1989, pp. 55-56. A fines de los años cuarenta, Orlando Letelier estudió en la Escuela Militar durante tres años, antes de matricularse en la facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

[18] Dorfman, Ariel, Más allá del miedo: el largo adiós a Pinochet, Madrid, siglo XXI, 2002, p. 156.

[19] Prats González, p. 433.

[20] Resumen Mensual Iberoamericano. Septiembre de 1973. Chile. Compendio de noticias sobre América Latina de periodicidad mensual que elaboraba el Centro de Documentación Iberoamericana del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, con la agencia France Press como fuente. Puede consultarse en la Biblioteca Hispánica de la Agencia Española de Cooperación Internacional, en Madrid.

[21] Garcés (1995), p. 25.

[22] Jara, Joan, Víctor. Un canto inconcluso, Santiago de Chile, Fundación Víctor Jara, 1993, p. 240.

[23] Resumen Mensual Iberoamericano. Septiembre de 1973. Chile.

[24] Prats González, p. 445.

[25] La noche del 3 de agosto en una casa de Puente Alto, en la periferia de Santiago, los secretarios generales del Partido Socialista y del MIR, Carlos Altamirano y Miguel Enríquez, se reunieron con un grupo de marineros, encabezados por el sargento segundo Juan Cárdenas, que les revelaron que en la Armada se estaba gestando un golpe de Estado. Tres días después, de madrugada, este suboficial y sus compañeros fueron detenidos, acusados por su institución de participar en un «movimiento subversivo» apoyado por «elementos extremistas». De inmediato, la prensa conservadora y la oposición emprendieron una campaña para acusar a Altamirano, Enríquez y Óscar Garretón —secretario general del MAPU— de promover la infiltración en las Fuerzas Armadas para preparar un «autogolpe» de la izquierda. Mientras, en el cuartel Silva Palma de Valparaíso aquellos militares democráticos eran torturados, preludio de lo que sucedería allí y en más de mil lugares de todo Chile a partir del 11 de septiembre.

[26] Carvajal, Patricio, Téngase presente, Santiago de Chile, Ediciones Arquén, 1993.

[27] Cosas, Santiago de Chile, 15 de julio de 1996, pp. 43-47.

[28] El Mercurio, Santiago de Chile, 7 de septiembre de 2003, Cuerpo D, pp. 2-4.

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