Pinochet

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Notas

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[29] Arellano Iturriaga, Sergio, Más allá del abismo. Un testimonio y una perspectiva, Santiago de Chile, Editorial Proyección, 1985, p. 47.

[30] Prats González, pp. 445-446.

[31] Gazmuri, Cristián, La persistencia de la memoria. Reflexiones de un civil sobre la Dictadura, Santiago de Chile, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana y Ril Editores, 2000, pp. 14-15.

[32] Corvalán, Luis, De lo vivido y lo peleado. Memorias, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1997, p. 153.

[33] Garcés, Joan E., Allende y la experiencia chilena. Las armas de la polí- tica, Barcelona, Ariel, 1976, pp. 352-353.

[34] Merino, José Toribio, Bitácora de un almirante. Memorias, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1999, pp. 225-226. En infinidad de ocasiones hasta el día de hoy, desde diversas perspectivas ideológicas —incluso desde la izquierda—, se ha responsabilizado en parte del golpe de Estado a Carlos Altamirano por aquel discurso del 9 de septiembre de 1973. Es una imputación injusta y, por tanto, merece recordarse también el discurso que pronunció el 17 de septiembre de 1972, en un teatro de Santiago durante un acto organizado por el Partido Socialista, en las vísperas de la conmemoración del aniversario de la independencia nacional y del día de las Glorias del Ejército. En aquel discurso el senador Altamirano exaltó la historia nacional y la contribución de los verdaderos patriotas —O’Higgins, Balmaceda, Schneider, Allende— y denunció la actitud de la oposición y las injurias contra las Fuerzas Armadas, el gobierno y el presidente. «Por eso para nosotros, compañeros, el papel del Ejército es al revés de lo que suponen estos reaccionarios: crece y se dignifica en la medida en que crecen nuestra libertad y nuestra soberanía. El pueblo chileno, junto a nuestras Fuerzas Armadas, defenderán esta segunda Independencia, impidiendo cualquier acto de sedición que pretendan hacer el imperialismo y sus aliados dentro de nuestro país.» Patria Nueva, Santiago de Chile, octubre de 1972. Once páginas sin numerar.

[35] Huidobro Justiniano, Sergio, Decisión naval, Valparaíso, Imprenta de la Armada, 1989, pp. 235-238.

[36] Pérez Carrillo, David, La fronda militar: El 11 de septiembre, p. 147, Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Chile, Documento de trabajo, n.º 82, Santiago de Chile, 2006. Disponible en línea, <https://es.slideshare.net/foralliebsch/la-fronda-militar-11-sept-73>.

[37] Merino, 228-229.

[38] González Camus, Ignacio, El día en que murió Allende, Santiago de Chile, CESOC, 1993, p. 97.

[39] Valenzuela, Arturo, El quiebre de la democracia en Chile, Santiago de Chile, Flacso, 1989, pp. 262-263.

[40] Kornbluh, Peter, Pinochet: los archivos secretos, Barcelona, Crítica, 2004, p. 108.

[41] Rouquié, Alain, El Estado militar en América Latina, Buenos Aires, Emecé, 1984, p. 272.

[42] Garcés (1995), pp. 3-4 y 44-46.

[43] Garcés (1976), pp. 355-356.

[44] Pinochet Ugarte (1990), pp. 285-288. En estas páginas, sus memorias son una copia mimética de El día decisivo.

[45] Bitar, p. 368. El presidente Allende pospuso su discurso para el día siguiente, a las once de la mañana, en el Foro Griego de la Universidad Técnica del Estado, cuando tenía previsto visitar la exposición Por la vida... siempre y dialogar con los estudiantes y trabajadores de esta casa de estudios. La Nación, Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973, p. 8.

[46] Arancibia Clavel y Balart Páez (2006), p. 144.

[47] La Nación, Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973, p. 24.

[48] Pinochet Ugarte (1990), pp. 285-288.

[49] Garcés (1976), p. 367.

[50] Entrevista a Miria Contreras. «Mis últimas horas con el presidente Allende», Bohemia, n.º 36, La Habana, 6 de junio de 1974, p. 50.

[51] Tal vez ocho años después de la publicación del primer volumen de sus memorias, tras su detención en Londres la noche del 16 de octubre de 1998, hubiera corregido esta afirmación.

[52] El 13 de septiembre, Pinochet mandó un helicóptero a buscarles. Qué Pasa, Santiago de Chile, 30 de noviembre de 1973, pp. 35-37. Según su hija Lucía, había ordenado al coronel a cargo del regimiento que, si fracasaba el golpe de Estado, les enviara a Argentina. Musia, Rosa, Lucía Pinochet, una mujer valiente, Santiago de Chile, Maye, 2008, p. 48.

[53] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1974, p. 2.

[54] Cavallo, Ascanio y Serrano, Margarita, Golpe. 11 de septiembre de 1973, Santiago de Chile, Aguilar, 2003, pp. 71 y 101.

[55] El 9 de septiembre, Pinochet había enviado a Orlando Urbina —segunda antigüedad del Ejército— a Temuco en comisión de servicio urgente, ya que no confiaba en que se sumara al golpe de Estado. También hizo saber a los conjurados que, si el 11 de septiembre no llegaba a su puesto de mando, Bonilla ocuparía su lugar y los generales que le antecedían en el escalafón —Urbina, Manuel Torres, Ernesto Baeza y Rolando González— deberían pasar a retiro. García de Leigh, p. 81.

[56] Pinochet Ugarte (1990), p. 289.

[57] El almirante Raúl Montero abandonó formalmente el cargo el 13 de septiembre de 1973. Véase la entrevista que María Olivia Mönckeberg le hizo dieciséis años después. La Época, Santiago de Chile, 8 de octubre de 1989, pp. 8-10.

[58] Entrevista a Moy de Tohá. Archivo del autor.

[59] Martner, pp. 669-671.

[60] Verdugo, Patricia, Interferencia secreta. 11 de septiembre de 1973, Santiago de Chile, Sudamericana, 1998, pp. 79 y 112.

[61] Garretón, Manuel Antonio et al., Por la razón sin la fuerza. Análisis y textos de los bandos de la dictadura militar, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1998, pp. 59-61. Barros ha subrayado que aquellos bandos dictados por los golpistas carecían de fundamento constitucional, puesto que, según el Código de Justicia Militar, solo podían emplearse en tiempo de guerra y para gobernar a las tropas y los habitantes de los territorios ocupados. Barros, Robert, La Junta militar. Pinochet y la Constitución de 1980, Santiago de Chile, Sudamericana, 2005, p. 68.

[62] Tres días después, treinta y cinco «prisioneros de guerra», entre los que figuraban José Tohá, Jaime Tohá, Orlando Letelier, Clodomiro Almeyda, Sergio Bitar, Carlos Matus, Fernando Flores, José Cademártori, Aníbal Palma, Edgardo Enríquez, Carlos Jorquera, Osvaldo Puccio y su hijo, Enrique Kirberg, Hernán Soto, Miguel Lawner, Daniel Vergara, Alfredo Joignant, Hugo Miranda y Carlos Lazo, fueron conducidos a la isla Dawson, en el estrecho de Magallanes, donde unas semanas después arribó también el secretario general del Partido Comunista, Luis Corvalán. Vuskovic, Sergio, Dawson, Madrid, Ediciones Michay, 1984, p. 131.

[63] José Toribio Merino (La Serena, 1915) ingresó en la Escuela Naval en 1931. En 1936 hizo su primer viaje de instrucción en el petrolero Maipo hasta San Francisco. En 1943 pasó al acorazado Latorre como oficial de división. En 1952 fue comandante de la corbeta Papudo y entre 1954 y 1955 realizó el curso regular de Estado Mayor en la Academia de Guerra Naval, en la que en 1961 se desempeñó como instructor. Entre 1964 y 1969 fue subjefe del Estado Mayor General de la Armada. Al año siguiente fue designado comandante en jefe de la Escuadra y en 1972 comandante en jefe de la Primera Zona Naval.

[64] Gustavo Leigh (Santiago, 1920) egresó como alférez de aviación en 1940. En los años siguientes fue segundo comandante del Grupo 11, comandante del Grupo 10, secretario general de la Fuerza Aérea, director de la Escuela de Aviación y jefe del Estado Mayor General de su institución.

[65] César Mendoza (Santiago, 1918) ingresó en la Escuela de Carabineros en 1939. Estuvo destinado en Molina, Talca y San Bernardo y en 1961 se graduó en el Instituto Superior de Carabineros. Posteriormente, fue enviado a Valparaíso, Concepción y Santiago. En 1970 ascendió a general y en 1973 fue designado jefe del Departamento de Bienestar de la Dirección General de Carabineros.

[66] Pinochet, Augusto, Camino recorrido. Memorias de un soldado, tomo 2, Santiago de Chile, Instituto Geográfico Militar, 1991, pp. 18-19.

[67] Vidaurrázaga Manríquez, Ignacio, Martes once. La primera resistencia, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2013, p. 196.

[68] Federico Willoughby, secretario de prensa de la Junta hasta febrero de 1976, ha escrito que el 11 de septiembre de 1973 por la noche, acordaron que la presidencia fuera rotativa por periodos de dos años. Willoughby-MacDonald, Federico, La guerra. Historia íntima del po- der en los últimos 55 años de política chilena. 1957-2012, Santiago de Chile, Mare Nostrum, 2012, p. 162.

[69] Constable, Pamela y Valenzuela, Arturo, Una nación de enemigos. Chile bajo Pinochet, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad Diego Portales, 2013, p. 37.

[70] Arriagada, Genaro, Por la razón o la fuerza. Chile bajo Pinochet, Santiago de Chile, Sudamericana, 1998, p. 24.

[71] De Masi, Piero, Santiago. 1 de febrero de 1973 - 27 de enero de 1974, Madrid, Cuadernos del Laberinto, 2017, pp. 106-112. De Masi era el encargado de negocios de la embajada de Italia en septiembre de 1973.

[72] Peña (2015), p. 98.

[73] Puga, Álvaro, El mosaico de la memoria, Santiago de Chile, Editorial Maye, 2008, pp. 161-165.

[74] La Tercera, Santiago de Chile, 30 de diciembre de 1979, p. 21.

[75] Ercilla, Santiago de Chile, 13 de marzo de 1974, pp. 11-17.

[76] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 8 de agosto de 1974, p. 7.

[77] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1974, pp. 2-3.

[78] La Tercera, Santiago de Chile, 24 de agosto de 1975, pp. 4-5. En esta entrevista ya destacó la trascendencia del Tanquetazo e incluso relató un hecho que no había contado antes ni tampoco repitió después: «Por eso cuando vine con las tropas del Buin al centro de Santiago y uno de los comandantes me dijo: “Mi general, llegó el momento”, le respondí: “Esperemos mejor. Hay que saber qué está pasando...”».

[79] Ercilla, Santiago de Chile, 7 de septiembre de 1977, pp. 6-15.

[80] Peña (2015), pp. 130-135. En enero de 1980, a los pocos días de la aparición de El día decisivo y de agotarse su primera edición de diez mil ejemplares, dos periodistas le preguntaron quién era la persona que lo entrevistaba. «Un fantasma, un fantasma...», respondió entre risas. Finalmente zanjó la cuestión: «... son las preguntas e inquietudes que se haría usted o se hace cualquiera de las personas ante un pasaje de la historia nacional». Cosas, Santiago de Chile, 3 de enero de 1980, pp. 12-15.

[81] La Segunda, Santiago de Chile, 19 de diciembre de 1979, p. 5.

[82] La Tercera, Santiago de Chile, 11 de enero de 1980, p. 14.

[83] Oyarzún (1999), pp. 116-117 y 123-126.

[84] Archivo Nacional de Chile, Ministerio del Interior, vol. 17484.

[85] La asistencia económica proporcionada por Estados Unidos a la dictadura chilena entre 1974 y 1976 a través de organismos multilaterales fue de 628 millones de dólares, mientras que en el periodo 1971-1973 había sido de 67 millones. Arriagada (1998), p. 37.

[86] Kornbluh (2004, edición en español), pp. 138-150.

[87] Archivo de la Fundación Nacional Francisco Franco, doc. 21953, Rollo 176.

[88] Entrevista a Pablo Zepeda. Archivo del autor.

[89] González Camus (1993), pp. 396-399.

[90] Herrero A., Víctor, Agustín Edwards Eastman. Una biografía descla- sificada del dueño de El Mercurio, Santiago de Chile, Debate, 2014, pp. 396-397.

[91] Véase su declaración en: Algunos fundamentos de la intervención mi- litar en Chile, p. 67. En octubre de 1973, junto con otras cuatro personas, Urrutia Manzano representó a la Junta militar en la toma de posesión de Juan Domingo Perón como presidente de Argentina. Gallardo Silva, Mateo, Íntima complacencia. Los juristas en Chile y el golpe militar de 1973. Antecedentes y testimonios, Santiago de Chile, Frasis Editores y El Periodista, 2003, p. 19. En 2013, con motivo del cuadragésimo aniversario del golpe de Estado, la Asociación Nacional de Magistrados del Poder Judicial de Chile, que reúne al 70% de los jueces, difundió una declaración en la que pidió «perdón» a «las víctimas, a sus deudos y a la sociedad chilena» por haber desistido durante la dictadura «de la ejecución de sus deberes más elementales e inexcusables». El País, Madrid, 6 de septiembre de 2013, p. 6.

[92] Matus, Alejandra, El libro negro de la justicia chilena, Santiago de Chile, Planeta, 1999, p. 226.

[93] Resumen Mensual Iberoamericano. Septiembre de 1973. Chile.

[94] El Mercurio, Santiago de Chile, 13 de septiembre de 1973, p. 6.

[95] Tribuna, Santiago de Chile, 21 de septiembre de 1973, p. 2.

[96] La Tercera, Santiago de Chile, 20 de septiembre de 1973, p. 10.

[97] Aylwin, Patricio, El reencuentro de los demócratas. Del golpe al triunfo del No, Santiago de Chile, Ediciones B, 1998, p. 20.

[98] Aylwin, pp. 31-32.

[99] Tomic. Testimonios, Santiago de Chile, Emisión, 1988, pp. 467-469.

[100] La Tercera, Santiago de Chile, 18 de septiembre de 1973, p. 8.

[101] Retamal Ávila, Julio, Aylwin: La palabra de un demócrata, Santiago de Chile, Planeta, 1990, pp. 258-265.

[102] Abc, Madrid, 10 de octubre de 1973, pp. 33-35.

[103] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 11 de octubre de 1973, p. 20. Para el contenido de aquella reunión desde la perspectiva de la dictadura, véase: Acta n.º 19 de la Junta militar, de 10 de octubre de 1973.

[104] Pinochet de la Barra, Óscar, sel., Eduardo Frei M. Obras Escogidas. 1931-1982, Santiago de Chile, Centro de Estudios Políticos Latinoamericanos Simón Bolívar, 1993, pp. 500-519.

[105] De Masi, pp. 106-112.

[106] Valenzuela, Arturo, «Los militares en el poder: la consolidación del poder unipersonal», en Paul W. Drake e Iván Jaksic, eds., El difícil camino hacia la democracia en Chile. 1982-1990, Santiago de Chile, Flacso, 1993, pp. 57-144.

[107] Garretón (1998), p. 11. Sin embargo, Pinochet y sus asesores no se dieron cuenta de algo tan importante como lo que explicó el abogado de derechos humanos Eduardo Contreras: «Cuando el dictador decretó el “estado de guerra” el 12 de septiembre de 1973 para justificar las masacres de los consejos de guerra no imaginó que con ello hacía aplicables los Convenios de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra». Entrevista a Eduardo Contreras del autor. Tiempo, Madrid, 26 de junio de 2000, p. 48. A partir de 1999, con los avances en la lucha contra la impunidad, estos Convenios permitieron avanzar en el enjuiciamiento de los represores.

6. El imperio del terror

[1] Miguel Lawner, militante del Partido Comunista, estuvo preso en la isla Dawson, la Academia de Guerra Aérea, Ritoque y Tres Álamos, hasta que en 1975 salió al exilio en Dinamarca. Véase su bellísimo libro: La vida a pesar de todo, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2003.

[2] Acta n.º 1 de la Junta militar, de 13 de septiembre de 1973.

[3] Acta n.º 2 de la Junta militar, de 13 de septiembre de 1973.

[4] Así lo relata un destacado escritor y diplomático que entonces se hallaba en Roma. Uribe, Armando, Memorias para Cecilia, Santiago de Chile, Lumen, 2016, p. 474.

[5] Prats González, pp. 450-451.

[6] Análisis, Santiago de Chile, 13 de marzo de 1984, pp. 28-29.

[7] Acta n.º 3 de la Junta militar, de 16 de septiembre de 1973.

[8] La Tercera, Santiago de Chile, 17 de septiembre de 1973, p. 7.

[9] Silva Henríquez, p. 499.

[10] La Tercera, Santiago de Chile, 18 de septiembre de 1973, pp. 1 y 24.

[11] Cavallo, Ascanio, Los Te Deum del cardenal Silva Henríquez en el régimen militar, Santiago de Chile, Ediciones Copygraph, 1988, pp. 13-18.

[12] Brodsky, Roberto, «La foto de Pinochet», en Benjamín Mayer Foulkes y Francisco Roberto Pérez, eds., Tráficos, México DF, Editorial 17, 2013, pp. 305-312.

[13] Saís D., Paola, «El general y el fotógrafo», La Tercera, Santiago de Chile, 1 de septiembre de 2013. En Latercera.com, <https://www. latercera.com/noticia/el-general-y-el-fotografo/>. Este vídeo contiene casi once minutos del The Deum del 18 de septiembre de 1973 y en diversos momentos se distingue a Chas Gerretsen tomando fotografías, <https://www.youtube.com/watch?v=B4MgFjG6vcI>. El negativo de esta icónica imagen se conserva en el Museo Fotográfico de Holanda, en Rotterdam.

[14] Pinochet Ugarte (1991), pp. 23-25.

[15] Acta n.º 8 de la Junta militar, de 24 de septiembre de 1973.

[16] Comunicación, publicación del Centro Nacional de Comunicación Social, México DF, 28 de septiembre de 1973, p. LA-10.

[17] Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 38.

[18] La Tercera, Santiago de Chile, 29 de septiembre de 1973, p. 8.

[19] Chile-América, n.º 1, Roma, septiembre de 1974, p. 11.

[20] Transcripción de la conferencia de prensa del 9 de octubre de 1973. Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 39.

[21] El Mercurio, Santiago de Chile, 10 de octubre de 1973, pp. 15 y 19.

[22] A su regreso a Chile, el cardenal declaró que Pablo VI les había urgido a continuar su acción pastoral: «Libertad ante cualquier Gobierno, defensa de los derechos humanos de todo hombre e impulsar y apoyar las conquistas sociales y económicas de los trabajadores». La Prensa, Santiago de Chile, 12 de diciembre de 1973, p. 8.

[23] Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 39.

[24] Desde su creación el 6 de octubre de 1973, el Comité de Cooperación para la Paz prestó asistencia jurídica a casi 7.000 detenidos, presentó más de 2.300 recursos de amparo, defendió a 550 prisioneros en consejos de guerra e interpuso denuncias por la desaparición de 453 personas. Asimismo, facilitó atención médica a más de 70.000 personas y proporcionó alimentación a unos 35.000 niños en comedores comunitarios. Verdugo, Patricia, Bucarest 187, Barcelona, Sudamericana, 2001, pp. 34-35. Pero, como señaló el obispo Carlos Camus: «Nos costó convencernos, entonces, de que empezábamos a vivir una dictadura larga y cruel, como jamás la creíamos posible en Chile». Camus, Carlos, «La experiencia de la Iglesia chilena en la defensa de los derechos humanos», en Hugo Frühling, ed., Represión política y defensa de los Derechos Humanos, Santiago de Chile, CESOC-Programa de Derechos Humanos de la Academia de Humanismo Cristiano, 1986, pp. 51-57.

[25] Los países que acogieron a refugiados chilenos fueron ciento diez, desde Australia y Nueva Zelanda a Mozambique, Suecia, México, Francia, Italia y Canadá. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, La situación de los refugiados en el mundo. Cincuenta años de acción humanitaria, Barcelona, Icaria, 2000, pp. 140-141.

[26] Comunicación, Publicación del Centro Nacional de Comunicación Social, México DF, 28 de septiembre de 1973, p. LA-7.

[27] La Opinión, Buenos Aires, 15 de septiembre de 1973, p. 3.

[28] Resumen Mensual Iberoamericano. Septiembre de 1973. Chile.

[29] Délano, Luis Enrique, Diario de Estocolmo, 1971-1974, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2010, p. 287.

[30] Goñi, José, comp., Olof Palme: Suecia y América Latina: antología de documentos políticos, Montevideo, LAIS/Punto Sur, 1987, p. 137.

[31] Camacho Padilla, Fernando, «El golpe de Estado en Chile y la reacción en Suecia», Cuadernos Americanos, n.º 154, México DF, 2015, pp. 203-238. Para un testimonio gráfico de aquella acogida, véase su cuidado trabajo Suecia por Chile. Una historia visual del exilio y la solidaridad. 1970-1990, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2009.

[32] Resumen Mensual Iberoamericano. Septiembre de 1973. Chile.

[33] Véase la portada que quedó grabada en la memoria de toda una generación en España en Triunfodigital.com, <http://www.triunfodi gital.com/mostradorn.php?a%F1o=XXVIII&num=573&imagen =1&fecha=1973-09-22>.

[34] Testimonio de Salvador López Arnal para este trabajo. «Desde entonces, para nosotros, Chile, Allende, la Unidad Popular, Víctor Jara... aquella hermosa experiencia que intentó asaltar los cielos de forma pacífica y constitucional siempre ha estado en nuestro corazón. Hasta el día de hoy y sin peligro de olvido. Cada 11 de septiembre lo recordamos en la plaza barcelonesa que lleva el nombre del presidente Salvador Allende».

[35] Documento del 24 de septiembre de 1973 de la Subdirección General de Asuntos de Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, España y el golpe de Estado en Chile, Legajo R-13851 Top. 63/70 del Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares).

[36] Documento del 21 de septiembre de 1973 de la Subdirección General de Asuntos de Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. España y el golpe de Estado en Chile. Legajo R-13851 Top. 63/70 del Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares).

[37] Documento del 5 de octubre de 1973 de la Subdirección General de Asuntos de Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, España y el golpe de Estado en Chile, Legajo R-13851 Top. 63/70 del Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares).

[38] Soto y Villegas, p. 41.

[39] Abc, Madrid, 23 de septiembre de 1973, p. 21.

[40] Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Fondo Países, vol. ESP/64A.

[41] Bustos Díaz, Carlos Ignacio, Diplomacia chilena. Una perspectiva his- tórica, Santiago de Chile, Ril Editores, 2018, p. 463. En septiembre de 1973, Carlos Ignacio Bustos Díaz era consejero para asuntos políticos de la embajada de Chile en Argentina.

[42] El 1 de octubre de 1973, ante las evidencias de la represión en Chile, Henry Kissinger expresó durante una reunión en el Departamento de Estado: «Creo que deberíamos comprender nuestra política, sin importar cuán desagradablemente actúen ellos; el Gobierno [de Pinochet] es mejor para nosotros que lo que fue el de Allende». Kornbluh, Peter, «Documentos desclasificados muestran a Contreras como emisario secreto de Pinochet para Kissinger», Ciper, Santiago de Chile, 23 de diciembre de 2015, en Ciperchile.cl, <https://ciperchi le.cl/2015/12/23/documentos-desclasificados-muestran-a-contre ras-como-emisario-secreto-de-pinochet-para-kissinger/>.

[43] Tosi, Claudia, «El rol de la Embajada de Italia en Santiago frente al golpe de Pinochet: entre la concesión del asilo diplomático y la amenaza de ruptura de las relaciones bilaterales», Bicentenario, vol. 5, n.º 2, Santiago de Chile, 2006, pp. 67-83.

[44] La Tercera, Santiago de Chile, 28 de diciembre de 1973, p. 13.

[45] Martínez Corbalá, Gonzalo, Instantes de decisión. Chile, 1972-1973, México DF, Grijalbo, 1998, pp. 251-253.

[46] ¡Chile no está solo! Conferencia Internacional de Solidaridad con el Pue- blo de Chile, Helsinki, 29-30 de septiembre de 1973. Consultado en el archivo de la Fundación CIDOB de Barcelona. Aquella conferencia dio a conocer un «Llamamiento urgente por la solidaridad mundial con el pueblo de Chile», similar al que los partidos de la Unidad Popular habían aprobado en Roma el 18 de septiembre.

[47] Entrevista citada en: Nuevo Diario, Madrid, 19 de septiembre de 1973, p. 22.

[48] La Tercera, Santiago de Chile, 22 de septiembre de 1973, p. 4.

[49] El Mercurio, Santiago de Chile, 23 de septiembre de 1973, p. 32.

[50] Farfán y Vega, p. 217.

[51] El fin último del Plan Z quedó expuesto con absoluta claridad en un opúsculo preparado por la dictadura: «Se conoce con el nombre de Plan Zeta el tenebroso plan gestado y organizado por connotados personeros del depuesto régimen marxista para efectuar un asesinato en masa de los efectivos de las Fuerzas Armadas, comenzando por los más altos jefes, es decir, los oficiales de mayor graduación, familiares de estos; destacados dirigentes políticos y gremiales. (...) El fin de todo esto no era otro que el de tomar el poder absoluto del país, para, una vez logrado esto, poder implantar un régimen marxista. (...) Gracias a las Fuerzas Armadas y Carabineros, Chile pudo evitar las catastróficas consecuencias que pudo acarrear el criminal plan, propio solo de una mente enfermiza o por una ambición de poder desmedida. Es así como hoy Chile entero está agradecido; serán miles y miles las madres que recordarán y darán gracias a Dios por haber permitido que sus Fuerzas Armadas evitaran tan sangriento suceso y serán millones de chilenos los que bendecirán a sus Fuerzas Armadas por su oportuna intervención». Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile, Septiembre de 1973. Los cien combates de una batalla, Santiago de Chile, Empresa Editora Nacional Gabriela Mistral, 1974, pp. 89-92.

[52] La Segunda, Santiago de Chile, 24 de septiembre de 1973, p. 4. Sin ningún sentido del ridículo, en octubre Merino aseguró incluso que el gobierno de la Unidad Popular tenía previsto reemplazar la bandera nacional por un paño diseñado en Holanda: la nueva enseña iba a ser roja y tendría una franja azul en el lado izquierdo, sobre la cual, evidentemente, aparecerían la hoz y el martillo... El Mercurio, Santiago de Chile, 19 de octubre de 1973, p. 8.

[53] Ercilla, Santiago de Chile, 26 de septiembre de 1973, p. 21.

[54] El Mercurio, Santiago de Chile, 24 de septiembre de 1973, p. 1.

[55] La Tercera, Santiago de Chile, 24 de septiembre de 1973, pp. 2-3.

[56] Véase este excelente trabajo: Rojas Lizama, María Angélica y Fernández Pérez, José Ignacio, El golpe al libro y a las bibliotecas de la Univer- sidad de Chile, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana, 2015.

[57] Amorós, Mario, Neruda. El príncipe de los poetas, Santiago de Chile, Ediciones B, 2015, pp. 544-545.

[58] Archivo Nacional de Chile, Ministerio del Interior, vol. 17.484.

[59] Ínsula, n.º 325, Madrid, diciembre de 1973, p. 10.

[60] La Prensa, Santiago de Chile, 25 de septiembre de 1973, p. 5.

[61] Acta n.º 6 de la Junta militar, de 20 de septiembre de 1973.

[62] Acta n.º 3 de la Junta militar, de 16 de septiembre de 1973.

[63] El 3 de octubre, en declaraciones publicadas por el diario O Estado de Sao Paulo, Pinochet ya anticipó que «el plazo de duración del Gobierno militar, por las tareas que precisamos cumplir, no parece muy breve». Resumen Mensual Iberoamericano. Octubre de 1973. Chile.

[64] La Segunda, Santiago de Chile, 25 de septiembre de 1973, p. 10.

[65] Qué Pasa, Santiago de Chile, 27 de septiembre de 1973, pp. 7-8.

[66] Acta n.º 10 de la Junta militar, de 27 de septiembre de 1973.

[67] Resumen Mensual Iberoamericano. Noviembre de 1973. Chile.

[68] La Tercera, Santiago de Chile, 6 de octubre de 1973, p. 8.

[69] El Mercurio de Antofagasta, Antofagasta, 6 de octubre de 1973, p. 1.

[70] La Tercera, Santiago de Chile, 27 de septiembre de 1973, p. 3.

[71] El Mercurio, Santiago de Chile, 15 de octubre de 1973, p. 17.

[72] Vea, Santiago de Chile, 18 de octubre de 1973, pp. 2-3.

[73] Qué Pasa, Santiago de Chile, 18 de octubre de 1973, p. 6.

[74] La Patria, Santiago de Chile, 11 de octubre de 1973, p. 2. Este fue el primer día que circuló dicha cabecera, impulsada por la dictadura como heredera del diario gubernamental La Nación, fundado en 1917. Entre septiembre de 1975 y mayo de 1980, apareció como El Cronista y desde junio de ese año recuperó su histórica denominación.

[75] Pinochet Ugarte, Augusto, Realidad y destino de Chile, Santiago de Chile, Empresa Editora Nacional Gabriela Mistral, 1973, pp. 3-12.

[76] Avelina Ugarte no tuvo ninguna figuración pública. Entre sus actividades sociales apenas si fue madrina del Hogar de Menores de Quillota en los años setenta. Después de revisar miles de noticias en la prensa chilena a partir de 1973, solo hemos encontrado dos que recogieran sus opiniones. Sus declaraciones ya citadas a Qué Pasa en septiembre de 1981 y las que en marzo de 1976 realizó a El Correo de Valdivia, recogidas por La Tercera: «Tito es un hombre muy sencillo, de corazón muy bueno y muy justo». «Es alegre y bromista también. Posee un hermoso carácter. Ojalá no cambie nunca esa sencillez y esa bondad. Hasta aquí no ha cambiado. Es el mismo de siempre.» «Nunca presentí que mi hijo llegaría a ser Presidente de la República. Sabía sí que llegaría a ser general en jefe. El destino así lo quiso, para bien de Chile. Esto fue lo que le dije en mi primer abrazo después del 11 de septiembre, en una escena para mí inolvidable, que aconteció después de cuatro días en el Ministerio de Defensa.» La Tercera, Santiago de Chile, 22 de marzo de 1976, p. 2.

[77] Willoughby-MacDonald, p. 196.

[78] Al respecto, véase: Matus, Alejandra, «Pinochet las prefiere rubias», Plan B, Santiago de Chile, 12 de febrero de 2004, pp. 5-8. Y también: Matus (2013), pp. 223-227.

[79] Willoughby-MacDonald, pp. 196-197.

[80] La Tercera, Santiago de Chile, 20 de octubre de 1973, p. 4.

[81] De nada le sirvió ser sobrino de Pinochet. «Al contrario, siempre fui el comunista de la familia y nunca tuve relación con el dictador. Antes de morir mi madre, de quien yo era muy cercano, lo dejé verla solo diez minutos, pero a su esposa jamás le permití entrar», explicó en 2016. La Tercera, Santiago de Chile, 28 de junio de 2016, en La tercera.com, <https://www.latercera.com/noticia/los-anos-en-pausade-george-munro/>. También estuvieron detenidos varios familiares de Lucía Hiriart, como Alejandra Matus ha explicado con precisión. Matus (2013), pp. 115-122.

[82] Amorós, Mario, Después de la lluvia. Chile, la memoria herida, Santiago de Chile, Cuarto Propio, 2004, pp. 129-144.

[83] De acuerdo con el reglamento del Estado Mayor del Ejército, un «oficial delegado» llevaba consigo un documento que lo acreditaba como representante directo de quien lo enviaba. Esta medida se adoptaba cuando se consideraba que uno o más comandantes no estaban actuando de acuerdo con las órdenes dictadas por la jefatura del Ejército. Escalante, Jorge, La misión era matar. El juicio a la caravana Pinochet-Arellano, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2000, p. 25.

[84] Verdugo, Patricia, Los zarpazos del Puma, Santiago de Chile, CESOC, 1989, pp. 27-35.

[85] Declaración judicial del general Joaquín Lagos realizada el 3 de julio de 1986 ante el Primer Juzgado del Crimen de Antofagasta por la desaparición de Mario Silva, Miguel Manríquez y Marco de la Vega. Consultada en 2001 en la sección de Documentos de El Mostrador, en Elmostrador.cl, <http://www.elmostrador.cl>. Este documento está disponible en: <http://www.purochile.rrojasdatabank.info/ lago01.htm>.

[86] El País, Madrid, 28 de enero de 2001, p. 4.

[87] Véase este documento reproducido en: Verdugo, Patricia, Pruebas a la vista. La Caravana de la Muerte, Santiago de Chile, Sudamericana, 2000. Páginas centrales sin numerar.

[88] Escalante (2000), p. 16.

[89] El Mundo, Madrid, 13 de julio de 2001, p. 22.

[90] El Mostrador, Santiago de Chile, 24 de enero de 2001, en Elmostrador.cl, <http://www.elmostrador.cl>.

[91] El general Efraín Jaña fue trasladado al Estado Mayor del Ejército, en Santiago, y días después, obligado a abandonar la institución a la que dedicó su vida. Estuvo detenido en varias unidades militares y en la cárcel pública hasta noviembre de 1975, cuando le conmutaron el año de presidio que le restaba por el exilio y salió a Colombia, después a Holanda y finalmente a Venezuela, donde vivió diez años y formó parte de la Organización de Militares por la Democracia y la Liberación Latinoamericana y del Caribe. Rodríguez, Mili, Ya nunca me verás como me vieras. Doce testimonios del exilio, Santiago de Chile, Las Ediciones del Ornitorrinco, 1990, pp. 40-59. En octubre de 2001, una decena de oficiales del Ejército retirados, entre ellos Jaña, presentaron ante el juez Juan Guzmán una querella contra Pinochet, Arellano, Manuel Contreras, Carlos Forestier y Odlanier Mena por detención ilegal y torturas. Un mes después, Lucía Hiriart les calificó de «traidores». El Mercurio, Santiago de Chile, 9 de noviembre de 2001, Cuerpo C, p. 5.

[92] Sánchez, Gervasio, La Caravana de la Muerte. Las víctimas de Pino- chet, Barcelona, Blume, 2001, p. 65.

[93] La Tercera, Santiago de Chile, 13 de noviembre de 1973, p. 3.

[94] Fajardo, Marco, Contra Bachelet y otros. Algunas historias sobre el golpe militar al interior de las Fuerzas Armadas y de Orden, Santiago de Chile, Quimantú, 2006, p. 109.

[95] El Mercurio, Santiago de Chile, 13 de noviembre de 1973, pp. 1 y 8.

[96] El Mercurio, Santiago de Chile, 2 de enero de 1974, pp. 1 y 11.

[97] La Tercera, Santiago de Chile, 3 de enero de 1974, p. 11.

[98] En 1999, la abogada de derechos humanos Carmen Hertz, viuda del periodista y militante comunista Carlos Berger, quien fue asesinado en Calama el 19 de octubre de 1973 por la Caravana de la Muerte, entregó al juez Juan Guzmán Tapia este importante documento.

[99] Salazar, Manuel, Contreras. Historia de un intocable, Santiago de Chile, Grijalbo, 1995, p. 25.

[100] Rebolledo, Javier, El despertar de los cuervos. Tejas Verdes, el origen del exterminio en Chile, Santiago de Chile, Ceibo Ediciones, 2013, p. 87. «Todos mis compañeros de curso volvían de Vietnam o estaban por irse y con frecuencia tuve la oportunidad de hablar con ellos de esta guerra», explicó Contreras en 2003. Robin, Marie-Monique, Escua- drones de la muerte. La escuela francesa, Buenos Aires, Sudamericana, 2005. p. 383.

[101] En el acta de la reunión de la Junta quedó registrado así: «Se recibe al teniente coronel de Ejército señor Manuel Contreras, quien hace una detallada exposición sobre la organización de la Dirección Nacional de Inteligencia ante la Junta, el ministro de Defensa Nacional, el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, jefes de Estado Mayor y directores de personal de las cuatro instituciones, director de Investigaciones y director de Inteligencia del Ejército. Se acuerda que antes de materializar su organización, los directores de personal de las instituciones deben reunirse para determinar la forma de obtener el numeroso personal que se precisa». Acta n.º 33 de la Junta militar, de 12 de noviembre de 1973.

[102] Declaración consultada en la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad.

[103] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 2 de febrero de 1974, p. 30.

[104] La Patria, Santiago de Chile, 30 de enero de 1974, p. 8.

[105] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 20 de febrero de 1974, p. 27.

[106] La Tercera, Santiago de Chile, 5 de febrero de 1974, p. 3.

[107] El Mercurio, Santiago de Chile, 9 de febrero de 1974, pp. 1 y 8.

[108] Documento consultado en el Archivo Histórico Gabriel Valdés, en Ahgv.cl, <http://www.ahgv.cl/documento/carta-de-patricio-aylwiny-osvaldo-olguin-a-augusto-pinochet-carta/>.

[109] Archivo Nacional de Chile, Ministerio del Interior, vol. 17.497.

[110] El 27 de febrero de 1974, Gabriel Valdés, ministro de Relaciones Exteriores entre 1964 y 1970, escribió a Patricio Aylwin para comentarle que había leído la carta que dirigieron a Pinochet el 18 de enero y el resumen de la reunión posterior que mantuvieron con el ministro del Interior. Le manifestó que aquella misiva tenía aspectos positivos, pero que reconocía «la necesidad de la dictadura». Valdés, quien había estado ausente de Chile durante el periodo de la Unidad Popular, tampoco renunció a comentar el anhelo que compartieron una parte de los democratacristianos que secundaron el golpe de Estado: «La tesis: militares a corto plazo, DC a largo plazo, no solamente era ingenua sino mortal desde el punto de vista de los principios esenciales de la DC y de la subsistencia del Partido. Así fue estimado unánimemente por nuestros amigos europeos, que algo saben de fascismo». Documento consultado en el Archivo Histórico Gabriel Valdés, en Ahgv.cl, <http://www.ahgv.cl/documento/carta-de-gabriel-valdes-a-patricioaylwin-carta-2/>. El 8 de mayo de 1974, Aylwin le respondió en términos muy duros. Caracterizó al régimen de Pinochet como «dictadura», pero de nuevo responsabilizó de lo sucedido a la Unidad Popular. Carta consultada en el Archivo Histórico de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, Carpeta 336.

[111] Carta consultada en el Repositorio Digital Archivo Patricio Aylwin Azócar, en Archivopatricioaylwin.cl, <http://www.archivopatri cioaylwin.cl/handle/123456789/6978>.

[112] El Mercurio, Santiago de Chile, 10 de marzo de 1974, pp. 40-41.

[113] Moncada Durruti, Belén, Jaime Guzmán. Una democracia contrarre- volucionaria, Santiago de Chile, Ril Editores, 2006, p. 81.

[114] Viera Gallo, José Antonio, «Esquema analítico de la ideología de la Junta militar chilena: Un fascismo dependiente», Chile-América, n.º 8-9, Roma, julio de 1975, pp. 33-41.

[115] La Patria, Santiago de Chile, 12 de marzo de 1974, pp. 2-3.

[116] Sobre Jaime Guzmán, el principal asesor civil de Pinochet durante los primeros años de la dictadura, Touraine trazó un lúcido retrato en agosto de 1973 en su imprescindible libro sobre los últimos meses de la Unidad Popular: «Me impresionó ver y escuchar a un tal Guzmán, periodista que es además profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Católica. Jamás había visto un tipo de hombre así en este país. Me ha asustado: en los periodos de tensión extrema, se ven salir las cabezas más horribles. La suya está habitada por una pasión fría armada de una lógica falsa: es un inquisidor. Su palidez es la de los jóvenes fascistas de antes de la guerra. Cada una de sus palabras lanza una maniobra sinuosa. No sé si forma parte de un grupo extremista clandestino. En todo caso, merecería ser uno de sus jefes, pues pertenece al mundo del fanatismo fascista». Touraine, Alain, Vida y muerte del Chile popular, México DF, siglo XXI, 1974, p. 69. Sobre el gremialismo, véase este trabajo clásico: Mattelart, Armand, «El “gremialismo” y la línea de masa de la burguesía chilena», en Enrique Gomariz, pr., Chile bajo la Junta, Madrid, Zero, 1976, pp. 93-125.

[117] Véase, por ejemplo, su participación en una reunión de septiembre de 1974, cuando se discutió el fin del «estado de guerra». Acta n.º 153-a de la Junta militar, de 5 de septiembre de 1974.

[118] Huneeus, Carlos, El régimen de Pinochet, Santiago de Chile, Sudamericana, 2000, p. 87.

[119] Huneeus (2000), pp. 329-330.

[120] Entrevista a Ángela Jeria. Archivo del autor.

7. El embrujo de la «coronación

[1] Jaime Guzmán no podía faltar en aquel concierto donde se interpretó la Misa de la Coronación. El programa figura en la invitación que recibió, con los asientos J-24 y J-26 de la platea, y que se conserva en el Archivo de la Fundación Jaime Guzmán.

[2] República de Chile. 1974. Primer año de la Reconstrucción Nacional, Santiago de Chile, Empresa Editora Nacional Gabriela Mistral, 1974, pp. 163-166.

[3] La Tercera, Santiago de Chile, 15 de marzo de 1974, p. 4.

[4] La Tercera, Santiago de Chile, 17 de marzo de 1974, p. 5.

[5] El Mercurio, Santiago de Chile, 18 de marzo de 1974, pp. 1 y 25.

[6] La Patria, Santiago de Chile, 17 de marzo de 1974, p. 8.

[7] La Tercera, Santiago de Chile, 17 de marzo de 1974, p. 5.

[8] Scherer García, Julio, Pinochet. Vivir matando, México DF, Aguilar, 2000, pp. 30-32.

[9] Denuncia y testimonio. Tercera sesión de la Comisión Internacional de Investigación de los Crímenes de la Junta militar en Chile, México DF, 18-21 de febrero de 1975. Testimonio de Moy de Tohá. pp. 132-137.

[10] Politzer, Patricia, Miedo en Chile, Santiago de Chile, CESOC, 1985, p. 372.

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